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El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se reunirá con su homólogo chino, Xi Jinping, el 15 de noviembre al margen del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) en San Francisco, confirmaron funcionarios de ambos países este viernes.

“Nuestro objetivo será intentar tomar medidas que estabilicen las relaciones entre Estados Unidos y China, aclarar ciertos malentendidos y abrir nuevas líneas de comunicación”, dijo un alto funcionario estadounidense, que pidió el anonimato.

El ministerio de Asuntos Exteriores chino informó de que Xi viajará a San Francisco del 14 al 17 de noviembre para asistir a la “reunión de jefes de Estado de China y Estados Unidos”, confirmando así por primera vez que tiene previsto asistir a la reunión de líderes del APEC.

Este será el segundo encuentro entre los dos mandatarios desde que Biden asumió el cargo en enero de 2021, y su séptima conversación desde esa fecha. Será también la primera visita de Xi a Estados Unidos desde 2017.

San Francisco será sede, al mismo tiempo, de la cumbre del APEC, que se celebrará del 12 y al 18 de noviembre.

Biden prevé advertir a su homólogo chino que los estadounidenses están “extremadamente preocupados” ante una eventual interferencia de Pekín en las elecciones presidenciales de Taiwán en 2024, afirmó a su vez una alta funcionaria estadounidense.

Estimó que el año que viene, con las elecciones taiwanesas y con las presidenciales de noviembre en Estados Unidos, podría ser “bastante turbulento” para las relaciones entre Washington y Pekín.

“También estamos preocupados por la intensificación sin precedentes, peligrosa y provocadora, de las actividades militares (chinas) en torno a Taiwán”, añadió, indicando que Biden tratará ese tema en la cumbre.

Sin embargo, repetirá a China, que reclama su soberanía sobre la isla, que Washington no apoya la independencia de Taiwán y que, por tanto, la política estadounidense al respecto no ha cambiado.

Altos funcionarios indicaron que se discutirán los principales temas internacionales del momento, en particular los enfrentamientos militares entre Israel y Hamás.

Biden espera que China “diga muy claramente, como parte de su relación emergente con Irán, que es esencial que (Teherán) no busque intensificar o expandir” este conflicto.

El alto funcionario señaló que esta cumbre tendrá lugar en un contexto en el que Estados Unidos goza de una buena salud económica y mantiene una intensa actividad diplomática para fortalecer sus alianzas en Asia.

El encuentro se desarrollará en varias “sesiones”, como sucedió hace un año en Bali (Indonesia), cuando se reunieron durante unas tres horas al margen del G20, indicaron estas fuentes.

China destituyó este martes al ministro de Defensa, Li Shangfu, y expulsó del Consejo de Estado al excanciller Qin Gang, informaron medios oficiales en el marco de una importante reestructuración de la cúpula dirigente.

Este anuncio llega tras meses de especulaciones, después de que Qin fuera destituido abruptamente de su cargo como jefe de la diplomacia sin ninguna explicación, para ser reemplazado por Wang Yi, que dirige la política exterior del Partido Comunista que gobierna China.

Antes del anuncio de este martes, Li estuvo semanas sin participar en ningún acto público.

“En la sexta reunión del comité permanente de la XIV Asamblea Popular Nacional de la República Popular China, el 24 de octubre de 2023 se decidió (…) destituir a Li Shangfu de los cargos de miembro del Consejo de Estado y ministro de Defensa”, informó la cadena estatal CCTV que indicó que Qin también fue depuesto de su cargo en el Consejo de Estado.

Los medios no nombraron a un sustituto para Li y no explicaron los motivos de su destitución.

Desde septiembre, la ausencia de Li avivó la circulación reportes de que había sido apartado del cargo. El diario The Financial Times informó a mediados de septiembre que el gobierno estadounidense creía que Li estaba siendo investigado por las autoridades y que había sido destituido.

El ministro de Ciencia y Tecnología, Wang Zhigang, y el ministro de Finanzas, Liu Kun, también fueron destituidos de sus cargos, según informes de la CCTV.

El presidente ruso, Vladímir Putin, viajará la próxima semana a China, donde tendrá lugar los días 17 y 18 el III Foro de las Nuevas Rutas de la Seda, según informó hoy el asesor para Asuntos Internacionales de la Presidencia rusa, Yuri Ushakov.

Ushakov señaló a los medios que la visita de Putin está planificada para la próxima semana, después de estar mañana y el viernes en Kirguistán, en lo que supone el primer viaje al exterior desde inicios de 2023 y desde la orden de arresto que emitió la Corte Penal Internacional (CPI) en marzo pasado en su contra.

Fue el pasado 20 de septiembre cuando el jefe del Kremlin aceptó la invitación de China para participar en el foro, en cuyos márgenes se prevé además una reunión entre Putin y el presidente chino, Xi Jinping.

El secretario del Consejo de Seguridad ruso, Nikolái Pátrushev, afirmó que Putin prevé mantener conversaciones “sustanciales” con Xi.

En tanto, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, dijo a principios de mes que la agenda de la visita de Putin al vecino asiático incluye la discusión de temas que ya están claros y que “son bastante voluminosos”, como el comercio bilateral, la cooperación económica y la situación mundial y regional.

En febrero de 2022, poco antes del comienzo de la intervención militar rusa en Ucrania, Putin y Xi proclamaron en Pekín la “amistad sin límites” entre sus naciones.

En marzo de este año, durante la visita de Xi a Rusia, el mandatario chino intentó convencer a Putin de su iniciativa de paz de 12 puntos y, según el Financial Times, advirtió a su homólogo ruso contra el uso de armas nucleares.

El III Foro de las Nuevas Rutas de la Seda conmemorará los diez años del lanzamiento de la “Belt and Road Initiative”, como se denomina en inglés, el programa estrella multilateral de China para afianzar su influencia internacional mediante proyectos de cooperación e infraestructura en otros países.

China rechazó hoy la acusación de Estados Unidos de ser un “país de origen de drogas” y la calificó de “maliciosa y sin fundamento”, mientras defendió su papel como un “modelo” en la lucha contra el narcotráfico.

La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores Mao Ning se refirió al informe oficial remitido al Congreso de Estados Unidos en el que se incluye a China entre los países que supuestamente no hacen lo suficiente para combatir el tráfico de drogas.

“No tiene fundamento y es pura difamación maliciosa. China se opone firmemente y ha presentado una protesta ante Estados Unidos”, indicó Mao en conferencia de prensa.

Mao destacó que el Gobierno chino otorga una “gran importancia” al trabajo antidrogas y ha adoptado “medidas estrictas” para controlar las sustancias estupefacientes, al tiempo que recordó que China ha incluido en su lista de control 456 tipos de drogas, lo que lo convierte en uno de los países con más sustancias reguladas y con una de las legislaciones contra el narcotráfico más estrictas del mundo.

Asimismo, señaló que China “coopera activamente con la comunidad internacional” en materia de prevención, tratamiento, rehabilitación y educación antidrogas, y ha contribuido a la seguridad y estabilidad regionales y globales.

La funcionaria criticó que Estados Unidos es el “agujero negro” y la “fuente del caos” del problema mundial de las drogas, ya que “consume el 80% de los opiáceos del mundo con solo el 5% de la población mundial”.

No es la primera vez que se Washington hace este tipo de señalamientos contra Pekín. En mayo pasado, en el senado estadounidense, el secretario de Estado, Antony Blinken, denunció que China no estaba “cooperando de forma genuina” con Washington para frenar el narcotráfico.

A este enfrentamiento entre los dos países se ha sumado México; y es que en los últimos meses, la tensión entre Estados Unidos y nuestro país ha aumentado a raíz del tráfico de fentanilo. Ambos Gobiernos se acusan de no hacer suficiente para frenar su trasiego y consumo.

Sin embargo, México ha negado que la sustancia se fabrique en nuestro país y ha señalado a China de ser el país de origen de las sustancias o precursores que permiten la fabricación de la droga. El gobierno de Xi Jinping ha rechazado estar detrás de su exportación.

El presidente chino Xi Jinping se ausentará de la Cumbre del G20 que se lleva a cabo en la India, luego de los roces que ambos países han tenido y que han agravado sus relaciones bilaterales.

En su lugar, el primer ministro chino, Li Qiang representará a China en la reunión que se celebrará el próximo fin de semana, informó el Ministerio de Asuntos Exteriores en un comunicado.

Y es que las relaciones entre China y la India se han deteriorado debido a una disputa fronteriza tras la publicación del mapa nacional, roces que recordaron el enfrentamiento que tuvo lugar en la región de Ladakh en el que murieron 20 soldados de la India y cuatro de China.

Esto se convirtió en una añeja disputa en la región montañosa, en donde cada país tiene desplegados a decenas de miles de soldados respaldados con artillería, tanques y aviones de combate.

En total, China reclama unos 90 mil kilómetros cuadrados de territorio en el noreste de la India, incluyendo Arunachal Pradesh con su población principalmente budista. India afirma que China ocupa 38 mil kilómetros cuadrados de su territorio en la meseta de Aksai Chin, que India considera parte de Ladakh, donde se sostiene el enfrentamiento actual.

También han surgido fricciones en material comercial y por los crecientes vínculos estratégicos de la India con el principal rival de China, Estados Unidos. Tanto la India como China han expulsado a periodistas del otro país.

India rebasó recientemente a China como el país más poblado del mundo y ambos compiten en cuestiones como tecnología, exploración espacial y comercio global.

Cuando se le preguntó el motivo por el que Xi no acudirá a la cumbre, la portavoz de la cancillería china Mao Ning se negó a responder.

“El G20 es un foro importante para la cooperación económica internacional, China siempre le ha brindado una enorme importancia y ha participado activamente en actividades relevantes”, dijo Mao a la prensa durante una conferencia.

“El premier Li Qiang detallará las posturas y propuestas de China sobre cooperación del G20, promoverá al G20 para fortalecer la solidaridad y cooperación y trabajar en conjunto para abordar los desafíos económicos y de desarrollo a nivel global”, añadió.

Dijo que China está dispuesto a trabajar con todas las partes “para promover en conjunto el éxito” de la cumbre del G20 y “hacer contribuciones positivas para promover la recuperación estable de la economía global y promover el desarrollo sustentable”.

Xi no será el único jefe de Estado que se ausentará de la cumbre. El presidente ruso Vladímir Putin, quien enfrenta cargos por crímenes de guerra debido a la invasión de Rusia a Ucrania, tampoco acudirá al foro, aunque tiene previsto viajar a China el próximo mes.

Aparte de los posibles efectos en las relaciones entre China e India, la ausencia de Xi en la cumbre también elimina la posibilidad de una interacción con el presidente estadounidense Joe Biden. Las relaciones entre China y Estados Unidos se mantienen en un mínimo histórico pese a las recientes visitas a Beijing del secretario de Estado estadounidense Antony Blinken y otros funcionarios.

Esta sería la primera vez que el mandatario chino no acude a una cumbre del G20 desde que tomó posesión de su cargo en 2008. Aunque a las reuniones de 2020 y 2021 tampoco asistió forma presencial por las restricciones de la pandemia, sí estuvo conectado de manera virtual, sin delegar la competencia en ningún otro representante de su gabinete.

Los líderes de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica) anunciaron este jueves la “histórica” admisión de seis nuevos miembros a partir del próximo año, en momentos en que el club de países emergentes busca ganar influencia en la escena internacional.

Argentina, Egipto, Etiopía, Arabia Saudita, Irán y Emiratos Árabes Unidos se incorporarán al grupo a partir del 1 de enero de 2024, declaró el presidente sudafricano, Cyril Ramaphosa, en una rueda de prensa conjunta con dirigentes de los cinco países que componen actualmente el bloque.

“Con esta cumbre, los BRICS inician un nuevo capítulo”, afirmó Ramaphosa.

El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, dio la bienvenida a los nuevos miembros y dedicó “un mensaje especial” al presidente argentino, Alberto Fernández, un “gran amigo de Brasil y del mundo en desarrollo”.

Desde Buenos Aires, Fernández dijo que Argentina se propuso ser parte de los BRICS por ser “un referente geopolítico y financiero importante, aunque no el único, para este mundo en desarrollo”.

Para el presidente chino, Xi Jinping, esta “ampliación histórica” augura un “futuro radiante para los países” del bloque.

La cuestión de la expansión de la alianza era una prioridad en esta cumbre, que termina la noche de este jueves.

Unas cuarenta naciones habían solicitado la adhesión o mostraron su deseo de incorporarse al bloque creado en 2009, que representa casi un cuarto del PIB y un 42% de la población mundial.

Las negociaciones tuvieron lugar durante una sesión plenaria el miércoles a puerta cerrada y en varios encuentros bilaterales.

El presidente ruso, Vladimir Putin, sobre el que pesa una orden de arresto internacional por crímenes de guerra en Ucrania, intervino en la cumbre por videoconferencia.

Según los observadores, los países miembros deben hallar un equilibrio entre su proximidad con China y Rusia y el riesgo de alejarse de un socio comercial importante como lo es Washington.

Estados Unidos ya ha dicho que no ve en los BRICS a futuros “rivales geopolíticos” y que desea mantener sus actualmente “sólidas relaciones” con Brasil, India y Sudáfrica.

Los líderes de Estados Unidos, Japón y Corea del Sur, Joe Biden, Fumio Kishida y Yoon Suk-yeol, rechazaron este viernes al término de su cumbre en Camp David el comportamiento “peligroso” y “agresivo” de Pekín en el Mar de la China meridional.

El comunicado final de los tres líderes, bautizado como “el espíritu de Camp David”, usa un lenguaje duro para referirse a la actuación en el Mar de la China Meridional, región en la que se estima que se esconden 11,000 millones de barriles de petróleo y que China se disputa con Taiwán, Brunéi, Indonesia, Filipinas, Malasia y Vietnam.

El documento conjunto también menciona a Taiwán, isla cuya soberanía reclama China, y reafirma la importancia de que haya “paz” y “estabilidad” en esa zona, vital para el comercio internacional.

Se había mantenido como incógnita hasta el último minuto el lenguaje que los tres líderes iban a usar en su comunicado final para referirse a China.

El gigante asiático es el mayor socio comercial tanto de Japón como de Corea del Sur, pero el Gobierno de Biden lo ve como su mayor competidor a nivel global y, aunque asegura que no busca un conflicto abierto, sí ha tomado fuertes medidas para restringir su influencia económica.

Este mes, Biden firmó una orden ejecutiva que limita las inversiones de su país en áreas tecnológicas estratégicas en China, desde la inteligencia artificial a la computación cuántica, para evitar que las Fuerzas Armadas chinas puedan beneficiarse de la tecnología estadounidense para su desarrollo.

La cumbre de este viernes en Camp David entre los tres líderes es la primera que se celebra de manera independiente y no en los márgenes de un foro multilateral, como el reciente encuentro de los tres líderes en mayo pasado aprovechando el G7 en Japón.

Además, Yoon y Kishida son los primeros líderes extranjeros a quienes Biden ha invitado a Camp David, lo que según fuentes japonesas y estadounidenses subraya la importancia que Washington atribuye a la alianza entre las tres naciones para la estabilidad en Asia-Pacífico.

A pesar del rechazo que en repetidas ocasiones ha expresado el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), el jefe de la oficina antidrogas del Departamento de Estado de los Estados Unidos, sostiene que “el fentanilo sí se fabrica en México”.

Sin embargo, Todd Robinson, secretario adjunto para Asuntos Internacionales de Narcóticos, reconoció que la cooperación bilateral para frenar su tráfico es “muy buena” aunque todavía puede mejorar.

“Todo lo que hemos visto muestra que, de hecho, el fentanilo sí se está fabricando en México y sabemos que sus precursores químicos vienen de China”, afirmó Robinson en entrevista con la agencia EFE.

“Yo mismo he viajado a México y he visto lo que se fabrica allí, tanto de metanfetaminas como fentanilo. Y estamos trabajando tan duro como podemos con nuestros socios en México para detener el tráfico de dichas sustancias”, señaló.

El fentanilo es un potente opioide sintético cincuenta veces más fuerte que la morfina y causante de la peor crisis de drogas en la historia de Estados Unidos, donde el año dejó más de 70,000 personas sin vida por sobredosis.

Según el Gobierno de Joe Biden, los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación producen el fentanilo en laboratorios clandestinos mediante productos químicos y cosméticos que adquieren legalmente de China y luego lo trafican y distribuyen en territorio estadounidense.

El presidente López Obrador ha negado varias veces que se produzca fentanilo en nuestro país, al argumentar que la droga llega directamente desde China a Estados Unidos y que por México pasa solo una pequeña parte.

Pese a estas diferencias, Todd Robinson dijo que la cooperación “es muy buena” tanto a nivel técnico como político, y puso como ejemplo la carta que López Obrador envió en abril a su homólogo chino, Xi Jinping, pidiéndole su “apoyo” en el combate al fentanilo, un gesto que Washington considera “muy positivo”.

“Entonces diría que nuestra cooperación es buena. ¿Puede ser mejor? Siempre puede ser mejor, pero estamos muy contentos de poder trabajar con nuestros colegas mexicanos”, expresó.

Según el diplomático, el Gobierno de Biden quiere que “México haga más para perseguir a los narcotraficantes”, pero también admite su “responsabilidad” para frenar la demanda de drogas en Estados Unidos y desmantelar las redes de narcotráfico dentro de su territorio.

La cooperación con China, en cambio, es más complicada puesto que Pekín ha descartado participar en la coalición global contra el fentanilo que lanzó en julio el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, junto a más de 70 países, México entre ellos.

Estados Unidos y China continuaron este jueves el diálogo para limar asperezas en Yakarta, donde asisten al encuentro de ministros de Exteriores de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), que también reúne a representantes de Rusia, India, Japón, Australia y la Unión Europea (UE), entre otros.

El secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, y el jefe de la Comisión de Asuntos Exteriores del Partido Comunista de China (PCCh), Wang Yi, se reunieron a puerta cerrada en la capital de Indonesia, sin realizar declaraciones a los medios.

Se espera que esta reunión sirva para rebajar las tensiones entre ambas potencias mundiales.

Entre las principales cuestiones de fricción destaca Taiwán, que China reclama como parte de su territorio al calificarla como provincia rebelde, pero que Estados Unidos se ha comprometido a defender ante un hipotético ataque exterior.

China ha aumentado su agresividad contra Taiwán y en el mar de China Meridional, mientras que Estados Unidos ha incrementado las barreras de acceso de Pekín a componentes esenciales para los microchips.

Las conversaciones de Yakarta se producen casi un mes después de que Blinken viajara a Pekín, la primera visita del principal diplomático estadounidense en casi cinco años, y se reuniera con el presidente Xi Jinping, así como con Wang y el ministro chino de Exteriores, Qin Gang.

La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, también estuvo en Pekín la semana pasada para mejorar las relaciones.

La guerra de Ucrania por la invasión rusa, la crisis en Birmania (Myanmar), la amenaza nuclear de Corea del Norte y la disputas soberanistas entre Pekín y otros países como Filipinas y Vietnam en el mar de China Meridional son algunos de los asuntos que se tratan en esta cita de la ASEAN en Yakarta, que finaliza mañana.

Antes de reunirse con Blinken, Wang tuvo un encuentro con el ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, con quien confirmó las buenas relaciones entre sus países y apostaron por la “democratización” de las relaciones internacionales.

Mañana, último día de esta reunión que comenzó el martes, también tendrán lugar las citas multilaterales del Foro de Asia Oriental y la reunión de Exteriores de Asia Oriental, donde coinciden en la mesa de diálogo los diplomáticos de Estados Unidos Rusia y China.

Fundada en 1967, la ASEAN está formada por Brunéi, Camboya, Indonesia, Laos, Malasia, Filipinas, Singapur, Tailandia, Vietnam y Birmania y ha establecido una hoja de ruta para la inclusión de Timor Oriental.

Estados Unidos reunió este viernes a decenas de países en un intento de combatir el fentanilo, con la notoria ausencia de China, acusada de ser la principal fuente de las sustancias químicas con las que los cárteles mexicanos fabrican ese opioide.

En una reunión virtual, el jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, dijo a los ministros de más de 80 países, entre los que figura México, que Estados Unidos era “el canario en la mina de carbón” porque acusó el golpe antes que otros.

“Una vez saturado el mercado estadounidense, las empresas criminales transnacionales se dirigen a otros sitios para ampliar sus beneficios”, afirmó Blinken. “Si no actuamos juntos con una urgencia extrema, más ciudades de todo el mundo soportarán los costes catastróficos” que se ven en Estados Unidos.

Y es que casi 110,000 estadounidenses murieron en 2022 por sobredosis de drogas, la mayoría por opioides sintéticos como el fentanilo, una droga 50 veces más potente que la heroína.

Las adicción en Estados Unidos se disparó a partir de la década de 1990, cuando las empresas farmacéuticas comercializaron agresivamente los analgésicos, con un efecto desproporcionado en los veteranos de las guerras en Irak y Afganistán.

En respuesta, Washington presionó a China, de donde procede la mayoría del fentanilo, para que prohibiera las exportaciones, lo que hizo en 2019.

Pero China sigue siendo un productor de las sustancias químicas, mejor conocidas como precursores, que se usan para fabricar fentanilo.

De China salen a México y América Central, donde los cárteles producen las drogas disfrazadas de analgésicos, y posteriormente los introducen de contrabando en Estados Unidos.

Por ese motivo, los congresistas estadounidenses han culpado públicamente a Pekín de la epidemia de opiáceos y piden que se tomen medidas enérgicas. Esto se une a la gran tensión que hay en las relaciones entre China y Estados Unidos.

Pese a su ausencia, Todd Robinson, subsecretario de la Oficina de Asuntos Internacionales de Narcóticos y Aplicación de la Ley, afirmó que se invitó a China a la reunión virtual de hoy y dijo que a Estados Unidos le gustaría que participara en citas similares en el futuro.

Robinson precisó que Pekín está en contacto con los países que sí participan, cuya misión consiste en “esforzarse contra estas cadenas de suministro” e “implicarse” con China.

Pese a los señalamientos, Blinken reconoció implícitamente que la acción de China no acabará con la epidemia porque “cuando un gobierno restringe agresivamente un precursor químico, los traficantes simplemente lo compran en otro lugar”.

La coalición, que se reunirá en persona en septiembre, al margen de la Asamblea General de la ONU, también examinará las mejores prácticas nacionales en el tratamiento de las adicciones.

México participará en la reunión convocada por Estados Unidos para fundar una coalición internacional contra el tráfico de fentanilo y otros opioides sintéticos, informó este jueves el Departamento de Estado norteamericano.

El fentanilo es una potente droga sintética que fabrican los cárteles mexicanos mediante precursores químicos de China y que se trafica a Estados Unidos, donde ha dejado miles de muertes por sobredosis cada año.

El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, encabezará este viernes, una reunión ministerial virtual con 84 países y varias organizaciones internacionales para poner las bases de una coalición internacional contra las drogas sintéticas.

Se espera que en el encuentro esté presente la nueva canciller, Alicia Bárcena, según explicó en una llamada con periodistas Todd Robinson, encargado de la oficina antinarcóticos del Departamento de Estado.

A pesar de que el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ha negado que se fabrique fentanilo en su país, Robinson aseguró que Estados Unidos y México “trabajan muy de cerca” en el combate a este opioide.

Recordó que ambos Gobiernos han puesto en marcha la estrategia de seguridad del Entendimiento Bicentenario que ha permitido “fortalecer la localización e incautación de drogas sintéticas y de sus precursores”.

El funcionario estadounidense explicó además que China ha sido invitada a la reunión pero “no hay ningún indicio por el momento de que vaya a participar”.

Robinson subrayó que este es solo “el inicio del proceso” y que Estados Unidos espera que “todos los países responsables vayan participando durante el próximo año” en la nueva coalición.

El funcionario aprovechó explicó que Pekín no ha estado cooperando con Washington en materia de narcotráfico durante los últimos meses, por lo que exhortó a los otros países que tienen contactos con China a que ayuden para que se siente en la mesa.

El tráfico de fentanilo es uno de los temas que Blinken planteó en su reciente viaje a China, país que ha negado tener responsabilidad en la exportación de opioides.

López Obrador también ha negado que en nuestro país exista un problema con el fentanilo y ha acusado a Estados Unidos de no hacer lo suficiente para detener el consumo dentro de su propio territorio.

La secretaria del Tesoro estadounidense, Janet Yellen, inicia mañana su viaje a China, que tendrá una duración de cuatro días en los que espera tender puentes para que entre ambas potencias haya relaciones comerciales responsables con la coyuntura mundial.

El viaje de Yellen tiene lugar dos semanas después de que el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, visitara Pekín. Es visto como un intento más de rebajar la tensión entre las dos potencias, explicó el Departamento del Tesoro en un comunicado.

El pasado lunes, Yellen se reunió con el embajador de China en Washington, Xie Feng, con quien mantuvo una “discusión franca y productiva” sobre los “esfuerzos” para “mantener abiertas las líneas de comunicación y administrar de manera responsable la relación bilateral” entre los dos países.

La funcionaria estadounidense le transmitió la importancia de que las dos economías más grandes del mundo trabajen juntas “en los desafíos globales” y los problemas macroeconómicos y financieros.

Yellen sostendrá reuniones con funcionarios de alto rango del gobierno chino, y aunque no se detalló los temas que se abordarán, dada la coyuntura es muy probable que los microchips sean uno de ellos.

Y es que aunque no ha habido confirmación oficial, el Wall Street Journal publicó hace unos días que Estados Unidos está considerando nuevas restricciones a las exportaciones de chips de inteligencia artificial a China.

Como contraparte, este lunes el Ministerio de Comercio y la Administración General de Aduanas de China anunciaron que a partir del 1 de agosto no se podrá exportar ni metal de galio o germanio ni más de una docena de sus derivados sin permiso específico de las autoridades para “proteger la seguridad nacional”.

Es la primera visita que Yellen realiza a China como secretaria del Tesoro. En un mensaje publicado en abril pasado, la secretaria describió las prioridades económicas de esta relación: asegurar los intereses de seguridad nacional, fomentar el crecimiento de un beneficio mutuo y cooperar en desafíos globales como la crisis climática y el sobreendeudamiento.

Si bien hubo un acercamiento entre ambos países cuando Biden y el presidente chino, Xi Jinping, se reunieron en noviembre de 2022 en los márgenes de la cumbre del G20 en Bali, las relaciones volvieron a dañarse después de que el Gobierno de Biden derribara un supuesto globo “espía” chino que sobrevoló Estados Unidos a finales de enero y que cayó sobre aguas del Atlántico el 4 de febrero.

Ese incidente hizo que Blinken suspendiera un viaje que tenía previsto entonces a China. El propio Biden dijo el 22 de junio que espera reunirse con Xi en un “futuro cercano”, aunque por ahora no se ha dado a conocer ninguna fecha.

Cuatro empresas chinas fueron inculpadas por la justicia estadounidense por tráfico hacia Estados Unidos y México de químicos precursores de fentanilo, anunció este viernes el secretario de Justicia, Merrick Garland.

Ocho empleados o responsables de las empresas fueron también procesados por su presunta vinculación a este delito, destinado a fabricar el peligroso opioide, siendo detenidos dos de ellos, agregó Garland en rueda de prensa.

“Estas empresas e individuos están acusados de haber presuntamente suministrado de forma deliberada, a narcotraficantes en Estados Unidos y México, ingredientes e instrucciones para fabricar fentanilo, una droga que sigue devastando a familias y comunidades en Estados Unidos y matando a norteamericanos de todos los estratos”, dijo.

Más de 200 kilogramos de precursores fueron presuntamente enviados por los fabricantes chinos, con los cuales se pudo elaborar más de 50 kg de fentanilo, cantidad suficiente para matar a 25 millones de norteamericanos.

Tras el anuncio, el embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, destacó que las redes de tráfico de fentanilo operan de manera transnacional y las acciones anunciadas este viernes “deberían decirle al mundo que este es un problema global”.

El diplomático dijo que la cooperación antidrogas entre México y Estados Unidos vive “momentos históricos” en el marco de los cuales, apuntó, se debe buscar frenar el flujo de armas que desde el norte alimenta los cárteles mexicanos.

Según el acta de inculpación, una de las empresas químico-farmacéuticas, Amarvel Biotech, con sede en la ciudad china de Wuhan, que despachaba sus productos a los dos países publicitándolos como “Gran éxito de venta en México” y garantizando en redes sociales o internet “100% de envío discreto”.

La empresa disfrazaba sus envíos como comida para perros, nueces, aceite para automóviles, y así permitir que los envíos llegasen sin obstáculos a sus destinatarios en México y Estados Unidos.

Siempre según la inculpación, los fabricantes suministraban a los narcotraficantes todas las instrucciones necesarias para elaborar el adictivo producto que causa estragos en la región.

Recordemos que China prohibió la exportaciones de Fentanilo a Estados Unidos en 2019, una decisión saludada en su momento por el gobierno de Donald Trump.

Sin embargo, según los expertos, el país asiático continuó exportando precursores químicos del opioide, especialmente a través de México y América Central, donde los cárteles se encargan de elaborar el producto antes de venderlo en Estados Unidos.

China ha negado su responsabilidad en la crisis de sobredosis de fentanilo, señalando en cambio la de Estados Unidos y sus propias empresas farmacéuticas.

El secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, logró durante su visita de dos días a China rebajar las tensiones a pesar de que que no había muchas expectativas del viaje, debido al extremo deterioro de las relaciones entre las dos potencias.

La estancia de Blinken en Pekín culminó este lunes con una reunión con el presidente chino, Xi Jinping, un encuentro de una media hora que no estaba en la agenda oficial del jefe de la diplomacia estadounidense y que transmite una señal conciliadora por parte de Pekín.

Xi dijo a Blinken al comienzo de su encuentro que las interacciones entre Estados “deben basarse siempre en el respeto mutuo y la sinceridad” y reiteró su “esperanza” de que la visita del representante estadounidense implique “hacer contribuciones positivas para estabilizar las relaciones” bilaterales.

El domingo, el secretario de Estado sostuvo un encuentro con el ministro chino de Exteriores, Qin Gang, con quien estuvo reunido más horas de lo previsto y para luego mantener una cena, en tanto este lunes la cita fue con el máximo responsable de la diplomacia china, Wang Yi, jefe de la Comisión de Asuntos Exteriores del Partido Comunista de China (PCCh).

De acuerdo con las transcripciones oficiales difundidas por ambas partes, la reunión con Qin resultó “un diálogo largo, franco, profundo y constructivo sobre la relación general entre China y Estados Unidos y otros asuntos importantes”, en tanto el tono de Wang con Blinken fue algo más combativo.

El hasta hace poco ministro chino de Exteriores resaltó en especial la cuestión de Taiwán, uno de los principales puntos de fricción entre los dos países, y pidió a Blinken que Washington “respete la soberanía e integridad territorial de China” y que “se oponga a la independencia de Taiwán”.

Wang le dijo asimismo que “la causa fundamental del declive de las relaciones entre China y EE.UU. es que la parte estadounidense tiene una percepción errónea de China, lo que conduce a una política equivocada”, y pidió a Washington que trabaje con Pekín para “gestionar las diferencias y evitar accidentes estratégicos”.

En una rueda de prensa al término de su visita, Blinken evaluó el viaje como “un paso positivo” en el objetivo de gestionar “de forma responsable” la relación bilateral, aunque reconoció que “ni mucho menos” ha solucionado los problemas y desacuerdos entre las dos potencias.

Blinken consideró cumplidos “todos los objetivos del viaje”, que eran “establecer canales directos de comunicación, abordar temas de preocupación y explorar la cooperación en temas de interés mutuo”, entre los que citó el clima, la estabilidad económica global, la salud, la lucha contra el tráfico de fentanilo y los intercambios “pueblo a pueblo”.

La visita de Blinken supone la de mayor rango de un responsable estadounidense a China desde que el presidente norteamericano, Joe Biden, comenzó su mandato en 2021, un período en el que las relaciones bilaterales se han seguido deteriorando debido a tensiones comerciales, geopolíticas y económicas.

Al término de su estancia, el diplomático avanzó que en las próximas semanas se producirán otras visitas bilaterales de alto nivel,  aunque no precisó en qué ámbitos.

Los líderes de las democracias más ricas del mundo acordaron el viernes endurecer las sanciones contra Rusia, mientras que un borrador de comunicado que se publicará tras sus conversaciones en la ciudad japonesa de Hiroshima subrayó la necesidad de reducir la dependencia del comercio con China.

Los líderes del Grupo de los Siete (G7), a los que se unirá este fin de semana el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, se comprometieron a restringir cualquier exportación a Rusia que pueda ayudarla en su guerra de 15 meses contra Ucrania.

“Esto incluye las exportaciones de maquinaria industrial, herramientas y otras tecnologías que Rusia usa para reconstruir su maquinaria bélica”, afirmaron en una declaración conjunta hecha pública este viernes, en la que añadieron que buscarían medidas para restringir los ingresos por metales y diamantes.

En cuanto a China, a la que las potencias del G7 ven cada vez más como una amenaza para la seguridad económica, debían acordar que su condición de segunda economía mundial significaba que no había otra alternativa que buscar la cooperación.

También reafirmaba la necesidad de paz y estabilidad en el estrecho de Taiwán e instaba a China a presionar a Rusia para que ponga fin a su agresión militar a Ucrania.

Los miembros del G7: Estados Unidos, Japón, Alemania, Gran Bretaña, Francia, Canadá e Italia, aprovecharán la reunión de tres días para debatir la estrategia a seguir en un conflicto ucraniano que no da señales de remitir.

Los países del G7 reafirmaron su condena de la agresión rusa y prometieron más apoyo a Ucrania, en términos de ayuda militar y financiera para su economía destrozada por la guerra este año y el próximo.

Zelenski asistirá el domingo, dijeron dos funcionarios implicados en la cumbre del G7, que pidieron no ser mencionados debido a lo delicado del asunto.

Por su parte, Estados Unidos impuso este viernes una nueva batería de sanciones por la guerra en Ucrania que afecta a más de 200 entidades, personas, barcos y aviones que están colaborando con Rusia en su ofensiva.

El secretario de Estado, Antony Blinken, detalló en un comunicado que los nuevos vetos, decididos en el marco de la cumbre del G7 en Hiroshima, Japón, cubren el sector energético, defensivo, minero o tecnológico y a personas que están ayudando a Rusia a aumentar su producción y capacidad energética.

Las acciones forman parte de la última ronda de sanciones y controles a las exportaciones por parte de Estados Unidos y otros países en respuesta a la invasión de Rusia a Ucrania.

Están diseñadas para degradar la base industrial de Rusia y su capacidad para mantener la guerra.

Estados Unidos y una coalición de otros 37 países han impuesto a Rusia controles a la exportación sin precedentes desde su ataque no provocado a Ucrania en febrero de 2022.

En marco de la cumbre, los líderes del G7 expresaron su inquietud por la acumulación de arsenal nuclear “sin diálogo” por parte de China, que dijeron supone “una preocupación para la estabilidad mundial y regional”.

El Grupo de los Siete desveló esa posición en un comunicado conjunto al término de una cena de trabajo a puerta cerrada sobre diplomacia y seguridad, que se celebró en el primer día de la cumbre de mandatarios en Hiroshima.

Hiroshima, la primera ciudad en ser bombardeada con un arma nuclear el 6 de agosto de 1945, es la sede de la 49 reunión del Grupo de los Siete, donde los líderes buscarían mandar un fuerte mensaje por la paz y en contra de las armas nucleares en el contexto de la guerra de Ucrania.

El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, acusó este martes a China de permitir el envío de precursores químicos a nuestro país, que son utilizados para fabricar el fentanilo que se trafica a territorio estadounidense.

Durante una comparecencia ante un comité del Senado de Estados Unidos, Blinken criticó que Pekín no está “cooperando de forma genuina” con Washington para frenar el narcotráfico, pero avisó que seguirán presionando para que cambie de postura.

“China tendrá que decidir si quiere responder a esta demanda o si va a seguir permitiendo de una forma u otra el desvío de estos precursores químicos”, dijo el líder de la diplomacia estadounidense.

El fentanilo, un opioide sintético entre 50 y 100 veces más potente que la morfina y que se mezcla con otras drogas para potenciar su efecto, ha provocado una crisis de salud pública en Estados Unidos, donde el año pasado murieron 100,000 personas por sobredosis con esta sustancia.

Blinken explicó que muchos de los precursores químicos del fentanilo son legales, pero llegan de forma ilícita a México desde China.

“En todos nuestros contactos con China, hemos estado presionando sobre este tema en particular para que tome medidas para controlar el desvío ilícito de precursores de fentanilo y de otros opioides sintéticos”, afirmó el secretario.

Sin embargo, la respuesta del gigante asiático, explicó Blinken, ha sido que “este es un problema de consumo de Estados Unidos”.

Para presionar a China en ese sentido, el gobierno de Joe Biden está construyendo “una coalición internacional contra el fentanilo” porque este es “un problema global”, afirmó el titular de Exteriores.

Este tema también ha tensado la relación de Estados Unidos con México, dado que Washington ha asegurado que nuestro país debería hacer “más” para frenar el tráfico de fentanilo.

Por su parte, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ha negado que en México se fabrique fentanilo y ha asegurado que esta droga llega directamente desde China a Norteamérica, en su mayoría a Estados Unidos.

Sin embargo, Pekín negó estos señalamientos, tras una carta que López Obrador envió en abril a su Xi Jinping para pedir ayuda para combatir esta droga.

Blinken explicó en la comparecencia de este martes que Estados Unidos incautó el año pasado suficiente fentanilo como para matar a toda su población, y que el 90% de la droga entra al país escondida a través de los puentes fronterizos oficiales.

Por ello, afirmó que “México es un socio vital y necesario” en esto, y que el presidente Biden ha hablado durante “muchas horas” con López Obrador sobre este tema.

Destacó que México decomisó el año pasado “cantidades récord” de fentanilo, pero insistió en que “claramente se necesitan más esfuerzos y recursos”.