La renuncia a la presidencia de Evo Morales, que este lunes llamó “racistas y golpistas” a dirigentes opositores, dejó un vacío de poder como desenlace a tres semanas de disturbios desencadenados por unas elecciones irregulares en las que Morales buscó perpetuarse en el poder.

El exmandatario envió un tuit desde la región cocalera del Chapare, en el centro del país, donde se refugió desde su sorpresiva dimisión la tarde de ayer, horas después de convocar a nuevas elecciones tras las “irregularidades graves” denunciadas por los observadores de la OEA en los comicios del 20 de octubre.

“Que asuman su responsabilidad de pacificar al país y garanticen la estabilidad política y convivencia pacífica de nuestro pueblo”, tuiteó Morales. “Mesa y Camacho, discriminadores y conspiradores, pasarán a la historia como racistas y golpistas”, añadió.

Recordemos que Morales dimitió presionado por militares, policías y por la oposición, que le exigieron dejar el puesto que ocupaba desde 2006 con el fin de pacificar el país.

En ausencia del presidente, la Constitución establece que la sucesión recae primero en el vicepresidente, luego en el titular del Senado y después en el jefe de la Cámara de Diputados, pero todos ellos renunciaron con Morales.

La dimisión del vicepresidente Álvaro García, de la presidenta y el vicepresidente del Senado, Adriana Salvatierra y Rubén Medinacelli, y del titular de la Cámara de Diputados, Víctor Borda, crearon por tanto una situación de incertidumbre en la cadena de sucesión constitucional.

En ese contexto, la segunda vicepresidenta del Senado, la opositora Jeanine Añez, reivindicó su derecho a asumir la presidencia de Bolivia. “Ocupo la segunda vicepresidencia y en el orden constitucional me correspondería asumir este reto con el único objetivo de llamar a nuevas elecciones”, afirmó Añez.

No está claro qué destino va a correr el exmandatario. Morales dijo que no abandonaría Bolivia, pero México ya le ofreció asilo, según anunció el canciller Marcelo Ebrard, que indicó que “20 personalidades del ejecutivo y legislativo de Bolivia” se habían refugiado en la embajada mexicana de La Paz.

Morales, forjado políticamente como sindicalista cocalero, se fue defendiendo su legado que, según él, trajo progreso económico y social a una de las tres naciones más pobres de América Latina.

Y es que los resultados de una auditoría de la Organización de los Estados Americanos (OEA) difundidos este domingo, que hablaban de “serias irregularidades” en las elecciones, desencadenaron los acontecimientos que llevaron a la renuncia de Morales.

El domingo, tras conocerse ese informe, el expresidente ofreció celebrar nuevos comicios, pero no logró aplacar la ira de la oposición.

Ana Paula Ordorica es una periodista establecida en la Ciudad de México. Se tituló como licenciada en relaciones internacionales en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y tiene estudios de maestría en historia, realizados en la Universidad Iberoamericana.



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