El año pasado, Donald Trump ganó la presidencia con apenas 306 votos, a diferencia de Hillary Clinton que objetivo 232 votos; sin embargo, Clinton ganó el voto popular por casi 3 millones de votos y un margen de 2.1 puntos porcentuales. Un suceso que ocasionó críticas contra las empresas de proyección política y de votación, por lo que este jueves The Washington Post publica un análisis sobre lo acontecido en las elecciones estadounidense.

De acuerdo al rotativo, los autores del informe aseguraron que la percepción del público tras las elecciones era una mezcla de sorpresa e indignación, pues muchos aseguraron que la industria había engañado al país sobre quién sería el nuevo presidente.

Por ello, la Asociación Americana para la Investigación de la Opinión Pública (AAPOR), convocó a un comité de 13 miembros para estudiar a detalle qué ocurrió en las urnas estadounidenses.

Recordemos que a  principios de esta semana, la demócrata Hillary Clinton culpó de su derrota en parte a la decisión del director del FBI, James Comey al enviar una carta al Congreso sobre el uso de correos electrónicos privados mientras ella fungía como secretaria de Estado.

El informe de AAPOR respondió la pregunta de cómo la carta de Comey contribuyó a la victoria de Trump, pero se abstuvo de proporcionar una respuesta concluyente que asegura la evidencia de un efecto significativo sobre la carta del FBI.

En la víspera de la elección, diversos indicadores apuntaron a una victoria de Clinton, según el informe publicado por The Washington Post, entre ellos se encontraban los patrones de votación primarios en estados indecisos como Pensilvania, Michigan y Wisconsin, que favorecían a  Clinton, mientras que Trump llegó a esos tres estados por apenas 77, 774 votos o apenas la mitad de un punto porcentual.

El comité AAPOR concluyó que las encuestas nacionales eran generalmente correctas en términos históricos y que eran más precisos en 2012. Las encuestas en promedio, apuntaban a una victoria de Clinton en el voto popular por cerca de tres puntos porcentuales. Su ventaja final fue buena dentro del margen de error de las encuestas nacionales.

También hallaron fallas  entre las organizaciones que producen agregados de las encuestas y proyecciones de resultados, señalando que estas predicciones como una de las razones por las que muchas personas se vieron sorprendidos por el resultado de la elección.

Según el informe, existió una clara debilidad en las encuestas estatales: el fracaso de muchos encuestadores para cargar datos en la base de nivel de estudios de los votantes. En 2016, hubo una brecha educativa significativa, pues los votantes que no cuentan con  educación universitaria apoyaron a Trump en su mayoría, a  comparación con las personas con títulos universitarios.

Otra posible causa de errores en las encuestas estatales fue el cambio en la composición del electorado y de la participación de los diferentes grupos de electores en comparación con 2012. El informe sugiere que esto era un problema, pero los autores dijeron que carecían de algunos datos adicionales del gobierno federal que permitiría un estudio más detallado.

Un factor mucho más pequeño citado como una posible razón por la que los sondeos subestimaran el apoyo a Donald Trump fue que apareció en primer lugar en las papeletas en Florida, Michigan y Wisconsin.

El informe trata de refutar el argumento de que las encuestas tienen un sesgo partidista hacia los demócratas. Aunque las encuestas de 2016 tendían a subestimar el apoyo de Trump, las encuestas de 2012 y 2000 tendían a subestimar el apoyo a los candidatos demócratas a la presidencia.

 

 

Redacción APO / Foto: Especial

Ana Paula Ordorica es una periodista establecida en la Ciudad de México. Se tituló como licenciada en relaciones internacionales en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y tiene estudios de maestría en historia, realizados en la Universidad Iberoamericana.



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