Luego de 25 años de militancia y tras haberse desempeñado, entre otros cargos, como dirigente del PRD en la Ciudad de México, Raúl Flores anunció su renuncia al partido.
A través de un carta compartida en sus redes sociales, indicó que aunque lo “normal” es que quienes se despiden de un partido lo hagan con muchos agradecimientos, él prefería ser honesto y autocrítico, por lo que expuso lo que llevó al PRD a transformarse y a debilitarse.
Adios PRD….. Hoy hago pública mi separación del @PRDMexico , he decidido no ratificar la militancia, en mi caso no podía hacerlo sin contar apretadamente la historia, mi historia y mis motivos , no es una renuncia breve y “amable” o sin autocrítica. Aquí mi texto: 1/2 pic.twitter.com/4xxyGfAHyA
— Raúl Flores (@raulflorescoy) August 28, 2019
Recordó que los fundadores del PRD no veían al partido como un fin en sí mismo, como un medio de subsistencia o como un peldaño para ascender en la escala social, sino que a la gran mayoría los animaba la posibilidad de cambio, servir a la patria y ser útiles para el resto de los mexicanos.
Reconoció que quienes han anunciado su salida del partido en los últimos días, no fueron capaces de acabar con las inercias y vicios internos que hay en el PRD.
“Ya en el gobierno nos volvimos sistema y con ello llegaron las contradicciones, ahogados el debate interno y con ello se impuso la línea; la parcelación del partido fue frenética y de manera personal, incluso personalmente me vi envuelto en la inercia de las corrientes, yo que por más de 25 años de militancia, me resistí a la llamada “onda grupera” o sea, a ser parte de una corriente”.
Sostuvo que en muchos episodios, el PRD hizo gobiernos y legislaturas muy cuestionadas, llenos de familiares e incondicionales, incluso dijo, abandonaron la formación política, destinando recursos a las estructuras de las fuerzas territoriales. Reconoció que casi todo el partido fue laxo en el manejo de los recursos.
Afirmó que la posición actual del PRD carece de una propuesta y autocrítica, centrándose únicamente en la confrontación personal.
Cerró su carta haciendo un llamado a seguir buscando opciones de participación que contribuyan al desarrollo del país, dejando de persistir en la simulación.
