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El gobierno de España dio el beneplácito para que el exgobernador de Sinaloa, Quirino Ordaz, sea el nuevo embajador de México, según confirmó este viernes el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard.

“Les comparto, por instrucciones del presidente López Obrador, el beneplácito otorgado a Quirino Ordaz como embajador de nuestro país ante el Reino de España. Procedo a turnarlo a la Secretaría de Gobernación para los efectos de ley”, informó el titular de la SRE en Twitter.

El canciller añadió al mensaje el documento que el Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación de España envió a México, en el que se notifica que se aceptó a Ordaz como embajador en el país.

El ministerio “saluda atentamente a la Embajada de México y tiene a honra poner en su conocimiento que el Gobierno de España ha concedido su beneplácito a favor del excelentísimo Sr. Quirino Ordaz Coopel como nuevo embajador extraordinario y plenipotenciario de los Estados Unidos Mexicanos ante el Reino de España”, se lee en el documento, fechado el 27 de enero.

Recordemos que López Obrador anunció en septiembre de 2021 que propondría al entonces gobernador de Sinaloa, de las filas del PRI, como nuevo embajador de México en España. La propuesta llegó luego de una polémica por el cese en agosto pasado del ensayista Jorge F. Hernández como agregado cultural de la Embajada en Madrid por dichos considerados como “muy ofensivos y misóginos” contra la entonces embajadora mexicana, María Carmen Oñate.

No obstante, la aceptación de Quirino Ordaz como embajador de México en España no se formalizó hasta esta semana, lo que levantó diversas sospechas de que el retraso en dicho trámite podría deberse a los roces que ha habido en la relación entre ambos países.

“Va bien, es un proceso, tarda, pero no ha habido ninguna notificación del gobierno de España de que no acepten a Quirino Ordaz como embajador. Yo creo que ya en unos días más se va a dar el beneplácito, no hay ningún motivo para que no se acepte”, dijo AMLO el pasado 19 de enero en su conferencia matutina.

Agregó que, pese a que sus adversarios quisieran que hubiese un conflicto con el gobierno español, las relaciones entre ambas naciones “están bien”, aunque reconoció discrepancias, especialmente porque España no aceptó ofrecer una disculpa por la conquista para así “reiniciar” una nueva “etapa” en la relación bilateral.

JORGE CASTAÑEDA

EL FINANCIERO

 

 

Haber otorgado el beneplácito al embajador de la dictadura de Nicolás Maduro en México constituye una vergüenza para el país, un error político, pero sobre todo una pifia diplomática innecesaria. Lo es por la persona a la que le fue concedido, por las explicaciones que se dieron, y por la incapacidad o renuencia a adoptar una solución factible, fácil y económica.

Francisco Arias Cárdenas fue golpista con Chávez en 1992. Se dirá que se trataba de una buena causa, contra un régimen neoliberal; que Chávez también lo fue; pero nada de todo eso justifica su aceptación por un tercer país. Los venezolanos eligieron a Chávez en 1998, pero México no tenía por qué aceptar a uno de sus colegas. Ya me imagino si el gobierno chileno de Patricio Aylwin, en 1990, nos hubiera mandado de nuevo embajador a un exmiembro de la junta que derrocó a Salvador Allende. Que por cierto Carlos Andrés Pérez, el presidente venezolano contra el cual se alzaron, entre otros, Chávez y Arias Cárdenas, era tan amigo de México como el Chicho.

En segundo lugar, la Cancillería inventó una serie de mentiras o medias verdades para justificar el otorgamiento del beneplácito. La Convención de Viena no obliga a otorgar o negar beneplácitos en un plazo determinado y la supuesta, anacrónica y absurda Doctrina Estrada no dice absolutamente nada al respecto. La tesis según la cual en los archivos de la Cancillería no figura ningún trazo de un beneplácito anteriormente negado es un argumento para tontos e ignorantes. Los beneplácitos no se niegan por escrito; se hace palpable de manera indirecta u oficiosa que un determinado país no desea que fulano de tal sea el embajador de otro determinado país y punto.

Me remito a los dos casos que sí conozco, de dos beneplácitos negados en los hechos a México, en los años ochenta. Tanto el Reino de Holanda como el Reino Unido le comunicaron a los gobiernos de De la Madrid y de Salinas de Gortari que sus candidatos a ocupar la representación diplomática de México en La Haya y Londres no eran aceptables, y que mejor los retiraran. Si no deseaban hacerlo, no habría un rechazo formal, pero jamás una aceptación. Se retiraron ambas candidaturas, después de un “intervalo decente”.

Por último, acceder a la petición de Maduro fue un error político. La embajadora anterior del dictador había sido por lo menos aprobada por la Asamblea Nacional, donde la oposición es mayoritaria. Arias Cárdenas es el embajador de la Asamblea Constituyente, espuria, desconocida por buena parte del mundo, y repudiada por el pueblo venezolano. Maduro lo es también. Incluso en términos jurídicos no queda claro si podrá tomar posesión de la representación diplomática en la Ciudad de México.

Pero, sobre todo, la metida de pata trae dos consecuencias lamentables. En primer lugar, cualquier taparrabos de neutralidad al que hubiera podido aspirar López Obrador se destruyó. Por razones de pura afinidad ideológica, se otorgó un beneplácito innecesario. ¿Por qué innecesario? La respuesta es evidente para cualquiera con un mínimo de experiencia. Bastaba con no dar respuesta a la solicitud de Maduro: ni sí, ni no. Nos lo han hecho muchas veces; todos los países recurren a esta medida; nadie puede reclamar nada, y si reclaman, ni siquiera es pertinente responder. “Estamos estudiando el caso”.

Al desaparecer todo viso de neutralidad, queda patente la toma de partido de AMLO por Maduro, y la marginación completa de la Cancillería. Sabíamos que no metió ni las manos en el tema del Rey de España; conocimos las objeciones del secretario a las modalidades de la visita de Kushner a México y cómo fue informado a última hora; ahora nos enteramos que tampoco incide en la política hacia Venezuela. Nadie nos va a convencer de que Ebrard no sabía que existía una alternativa, y que prefirió el oso de Arias Cárdenas a la demora indefinida. Fue Morena, y las huestes chavistas mexicanas, que obviamente se brincaron a Ebrard y convencieron a quienes mandan que sí había que aceptar al enviado de Maduro. Golpista, ilegal e innecesario.

El Gobierno de México dio el visto bueno a la designación del exmilitar Francisco Arias Cárdenas como embajador de Venezuela en nuestro país.

Arias Cárdenas fue nombrado para el cargo por el presidente Nicolás Maduro, aunque se ha señalado que ficho nombramiento no reúne con los requisitos que marco su constitución, pues fue designado sin el respaldo de la Asamblea Nacional, la cual preside el opositor Juan Guaidó.

El diplomático no podrá ejercer como embajador hasta que el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) no acepte sus cartas credenciales, sin embargo, será tratado como un representante diplomático más de Venezuela.

Al respecto, la cancillería indicó que según el Artículo 4 de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas de 1961, en vigor desde el 24 de abril de 1964, el Estado acreditante deberá asegurarse de que la persona que se proponga como jefe de la misión ante el Estado receptor ha obtenido el beneplácito de ese Estado.

Explicó que el beneplácito o plácet se otorga con respecto a la persona por acreditar y no sobre el procedimiento que en el Estado acreditante se lleva a cabo para nombrarlo.

“México realiza el análisis referido con apego a sus principios constitucionales y a la doctrina Estrada. Es decir, sin que este trámite conlleve de forma implícita el reconocimiento o desconocimiento de un gobierno extranjero con el que se mantienen relaciones diplomáticas”, como es el caso de Venezuela.

A través de un comunicado, la SER dijo que el gobierno de México reitera su apego a los principios de no intervención en asuntos internos de los países, de autodeterminación de los pueblos y de respeto, protección y promoción de los derechos humanos.

La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) informó este martes que otorgó hoy el beneplácito a Christopher Landau como embajador de los Estados Unidos en nuestro país.

Detalló que la propuesta del nombramiento de Landau se recibió por medio de su embajada a finales de febrero pasado.

“El Gobierno de México confía en que, de concretarse la designación de Christopher Landau, ésta contribuirá a impulsar y a fortalecer una relación bilateral de respeto y entendimiento mutuo”, señaló la dependencia.

Por su parte el presidente de la Comunidad Americana y representante del Partido Republicano en nuestro país, Larry Rubin, aseguró a través de un comunicado que “nos da gusto saber que se haya tomado una determinación sobre el nombramiento a Embajador de Estados Unidos en México”.
Señaló que trabajará de la mano de Christopher Landau para coadyuvar en el continuo fortalecimiento de la relación bilateral.
Rubin enfatizó que aunque también buscaba dicha designación, su compromiso sigue siendo total por una relación bilateral llena de oportunidades para ambas naciones, y “ser útil para el Presidente Trump y para nuestro Partido, al igual que trabajar de la mano con el Embajador nominado dentro de un marco de entendimiento y fortalecimiento con el gobierno que encabeza el Presidente Andrés Manuel López Obrador”.
Ahora el proceso continuará ahora en el Senado de Estados Unidos, donde la Comisión de Relaciones Exteriores tendrá las audiencias y el mismo Senado llevar a cabo la confirmación del nombramiento.