Este domingo fueron sepultadas las primeras tres personas de las casi 90 que murieron tras la explosión de un ducto de Pemex en el municipio de Tlahuelilpan, Hidalgo.

Después de velarlos durante 16 horas, cada uno de los cuerpos fue llevado a la iglesia de San Francisco de Asís, donde se realizó una misa. Al término de la misma, familiares, amigos y habitantes de la comunidad San Primitivo acompañaron a los deudos al panteón municipal.

Durante el entierro, algunos aseguraron que la tragedia pudo haberse evitado.

“Primero era poquita gente, poquita, poquita, pero ya después hablaron por celular y todos, hay gasolina, hay gasolina, y pues la gente con el ansía de la gasolina fue llegando, entonces después le pegaron a la toma, fue cuando salió más”, relató Angélica Vidal, testigo y familiar de una de las personas que perdió la vida.

Muchos de los presentes en los funerales estuvieron ese día en el lugar de la tragedia y minutos antes de que explotara el ducto decidieron retirarse.

“Yo decidí retirarme cuando vi que la gente se volvió como loca, se trastornó, como que los que estaban ahí ya no les importó perder la vida porque hubo un momento de que la alfalfa ya aventaba el vaporcito, yo dije ‘esto en cualquier momento va a explotar’, a algunas personas les dije ya vámonos, yo sentía ya la muerte, que en cualquier momento iba explotar”, agregó.

El gobernador del estado de Hidalgo, Omar Fayad, dio a conocer que la investigación y búsqueda de más víctimas en la zona de la tragedia había concluido.

 

 

Con información de Noticieros Televisa

Ana Paula Ordorica es una periodista establecida en la Ciudad de México. Se tituló como licenciada en relaciones internacionales en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y tiene estudios de maestría en historia, realizados en la Universidad Iberoamericana.



Escribe un comentario