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Finlandia, en el puesto número 1, y Afganistán, en el 143, son los dos extremos de la lista del Informe Mundial de la Felicidad 2024, que reporta que el país más feliz de América Latina es México, ocupando el lugar 25.

El informe, que está basado en encuestas realizadas en 143 países y cuya publicación coincide con el Día Internacional de la Felicidad, se centra este año por primera vez en analizar la felicidad en las diferentes etapas de la vida.

Los autores apuntan que tradicionalmente se asocia la felicidad a la juventud y se piensa en la vejez como una etapa de la vida menos feliz; algo que ahora se demuestra que no es así.

“La tendencia global positiva en la satisfacción vital” entre las edades de 15 a 24 años acabó con la pandemia del coronavirus, señala el estudio, fruto de una colaboración entre Gallup, el Oxford Wellbeing Research Centre, la Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible de la ONU y el Consejo Editorial del Informe Mundial de la Felicidad (WHR).

Desde 2006-2010, la felicidad en el grupo de personas de personas de 15 a 24 años ha bajado notablemente en América del Norte, “hasta el punto de que los jóvenes son menos felices que los viejos”, y también ha caído en ese grupo, aunque de manera menos abrupta, en Europa Occidental, dice el informe.

En los países de la ex Unión Soviética y en Asia oriental también se han producido grandes aumentos en la felicidad a todas las edades, mientras que en el sur de Asia y Oriente Medio y el Norte de África, por el contrario, ha caído.

De la comparación entre generaciones hecha este año se deduce que, en promedio, las personas nacidas antes de 1965, los ‘boomers’ y sus predecesores, son más felices que aquellas que han nacido después de 1980, mejor conocidos como ‘millennials’ y generación Z.

Estados Unidos cae por primera vez en más de una década del ‘top 20’ de los países más felices del mundo impulsado, especialmente, por la baja en la percepción de la felicidad de sus jóvenes. El Informe Mundial de la Felicidad 2024 lo sitúa en el puesto 23, mientras que en la edición del año pasado ocupaba el 15.

El informe destaca que, en contraste, hay países que muestran aumentos significativos en las evaluaciones y destaca el caso de Serbia, en el puesto 37, y de Bulgaria, en el 81, que han escalado, respectivamente, 69 y 63 puestos desde la edición de 2013.

“Los diez países en la cabecera de la lista siguen siendo prácticamente los mismos desde antes de la pandemia de COVID”, destaca el informe.

A Finlandia, que lleva en el puesto número uno desde hace siete años, le sigue de cerca Dinamarca, Islandia, Suecia, Israel, Países Bajos, Noruega, Luxemburgo, Suiza y Australia.

Los últimos son Afganistán (143), Líbano (142), Lesotho (141), Sierra Leona (140), República Democrática del Congo (139), Zimbabue (138), Bostwana (137), Malaui (136), Esuatin (135) y Zambia (134).

Entre los países latinoamericanos objeto del estudio México (puesto 25) es el mejor situado, seguido de Uruguay (26), El Salvador (33), Chile (38), Panamá (39), Guatemala (42), Nicaragua (43), Brasil (44), Argentina (48), Paraguay (57) Honduras (61), Perú (68), República Dominicana (69), Bolivia (73), Ecuador (74), Colombia (78) y Venezuela (79).

Estados Unidos advirtió a gobiernos y ciudadanos latinoamericanos sobre las intenciones de Rusia a “manipularlos” mediante una supuesta campaña de desinformación en español con la que el Kremlin busca justificar la invasión de Ucrania y denigrar la imagen de Washington en la región.

El encargado de la oficina antipropaganda del Departamento de Estado, James Rubin, señaló que la Administración del presidente Joe Biden está preocupada por las dificultades de Ucrania para lograr el apoyo de los Gobiernos de América Latina.

“Rusia planeó una campaña de desinformación en todo el continente para tratar de manipular a los votantes de América Latina mediante desinformación y difusión de ideas disparatadas”, explica el coordinador del Centro para la Participación Mundial del Departamento de Estado, en entrevista con la agencia Efe.

Según la Administración de Biden, el Gobierno ruso orquesta desde Chile una campaña para captar a medios locales y creadores de opinión de toda América Latina para que difundan su propaganda escondiendo la mano del Kremlin que hay detrás.

Un equipo se encarga de elaborar el contenido en Rusia y envía el material a su gente en la región para que lo difunda en español y portugués a través de medios locales y que parezca información independiente.

“Creemos que eso ocurre en toda la región, en todos los países, como Argentina, Chile, Colombia, México, Cuba, Venezuela y Brasil”, dijo Rubin.

Según el alto funcionario, los mensajes que el Kremlin difunde en Latinoamérica tratan de “justificar lo injustificable”, en referencia a la invasión rusa de Ucrania.

Acusan por ejemplo a Kiev de poseer “armas biológicas, entre otras ideas disparatadas”. “Pero la gente en América Latina debería recordar que no es una opinión sino un hecho que Rusia decidió una mañana invadir a su vecino con cientos de miles de tropas y luego cometer atrocidades en Ucrania contra la gente que vive allí”, afirmó el funcionario.

El coordinador de la oficina antipropaganda también denuncia que Moscú quiere hacer creer que Estados Unidos “tiene la culpa” de esta guerra, pero “fue una decisión de Rusia invadir a su vecino”, insiste.

Y es que varios Gobiernos de izquierda en América Latina han marcado distancias con Estados Unidos y han expresado neutralidad ante la guerra de Ucrania, algo que ha evidenciado la influencia que tiene Rusia en la región.

Por ello, Washington quiere que Rusia deje de “engañar a los pueblos de Latinoamérica y de hacerles pensar que hay alguna justificación para una invasión a gran escala de su vecino”.

Rubin recalca que Moscú tiene todo el derecho a expresar sus opiniones a través de canales y medios de comunicación oficiales, como RT o Sputnik, pero lo censurable es que “esconda su mano” detrás de una presunta campaña de noticias falsas.

La Administración de Biden cree que el Kremlin ha escogido manipular a los medios de esta región porque en Latinoamérica existe libertad de prensa y un apoyo histórico a lo que fue la Unión Soviética.

La Administración estadounidense asegura que se ha puesto en contacto con los Gobiernos del continente para avisarles de la supuesta campaña de desinformación rusa.

Diversos países de América Latina condenaron en las últimas horas los ataques israelíes contra un campo de refugiados densamente poblado en la Franja de Gaza.

Argentina, donde reside la mayor comunidad judía de Latinoamérica, Perú y México arremetieron contra los ataques israelíes, que según el gobierno de Gaza, territorio controlado por Hamás, causaron la muerte de casi 200 personas.

Los pronunciamientos de los países en la región, se suman a lo que funcionarios de derechos humanos de la ONU han afirmado acerca de que los ataques podrían constituir crímenes de guerra.

Esta semana, Bolivia cortó sus relaciones diplomáticas con Israel por el bombardeo y asedio de Gaza y el creciente número de víctimas civiles, mientras que Colombia y Chile retiraron a sus embajadores en el país.

En tanto, “el Perú condena y condenará la violencia venga de donde venga”, dijo el Ministerio de Asuntos Exteriores en un comunicado.

Por parte de México, Alicia Buenrostro, encargada de Negocios en la Representación Permanente de México ante Naciones Unidas, que intervino en una sesión especial de emergencia sobre Gaza, pidió a Israel que cese en su reivindicación de los territorios palestinos, abogando por una solución de dos Estados.

“Esto debe parar”, dijo y añadió que México aumentaría su ayuda a los refugiados palestinos.

Si bien la diplomática exigió a Hamas la liberación inmediata y sin condiciones de los rehenes bajo su custodia, entre los que se encuentran dos mexicanos, también subrayó que la respuesta israelí a dichos ataques ha tenido un saldo de más de siete mil personas fallecidas, más de 18,400 heridas, además de daños incalculables a la infraestructura y otros bienes civiles palestinos.

La embajadora hizo un llamado al cese inmediato y duradero de hostilidades en todos los territorios palestinos ocupados, especialmente los ataques en contra de civiles, por todas las partes del conflicto, y reiteró el llamado al establecimiento de un corredor humanitario y a levantar el estado de sitio en el que se encuentra actualmente la población palestina.

Y es que la profundización de la violencia en la Franja de Gaza está causando un número cada vez mayor de víctimas. La población civil, en particular mujeres, niños y ancianos, es la que se ve más afectada por este conflicto.

“Nada justifica la violación del derecho internacional humanitario”, dijo por su parte en un comunicado la Cancillería argentina que instó a Israel a permitir la entrada de ayuda en el territorio ocupado.

En los últimos días, Israel ha rechazado incluso las peticiones de sus aliados más cercanos, entre ellos Estados Unidos, para que se ponga fin a la violencia, y ha prometido destruir a Hamás, que atacó Israel el pasado 7 de octubre.

Según el gobierno del primer ministro Benjamín Netanyahu, más de 1,400 israelíes murieron y cerca de 230 fueron tomados como rehenes en el ataque sorpresa; mientras que el Ministerio de Sanidad de Gaza ha denunciado que al menos 8,796 palestinos, entre ellos 3,648 niños, han muerto por ataques israelíes.

Tras recibir un apoyo de poco más de 10 millones de euros, la Unicef alertó que América Latina y el Caribe enfrenta  una de las crisis de migración infantil más complejas del mundo.

“Debido a crisis políticas y socioeconómicas prolongadas, la intensificación de la violencia y los desastres naturales, América Latina y el Caribe enfrenta una de las crisis de migración infantil más grandes y complejas del mundo. En la región, alrededor de una de cada cuatro personas en movimiento es un infante”, dijo este viernes el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en una declaración pública.

Ante el aumento de la migración y los riesgos ante desastres naturales, la Unión Europea, a través de su departamento de Protección Civil y Operaciones de Ayuda Humanitaria (ECHO), aportó un total de 10.7 millones de euros en apoyo a los esfuerzos de Unicef para brindar ayuda a los niños y niñas migrantes y refugiados más vulnerables.

La oficina regional para América Latina y el Caribe de Unicef, que tiene su sede en Panamá, precisó que la respuesta integral de Unicef para las comunidades vulnerables incluye salud mental y apoyo psicosocial, espacios de aprendizaje, instalaciones de atención médica y centros de protección.

Estos servicios llegarán a más de 472,000 personas, incluidos 318,000 niños, niñas y adolescentes en Brasil, Colombia, República Dominicana, Ecuador, Perú, Trinidad y Tobago y Venezuela.

En Centroamérica, se trabajará para fortalecer la resiliencia de los servicios de protección y educación para más de 101,000 personas, incluidos 57,000 niños y adolescentes en El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá.

En el Caribe, se ayudará a mejorar la capacidad de respuesta ante emergencias de los sistemas de servicios sociales y se fortalecerá la preparación para casos de desastre en comunidades vulnerables para brindar así a más de 234,000 personas, incluidos 70,000 niños, acceso a servicios seguros de agua potable, nutrición, salud y educación.

“Miles de niños, niñas y adolescentes, y sus familias están abandonando sus hogares debido a múltiples crisis prolongadas, que incluyen violencia, inseguridad alimentaria, pobreza, acceso limitado a servicios esenciales de calidad y amenazas climáticas”, sostuvo el director regional de Unicef para América Latina y el Caribe, Garry Conille.

La Inversión Extranjera Directa (IED) en América Latina durante 2022 subió 55% al alcanzar una cifra récord de 224,579 millones de dólares, informó este lunes la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

“Se registraron las máximas entradas de inversión extranjera directa en la historia de la región desde que se tienen estadísticas”, aseguró el secretario ejecutivo de la Cepal, José Manuel Salazar-Xirinachs, en la presentación de un informe sobre la materia.

Se trata de una cifra un 55.2% superior a la registrada en 2021. Eso hizo que el peso de las entradas de IED en el PIB de la región aumentara y llegara al 4.0%.

“Desde 2013 las entradas de IED en la región no superaban los 200,000 millones de dólares, lo que transforma la recuperación de 2022 en un hito importante para las inversiones de la última década”, sostiene la Cepal en el informe.

Añade que esa recuperación se constató en las principales economías receptoras de inversiones extranjeras, fundamentalmente en América del Sur, y especialmente en servicios, hidrocarburos y manufacturas.

Brasil, con el 41% del total encabeza la lista, seguido de México (17%), Chile (9%), Colombia (8%), Argentina (7%) y Perú (5%), que fueron los países que en 2022 recibieron más IED.

“Esta dinámica es congruente con la recuperación pospandemia y no es claro si se mantendrá en niveles similares en 2023”, asegura el informe de la Cepal.

Salazar-Xirinachs advirtió que “estos flujos por sí mismos no son un indicador del desempeño económico” de los países. “No son equivalente a desarrollo. Puede ser muy buena noticia, es un tema que complementa el desarrollo, pero para tener una visión integral siempre tenemos que mirar otros indicadores sociales y económicos”, afirmó.

Según el titular de la Cepal el desafío es atraer y retener Inversión Extranjera Directa que “contribuya efectivamente al desarrollo productivo sostenible e inclusivo de la región”.

Los principales inversionistas en la región fueron Estados Unidos (38% del total) y la Unión Europea (17%, excluyendo a Países Bajos y Luxemburgo, que tuvieron 12%).

La IED proveniente de países de América Latina y el Caribe, registró un aumento importante al pasar de 9% a 14% del total, afirma el informe.

El Banco Mundial aumentó su previsión de crecimiento para la economía global a 2.1% en 2023, cuatro décimas más que su anterior estimación, aunque redujo en tres décimas sus perspectivas de crecimiento para 2024, al ubicarlo en 2.4%.

El organismo advirtió, sin embargo, de la vulnerabilidad de las economías en desarrollo por los efectos de los aumentos de las tasas de interés para combatir la inflación.

En su nuevo informe de perspectivas globales, el banco dejó claro que la resiliencia que mostraron la mayoría de países a lo largo de 2022, cuando la economía global creció un 3.1% pese a la crisis energética y la guerra en Ucrania, se desvanecerá.

“Me temo que este es otro informe sombrío ya que esperamos que la desaceleración aguda y sincronizada del año pasado continúe durante este año”, apuntó en una llamada con medios el economista jefe del banco, Indermit Gill, quien destacó que el leve crecimiento será sincronizado porque dos de cada tres economías tendrán este año una tasa de crecimiento menor que la del año pasado.

Para 2024, el organismo proyecta que la economía global volverá a tomar algo de ritmo y crecerá un 2.4%, tres décimas menos de lo previsto anteriormente.

Además, el Banco Mundial espera que los efectos sobre el crecimiento de las tasas de interés alcanzarán su pico este año, aunque la inestabilidad bancaria continuará afectado el crédito.

Sobre América Latina y el Caribe, las proyecciones del Banco Mundial señalan que la región crecerá apenas un 1.5% durante este año, dos décimas más que lo antes estimado, aunque el destaca que en lo que va de 2023 la confianza de los consumidores se ha ido despejando y los precios de las materias primas se han recuperado.

Entre las principales economías de la región destaca nuestro país, que el Banco Mundial señala que crecerá un 2.5% este año y que se desacelerará hasta el 1.9% en 2024; en el caso de Brasil, se indicó que mantendrá unas cifras modestas los dos próximos años (1.2% en 2023 y 1.4% en 2024).

Sufrirán una contracción, sin embargo, Argentina (del 2%), lastrada por la grave sequía que ha afectado su producción agrícola, y Chile, que se contraerá un 0.8%. Ambas economías se recuperarán en 2024 y registrarán un crecimiento del 2.3% y del 1.8%, respectivamente.

El informe pone especial énfasis en la situación extremadamente vulnerable de los países de rentas bajas, donde las condiciones fiscales han empeorado durante la última década. Entre los principales problemas de estas economías está el aumento de la deuda pública, el riesgo cada vez más elevado de una suspensión de pagos y los efectos devastadores de la crisis climática.

Además, el organismo analiza las consecuencias de la política monetaria restrictiva de Estados Unidos en las economías emergentes, y concluye que está asociada a efectos negativos y podría incluso contribuir a que surja una crisis financiera en algunos países.

El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, insistió en responsabilizar a “Occidente y la OTAN” de la invasión a Ucrania.

Lavrov fue recibido por el canciller brasileño, Mauro Vieira, con quien discutió la intensa relación bilateral, así como asuntos de la agenda global, con énfasis en el conflicto en Ucrania, según ambos explicaron en una declaración ante los periodistas.

El ministro ruso declaró que el Gobierno de Vladímir Putin desea una “solución duradera” que ponga fin a la guerra, pero aseguró que ni los países de Occidente ni la OTAN “contribuyen” a ello.

El funcionario ruso comenzó en Brasil una gira por América Latina, que lo llevará a Venezuela, Cuba y Nicaragua.

Lavrov acusó a Estados Unidos y Europa de “no cumplir con obligaciones que asumieron hace años”, en una aparente alusión a los acuerdos de Minsk, de 2014 y 2015, que pusieron fin al conflicto en el este de Ucrania, pero que el actual presidente de ese país, Volodímir Zelenski, califica hoy de “concesión”.

El ministro ruso subrayó una y otra vez que la solución a las actuales hostilidades debe ser “duradera” y no “inmediata”, y si bien saludó la propuesta brasileña para intentar crear un grupo de países que facilite una negociación, no se mostró muy abierto con esa posibilidad.

Según la traducción oficial, Lavrov aseguró que Rusia y Brasil “tienen una visión única” en relación al conflicto, aunque Vieira reiteró que la “intención” del Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva es “ayudar a una solución pacífica”, mediante un “grupo de países” que permita promover “un cese al fuego inmediato”.

Lavrov le hizo un guiño también a Brasil, al apoyar el viejo reclamo del país suramericano para convertirse en miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU.

Consideró como una “necesidad” que Brasil se sume con ese estatus a China, Francia, Rusia, Reino Unido y Estados Unidos, y apuntó que también se debe promover “la presencia del continente africano” en ese organismo para “mejorar” la “gobernanza global”.

El ministro de Exteriores ruso se reúne esta tarde con el presidente Luiz Inacio Lula da Silva.

En un informe de la ONU sobre cocaína se indica que una parte importante de la violencia en América Latina relacionada con el narcotráfico se debe a la rivalidad entre los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación.

Uno de los puntos centrales del Informe Mundial sobre Cocaína 2023 es el análisis sobre la fragmentación del ecosistema criminal del narcotráfico, aunque se indica que en México siguen existiendo organizaciones con mucho poder.

“El panorama criminal mexicano también es cada vez más complejo y fragmentado. Actualmente, las autoridades mexicanas han identificado nueve grandes grupos delictivos organizados que incluyen aproximadamente un total de 53 grupos”, indica el informe.

La ONU describe la situación como una red de alianzas cambiantes y muy especializadas que cooperan entre sí en función de la situación.

“El Cártel de Sinaloa, por ejemplo, puede describirse como una ‘red de alianzas’ de múltiples células especializadas, cada una con una función específica en la cadena de suministro”, señala el informe.

El Cártel de Sinaloa y el de Jalisco Nueva Generación son los dos con más presencia internacional, subrayan los expertos de la ONU. Ambos tienen además una gran presencia en el mercado de Estados Unidos.

“Según algunos analistas, el aumento de la violencia relacionada con el narcotráfico en Suramérica y Centroamérica se ha visto impulsado principalmente por la competencia entre los representantes locales de estos dos grupos”, añade.

Como casi ningún grupo criminal controla toda la cadena de suministro de cocaína desde Suramérica hasta los mercados de destino, como Europa y Norteamérica, se crean alianzas en distintas fases del proceso.

“Estas colaboraciones suelen ser muy dinámicas e inestables, como por ejemplo en el caso de México, donde los aliados criminales de ayer pueden convertirse en los enemigos de hoy, y viceversa”, advierte la ONU.

Es por ello que la competencia por el control de espacios o de puntos de distribución puede acabar en actos de violencia.

En algunos casos, los representantes locales de los dos principales cárteles mexicanos han estado detrás de olas de violencia.

Por ejemplo, el informe indica que una serie de actos violentos en Ecuador se vinculó a la rivalidad entre grupos criminales locales vinculados al cártel de Sinaloa y al de Jalisco Nueva Generación.

En Colombia, la desmovilización de las FARC ha llevado a un aumento de la presencia de grupos mexicanos, especialmente, de nuevo, el Cártel de Sinaloa y el de Jalisco Nueva Generación.

El tráfico de cocaína es sólo una parte del negocio criminal de los grupos delictivos mexicanos, ya que están implicados en otras muchas actividades, como el tráfico de marihuana, heroína, estimulantes, armas y personas.

El informe sobre la cocaína de la ONU precisa que en 2020 se produjeron en total casi 2,000 toneladas de cocaína de la máxima pureza, el doble que en 2015.

América Latina y el Caribe recibió un 40.7% más de Inversión Extranjera Directa (IED) en 2021 respecto a 2020, lo que supone un ingreso de 142,794 millones de dólares, pero este crecimiento no fue suficiente para alcanzar los niveles previos a la pandemia, informó este martes la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

“En una región con bajos niveles generales de inversión, la inversión extranjera directa es fundamental para el diseño de una política productiva”, indicó el secretario ejecutivo de la Cepal, José Manuel Salazar-Xirinachs.

Si bien a nivel mundial, los montos de IED aumentaron un 64% en 2021, alcanzando aproximadamente 1.6 billones de dólares, la región “perdió participación” como destino de las inversiones mundiales, representando 9% del total, uno de los porcentajes más bajos de los últimos diez años y lejano del 14% que se registró en 2013 y 2014.

En el informe anual La Inversión Extranjera Directa en América Latina y el Caribe 2022, se señala que la reactivación de las inversiones en 2021 se produjo en todas las subregiones.

Los países que recibieron más montos de IED fueron Brasil (33% del total), México (23%), Chile (11%), Colombia (7%), Perú (5%) y Argentina (5%).

En Centroamérica, Costa Rica se posicionó como el principal receptor de la subregión por segundo año consecutivo. En el Caribe, Guyana fue el país que presentó el mayor crecimiento en monto, superando a República Dominicana, que en años anteriores había liderado la recepción de inversiones en esta subregión.

Los sectores de servicios y recursos naturales, con aumentos de 39% y 62%, respectivamente, fueron los más dinámicos, indica el reporte. En el sector de las manufacturas, la caída de las entradas de IED en 2021 (-14%) se explicó por la disminución de inversiones en Brasil.

La Unión Europea y Estados Unidos fueron los principales inversionistas en 2021, representando el 36% y 34% del total, respectivamente.

“Las telecomunicaciones y las energías renovables se mantuvieron como los sectores que despiertan el mayor interés de los inversores extranjeros para la realización de nuevos proyectos; sin embargo, los anuncios de nuevos proyectos de inversión no repuntaron en 2021 y están en su punto más bajo desde 2007 (51,500 millones de dólares)”, añade el organismo.

El número de fusiones y adquisiciones en la región en 2021 aumentó (33%), pero aún está en uno de los niveles más bajos de la década. Las 20 mayores operaciones totalizaron 18,000 millones de dólares y ocurrieron en Brasil, Chile, Colombia, Guatemala y México.

El 32.1% de la población total de la región, lo que equivale a 201 millones de personas, vivirá en situación de pobreza para finales de este año, de los que 82 millones (13.1%) se encontrarán en pobreza extrema, informó este jueves la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

“La cascada de choques externos, la desaceleración del crecimiento económico, la débil recuperación del empleo y la inflación al alza profundizan y prolongan la crisis social en América Latina y el Caribe”, planteó el secretario ejecutivo de institución, José Manuel Salazar-Xirinachs.

Después de un fuerte crecimiento de la pobreza y un leve aumento de la desigualdad de ingresos en 2020, a consecuencia de la pandemia, 2021 dio cuenta de una reducción de las tasas de pobreza extrema y pobreza y un crecimiento de los estratos de ingresos medios, que no fue suficiente para revertir completamente los efectos negativos de la crisis sanitaria, explica el informe Panorama Social de América Latina y el Caribe 2022.

“No se ha logrado revertir los impactos de la pandemia en materia de pobreza y pobreza extrema y los países enfrentan una crisis silenciosa en educación que afecta el futuro de las nuevas generaciones”, agregó Salazar-Xirinachs.

Las cifras implican que 15 millones de personas adicionales estarán en la pobreza con respecto a la situación previa a la pandemia y que el número de personas en pobreza extrema será 12 millones más alto que el registrado en 2019.

“Los niveles proyectados de pobreza extrema en 2022 representan un retroceso de un cuarto de siglo para la región”, subraya el organismo regional de las Naciones Unidas.

La incidencia de la pobreza es mayor en algunos grupos de la población: más del 45% de la población infantil y adolescente vive en la pobreza y la tasa en las mujeres de 20 a 59 años es más alta que en los hombres en todos los países de la región. De igual forma, la pobreza es considerablemente más alta en la población indígena o afrodescendiente, revela el documento.

En 2021, la desigualdad de ingresos disminuyó levemente con respecto a 2020 en América Latina, situándose en 0.458, en niveles similares a los de 2019.

La desocupación proyectada para 2022 representa un retroceso de 22 años, y afecta especialmente a las mujeres, para quienes la desocupación sube de 9.5% en 2019 a 11.6% en 2022.

Latinoamérica, la región más afectada por la pandemia, creció un 6.9% en 2021 como rebote tras el desplome del 6.8% registrado en 2020, la mayor recesión en 120 años. Para 2022, la Cepal proyecta un crecimiento del 3.2%, aunque prevé una desacelaración en 2023 del 1.4%.

El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) confirmó esta mañana que se reunirá en la Ciudad de México con diversos mandatarios de Latinoamérica, entre el 23 y el 25 de noviembre para tratar el tema de la integración de América.

“El 23 (de noviembre) viene el presidente (Gabriel) Boric (de Chile), el 24 viene el presidente (Alberto) Fernández (de Argentina). Estamos esperando confirmación del presidente (electo) Lula (Da Silva). Viene el presidente de Ecuador (Guillermo Lasso), viene el presidente de Perú (Pedro Castillo), el presidente de Colombia (Gustavo Petro), pero es el 23, 24 y 25”, indicó.

Aunque originalmente la reunión estaba programada para realizarse en el estado de Oaxaca con los jefes de Estado de la Alianza del Pacífico, que incluye a México, Chile, Colombia y Perú, el mandatario detalló que la sede cambiará a la Ciudad de México “por cuestiones de logística”.

A la cumbre de la Alianza del Pacífico también asistirán el mandatario de Ecuador y el de Costa Rica, Rodrigo Chaves, quienes pretenden unirse al bloque comercial.

Hace unos días, López Obrador había explicado que la reunión tiene como finalidad tratar el tema de la integración de América para la cooperación económica con respeto a la soberanía de cada país.

En ese sentido, el presidente reiteró ahora que debe procurarse el sueño de Simón Bolívar de integrar a América, incluso con Canadá y Estados Unidos.

“Se tiene que buscar integración económica, comercial, política con respeto a las soberanías de los países, ese es el planteamiento que tiene México”, dijo en su conferencia matutina.

Sin embargo, advirtió que eso debe significar un cambio en la política de Estados Unidos con América Latina y el Caribe, aunque aceptó que ha habido avances positivos al respecto.

“Es positivo el que se haya reconocido sin dilación el triunfo del presidente Petro en Colombia, es positivo el que se haya también reconocido el triunfo de Lula, es positivo el que no tenga una actuación injerencista en el caso del Perú”, afirmó.

Asimismo, destacó que es bueno que Estados Unidos esté reiniciando relaciones con Venezuela, así como que se estén restableciendo las relaciones entre el gobierno colombiano y el venezolano.

“Yo pienso que es posible una integración completa, (similar) a cómo surge la Comunidad Europea”, afirmó.

Además, aseveró que con el reciente triunfo en las elecciones de Lula en Brasil “hay condiciones inmejorables” para la unión de la región.

“Un desarrollo con justicia, en beneficio de todos los pueblos, de todos los países para que América no sea considerada o se le considere como un continente de desigualdad y de pobreza”, remató.

El desempeño económico de los países de América Latina ha mejorado en 2022 y ha regresado a los niveles previos a la pandemia de coronavirus. Sin embargo, el crecimiento regional se desacelerará y caerá casi la mitad en 2023, según las nuevas previsiones del Banco Mundial (BM).

En un su informe “Nuevos enfoques para cerrar la brecha fiscal”, el BM prevé que “los vientos favorables se conviertan en vientos en contra” y que el crecimiento de 3% pronosticado para 2022 retroceda a 1.6% el próximo año.

Se trata de niveles similares a los de la década de 2010, cuando la economía creció a un promedio de 2.2% anual.

Entre los principales factores que desacelerarían el desempeño económico el año próximo, aparecen un posible descenso de los precios de las materias primas, el impacto del aumento de las tasas de interés en Estados Unidos para contener la inflación, el debilitamiento de las economías de los países más desarrollados y la persistente recesión en China por los confinamientos que reducirá las exportaciones.

Entre los países con menores previsiones de crecimiento para 2023 aparecen Chile, con una caída de 0.5%, por debajo del 1.8% proyectado para 2022; Brasil, con 0.8% desde el 2.5% de este año; Colombia, con una pronunciada caída al 2.1% en comparación con el 7.1% de 2022.

En ese grupo se encuentra México, para quien el Banco Mundial México espera que crezca apenas un 1.5% en 2023 y un 1.8% este año.

De acuerdo con el BM, en la mayoría de los países de la región, el Producto Interno Bruto (PIB) y el nivel de empleo recuperaron en 2022 los niveles de 2019, aunque con tasas de crecimiento limitadas.

La cifras reveladas por el BM representan una revisión de las que había ofrecido en junio, cuando pronosticó que 2022 cerraría con un crecimiento regional de 2.5% y de 1.9% para 2023.En 2021, el año posterior al inicio de la pandemia, el repunte económico fue del 6.7%.

Entre las recomendaciones del organismo aparecen un análisis cuidadoso del gasto público y de la política tributaria que incluye una mejora en la eficiencia del gasto.

Los niveles de educación retrocedieron al menos una década en América Latina por el impacto de la pandemia y existe el riesgo de que se pierda una generación de estudiantes si los gobiernos no toman medidas urgentes para mantener a los niños en las escuelas, advirtió este jueves el Banco Mundial (BM),

Debido a la pandemia los puntajes en asignaturas fundamentales como lengua y matemáticas cayeron a niveles de más de 10 años atrás: cuatro de cinco niños de sexto grado (80%) no tendrían la capacidad de entender e interpretar un texto básico para su edad comparado con el 50% que tenían esa misma dificultad antes de la pandemia.

De acuerdo con el informe del BM “Dos años después: salvando a una generación”, millones de niños y adolescentes corren el riesgo de dejar la escuela por haberse quedado atrás en el aprendizaje, y alerta que esas pérdidas de aprendizaje se traducirían en un descenso del 12% en los ingresos durante toda su vida.

La pandemia ha dejado graves efectos en la región, que a pesar de albergar a sólo el 8% de la población mundial ha tenido el promedio más elevado de muertes globales. La economía regional ha sido también la más azotada, con una contracción de los ingresos per cápita a niveles de hace una década.

Las escuelas en Latinoamérica y el Caribe permanecieron cerradas o parcialmente cerradas durante 58 semanas, levemente por detrás del Sur de Asia y América del Norte. En la región, toda una generación de estudiantes, unos 170 millones, quedaron sin educación presencial durante aproximadamente uno de cada dos días escolares efectivos, según el informe del BM.

El reporte, que aclara que ya existía una crisis educativa en la región antes de la pandemia, destacó que hubo esfuerzos para ofrecer educación remota mientras las escuelas permanecieron cerradas, ya sea a través de plataformas en línea, televisión, programas radiales o por las redes sociales, e incluso a través de mensajes de texto por teléfonos celulares.

Sin embargo, la educación a distancia enfrentó numerosos desafíos, entre ellos los desequilibrios en el acceso a internet y a los dispositivos electrónicos.

El impacto ha sido más fuerte en los niños más pequeños, hasta el quinto grado, y en los de familias más vulnerables o con mayores dificultades socioeconómicas, según el informe.

Di Gropelo dijo que la educación fue impactada en todos los países, aunque algunos, como Uruguay, estaban mejor preparados tecnológicamente antes de la pandemia y tuvieron efectos más moderados. En otros, como los de Centroamérica, por ejemplo, el golpe fue mayor debido a la falta de acceso a internet y a la vulnerabilidad de buena parte de su población, explicó.

El estudio destacó dos grandes desafíos: la vuelta a la escolaridad para que todos los niños regresen a la escuela y permanezcan en ella y la recuperación del aprendizaje, que incluye una medición del nivel donde está cada niño, un enfoque en las áreas más importantes como la lectura y la matemática y la implementación de programas y estrategias para recuperar el nivel.

En América Latina, el hambre se ha convertido en una “pandemia” paralela a la de la COVID-19, al alcanzar en 2020 a casi 60 millones de personas en la región, un 30% más que el año anterior y la mayor cifra de los últimos 20 años, según alertó la FAO.

Más de 59.7 millones de personas padecieron hambre el año pasado, un 9.1% de la población total de la región, según indicó el último informe anual de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), lo que se traduce en 13.8 millones más que en 2019.

Este panorama convierte a Latinoamérica en la región que más empeoró del mundo en términos de inseguridad alimentaria en 2020 e implica seis años consecutivos de incremento de hambre.

“Debemos decirlo fuerte y claro: América Latina y el Caribe enfrenta una situación crítica en términos de su seguridad alimentaria. Ha habido un aumento de casi el 70% en el hambre entre 2014 y 2020”, señaló Julio Berdegué, representante regional de la FAO.

Haití, Venezuela y Nicaragua son los países con mayor prevalencia de hambre con un 46.8%, 27.4% y 19.3% respectivamente, alertó la FAO, seguidos por Guatemala (16.8%) y Honduras (13.5%). El resto de países registraron una prevalencia inferior al 10% y menor al 2.5 % en el caso de Brasil, Cuba y Uruguay.

Las cifras son del informe Panorama regional de seguridad alimentaria y nutricional 2021, una publicación conjunta de la FAO con otras entidades como la Organización Panamericana de la Salud y la Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS) o el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA).

Según apunta el reporte, este panorama “podría explicarse en parte por los efectos de la COVID-19”, que deja 46.5 millones de contagios totales y 1.5 millones de fallecidos, además de una contracción del 6.8% del PIB en 2020, la mayor en 120 años.

En 2020, 267 millones de personas padecieron inseguridad alimentaria, es decir, 60 millones de personas más que en 2019 no tuvieron acceso físico o económico a comida en cantidad o calidad suficiente para su salud y desarrollo.

“La pandemia ha agravado la situación”, reconoció Rossana Polastri, directora regional del FIDA, sin embargo el hambre “lleva en aumento desde 2014 (…) debemos corregir las vulnerabilidades profundas de nuestros sistemas alimentarios y hacerlos más inclusivos y sostenibles para que brinden bienestar a nuestras sociedades”, agregó.

El reporte también señala que el fenómeno de la inseguridad alimentaria afectó más a mujeres (41.8%) que a hombres (32.2%) y que la región “está perdiendo la batalla contra la obesidad”, que ha experimentado aumentos “significativos” y afecta a uno de cada cuatro adultos (106 millones de personas en total).

Entre los menores, el sobrepeso también ha ido en aumento desde hace 20 años, y en 2020, 3.9 millones de niños, el 7.5% de los menores de cinco años, padeció esta condición, casi 2 puntos porcentuales por encima del promedio mundial.

La pandemia de la COVID-19 hizo retroceder la Inversión Extranjera Directa (IED) en América Latina a niveles no vistos en la última década al provocar una caída del 34.7% en el flujo de capital el año pasado, el mayor descenso desde el que se registró en 2009, durante la Gran Recesión.

“Las entradas desde el extranjero fueron las menores desde 2010, una gran caída que da continuidad a una tendencia a la baja que comenzó en 2013”, dijo este jueves la secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), Alicia Bárcena.

La región recibió 105,480 millones de dólares de trasnacionales el año pasado, lo que implica una caída interanual de 56,000 millones de dólares y un retroceso que va en sintonía con el promedio mundial, que experimentó una caída de la IED del 35%, según datos del organismo dependiente de la ONU.

El escenario de crisis sanitaria y de incertidumbre económica generada por la COVID-19, agregó Bárcena, hizo caer la inversión extranjera en todos los países de la región excepto en cinco: Bahamas, Barbados, Ecuador, Paraguay y México.

“Además, la participación de la IED en el PIB fue únicamente del 2.5% en 2020, frente al promedio de la década anterior, del 3.5%”, enfatizó el organismo.

Y es que con 41.1 millones de infectados y 1.38 millones de muertos por COVID-19, América Latina y el Caribe es una de las regiones más afectadas del mundo por la crisis sanitaria en términos económicos.

La pandemia, que provocó un caída del 6.8% del PIB regional en 2020, la mayor recesión en 120 años, disminuyó un 21% las adquisiciones y fusiones transfronterizas, que totalizaron 26,000 millones de dólares, una cifra levemente superior a la de 2009, agregó la Cepal.

Brasil, el país que más capital extranjero recibió, perdió en 2020 un 35.4% de sus entradas, aproximándose de forma inédita al segundo país de la lista, México, que aumentó sus flujos en un 6.6%

En Suramérica en su conjunto, la IED se redujo en un 40.4%, siendo los países más afectados Bolivia con una caída del 406%, Perú con 87% y Uruguay con 53%.

En tanto, los países que conforman el Caribe cayeron un -25.5% en promedio, aunque la zona más afectada fue Centroamérica, con un descenso de la inversión en todas sus naciones y una caída en promedio del 89.4%.

Con estas cifras, alertó Bárcena, “la IED no va a ser un motor de recuperación en la región a menos que haya una mayor decisión en materia de las políticas que garanticen su reactivación”.

El Fondo de Inversión Directa de Rusia (FIDR), que comercializa la vacuna Sputnik V, prometió hoy a países de América Latina que pondrá fin este mes a los retrasos en los suministros del preparado ruso.

“El equipo de Sputnik V confirma que, debido al gran aumento en la capacidad de producción de vacunas, los retrasos temporales en la entrega del segundo componente se resolverán por completo en agosto”, informó el fondo soberano ruso.

El FIDR señaló que han establecido acuerdos de fabricación con 14 países, lo cual permitirá duplicar la capacidad de producción y destacó, en particular, el papel de Serum Institute de la India, el mayor productor de vacunas del mundo.

Ayer, el fondo anunció que Argentina comenzará a producir la segunda dosis de la vacuna, a fin de cubrir sus necesidades internas y las de los países vecinos.

“La demanda de Sputnik V a nivel internacional sigue siendo muy alta debido a su eficacia y seguridad excepcionales, así como la ausencia de efectos secundarios graves, como los que se han observado durante la aplicación de otras vacunas”, añadió el fondo.

Además, el FIDR recordó que en países como Argentina y México, en los que la Sputnik V fue incluida en las campañas de vacunación, se ha observado “una disminución constante de los contagios”, y defendió que este fármaco “es una de las vacunas más eficientes contra todas las cepas del coronavirus, incluida la Delta”.

El fondo soberano ruso desmintió los “informes inexactos” que han sido publicados por varios medios, y aseguró “ni un solo país ha cancelado su contrato de suministros de Sputnik V”. “Por el contrario, la demanda continúa aumentando significativamente debido a su excepcional seguridad y eficacia, como se demuestra a través de los datos de vacunación a nivel mundial”, concluyó.

Los retrasos en los envíos de la vacuna anticovid-19 rusa Sputnik V han desencadenado reclamos de países de América Latina, región considerada por Rusia como el mercado más prometedor para su fármaco, y han sembrado dudas sobre la capacidad de su industria farmacéutica para cumplir los contratos.

El pasado 22 de julio, las autoridades argentinas pidieron al FIDR el envío de más segundas dosis del compuesto, y señalaron la posibilidad de romper el contrato. Seis días después, el gobierno de Guatemala anunció la modificación del contrato de adquisición de vacunas, y redujo a la mitad, de 16 a 8 millones, la cantidad de dosis acordadas el pasado mes de abril.

También se registran retrasos importantes en los suministros de la Sputnik V en Venezuela, y en el caso de nuestro país, también ha habido retrasos, aunque se ha logrado subsanar dichos inconvenientes.