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2020

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ARTURO SARUKHÁN

EL UNIVERSAL

 

En 1651, un filósofo inglés que sobrevivió a la sangrienta guerra civil en su país huyendo a Francia y que admitía que “el miedo y yo nacimos gemelos”, publicó uno de los textos sobre la naturaleza del gobierno más importantes de las ciencias políticas. Si Tomás Hobbes estuviese vivo hoy, se sentiría reivindicado. En todo el mundo, el miedo avanza a galope como respuesta a la pandemia, y Leviatán se consolida como el factor central para garantizar nuestra seguridad. Pero hay una tensión innata entre el papel turbocargado del Estado y el de los gobiernos y sus propias vulnerabilidades, las internas y las que nacen de sus inescapables nexos con la globalización. Por cada síntoma de resiliencia y resistencia a la pandemia, incluidas las cadenas de suministro de alimentos, el sistema financiero y, sobre todo, la ciencia y la investigación, ha habido síntomas de fragilidad estructural, social y geopolítica. Pocas naciones, si es que alguna, saldrán indemnes de esta crisis de salud global, no porque el virus estuviera fuera de nuestro control, sino porque la mayoría de los gobiernos no ejercieron el liderazgo debido y sus ciudadanos la autodisciplina social necesaria para controlar la pandemia hasta que las vacunas estuviesen plena y ampliamente disponibles.

El Covid-19 ha vuelto a hacer que el Estado sea trascendental. No solo poderoso, sino también vital: es crucial si el país en el cual uno vive tiene un buen servicio de salud, burócratas competentes y finanzas sólidas. Hoy, el buen gobierno es la diferencia entre vivir y morir. En todo el mundo, los ciudadanos se dieron cuenta que tener un gobierno que funcione realmente importa. Debe ser competente, profesional, eficaz, creativo, ágil y enfocado a resolver problemas concretos. Sociedades y gobiernos alrededor del mundo necesitarán aprender en 2021 de países que manejaron el virus mejor que otros. Se tendrá que fortalecer el trabajo de servidores públicos y se necesitará construir un mejor sector público: más Estado, más eficaz. Y no ha habido correlación entre el sistema político de un país y su desempeño en el manejo de la pandemia. A algunas democracias y autocracias les ha ido bien, a otras miserablemente mal. Lo que más ha importado es el liderazgo y el diseño y ejecución de políticas públicas. Con la pandemia, la fisura fundamental en el mundo no fue -ni será- entre regímenes autoritarios o democráticos o entre gobiernos de izquierda y de derecha; es entre gobiernos eficientes y gobiernos ineficientes. Países como Alemania, Dinamarca, Corea del Sur, Nueva Zelanda, Singapur o Taiwán ciertamente han marcado el camino.

También deberíamos reconocer cómo la rápida intervención de gobiernos, al son de billones de dólares en todo el mundo, evitó el colapso económico de naciones y del sistema financiero internacional. Afortunadamente, la austeridad fue dejada de lado en casi todos lados, con lo cual las ideas y postulados del economista John Maynard Keynes cobrarán nueva pertinencia en la discusión sobre políticas públicas. Y hay que elogiar a esos gestores de cadenas de suministro y de valor y a tantos trabajadores y jornaleros que hicieron maravillas este año al asegurarse de que el resto de nosotros teníamos acceso a lo imprescindible. Las innovaciones instrumentadas sobre la marcha serán instructivas para el futuro y por ende habría que subrayar la importancia de que esos empleos a lo largo y ancho de esas cadenas de valor sean bien remunerados y tengan mejores condiciones laborales. Indudablemente, también habrá que aprender del hecho notable de que la ciencia y la investigación, la inversión -pública, privada y combinada- y los recursos dedicados a esos sectores, produjeron vacunas contra el coronavirus con una velocidad inédita y asombrosa.

La pandemia se ha convertido rápidamente en uno de los principales factores de estrés en nuestro ya frágil sistema internacional, exponiendo vulnerabilidades, magnificando debilidades y disparidades y exacerbando problemas de larga data. Con el Estado en el corazón del debate, la acumulación de crisis seguirá alimentando la discusión sobre cuáles son los motivos que hacen que algunos países o sociedades estén mejor preparados para hacer frente a la pandemia y sus efectos: autoridad, cohesión o valores. En el nivel más básico, este momento difícil ha puesto de relieve lo mal equipados que están nuestros sistemas de salud, lo cual ha obligado a muchos países a tomar decisiones éticas devastadoras para determinar quién de sus ciudadanos merece más atención médica. Además, en lugar de construir una renovada coalición mundial para luchar contra esta terrible enfermedad, muchos gobiernos se han basado en políticas aislacionistas. Esto ha dado lugar a respuestas poco sistemáticas y eficaces a medida que los casos vuelven a resurgir como tsunami en varias partes del mundo. En realidad, la pandemia representa una serie de problemas transnacionales interconectados y complejos que exigen soluciones multilaterales y holísticas arropadas por liderazgo internacional. Esto podría constituirse para los Estados en una “polipandemia”: junto a la regresión en materia de desarrollo, pobreza y hambruna, un aumento de la represión, la fragilidad de algunas instituciones estatales y el arraigo de distintas formas de violencia. Para afrontar cuestiones como la necesidad de una recuperación económica mundial, es realmente imperativo que busquemos fortalecer, no debilitar, nuestro orden internacional compartido y basado en reglas. Ante la tentación de parapetarse detrás de fronteras, con visiones chovinistas y nacionalistas de las relaciones internacionales, los gobiernos, las sociedades y los sectores privados tendrán que hacer más por dejar de lado conceptos vetustos y apostar por la cesión selectiva de soberanía en aras de metas comunes y la construcción de bienes públicos globales, con un paradigma sencillo pero fundamental: cooperar globalmente para resolver localmente. Esto es algo que el ilustrado gobierno neozelandés ha entendido bien.

Toda pandemia es por definición un problema global por excelencia que, en última instancia, exige alguna forma de gobernanza internacional. La cooperación entre naciones no es opcional aquí. Es absolutamente esencial. Y si particularmente las democracias no logran asumir este tipo de visión de futuro mancomunado para el sistema internacional, habrán fracasado. Las epidemias y pandemias siempre son fenómenos sociales con raíces históricas. El coronavirus tendrá un impacto duradero en nuestros imaginarios globales y nuestras visiones del mundo del siglo XXI. Nos ha hecho ver más claramente nuestra tensa existencia común, los retos inherentes a la interdependencia, los costos de la cooperación internacional fallida, las virtudes de un gobierno competente, la fragilidad de las instituciones democráticas y el ineludible hecho del destino común de la humanidad. A juzgar por el pobre desempeño hasta el momento de la gran mayoría de los mandatarios del mundo y los organismos internacionales, la pandemia también ha dejado al mundo menos capaz de enfrentar el futuro y hacer frente de manera coordinada y eficaz a los problemas transnacionales que nos afectan a todos, como el cambio climático, nuevas pandemias, la desigualdad y las brechas sociales, la ciberseguridad o el terrorismo. Si bien la ciencia finalmente nos salvará, no veo esperanzas de una acción coordinada contra el virus, y de nuestra recuperación cabal, sin liderazgo internacional. Y qué duda cabe que en 2021 será el caos, más que China, lo que ocupe el vacío que Estados Unidos ha dejado en el mundo bajo la gestión de la Administración Trump.

La perspectiva más positiva para 2021 es el desarrollo exitoso de vacunas contra el coronavirus. Estas encierran la promesa de devolver cierto sentido de normalidad a nuestra vida social, familiar y laboral así como a los procesos económicos y políticos alrededor del mundo, sobre todo si los gobiernos pueden garantizar que se inmunice a una cantidad suficiente de su población. Pero contar con vacunas no equivale a lograr una vacunación eficaz. A la ilusión de poder vencer al virus y de recuperar parte de la normalidad perdida, se le sobrepondrá el malestar de sectores importantes de la población, aquellos que queden rezagados en la salida de la crisis y, en los casos más extremos, la rabia de para quienes la herida sanitaria, económica y social de la pandemia siga abierta. Dado que ésta no será la última pandemia ni la peor de ellas, el mayor desafío este año es garantizar que la vacunación eficaz se dé no solo en el mundo industrializado sino también de manera equitativa e igualitaria en los países de renta baja y media. Este es el gran reto del Estado, y la cooperación entre Estados, cara al 2021.

 

Columna completa en El Universal

Las reservas internacionales del Banco de México (Banxico) crecieron 8.18% en 2020 hasta sumar 195,667 millones de dólares pese a la crisis de la pandemia de Covid-19, informó este martes el banco central.

Las reservas de 2020 implican un aumento de 14,790 millones de dólares frente al cierre de 2019, cuando Banxico reportó 180,877 millones de dólares.

Con estas cifras, México se acerca a su máximo histórico de reservas internacionales de 196,010 millones de dólares, reportado en enero de 2015.

Las reservas internacionales del Banxico se calculan al restar la reserva bruta, que en 2020 alcanzó 199,056 millones de dólares, del total de los pasivos a menos de seis meses, que ascendieron a 3,389 millones de dólares.

De los 14,790 millones de dólares que se sumaron a las reservas, 5,148 millones de dólares correspondieron a Petróleos Mexicanos (Pemex) y 4,960 millones de dólares al gobierno federal.

Banxico precisó que las reservas internacionales están conformadas por divisas y oro propiedad del banco central, la posición a favor de México con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y divisas de financiamientos obtenidos para regulación cambiaria del FMI y otros organismos.

El reporte de las reservas internacionales llegan luego de que ayer, Banxico reportara que México recibió 36,945 millones de dólares en remesas entre enero y noviembre de 2020, un aumento del 10.88% con respecto al mismo periodo de 2019.

Aunque aún faltan los datos de diciembre, con estas cifras México ya rompió el récord en remesas recibidas en cualquier año, alcanzado en 2019 por un monto histórico de 36,048 millones de dólares en todo el año.

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) dio a conocer su Balance Preliminar de las Economías de América Latina y el Caribe 2020, en el cual mejoró levemente sus proyecciones de crecimiento para la región, aunque indicó que cerrará el año con una contracción del 7.7% en 2020.

Dicha contracción significará que la región vivirá su peor crisis en los últimos 120 años, con una tasa de desocupación del 10.7%.

“Si se comparan diferentes indicadores sanitarios, económicos, sociales y de desigualdad, América Latina y el Caribe es la región más golpeada del mundo emergente”, dijo la Secretaria Ejecutiva de la CEPAL, Alicia Bárcena.

La nueva proyección mejora la dada en julio pasado, cuando anticipaba una recesión del 9.1% para la región, así como una tasa de desempleo del 13.5%.

De acuerdo al informe, se señala que los países más afectados son Venezuela con una contracción del 30%, Perú (-12,9 %); Panamá (-11 %); Argentina (-10,5 %); Ecuador (-9 %); El Salvador (-8,6 %); Cuba (-8,5 %); Bolivia (-8 %) y Honduras (-8 %).  En el caso de nuestro país, se proyecta una contracción del 9%.

Con casi 14.2 millones de contagios y más de 475,000 muertos, América Latina y el Caribe fue durante meses uno de los principales focos mundiales de la pandemia y Brasil, México y Argentina algunos de los países más afectados del mundo.

La mayor parte de la región ya se encuentra desconfinada y con sus actividades económicas en marcha, aunque los países temen la llegada de una segunda ola tras las fiestas navideñas que podría obligar a imponer nuevas cuarentenas.

Para 2021, la CEPAL anticipa un rebote del PIB regional del 3.7%, un crecimiento que “sólo permitiría recuperar un 44% de la pérdida de PIB registrada en 2020” y que podría empeorar en función de cómo evolucione el proceso de vacunación, así como las políticas monetarias expansivas y fiscales de los distintos países.

Las consecuencias económicas y sociales de la pandemia han sido exacerbadas por los problemas estructurales que la región arrastra históricamente, y la recuperación del nivel del PIB de antes de la crisis será lenta y se alcanzaría hacia el año 2024, apuntó el organismo en el informe.

“La dinámica del crecimiento en 2021 está sujeta a una alta incertidumbre relacionada con el riesgo de rebrotes de la pandemia, de la agilidad para producir y distribuir las vacunas y de la capacidad para mantener los estímulos fiscales y monetarios para apoyar la demanda agregada y a los sectores productivos”, señaló Alicia Bárcena.

De acuerdo con las proyecciones entregadas por el organismo de las Naciones Unidas, América del Sur se contraería 7.3% en 2020 y crecería 3.7% en 2021; América Central caería 6.5% en el presente período y se expandiría 3.8% el próximo año; mientras que El Caribe anotaría una contracción de 7.9% en 2020 y un crecimiento de 4.2% en 2021.

Recordemos que antes de la pandemia la región registró un crecimiento promedio del 0.3% entre 2014 y 2019, y en 2019 se situó en el 0.1%.

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El premio de 2020 para la Palabra del Año según Merriam-Webster fue esta vez para una elección que resultaba obvia: pandemia.

El término ha sido el más consultado en el diccionario en internet, dijo Merriam-Webster en su sitio web, en un año en el que al menos 1.4 millones de personas a nivel mundial han fallecido por la pandemia del COVID-19.

“A veces una única palabra define una era y es apropiado que en este excepcional, y excepcionalmente difícil año, una única palabra salga al frente”, dijo el editor de diccionarios.

Pandemia es definida como “un brote de una enfermedad que ocurre en una amplia zona geográfica (como múltiples países o continentes) y afecta típicamente a una proporción significativa de la población”, según Merriam-Webster.com.

La raíces griegas de la palabra son “pan”, que significa todo, y “demos”, que es pueblo, señaló Merriam-Webster.

Las consultas en el diccionario se dispararon el 11 de marzo, cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) calificó de forma oficial al COVID-19 como una pandemia.

El vocablo “vivió el mayor alza único en el tráfico del diccionario en 2020, mostrando un incremento del 115,806% respecto a las consultas de ese día en 2019”, dijo la compañía, fundada en 1831.

Durante el tercer trimestre del año, el Producto Interno Bruto (PIB) creció un 12%, frente al desplome del 17.1% que registró en el trimestre previo, según cifras desestacionalizadas divulgadas este viernes por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

La economía estuvo impulsada por la reapertura de actividades productivas que estuvieron cerradas por el confinamiento al que obligó la pandemia de coronavirus; durante abril y mayo, la mayoría de las actividades productivas y sociales fueron suspendidas debido a las restricciones impuestas por el gobierno.

Por componentes, las actividades secundarias (industria y manufactura) tuvieron el mayor avance trimestral, con un 22%, seguidas del comercio y los servicios con un 8.6%, y de las actividades primarias, con un 7.4%.

A tasa interanual, el PIB se contrajo un 8.6% en el tercer trimestre, frente a la caída histórica de un 18.7% del trimestre previo, en cifras originales preliminares

Por actividades económicas, el PIB de las Actividades Secundarias cayó 8.9% y el de las Terciarias 8.8%; en cambio, el de las Actividades Primarias avanzó 7.4%.

Pese a la recuperación del último trimestre, la recesión se mantiene en un 9.8% en los primeros nueve meses de 2020.

A partir de junio comenzó la reapertura de algunos sectores, con especial énfasis en la construcción, la industria automotriz y la minería, pero el sector de servicios siguió con problemas.

El INEGI puntualizó que las estimaciones oportunas dadas a conocer el día de hoy, podrían cambiar respecto a las cifras generadas para el PIB trimestral tradicional, las cuales se publicarán el próximo 26 de noviembre de 2020.

El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, expresó este martes su esperanza en que se consiga una vacuna contra el COVID-19 a finales de este año, pese a que expertos del propio organismo señalaron que quizá hubiera que esperar a mediados de 2021.

“Necesitamos vacunas y hay esperanzas de que a finales de este año podamos tener una. Invertir en ellas mientras usamos las herramientas que tenemos ya a mano es importante para tener mejores resultados”, señaló Tedros al cierre de la reunión del Comité Ejecutivo de la OMS, formado por expertos de 34 Estados miembros.

El pasado mes, la jefa de científicos de la OMS, Soumya Swaminathan, advirtió de que no se espera que las posibles vacunas contra la COVID-19 estén disponibles para la población general antes de dos años, aunque los primeros grupos de riesgo podrían ser inmunizados a mediados de 2021.

El experto etíope aseguró que “el compromiso político será crucial” en la lucha contra la pandemia e insistió en una solidaridad internacional que “debe empezar con la unidad nacional” frente al coronavirus.

Ayer, el director de emergencias sanitarias de la OMS, Mike Ryan, señaló al inicio de las reuniones del Comité Ejecutivo que alrededor del 10% de la población mundial puede haber contraído el coronavirus SARS-CoV-2, causante de la COVID-19, aunque muchos de ellos sin mostrar síntomas.

Ello supondría más de 700 millones de personas, frente a los 35 millones de casos confirmados que se han reportado desde enero.

Sobre los esfuerzos por conseguir la vacuna, se informó que La Casa Blanca bloqueó las nuevas pautas de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) para llevar al mercado posibles vacunas para COVID-19 que probablemente habrían impedido su aprobación antes de las elecciones del 3 de noviembre.

Lo que estaba pendiente era el requisito de la FDA de que los participantes en ensayos clínicos masivos de vacunas fueran seguidos durante dos meses para garantizar que no hubiera efectos secundarios y que las vacunas brinden una protección duradera.

Ante la medida tomada por La Casa Blanca, los funcionarios de la FDA indicaron que las empresas conocen los estándares y se espera que los cumplan.

Desde hace semanas, el comisionado de la FDA, Stephen Hahn, ha intentado reforzar la confianza del público en la revisión de vacunas que realiza la agencia, y ha prometido que los científicos profesionales, no los políticos, decidirán si las inyecciones son seguras y efectivas para la vacunación masiva.

Especialistas del sector privado revisaron su pronóstico de contracción del PIB para este 2020 ante la crisis de la COVID-19. La nueva proyección se sitúa en -9.82%

La caída proyectada es ligeramente inferior a la prevista en agosto, cuando los especialistas calculaban una caída del 9.97% de la economía para este año, mientras en julio las expectativas eran de un decrecimiento del 10.02%.

Los analistas consultados por el Banco de México (Banxico) aumentaron ligeramente sus previsiones para 2021, que ahora proyectan un crecimiento del 3.26%, superior a la previsión anterior que era del 3.01%.

Dicho pronóstico se encuentra lejos del presentado por el gobierno, que proyecta un aumento en el PIB del 4.6% para el próximo año.

El sondeo del banco central también reflejó un aumento en el pronóstico de la inflación general para el cierre de 2020. Los especialistas consultados esperan que la inflación general se sitúe en el 3.89%, frente al 3.82% estimado hace un mes.

Para 2021, esperan que la inflación general cierre en el 3.57%, cifra ligeramente inferior al 3.60% proyectado en julio pasado.

Para el tipo de cambio, proyectan que cierre el año en 22.14 pesos por dólar; en la encuesta anterior la cotización proyectada era de 22.61 unidades por billete. Para 2021 el tipo de cambio que proyectan es  22.33.

En relación a los factores que podrían obstaculizar el crecimiento económico de México en los próximos seis meses, los especialistas consideran que, a nivel general, los principales factores se asocian con las condiciones económicas internas (42% de las respuestas); la gobernanza (23%), y las condiciones externas (18%).

A nivel particular, los principales factores son la debilidad en el mercado interno (22% de las respuestas); la debilidad del mercado externo y la economía mundial (17%); la incertidumbre sobre la situación económica interna (14%); la política de gasto público (13%), y la incertidumbre política interna (12%).

Petróleos Mexicanos (Pemex) reportó este martes una pérdida neta en el primer semestre de 2020 de 26,406 millones de dólares, un aumento de 585.3% o casi seis veces más que el resultado también negativo de 3,853 millones de dólares del mismo periodo de 2019.

En específico para el segundo trimestre del año, la pérdida neta fue de 1,930 millones de dólares (equivalente a 44,300 millones de pesos), lo que contrasta con los 2,400 millones de dólares (52,790 millones de pesos) registrada en el mismo lapso del año pasado.

La petrolera dijo que el precio promedio de la mezcla de exportación fue de 23.84 dólares por barril, un 60.1% menor que el mismo periodo del año anterior.

La empresa informó que sus ventas en el trimestre cayeron un 51.8% a 7,900 millones de dólares (81,693 millones de pesos), ante una disminución del 54.4% de las ventas en el mercado interno y del 48% en las exportaciones.

Al presentar su informe financiero, Pemex atribuyó los resultados a la “parálisis” de la actividad económica global por la crisis de coronavirus y la pérdida cambiaria por la depreciación del peso.

La compañía registró ingresos por un total de 20,277 millones de dólares en el primer semestre del año, lo que representa una caída de 36.4% frente a la primera mitad del 2019.

Adicional, la deuda financiera de Pemex se elevó a 107,200 millones de dólares, desde los 104,796 millones de dólares en que se había ubicado hasta el primer trimestre del año, un aumentó del 24.1%

Las ventas nacionales cayeron 38.3% hasta los 11,187 millones de dólares, mientras que las exportaciones disminuyeron 33.7% al totalizar 8,985 millones de dólares.

En cambio, la producción de crudo promedió los 1,7 millones de barriles diarios durante la primera mitad del año, un incremento del 1.9% frente a ese periodo de 2019. Asimismo, la producción de gas natural creció en 0.2% al situarse en 3,659 millones de pies cúbicos diarios (MMpcd) sin contar el nitrógeno ni la producción de socios.

El rendimiento bruto decreció 58 % hasta los 3.375 millones de dólares, mientras que el rendimiento de operación fue de apenas 27 millones de dólares, 99,5 % menos.

La petrolera precisó que el rendimiento antes de impuestos y derechos (ebitda) tuvo una pérdida 22,744 millones de dólares.

Por otro lado, los pasivos de Pemex, que incluyen deudas de corto y largo plazo, impuestos y derechos, así como pasivos laborales, ascienden a 191,537 millones de dólares, un 12.4% más respecto al cierre de 2019.

El avance de la pandemia de Covid-19 en América Latina y el Caribe llevará al PIB regional a contraerse un histórico 9.1% en 2020 y elevará la tasa de desempleo hasta el 13.5%, informó este miércoles la Cepal.

El organismo de la ONU con sede en Santiago, que el pasado abril estimó para este año una recesión regional del 5.3%, explicó que si bien hay países como Uruguay o Paraguay que han recuperado cierta normalidad y levantado las medidas de contención, “otros han debido mantenerlas o incluso intensificarlas ante el persistente aumento de nuevos casos diarios de la enfermedad”.

Se trata de la peor contracción de la actividad económica desde que se tienen registros y se traducirá en una caída del PIB per cápita regional hasta niveles del 2010, con un desplome del 9.9%, según el nuevo informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

Los países más afectados serán Venezuela con una contracción del 26%, Perú (-13%), Argentina (-10.5%), Brasil (-9.2%), Ecuador (-9%), El Salvador (-8.6%), Nicaragua (-8.3%), Cuba (-8%) y Chile (-7.9%).

En el caso de México, la Cepal proyecta una contracción del 9%, colocándose así entre las economías que mayor caída presentarán.

La nueva previsión es peor que la publicada el pasado 21 de abril, cuando la Comisión estimaba una caída del 6.5%.

Adicional, los indicadores laborales también sufrirán un importante deterioro: la tasa de desempleo se ubicaría en torno al 13.5%, lo que implica un aumento del 2% con respecto a la previsión de abril y del 5.4% comparado con 2019.

El número de desempleados se incrementará así en 18 millones con respecto al año pasado y llegará a las 44.1 millones de personas.

Respecto a la pobreza, el organismo calcula que la tasa aumentará este año hasta el 37.3%, con lo que el número de personas en situación de pobreza pasará de 185.5 millones en 2019 a 230.9 millones este año.

Los mayores incrementos de la tasa de pobreza se producirían en Argentina, Brasil, Ecuador, México y Perú, mientras que la pobreza extrema se incrementará en 28.5 millones este año y tendrá un impacto especial en las mujeres.

Por su parte, BBVA México pronosticó que la economía mexicana se contraerá un 10% en 2020, aunque no descartó que la caída llegue al 12% a causa de la crisis derivada de la pandemia.

“México va a tener una caída profunda, sobre todo por el hecho de que no se estén dando ningún tipo de medidas contracíclicas, que va a hacer que la caída sea más profunda y la recuperación sea más lenta”, consideró el economista jefe de BBVA en México, Carlos Serrano.

El banco estima una recuperación parcial en 2021, con un crecimiento estimado del PIB en un rango de entre el 2% y el 4%, siendo el 3.7% el caso más probable con los datos actuales.

El informe presentado este miércoles contempla que el PIB decrezca un 15.1% en el segundo trimestre de 2020 frente al primero, cuando la economía ya se contrajo un 1.2% en comparación con el trimestre anterior.

BBVA también proyectó que en el país se van a perder 1.37 millones de empleos formales al cierre de 2020, además de que de igual forma, prevén una lenta recuperación.

La pandemia de Covid-19 está ocasionando daños más profundos y extendidos a la actividad económica que lo previsto inicialmente, dijo este miércoles el Fondo Monetario Internacional (FMI) al ajustar a la baja sus proyecciones sobre crecimiento económico.

El FMI detalló que su nueva proyección indica que el Producto Interno Bruto (PIB) global se contraerá 4.9% en 2020, lo que contrasta con el 3% que informó en abril pasado. Añadió que la recuperación en el 2021 será débil, ya que el crecimiento mundial se situaría en 5.4% en comparación con el avance de 5.8% estimado en el reporte anterior.

Aunque muchas economías han empezado a reactivarse, la institución dijo que las características singulares de las cuarentenas y el distanciamiento social han deteriorado la inversión y el consumo.

“Por lo tanto, existe un choque generalizado en la demanda agregada que incluye interrupciones en las cadenas de suministros provocadas por los confinamientos”, dijo el FMI en su informe Perspectivas de la Economía Global de junio.

La actividad en Estados Unidos registrará un declive de 8% y la zona euro se contraerá 10.2%. China, donde las empresas empezaron a reabrir en abril, será la única gran economía que presentará un crecimiento positivo en 2020, que llegará al 1%.

Las economías de Latinoamérica, donde los contagios de Covid-19 siguen creciendo, sufrieron los mayores ajustes en las estimaciones del FMI. La actividad económica de América Latina y el Caribe se desplomará un 9.4% en 2020.

“En América Latina, donde la mayoría de los países aún luchan por contener infecciones, prevemos que las dos economías más grandes, Brasil y México, se contraigan un 9.1% y un 105%, respectivamente, en 2020”, detallan los expertos.

En cuanto a nuestro país, detalla que la proyección se ve afectada debido, en gran parte, a sus lazos con Estados Unidos. En su informe previo, el organismo proyectaba una caída de 6.6% de la economía nacional.

México es así el país de América Latina con la previsión más negativa, así como una de las cinco naciones en el mundo que se espera tenga un mayor golpe a su economía.

Las perspectivas para el 2021 mejoran ligeramente para ambos países respecto a lo proyectado en abril pasado, ya que el FMI espera ahora que la economía brasileña avance un 3.6% y que la mexicana lo haga un 3.3%.

El Banco Mundial revisó a la baja las previsiones de la economía latinoamericana en 2020, con una contracción del 7.2% en 2020, desde la proyección anterior que apuntaba una caída del 4.6% este año.

Así lo ha indicado la entidad a través de su informe de previsiones macroeconómicas globales de junio, en el que ha destacado que el Covid-19 ha empeorado de manera significativa las condiciones económicas de la región.

“Las condiciones económicas en América Latina y el Caribe han empeorado de manera dramática a raíz de los efectos que la Covid-19 ha tenido a través de América Latina y el Caribe. La región comenzó con un pequeño número de casos de Covid-19, pero las propagaciones en la región se han propagado de manera rápida. Además, en muchos países el número de casos registrados podría ser mayor a los datos oficiales”, ha explicado el organismo.

En concreto, el Banco Mundial subraya que las previsiones en América Latina y el Caribe, las cuales son “mucho peores que las de la crisis financiera global”, reflejan el deterioro en las condiciones financieras y la caída en los precios de las materias primas, así como la propagación de una recesión global.

Por países, el Banco Mundial proyecta una caída del 8% en 2020 y una recuperación del 2.2% en Brasil; en México anticipa una contracción del 7.5% en 2020 y un repunte del 3% en 2021; en Argentina apunta a un descenso del 7.3% en 2020 y una subida del 2.1% en 2021 y en Colombia estima una contracción del 4.9% en 2020 y un repunte del 3.6% en 2021.

Además, en Ecuador prevé un descenso del 7.4% en 2020 y una recuperación del 4.1% en 2021; en Bolivia contempla una caída del 5.9% en 2020 y un repunte del 2.2% en 2021; en Chile apunta a una contracción del 4.3% en 2020 y un repunte del 3.1% en 2021; en Perú se proyecta una caída del 12% en 2020 y una recuperación del 7% en 2021; y en Uruguay el informe prevé una caída del 3.7% este año y un repunte del 4.6% en 2021.

En Centroamérica, las previsiones para la economía estiman que se contraiga en un 3.6% en 2020, como consecuencia de las medidas de aislamiento social instauradas para evitar la propagación del Covid durante la primera mitad del año, así como por la caída pronunciada de las remesas, el detenimiento del turismo y una bajada en los precios de productos agrícolas con respecto a 2019. Las previsiones para 2021 de esta región apuntan a un crecimiento del 1.8%.

El informe explica que el crecimiento del 2.8% de Latinoamérica y el Caribe en 2021 se debe a que las medidas para contener el virus cada vez son menos intensas en los diferentes países, así como porque las condiciones financieras y las condiciones de la demanda externa apoyan más a la región.

Estados Unidos, por su parte, se contraerá un 6.1% este año y la zona euro un 9.1%, según el reporte de la principal institución de desarrollo mundial.

Adicional, señaló que la economía mundial se contraerá este año un 5.2%, el mayor desplome desde el fin de la II Guerra Mundial en 1945; Asia será la única región que registrará un crecimiento positivo, pronosticó el Banco Mundial (BM).

“Estas son unas perspectivas profundamente aleccionadoras, con una crisis que probablemente dejará cicatrices duraderas y planteará gigantes desafíos globales”, dijo Ceyla Pazarbasioglu, vicepresidente de Crecimiento Equitativo del BM.

Los ingresos per cápita se prevé que desciendan un 3.6 % a nivel global, lo que supondrá que entre 70 y 100 millones de personas puedan quedar por debajo del umbral de la extrema pobreza (menos de 1.90 dólares al día).

La Secretaría de Economía (SE) informó que, de acuerdo a cifras preliminares de Inversión Extranjera Directa (IED), de enero a marzo de 2020 se captaron 10,334.0 millones de dólares (mdd).

Dicha cifra es resultado neto por empresa o fideicomiso, de la diferencia de 15,601.5 mdd registrados como flujos de entrada y 5,267.5 mdd en flujos de salida.

Si se compara el total de IED captada en el año con las cifras preliminares reportadas para el mismo periodo de 2019 (10,162.0 mdd), se reporta un incremento de 1.7%.

La dependencia detalló que el aumento se concentró en el rubro de cuentas entre compañías, aunque el ajuste posterior de las cifras podría modificar este resultad, pues explicó que como es usual con este tipo de información, la cifra se ajustará conforme nuevas operaciones correspondientes al primer trimestre del año en curso sean reportadas al Registro Nacional de Inversiones Extranjeras.

La IED registrada a la fecha para el primer trimestre de 2020 provino de 1,803 sociedades con participación de capital extranjero, 556 contratos de fideicomiso y 10 personas morales extranjeras.

  • Por tipo de inversión (origen del financiamiento): a través de reinversión de utilidades, 76.1%; por nuevas inversiones, 22%; y, por cuentas entre compañías, 1.9%.
  • Por sector: las manufacturas, 44.1%; servicios financieros y de seguros, 24.9%; comercio, 8.3%; generación de energía eléctrica, agua y gas, 5.1%; minería, 4.8% y construcción 4.4%. Los sectores restantes captaron 8.4%.
  • Por país de origen: Estados Unidos, 38.9%; España, 14.3%; Alemania, 9.4%; Canadá, 7.2%; Países Bajos 4.6%; y, otros países aportaron el 25.6% restante.

Aclaró que los montos reportados únicamente consideran inversiones realizadas y formalmente notificadas ante el Registro Nacional de Inversiones Extranjeras de la Secretaría de Economía.

Las cifras corresponden al primer trimestre del 2020, es decir, de enero a marzo, siendo este último mes cuando comenzó la contingencia sanitaria en el país derivada de la pandemia por Covid-19.

El titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), Alfonso Durazo, encabezó esta mañana el reporte en materia de seguridad en el país actualizado al mes de febrero, en el que resaltó el punto de inflexión en el delito de homicidio doloso con el cual aseguró, “se rompe la tendencia histórica”.

El funcionario federal señaló que en dicho delito se han registrado tres meses con una baja sostenida, aunque sea de manera marginal.

“No podemos sentirnos satisfechos con estos resultados, sin embargo, podemos afirmar que funciona la estrategia que se puso en marcha a partir del primero de diciembre de 2018 (…) la estrategia es correcta”, declaró Durazo.

Señaló que el delito de homicidio está concentrado en algunas entidades del país, por lo que destacó su disminución de manera considerable en algunas entidades federativas como Yucatán, Baja California Sur, Campeche, Aguascalientes, Tlaxcala, Querétaro, Durango y Nayarit.

Respecto al robo de vehículo, el secretario señaló que la cifra correspondiente al mes de febrero de 2020 es inferior en 24.36% respecto a diciembre de  2018. Asimismo, la cifra es inferior en 8.13% respecto a enero de 2020. En materia de secuestro, indicó que a partir de diciembre de 2018 a febrero de 2020, se alcanzó una disminución del 45.34%.

Durante enero y febrero de 2020 en comparación con los mismos meses del año pasado, se logró una disminución del robo a vehículo en un 14.5%, además de la baja en robo a transeúnte un 17.3%. En ese mismo periodo se observó la disminución de robo en transporte público colectivo en 36.7% y en robo a casa habitación en 3.7%.

Por su parte el comandante de la Guardia Nacional, Luis Rodríguez Bucio, informó que en la meta de lograr las 266 coordinaciones de la corporación, este año se avanzará con 50, que aunadas a las 150 que se lograron en 2019, permitirían tener las primeras 200; en 2021 se concretaran las 66 restantes para así llegar a la meta establecida.

En cuanto a los efectivos desplegados en todo el país, se indicó que por la Guardia Nacional, que es policía militar y policía naval, hay 50 mil 349; de la expolicía federal son 18 mil 900, lo que hace un total de 69 mil 304. Por parte de Sedena y de Semar, que brindan personal en apoyo, hay 12 mil 400 de ambas corporaciones, por lo que el gran total de efectivos desplegados es de 81 mil 722.

Rodríguez Bucio informó que actualmente hay 12 mil 832 elementos en adiestramiento, además de los 4 mil 451 elementos que se pretende reclutar este año.

Informó que la Guardia Nacional, en coordinación con otras autoridades, ha logrado detener casi 20 mil personas por diferentes delitos del fuero federal, del fuero común, incluso por faltas administrativas.

Lo que a continuación se les va a explicar es el efectivo que tenemos desplegado en el territorio nacional para cumplir con todas las misiones que tenemos asignadas las fuerzas de seguridad del Estado.

Se detalló que para el plan de migración y desarrollo, hay 8 mil 882 elementos, mientras que en la parte de erradicación de enervantes, casi 5 mil. En instalaciones estratégicas, casi 5 mil 500 hombres, mientras que los efectivos que dan seguridad a los ductos de combustibles son 4 mil 700.

El presidente del INEGI, Julio Santaella, dio hoy el banderazo de salida del Censo de Población y Vivienda 2020, proyecto estadístico que considero como el de mayor envergadura y alcance que se realiza en México cada 10 años para conocer cuántos mexicanos son, cómo son y en dónde viven.

Santaella dijo que el Censo que se levantará a partir de hoy y hasta el 27 de marzo contribuirá a actualizar la información sobre la estructura y distribución de la población, así como de sus características socioeconómicas y culturales, además de que permitirá conocer las condiciones de las viviendas.

La información estadística que se recabe, precisó el titular del INEGI, será fundamental para la planeación, organización y ejecución de políticas públicas de los gobiernos federal, estatales y municipales, y contribuirá a apoyar la toma de decisiones de los sectores público, social y privado.

Santaella dijo que 151 mil entrevistadores, debidamente identificados, tocarán las puertas de alrededor de 45 millones de viviendas para aplicar un cuestionario básico que contiene 38 preguntas y que indaga sobre las características de la población y las condiciones de la vivienda.

A un universo de cuatro millones de viviendas, elegidas de manera probabilística, se aplicará un cuestionario ampliado de 103 reactivos que, además de las preguntas básicas, profundiza en temas como servicios de salud, discapacidad y educación, entre otros.

Ambos cuestionarios, detalló el titular del Instituto, contienen preguntas relacionadas con la edad, sexo, parentesco y situación conyugal; migración, fecundidad y mortalidad, etnicidad, afrodescendencia, discapacidad, religión, servicios de salud, educación y condición de actividad económica.

En cuanto a la vivienda comentó que se preguntará por características constructivas, acceso al agua, electricidad, instalaciones sanitarias y saneamiento, disponibilidad de algunos bienes electrodomésticos y para transporte, así como tecnologías de la información.

Santaella explicó que la información se captará mediante entrevista directa en la puerta del informante y, por vez primera a través de dispositivos de cómputo móviles, lo que significa que toda la información que se recabe estará encriptada y, por ley, protegida la confidencialidad de los datos.

Precisó que los entrevistadores que tocarán a las puertas estarán debidamente identificados con chaleco y sombrero con logotipo del INEGI y portarán de manera visible una credencial con fotografía, holograma y número de folio.

El INEGI recordó que durante estas cuatro semanas se visitarán alrededor de 51 millones de inmuebles de los cuales casi 45 millones serán viviendas y de ellas se estima que 36 millones estén habitadas. Los resultados se darán a conocer el próximo 4 de noviembre.

La Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales (ANTAD) informó este jueves sobre sus planes de inversión por 2 mil 900 millones de dólares para este año, además de que espera que sus ventas totales en 2020 crezcan 6.8%.

En conferencia de prensa, el presidente del organismo, Vicente Yáñez, señaló que a unidades iguales esperan este año un avance en ventas de 3.0% respecto a las registradas en 2019.

Detalló que los 2 mil 900 millones de dólares se destinará a la construcción de nuevas tiendas, remodelación de las actuales, logística, tecnología, capacitación y desarrollo de capital humano.

Vicente Yáñez expuso que entre los factores que podrían afectar el comportamiento del sector está la incertidumbre por el comportamiento de la economía, los problemas de inseguridad, el comportamiento del tipo de cambio, la debilidad del mercado interno y el comercio informal.

De acuerdo con el representante del sector, a lo largo de 2019 las ventas de sus asociados alcanzaron 1.4 billones de pesos, un crecimiento de 7.7% en tiendas totales y 3.4% en unidades iguales.

Además, las empresas adheridas a la ANTAD abrieron más de dos mil 100 unidades en el territorio nacional, y aplicaron inversiones por alrededor de 2 mil 700 millones de dólares.

De acuerdo con el presidente del organismo, el segmento de supermercados, que representa 41.5% de la ANTAD, registró el año pasado un avance de 7.7% en tiendas totales y 3.3% en unidades iguales.

Mientras que Ropa y Calzado, que representa 18.6% de la industria, registró un avance de 8.2% en tiendas totales y 1.2% en iguales; en mercancías generales avanzó 7.4% en totales y 4.5% a tiendas iguales.

Los factores que influyeron en el comportamiento de las ventas en 2019 fueron la debilidad del mercado interno, la incertidumbre por políticas del gobierno, la mayor competencia de los asociados y el comercio informal, además de problemas de inseguridad pública.

El vocero del PAN, Fernando Herrera Ávila, afirmó que pese a los dichos del gobierno federal, “lamentablemente no hay visos de mejora para el 2020”, y acusó que el 2019 fue un año negro para los mexicanos, especialmente para la clase trabajadora.

Señaló que el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) utilizó en campaña el mismo discurso que viene repitiendo en el gobierno, aunque sus decisiones y sus omisiones van justo en sentido contrario a lo que promete; “es como un Rey Midas al revés”, dijo el panista.

Al gobierno, agregó, le gusta engañar con estadísticas y frases vacías que no resisten el más mínimo análisis. “Por ejemplo, ciertos voceros andan diciendo que crearon casi un millón de empleos. Si eso fuera cierto, habría que darles doble Premio Nobel de Economía por hacerlo mientas derrumban la economía de 2.5 a 0.0 por ciento”.

Herrera Ávila indicó que en realidad los empleos totales disminuyeron un 30 por ciento durante el presente año, se dejaron de crear 290 mil empleos formales y, para ocultarlo, el gobierno pretende maquillar las cifras con los beneficiarios de programas clientelares, aquellos diseñados expresamente para captar votos en el 2021.

El vocero del PAN afirmó que el presidente López Obrador utiliza el mecanismo que tanto criticaba en época de Carlos Salinas de Gortari: el uso clientelar de los programas sociales para garantizar la permanencia de su partido en el poder.

Afirmó que en los hechos, la clase trabajadora es una de las más perjudicadas por las políticas del nuevo régimen, pues en los trabajadores que lograron conservar su empleo hubo una precarización, un empobrecimiento, del mismo. “El año pasado, el 59 por ciento de los trabajadores ganaba menos de dos salarios mínimos; hoy, el 66 por ciento se encuentra en esa lamentable situación”.