Donald Trump y Vladimir Putin llegaron este lunes al Palacio Presidencial de Helsinki para una cumbre muy esperada en la que todas sus declaraciones serán observados con lupa, en un escenario de tensión.
En su primera aparición conjunta ante las cámaras, el presidente estadounidense lo felicitó por la “magnífica” organización del Mundial, que finalizó ayer. También destacó la importancia de la cooperación y se refirió al presidente chino, Xi Jinping, como “nuestro amigo mutuo”. Además, admitió que la relación entre Washington y Moscú no pasa por su mejor momento.
La cita, inicialmente prevista para las 13.20 hora local, presentó demoras por la tardanza de Putin, quien estuvo atendiendo la final del Mundial. La agenda comenzará con una reunión a solas entre los dos líderes, en la que durante hora y media únicamente estarán acompañados de sus intérpretes.
Posteriormente, los mandatarios mantendrán un almuerzo de trabajo junto a ministros y asesores, seguido de una conferencia de prensa conjunta.
Se espera que los dos mandatarios hablen sobre Siria, donde Estados Unidos quiere limitar la presencia militar iraní, y confía en que Rusia ejerza influencia sobre Teherán en ese sentido.
El mandatario norteamericano había indicado que tiene “pocas expectativas” sobre la cumbre y que solo desea conocer mejor a su homólogo ruso, mientras que el Kremlin subrayó que lo más importante es abrir vías de diálogo para poder mejorar la deteriorada relación bilateral.
