En la pasada jornada electoral, dos fueron los partidos que no alcanzaron el 3% de los votos  en por lo menos una de las elecciones federales que la autoridad electoral exigía para conservar su registro a nivel nacional: Encuentro Social (PES) y Nueva Alianza (PANAL).

Los partidos que se encuentran en proceso de liquidación, costaron casi 4 mil millones de pesos a los mexicanos durante los años que operaron y en los cuales recibieron financiamiento público.

Tras ser fundado en 2005, PANAL se mantuvo en la escena política por 13 años en los que recibió financiamiento por 2 mil 977 millones de pesos; compitió en cinco elecciones federales. Con cuatro años de vida, el PES recibió prerrogativas por mil millones de pesos y participó en dos procesos federales.

A meses de perder su registro a nivel nacional, el diario El Universal reporta que ambos partidos recibieron a lo largo de su existencia, 3 mil 977 millones de pesos en prerrogativas federales, además de spots, franquicias postales y financiamiento en las entidades del país. Con dicho monto se podrían pagar dos años consecutivos del presupuesto anual de la Conade, que equivale a 2 mil 100 millones de pesos.

Aunque los dos partidos se enfrentan al mismo fin, el PANAL llegó como el perdedor luego de aliarse con el PRI y PVEM en la elección presidencia. El PES que fue de la mano con Morena, finalizará su vida como el gran triunfador de 2018, aunque dicho triunfo no le alcanzó para sobrevivir.

La desaparición de los partidos ha generado opiniones divididas. Nicolás Loza Otero, politólogo de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), aseguró que “no hay nada que celebrar” con la desaparición de los partidos, pues el Estado debe proteger a las minorías, sus derechos de opinión y manifestación, las cuales representaban el PES y el PANAL.

Explica que en el caso del PES claramente se trata de una minoría de políticos cristianos que así se autoidentifican, se organizan y quieren influir en la vida pública, mientras que el PANAL surgió de una alianza de profesores del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) cercanos a Elba Esther Gordillo, y un grupo de jóvenes (Conciencia Política) que se definían como liberales, identificados con el ITAM.

“NA y PES sí tienen una identidad, es minoritaria pero auténtica; sin embargo, en medio del terremoto político no lograron sobrevivir”, por eso, indica Loza Otero, es probable que vuelvan a resurgir, “porque cristianos y maestros y liberales que quieren hacer política lo seguirán haciendo, incluso desde otro partido o fundarán uno”, indica el especialista.

Por el contrario, Roberto Duque, académico de la UNAM asegura que el PES y el PANAL mostraron “oportunismo político y falta de un ideario político”. Señaló que el actuar de los partidos, en especial de Nueva Alianza, muestra que “no hay consistencia ideológica política, sino que sirvió al mejor postor y le acabó costando caro su vaivén entre el panismo y el priísmo”, asevera.

 

Con información de El Universal / Foto: Archivo APO

Ana Paula Ordorica es una periodista establecida en la Ciudad de México. Se tituló como licenciada en relaciones internacionales en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y tiene estudios de maestría en historia, realizados en la Universidad Iberoamericana.



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