El exdirector de Pemex, Emilio Lozoya, renunció a la suspensión definitiva que lo protegía de la segunda orden de aprehensión en su contra, por lo que podrá ser detenido por los delitos que se le acusa: lavado de dinero, asociación delictuosa y cohecho.
El exfuncionario presentó, a través de su apoderado legal, su renuncia por escrito ante el juez Décimo Cuarto de Distrito en Amparo Penal de la Ciudad de México.
Y es que el mes pasado, a Lozoya le retiraron la suspensión definitiva que se le había otorgado por el delito de lavado de dinero.
Al respecto, este martes se dieron a conocer las primeras declaraciones de Lozoya, desde que se ordenó su detención.
Las declaraciones se desprenden de un cuestionario que contestó, a través de su abogado, Javier Coello, al diario alemán Süddeutsche Zeitung y al medio suizo Tamedia.
En ese cuestionario, el excolaborador de Peña Nieto calificó como “un ataque político cobarde y sin fundamentos”, las órdenes de aprehensión que hay en su contra y contra su familia.
Afirmó que ni él ni su familia recibieron dinero alguno de empresas o personas cuando se desempeñó como funcionario; así, negó “cualquier acusación de corrupción”.
Acusó que pese a que los delitos que se les imputan a él y a su familia no ameritan prisión preventiva, “el gobierno le mintió o se coludió con un juez en México para generar órdenes de aprehensión”.
Insistió en negar lo declarado por los exfuncionarios de Odebrecht respecto a haber recibido sobornos y reiteró que a cambio de sentencias reducidas, pudieron inventar lo que conviniera a sus intereses.
Lozoya indicó que “el problema real es que desde que salí de Pemex, mis sucesores y la actual administración han propiciado una caída de más de 30% en la producción de gas en el país, por decisiones propias y erróneas, intentar culpar a alguien cuatro años después es absurdo”.