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Este jueves dio inicio la 84 Convención Bancaria que organiza año con año la Asociación de Bancos de México (ABM) y que en esta ocasión, debido a la situación sanitaria, se desarrolla bajo un formato semipresencial.

Al inicio de evento, el presidente saliente de la ABM, Luis Niño de Rivera, destacó la “consistencia” del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) en materia económica, debido a su presupuesto austero y la estabilidad de la deuda pública.

“La confianza en la política económica depende de la consistencia. El presidente de la República ha sido muy consistente entre lo que dijo en la campaña y como presidente electo, y lo que ha hecho desde que tomó posesión el 1 de diciembre de 2018”, aseguró Niño de Rivera.

Sin embargo, el mensaje cambió de tono cuando se advirtió que hay una creciente incertidumbre creada por las recientes reformas impulsadas por el gobierno federal, haciendo referencia a la Ley de la Industria Eléctrica y el proyecto a la Ley del Banco de México (Banxico), que lo obligaría a comprar dólares en efectivo de las remesas.

“Lo peor que puede pasar a la inversión es la incertidumbre y por eso mismo sí sentimos en el gremio, y compartimos la preocupación, de que ante la duda la inversión se mantiene cautelosa”, manifestó Raúl Martínez-Ostos, vicepresidente de la Asociación de Banqueros de México (ABM).

Martínez-Ostos, también director general de Barclays México, habló sobre los litigios que traerá la reforma eléctrica, que obliga a revisar de forma retroactiva los contratos de autoabastecimiento y de productores independientes de energía.

“Lo que necesitamos es que haya claridad, evitar litigios, amparos en esta materia y tratar de acercar a la iniciativa privada con el sector público. Entender bien la ley y qué se puede hacer para generar un entorno de certidumbre que fomente la inversión”, expresó Martínez-Ostos.

Los banqueros reiteraron su preocupación por la reforma a Ley de Banxico propuesta por Morena, que obligaría al banco a comprar dólares que la banca privada no pueda repatriar; y es que se ha advertido que la iniciativa vulneraría la autonomía del Banco de México y lo pondría en riesgo de lavado de dinero.

“Nos hemos pronunciado que nos preocupa mucho el que se transfiera este riesgo residual a Banxico con el tema de los usos de los dólares en efectivo, y seguiremos muy pendientes”, indicó Adrián Otero, director general de Scotiabank.

En la rueda de prensa inicial, los banqueros advirtieron de la lentitud de la recuperación económica tras el desplome histórico de 8,2 % del producto interno bruto del año pasado. Por ello, los líderes del sector urgieron acelerar la vacunación contra la covid-19 y la recuperación del empleo.

Pese a que ha acaparado los reflectores los tres días de la Convención Nacional Republicana, Donald Trump acepta esta noche la nominación presidencial, de cara a los comicios del próximo 3 de noviembre.

Hace cuatro años, Donald Trump aceptó la candidatura presidencial republicana con un discurso que mostraba un retrato de un Estados Unidos en decadencia, para el cual había una sola solución: él mismo.

Después de tres años y medio en La Casa Blanca, su retórica sobre el estado del país sigue siendo igualmente desoladora.
Al prepararse para pronunciar su segundo discurso de aceptación, el presidente enfrenta un país en crisis, azotado simultáneamente por una pandemia devastadora, una economía golpeada, un profundo malestar racial y un tremendo huracán en la costa del Golfo de México.
De acuerdo a diversos analistas, aunque prometerá grandeza nacional, hay escasas expectativas de que pronuncie un mensaje destinado a unir a un electorado dividido.
Su mensaje en 2016 fue “solo yo puedo repararlo”. Esta vez, aunque las encuestas dan ventaja al demócrata Joe Biden, se presentará como la última defensa contra las fuerzas extremistas que amenazan el “American way of life”.
Sus asesores mantienen en estricto secreto los detalles del mensaje; en los discursos recientes de Trump, se ha referido a los “anarquistas” que según él ocupan las calles de las ciudades; sin embargo sus colaboradores han indicado Trump describirá al país como un proyecto en desarrollo, que sin ser perfecto ha avanzado mucho.
Presentará ese argumento como un contraste con los demócratas, que según él no aman a su patria. Asimismo, según sus colaboradores, hablará de los progresos logrados en la lucha contra el coronavirus, que ha ocupado un lugar secundario en la convención a pesar de que sigue cobrando un gran número de vidas en Estados Unidos.

Sobre el proceso electoral, el candidato demócrata a La Casa Blanca rompió con su prudencia ante el Covid-19 y anunció este jueves que hará campaña presencial en los estados clave para las elecciones presidenciales del 3 de noviembre.

“Viajaré por el país. Iré donde sea posible respetando las reglas de los estados” sobre reuniones para limitar la propagación del coronavirus, dijo Biden en una sesión de recolección de fondos vía web.

“Una de las cosas en que pensamos es ir a Wisconsin y Minnesota, pasar un tiempo en Pensilvania, en Arizona”, añadió en referencia a estados que podrían ser clave para definir la contienda.

Biden también aprovechó para acusar a Trump de alimentar, por pura “estrategia política”, la violencia que estalló en las protestas contra el racismo en Estados Unidos.

La violencia está “empeorando y sabemos porqué. Donald Trump se niega incluso a reconocer que existe un problema de disparidad racial en Estados Unidos”, añadió Joe Biden.

“En lugar de tratar de calmar las aguas, está echando gasolina a todos los fuegos”, dijo el exmano derecha de Barack Obama. “

La violencia no es un problema ante sus ojos, es una estrategia política. Y cuanto más violencia, mejor para él” para ser reelegido, acusó el demócrata.

Por su parte la candidata demócrata a la vicepresidencia, Kamala Harris, criticó la convención republicana, e indicó que tiene como propósito “apaciguar” el ego del gobernante.

“La convención republicana está diseñada con un propósito: apaciguar el ego de Donald Trump. Hacerlo sentir bien”, afirmó Harris en un discurso desde la Universidad George Washington, en el que además criticó el manejo que la actual Administración ha hecho de la pandemia del coronavirus.

Varias protestas han sido convocadas para esta noche en Washington DC, con motivo del discurso del presidente Trump.
La campaña #ThePeoplesHouse (la casa del pueblo) ha organizado una protesta a partir de las 21.00 hora local, que tendrá como punto de partida la calle 15.
“Si Trump piensa que puede celebrar su fiesta en nuestra casa (en referencia a La Casa Blanca) debe saber que estamos escuchando y que haremos que rinda cuentas este sábado y el día de las elecciones”, dicen los organizadores en la página web.
“Durante casi cuatro años -agregaron-, hemos visto a Trump arrebatar a nuestra nación de su posición en el mundo. Este jueves por la noche haremos que nuestras voces sean escuchadas”.
Por otro lado, el grupo Refuse Fascism (Rechazar el fascismo) ha hecho otra convocatoria de protestas a partir de las 19 horas en la capital para pedir la salida de Trump y de su vicepresidente, Mike Pence.
“Con la clausura de la RNC (Convención Nacional Republicana) estamos acercándonos hacia unas elecciones que serán una muestra de la manera en que se gobierna este país”, indicaron.
Medios locales informaron que el Servicio de Parques Nacionales ha dado autorización al Comité Nacional Republicano para que se lancen fuegos artificiales a partir de las 23:00 horas local en el Mall, la explanada  de museos y monumentos que une La Casa Blanca con el Capitolio, después de que el presidente acepte la nominación del partido.
Mañana, viernes, se espera que miles se congreguen frente al Monumento a Lincoln, en la capital, para conmemorar la Marcha sobre Washington de 1963, durante la cual el líder de los derechos civiles Martin Luther King pronunció su famoso discurso “Tengo un sueño”.

Las ausencias en la Convención Nacional Republicana, que se celebra esta semana, hablan de las diferencias dentro del partido respecto a la figura de Donald Trump, que ha transformado el evento de este año en casi una fiesta de él y su familia.

En comparación con los demócratas, que la semana pasada contaron en su convención con la intervención de los expresidentes Jimmy Carter, Bill Clinton y Barack Obama, así como figuras de estatura para arropar al candidato Joe Biden, en la republicana hay menos representantes de alto rango y se ha recurrido a familiares de Trump, personalidades de su entorno y a ciudadanos anónimos para ocupar las dos horas diarias de convención.

Una de las ausencias más notorias es la del único exmandatario conservador vivo, George W. Bush (2001-2009): Y es que el expresidente no hará acto de presencia en el evento de este año, como tampoco lo hizo en 2016, cuando Trump fue nominado por primera vez como candidato a la Presidencia.

Es un secreto a voces que Bush y su familia, incluido el exgobernador de Florida Jeb Bush, que fue derrotado por Trump en las primarias de 2016, no tienen gran simpatía hacia la figura del magnate inmobiliario neoyorquino devenido en presidente.

Aun así, George W. Bush nunca ha criticado a Trump abiertamente en público, pero tampoco tiene intención de apoyar al aspirante demócrata a la Presidencia, Joe Biden, como han hecho antiguos miembros de su Administración.

El alejamiento de Trump respecto al estilo y el contenido de las políticas de su predecesor republicano ha quedado materializado en la adhesión a Biden de miembros del Gabinete de Bush, como Colin Powell, quien fuera su secretario de Estado; e incluso con intervenciones en la Convención Nacional Demócrata.

De igual modo se expresó en la convención demócrata el también republicano John Kasich, exaspirante a la candidatura presidencial y exgobernador de Ohio, al lamentar el “nivel de enconamiento, la pelea entre ciudadanos y el partidismo” que han dominado los años de Trump como presidente.

Al igual que Kasich, otros republicanos que aparecieron en la convención demócrata  para apoyar a Biden fueron la exgobernadora de Nueva Jersey Christine Whitman y la excongresista por Nueva York Susan Molinari, Cindy McCain, la viuda del exsenador y exaspirante republicano a la Casa Blanca en 2008, John McCain.

La noche de ayer, la figura central de la Conención Republicana fue Melania Trump, quien presentó a su esposo como un líder auténtico e inflexible en un discurso desde el Jardín de las Rosas de La Casa Blanca.

“En mi esposo tienen a un presidente que no dejará de luchar por ustedes y por sus familias”, dijo Melania Trump, que también es inmigrante. “No se rendirá”.

Melania Trump señaló que la vida de los estadounidenses cambió “drásticamente” en marzo por la aparición del virus. “Donald no descansará hasta que haya hecho todo lo posible por todos los afectados por esta terrible pandemia”.

A diez semanas de las elecciones del 3 de noviembre, el discurso de Melania no incluyó los éxitos económicos de su marido ni prometió una recuperación en forma de “V”, como hizo antes el consejero de Trump, Larry Kudlow, que llegó a hablar del coronavirus en pasado.

Pero sí presentó a Trump como un político que “no solo habla, obtiene resultados”, y que “no ha perdido ni perderá el foco” en la gente más allá de “titulares negativos o falsos en los medios o ataques” de sus opositores.

Tras la polémica protagonizada en 2016 por la esposa del ahora presidente, que fue acusada de plagiar a Michelle Obama, cada palabra del discurso que la primera dama de Estados Unidos, Melania Trump, dará esta noche en la Convención Nacional Republicana “será suya”, afirmó su portavoz, Stephanie Grisham.

“Bueno, creo que está muy, muy claro que en los últimos tres años y medio la señora Trump no ha hecho más que aprender y crecer en este puesto, y ha hecho un gran trabajo con esto. Hemos trabajado muy duro en las últimas tres semanas y puedo decirle que cada palabra del discurso es suya. Es muy auténtico y va a salir del corazón”, dijo Grisham en una entrevista con la cadena MSNBC.

De esta manera la portavoz respondía a una pregunta sobre el discurso de esta noche y las acusaciones de plagio durante la convención republicana de 2016 por las grandes similitudes con uno que pronunció Michelle Obama en 2008.

Grisham aseguró que será uno de los discursos más largos de Melania Trump: “Creo que el pueblo estadounidense se va a emocionar al escuchar algunas de las cosas que va a decir”, auguró, con lo que buscan replicar el gran efecto que tuvo el discurso de Obama la semana pasada en la Convención Nacional Demócrata.

La portavoz adelantó que el discurso de la primera dama será “definitivamente inspirador y positivo”.

“Diría que (el discurso) mira mucho al futuro, y expone algunas de las cosas que ella quiere hacer en los próximo cuatro años -agregó Grisham-. También refleja algunos de sus momentos favoritos como primera dama, que son muchos, y creo que hace una buena argumentación ante el pueblo estadounidenses de por qué es tan importante que el presidente o su marido continúe como nuestro presidente por otros cuatro años”.

Se espera que la primera dama hable desde la recién remodelada Rosaleda de La Casa Blanca, donde estará su esposo para escucharla.

Según un comunicado de la campaña de reelección del presidente, Melania Trump será la última en intervenir hoy, en la segunda noche de la Convención y estará precedida, entre otros, por el secretario de Estado, Mike Pompeo; y dos de los hijos del mandatario, Tiffany y Eric.

También está previsto que hable el principal asesor económico del presidente, Larry Kudlow; la exfiscal general de Florida Pam Bondi, que fue el rostro de la operación mediática de La Casa Blanca contra el proceso de juicio político contra Trump; el senador por Kentucky Rand Paul, de tendencia libertaria; y la vicegobernadora de Florida, Jeanette Nuñez, copresidenta de Latinos por Trump, entre otros.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, fue confirmado este lunes formalmente como candidato republicano a las elecciones del próximo 3 de noviembre, en la votación de los delegados durante la convención del partido, inaugurada en Charlotte, Carolina del Norte.

El presidente obtuvo el apoyo suficiente (1,276) para confirmar su nominación antes del final de la votación, justo después de que los representantes de Nevada le dieran sus 25 votos y sobrepasaran ese número.

Justo después del voto de Florida, que se saltó el orden alfabético, el presidente hizo acto de aparición en el Centro de Convenciones de Charlotte, donde se celebra este lunes el evento.

Allí se han dado cita 336 delegados, 6 por cada estado y territorio, para participar en la votación presencial.

Inmediatamente después del voto de Florida, Trump salió al escenario ante un auditorio que empezó a gritar “cuatro años más”, a lo que el presidente respondió: “Si quieren volverlos locos de verdad, digan 12 años más”.

Al igual que su equivalente demócrata, que concluyó el jueves con un discurso, la convención republicana será fundamentalmente virtual en razón de la pandemia de Covid-19 y también será un encuentro muy familiar para el mandatario.

Trump aceptará la nominación para ser reelegido con un discurso que ofrecerá el jueves 27 desde La Casa Blanca, un
escenario cuya elección ha generado algunas críticas, dado que se supone que los presidentes no deben usar la residencia oficial o edificios federales para actos de campaña.

Además de su esposa Melania, sus cuatro hijos adultos figuran entre quienes tomarán la palabra: Donald Jr., Eric, Tiffany e Ivanka.

Su equipo de campaña apuesta a que la convención de Carolina del Norte sea “muy optimista y alegre”, dijo ayer el asesor Jason Miller en entrevista con la cadena NBC.

El objetivo es defender la gestión del 45° presidente de Estados Unidos, actualmente muy cuestionado por su manejo de la pandemia y que ya no cuenta con lo que su campaña presentaba como su principal activo y eventual carta de triunfo: la buena salud de la economía.

“Vamos a mostrar el impacto que ha tenido el gobierno Trump-Pence sobre la gente real”, dijo a Fox News Kellyanne Conway, asesora cercana de Trump.

En particular, está prevista la intervención de Tanya Weinreis, gerente de un café de Montana, que recibió un préstamo federal para hacer frente a las consecuencias de la pandemia, así como de varios oradores afroamericanos, entre ellos Tim Scott, el único senador republicano negro, en un intento de llegar a una comunidad mayormente hostil al partido de Trump.

Anoche, en entrevista con Fox News, Trump fue cuestionado sobre que si es reelegido, qué haría de forma diferente, a lo que dijo, “yo reforzaría aquello que ya he hecho y haría cosas nuevas”.

Desde Oriente Medio, donde se encuentra de visita, se espera que el secretario de Estado Mike Pompeo destaque los avances diplomáticos registrados bajo la administración Trump, una intervención inusual para este tipo de eventos.

Trump intervendrá en cada una de las cuatro jornadas que durará el evento, cuando habitualmente los candidatos sólo se dirigen al público en el acto de clausura.

Pero muchos esperan que el presidente vuelva rápidamente a su retórica habitual, que polariza en lugar de unir, pues ya en los días previos, Trump adoptó un tono diferente al que su partido y su equipo de campaña quisieran darle al evento.

“Soy lo único que separa el sueño americano de la anarquía total, la locura y el caos”, dijo el viernes pasado, y aseguró que una victoria demócrata sería nefasta en términos de orden público, de control de la inmigración y de equilibrio de las finanzas públicas.

La senadora Kamala Harris aceptó la noche de ayer su candidatura en la fórmula del demócrata Joe Biden, que podría convertirla en la primera vicepresidenta de Estados Unidos.

Durante su mensaje, señaló el “rotundo fracaso” del mandatario republicano Donald Trump para dirigir el país.

Harris, una abogada nacida hace 55 años en California, hija de un jamaiquino y una india tamil, llamó a votar el 3 de noviembre por Biden, capaz, dijo, de unir a “negros, blancos, latinos, asiáticos, indígenas” y no convertir “nuestras tragedias en armas políticas”.

“El fracaso de liderazgo de Donald Trump ha costado vidas y sustento”, advirtió, cuando Estados Unidos registra más de 170,000 muertos por Covid-19 y sufre una aguda recesión económica, en medio de un extendido clamor contra el racismo y la violencia policial.

Harris denunció “el caos constante”, la “incompetencia” y la “insensibilidad” del gobierno de Trump.

El tradicional cónclave partidario, organizado este año en formato virtual por la pandemia, finalizará esta noche con un discurso de Biden, quien, a sus 77 años, busca llegar a La Casa Blanca casi medio siglo después de su ingreso a la arena política.

Barack Obama, el primer presidente negro de los Estados Unidos, pidió el voto para Biden, su compañero durante los ochos años de su mandato, a quien llamó “hermano”.

“Esperaba, por el bien de nuestro país, que Donald Trump pudiera mostrar algún interés en tomarse el trabajo en serio, que pudiera llegar a sentir el peso del cargo (…) Pero nunca lo hizo”, dijo Obama, que entregó el poder a Trump en 2017.

“Las consecuencias de este fracaso son graves”, subrayó.

El exmandatario, el tercero en respaldar a Biden en la convención luego de Bill Clinton y Jimmy Carter, dijo que Trump ha tratado la presidencia como un “reality show” y ha dejado las “instituciones democráticas amenazadas como nunca antes”.

Mientras Obama hablaba, Trump descargaba su enojo en Twitter con mensajes en mayúsculas, en los que acusó a su predecesor de haberlo espiado durante su campaña. Trump arremetió contra Obama, al tacharlo de “ineficaz” y “espantoso” y denostado “la estupidez” de su gestión.

“El presidente Obama no hizo un buen trabajo. La razón por la que estoy aquí es por el presidente Obama y Joe Biden”, señaló a periodistas tras conocerse fragmentos del discurso del exmandatario.

La exprimera dama Hillary Clinton, candidata derrotada por el magnate republicano en 2016, hizo un enérgico llamado a la movilización electoral, advirtiendo que “si Trump es reelegido, las cosas serán aún peor”.

“Voten como si nuestras vidas y nuestro sustento estuvieran en juego, porque lo están”, urgió.

También instó a “librar al país de Trump” Nancy Pelosi, la influyente presidente de la Cámara de Representantes y líder demócrata en el Congreso.

La senadora progresista Elizabeth Warren, exrival de Biden en las primarias, atribuyó la crisis del país “a Trump y a los republicanos que lo habilitan”; enfatizó la necesidad de apoyar a las madres trabajadoras.

La gobernadora de Nuevo México, Michelle Lujan Grisham, una de las figuras hispanas más prominentes de Estados Unidos, puso el foco en el cambio climático, anunciando el regreso de Estados Unidos al Acuerdo de París si Biden gana.

Y la excongresista de Arizona Gabrielle Giffords, gravemente herida tras un intento de asesinato en 2011, pidió el fin de la violencia armada junto a Emma González, una sobreviviente del tiroteo en la escuela secundaria de Parkland.

Además, una inmigrante hispana indocumentada, Silvia Sánchez, contó su dura historia junto a sus hijas, una de ellas una “dreamer”, beneficiaria del programa DACA que protege de la deportación a los llegados al país de niños junto a sus padres sin papeles, que Trump buscó cancelar.

La Convención incluyó una parte musical, donde el dominicano-estadounidense Prince Royce cantó junto a Billie Eilish y Jennifer Hudson; durante la actuación aparecieron varios mensajes en español. “Únete”, se podía leer en la pantalla.

El Partido Demócrata nominó formalmente la noche de ayer a Joe Biden como su candidato a la presidencia de Estados Unidos en las elecciones de noviembre.

Los líderes del partido, políticos de nueva generación y votantes de todos los estados se unieron en una convención virtual debido a la pandemia por el coronavirus.

En lugar de en un centro de convenciones de Milwaukee como se planeó en un principio, los delegados participaron con una serie de intervenciones tanto grabadas como en vivo desde lugares del emblemáticos y simbólicos: el Puente Edmund Pettus Bridge de Alabama, la cabecera del Río Mississippi, una comunidad puertorriqueña que sigue recuperándose del un huracán y la Plaza Black Lives Matter de Washington.

Biden celebró su nominación junto a su esposa y a sus nietos en la biblioteca de una escuela en Delaware. Jill Biden, su esposa por más de 40 años, habló más tarde de él en términos profundamente personales.

A menos de tres meses de los comicios, presentó al político ante el electorado estadounidense como un hombre de gran empatía, fe y resiliencia.

“Hay momentos en que no podía imaginar cómo lo hizo, cómo puso un pie delante del otro y siguió adelante”, afirmó. “Pero siempre he entendido por qué lo ha hecho. Lo hace por ustedes”.

Los momentos más esperados de la convención tendrán lugar hoy y mañana. Kamala Harris aceptará su nominación como compañera de fórmula de Biden, convirtiéndose oficialmente en la primera mujer negra en la boleta presidencial de un gran partido.

El expresidente Barack Obama también intervendrá como parte de sus esfuerzos para derrotar a su sucesor.

Biden dará su discurso de aceptación mañana por la noche, en un salón de convenciones cerca de su casa, en Delaware.

El candidato aprovechó la segunda noche de las cuatro de la convención para mostrar a una serie de veteranos políticos, tanto demócratas como republicanos, que argumentaron que tiene experiencia y energía para reparar el caos creado por Trump tanto en el país como fuera.

El expresidente Bill Clinton, el ex secretario de Estado John Kerry, y el ex secretario de Estado republicano Colin Powell aparecieron ayer para hacer énfasis en un tema: el liderazgo importa. El expresidente Jimmy Carter, de 95 años, también hizo una breve aparición.

Algunos de ellos lanzaron ataques inusualmente personales contra Trump, todo en un intento de presentar a Biden como el contrapeso moral y competente del mandatario.

“Donald Trump heredó una economía en crecimiento y un mundo más pacífico”, señaló Kerry. “Y como todo lo demás que ha heredado, lo ha arruinado”.

Según Clinton, la Oficina Oval de Trump es un lugar de caos, no un centro de mando. “Si quieren un presidente que defina el cargo como pasar horas viendo la televisión cada día y atacando a gente en redes sociales, él es su hombre”, añadió.

Solo un presidente en activo ha perdido la reelección desde 1992, George H.W. Bush. Los partidarios de Biden dicen estar más motivados por la oposición a Trump que por el entusiasmo que despierta el candidato demócrata.

El presidente Donald Trump respondió con fuerza este martes a los ataques que la exprimera dama Michelle Obama lanzó en su contra ayer en su discurso durante la convención demócrata.

La ex primera dama dijo que Trump es el presidente “equivocado” para el país, y lo describió como un líder divisivo con una absoluta “falta de empatía”, que no ha estado a la altura del reto de la pandemia y la crisis económica asociada.

Trump esperó hasta la mañana del martes para responder, lanzándose contra su predecesor Barack Obama y contra Biden, que fue su vicepresidente.

“Por favor que alguien le explique a @MichelleObama que Donald J. Trump no estaría aquí en la bella Casa Blanca, si no fuera por el trabajo hecho por su esposo, Barack Obama”, apuntó el mandatario.

Trump reiteró que la situación en el país está mejorando rápidamente.

“Mi gobierno y yo creamos la mejor economía de la historia de cualquier país”, aseguró el republicano, pese a que Estados Unidos es el país del mundo más enlutado por el coronavirus, con más de 170,000 fallecidos, y el desempleo está por encima de 10%.

El mandatario afirmó que la economía se está levantando, que los empleos abundan e hizo referencia a que el indicador tecnológico de la bolsa, el Nasdaq, tocó niveles récords.

Michelle Obama dijo durante su mensaje, que las crecientes crisis que enfrenta el país solo empeorarán si es reelegido Donald Trump.

“Déjenme ser tan honesta y clara como pueda. Donald Trump es el presidente erróneo para nuestro país. Ha tenido tiempo de sobra para probar que podía hacer el trabajo, pero claramente es difícil de comprender. No está a la altura del momento. Simplemente no puede ser quien necesitamos que sea. Es lo que es”, sostuvo Obama.

La ex primera dama, una de las mujeres más respetadas del país, era una de las participantes más esperadas en el primer día de la Convención Demócrata, que por la pandemia de coronavirus, cambió de formato a virtual.

Michelle Obama, con un collar con la palabra “vota”, aprovechó su popularidad entre los votantes afroestadounidenses y las mujeres con educación universitaria de las zonas suburbanas, que según los analistas, son los votantes que Biden necesita.

“Si piensan que las cosas no pueden empeorar, créanme, pueden y lo harán si no hacemos un cambio en esta elección”, dijo llamando a la acción a la coalición de votantes jóvenes y diversos que mantuvieron a su familia en la Casa Blanca por dos legislaturas.

La exprimera dama reconoció que “Joe no es perfecto”, pero dijo, sabe lo que se necesita para rescatar una economía, hacer frente a una pandemia y liderar al país”. Añadió que una de las virtudes de Biden es saber escuchar. “Dirá la verdad y confiará en la ciencia”, aseguró.

Obama destacó las divisiones en que está sumido Estados Unidos. “Ahora, entiendo que mi mensaje no será oído por algunas personas. Vivimos en una nación que está profundamente dividida, y soy una mujer negra hablando en la Convención Demócrata”.

Afirmó que como primera dama tuvo la ocasión de conocer de primera mano “el peso inmenso y el poder impresionante de la Presidencia”, por lo que podía asegurar que es un trabajo “difícil”.

Recordó que las palabras de un presidente pueden mover los mercados, empezar guerras y lograr la paz. “Pueden llamar a nuestros mejores ángeles o despertar nuestros peores instintos. Simplemente no puedes fingir tu camino en este trabajo”.

Aseguró que hace cuatro años mucha gente eligió creer que sus votos no importaban, por lo que al final esas elecciones, mandaron al Despacho Oval a quien perdió el voto popular nacional por cerca de 3 millones.

“Cuatro años más tarde, el estado de esta nación es muy diferente. Más de 150,000 personas han muerto, y nuestra economía está en ruinas debido a un virus que este presidente ha menospreciado demasiado tiempo”.

Obama apuntó, además, los casos de violencia policial contra afroamericanos, como George Floyd y Breonna Taylor, y lamentó que el mero hecho de afirmar que las vidas negras importan sea objeto de “burla” en el despacho más importante de la nación.

“Porque siempre que miramos a esta Casa Blanca en busca de liderazgo o consuelo, o algo parecido a estabilidad, lo que logramos a cambio es caos, división y una falta de empatía total”, remató.

El Partido Demócrata da inicio este lunes a una convención virtual de cuatro días en la que buscará dar una muestra de unidad y respaldo a su virtual candidato para las elecciones presidenciales, Joe Biden, que aspira a derrotar al actual mandatario Donald Trump, quien busca su reelección.

El principal rival de Biden en las primarias, Bernie Sanders, la ex primera dama Michelle Obama y el republicano John Kasich, un exgobernador de Ohio que se presentó contra Trump en 2016, encabezarán los discursos con los que, durante los próximos cuatro días, se apoyará la candidatura de Biden.

La pandemia del coronavirus obligó a los demócratas a modificar el desarrollo de su convención, suprimiendo la reunión presencial prevista en Milwaukee, Wisconsin, y convirtiéndola en una serie de discursos virtuales que tendrán, en total, una duración de dos horas.

Se prevé que mañana Biden sea nombrado oficialmente como el candidato demócrata para los comicios del 3 de noviembre; el también exvicepresidente será quien clausure la asamblea virtual con el discurso de aceptación.

Los demócratas esperan así apuntalar la coalición formada contra Trump y que no ocurra lo mismo que en 2016, cuando las constantes diferencias entre los precandidatos terminaron afectando a la campaña de Hillary Clinton.

Este año, Sanders se retiró de las primarias en abril y rápidamente mostró su apoyo a Biden.

“La asamblea es una oportunidad para explicar a los ciudadanos dónde ha fallado el Gobierno de Trump”, dijo Ed Rendell, exgobernador de Pensilvania y amigo de Biden desde hace mucho tiempo. “También servirá para detallar los planes sustanciales que Joe tiene para mejorar el país”.

Kamala Harris, senadora de California y elegida por Biden para ser su vicepresidenta, hablará el miércoles después de que su cargo sea confirmado de forma oficial.

Con visitas a cuatro estados ya programadas, el presidente Donald Trump planea hacer frente a la semana “fuerte” de los demócratas.

La gira de Trump por estados que probablemente resulten cruciales para lograr un eventual segundo mandato promete servir de referencia para su campaña, dado que la pandemia de coronavirus ha reducido los eventos multitudinarios que tanto gustan al presidente.

Trump, cuya Convención Nacional Republicana se celebrará la próxima semana, viajará a Mankato, en el estado de Minnesota, y Oshkosh, en el de Wisconsin, este lunes; a Yuma, en Arizona, mañana martes; y a la ciudad natal de Biden, Scranton, en Pensilvania, el jueves próximo.

El magnate impulsará sus políticas sobre la ley y el orden en Minnesota, el estado donde la muerte de George Floyd, un hombre negro, mientras estaba bajo custodia policial desató protestas multitudinarias contra la injusticia racial.

En Wisconsin, estado que albergará la convención demócrata, Trump hablará sobre el crecimiento del empleo y el comercio. En Arizona, el presidente hará hincapié en la seguridad de la frontera y su postura dura contra la inmigración.

El evento principal será el jueves en Scranton, el mismo día en que Biden aceptará la nominación de su partido para las elecciones del 3 de noviembre. Un asesor dijo que el discurso de Trump en Scranton revisará “las cuatro décadas de Joe Biden en la vida pública” y contrastará su historial con el de Trump en los últimos tres años y medio.

El Partido Demócrata decidió este jueves aplazar más de un mes la convención nacional en la que nominará formalmente a su candidato presidencial para las elecciones de noviembre en Estados Unidos, debido a la “incertidumbre” generada por la pandemia del coronavirus.

El Comité Nacional que organiza la convención demócrata informó en un comunicado de que la gigantesca reunión, que estaba planeada realizarse  entre el 13 y 16 de julio en Milwaukee, Wisconsin, queda reprogramada para la semana del 17 de agosto en esa misma ciudad.

El anuncio llega solo un día después de que el favorito en la carrera demócrata, el exvicepresidente estadounidense Joe Biden, expresara sus dudas sobre la posibilidad de que la reunión, a la que se espera una asistencia de 50,000 personas, pudiera celebrarse en julio.

“En nuestro clima actual de incertidumbre, creemos que el enfoque más inteligente es darnos más tiempo para supervisar cómo se desarrolla esta situación, para que nuestro partido pueda tener una convención segura y exitosa”, dijo el presidente del comité organizador, Joe Solomonese, en el comunicado.

El presidente del Comité Nacional Demócrata (DNC), Tom Pérez, afirmó por su parte que la salud y seguridad de los asistentes a la convención es su máxima prioridad.

Los organizadores de la convención no descartan “ajustar el formato de la convención, el tamaño de los asistentes o la agenda de actividades para “evitar riesgos innecesarios a la salud pública”, indica el comunicado.

El cambio de fecha implica que la cita se celebrará la semana anterior a la convención nacional republicana, cuyo comienzo está previsto el 24 de agosto en Charlotte, Carolina del Norte.

El presidente estadounidense, Donald Trump, será nominado formalmente en esa convención para optar a un segundo mandato como candidato republicano, y para enfrentarse en noviembre al aspirante demócrata que surja de la cita en Milwaukee.

Según el formato tradicional de las convenciones estadounidenses, los delegados (que representan el voto popular de los estadounidenses) deben presentarse físicamente en la convención y votar por un candidato en concreto, un panorama que puede complicarse si la crisis se alarga.

Biden cuenta con ventaja sobre el otro aspirante presidencial demócrata que queda en la contienda, el senador Bernie Sanders, pero todavía no alcanza los 1,991 delegados necesarios para asegurarse la nominación y por tanto, no puede tomar el control de la planificación de la convención

Este lunes, el Partido Demócrata escogió a Milwaukee, Wisconsin, para albergar la convención para nominar formalmente a su candidato a la elección presidencial del 2020, cuatro años después de que Hillary Clinton perdió por un estrecho margen en el estado frente al republicano Donald Trump.

Clinton, quien no realizó campaña en Wisconsin durante la carrera presidencial de 2016, también perdió por un estrecho margen en los estados de Michigan y Pensilvania, lo que contribuyó en la victoria final de Trump.

La Convención Nacional Demócrata se celebrará entre el 13 y el 16 de junio, la primera vez que el partido la realizará en una ciudad de la región central del país que no sea Chicago en más de un siglo, afirmó el partido en un comunicado.

Más de una decena de demócratas han anunciado que buscarán la nominación en las votaciones estado por estado que se iniciarán en Iowa, en febrero del próximo año. La inusual cantidad incluye cinco senadoras y el primer candidato abiertamente gay.

Bernie Sanders, un socialista demócrata y senador que estuvo cerca de ser nominado para la carrera presidencial en 2016 y Joe Biden, exvicepresidente, que no ha declarado formalmente su intención de participar -pero se espera que lo haga- han surgido como favoritos en las últimas encuestas de opinión.

La Convención republicana, en tanto, se celebrará en Charlotte, Carolina del Norte, más de un mes después, entre el 24 y el 27 de agosto.

Trump buscará un segundo período al mando del país en las elecciones del 3 de noviembre del 2020.

CARLOS ELIZONDO MEYER-SERRA

EXCÉLSIOR

 

 

Tiene razón López Obrador cuando argumenta que en la gran mayoría de los casos no se requiere modificar las leyes existentes. Se necesita gobernar bien. Trabajar más y ser honesto. Así lo defendió en su presentación en la Convención de la Asociación de Bancos de México el pasado viernes en Acapulco.

 

Sin embargo, no basta prometer con echarle ganas. Se requiere una estrategia. Ya vimos cómo la promesa de gobierno empresarial eficaz de Fox, con sus head hunters para reclutar a los mejores, terminó en un gabinete Montessori. También hemos visto cómo el regreso de quienes sí sabían cómo usar el poder nos tienen en la mayor crisis de seguridad de la historia reciente de México y sin poder concluir ni un tren de México a Toluca.

 

Importa por ello entender cuál es la estrategia para tener un gobierno de calidad. ¿Qué ofrece López Obrador para lograrlo? A él. Ése fue el hilo conductor de su presentación en Acapulco, ante los financieros de este país, hábilmente manejada en su segunda parte por una entrevista a cargo de Leonardo Curzio.

 

¿Cuál es su plan contra la corrupción? Su honestidad. En su visión del mundo, la corrupción viene de arriba hacia abajo, si hay honestidad en la cabeza, o sea él, tendremos una administración honesta. Contra la crisis de la inseguridad, ofrece, como ya lo hemos visto en los dos últimos sexenios, el mando único. Cuando en la entrevista Leonardo Curzio lo presionó al respecto, no desarrolló si era necesaria una reforma constitucional y las particularidades de ésta. La respuesta fue sencilla: la Constitución hoy le da al Presidente el mando sobre las Fuerzas Armadas. Lo ejercerá. Se reunirá con las fuerzas federales todos los días a las 6 am para coordinar su trabajo. Lo de la coordinación como llave mágica fue el mantra de la presidencia de Peña Nieto los primeros tres años… lo de levantarse a las 6 am ciertamente no. Para evaluar si los contratos petroleros son lo mejor para el país, López Obrador narró cómo el venir de una familia de comerciantes le enseñó a hacer cuentas. Por ello, él sabrá cómo evaluar qué es lo mejor para el país.

 

El liderazgo importa. Puede ser determinante en un comercio pequeño, pero a nivel nacional se requiere contratar a un buen equipo, saber delegar y tener una estrategia clara para fortalecer las capacidades burocráticas del Estado. Esto es crucial para tener un gobierno de izquierda, cuyo objetivo es intervenir en diversas áreas de la economía.

 

El equipo de colaboradores propuesto por López Obrador, salvo un par de excepciones, es o de plano inexperto, como el propuesto secretario de Sedatu, Román Meyer Falcón, de 34 años, cuya referencia parece ser su padre, Lorenzo Meyer, o experto en otros ámbitos, como la presunta secretaria de Economía, Graciela Márquez, muy buena historiadora, experta en economía del siglo XIX, pero sin antecedentes como funcionaria pública y quien sería responsable de continuar la negociación del TLCAN, o experto en un mundo ya pasado, como el propuesto para secretario de Comunicaciones y Transportes, Javier Jiménez Espriú, de 81 años de edad, cuyo último cargo público fue ser subsecretario en esa secretaría en el sexenio de López Portillo…

 

Contrario a la idea de reclutar a los mejores, les bajará el sueldo a los altos funcionarios. Para un funcionario hoy en retiro y muy bien pensionado, como la exministro Olga Sánchez Cordero, agregar a su pensión de 258 mil pesos más gastos de representación y cinco asistentes con sueldo promedio de 40 mil pesos mensuales, un sueldo de secretario, el que sea, es lo de menos. Sin embargo, para funcionarios sin pensión en áreas de alta responsabilidad, un salario menor puede llevar a la renuncia de los cuadros técnicos de mayor calidad y valor en el mercado de trabajo que le dan cierta coherencia a la administración pública.

 

Para tener un buen gobierno se requiere, además, tenerlo cerca. La idea de descentralizar las secretarías a lo largo de todo el país es muy popular, pero sería operativamente un desastre. Sólo el trasladar las secretarías a sus nuevos hogares (sólo quedarían en la Ciudad de México dos de ellas) sería muy costoso y generaría caos por un largo tiempo. Todo lo contrario a un gobierno eficaz. De cumplirse el traslado, la coordinación entre las entidades sería muy complicada. No sólo el secretario tiene que coordinarse con su jefe y con sus colegas, sino que muchos funcionarios tienen responsabilidades horizontales que requieren reuniones recurrentes. La tecnología no ha resuelto bien la necesidad de las juntas cara a cara.

 

El gran activo de López Obrador es él mismo. Logró crear Morena de la nada y transformarlo en el partido con mayor intención de voto hoy. Si gana la Presidencia, será validado como un líder visionario y donde la terquedad será vista como una más de sus virtudes. Será aún más difícil llevarle la contra de lo que se comenta que fue trabajar con él en el Gobierno de la Ciudad de México. Seguramente pesarán mucho sus hijos, como lo han estado haciendo en la campaña. Prepárense para un gobierno chafa si gana el uno de julio.

 

Uno de los momentos más esperados de la 81 Convención Bancaria era la participación de los candidatos a la Presidencia de la República: José Antonio Meade, Ricardo Anaya, y el más esperando no precisamente por simpatías sino por el mensaje que daría, Andrés Manuel López Obrador (AMLO).

 

 

El primero en aparecer fue el abanderado del PRI-PVEM-PANAL, José Antonio Meade, quien fue recibido y despedido por todos los banqueros de pie, prologando los aplausos por varios minutos. Según la opinión de los asistentes, fue el ganador de la llamada ‘pasarela’ que se vivió hoy en Acapulco, Guerrero.

 

El mensaje central del priísta fue el de cortar con el cordón umbilical entre el Presidente y los ministerios públicos, pues dijo, eso garantizará que se pueda acabar con la corrupción. Reiteró que de llegar al gobierno garantizará a los inversionistas sus derechos, y  que tal como lo ha hecho durante varios años a través de las diversas posiciones que ocupó en el gobierno federal, seguirá trabajando de la mano de la banca para lograr el desarrollo que México necesita.

 

 

Ricardo Anaya por su parte, recibió críticas pues utilizó la misma presentación por la que se le acusó de plagio y que abordaba principalmente los avances tecnológicos más que la parte financiera del país. Dedicó varios minutos de su participación a explicar, de nueva cuenta, el proceso de la compra venta de su propiedad, y tratando de aclarar los diversos señalamientos en su contra.

 

El planteamiento central apareció cuando estaba por finalizar su participación. “Hoy soy yo, mañana es cualquiera de ustedes. Resulta que en México la PGR se ha convertido en una suerte como de casa de campaña alterna del PRI”, dijo ante los banqueros, en línea con el discurso que ha mantenido por días sobre acusar al PRI Gobierno de ser el responsable de la guerra sucia en su contra.

 

 

Finalmente llegó Andrés Manuel López Obrador, el candidato que más expectativas tenía, sin embargo rápidamente soltó la atención de los presentes, pues indicaron que como ya se ha hecho costumbre, basó su discurso en el tema de la corrupción pero sin decir nada nuevo; además de que su conferencia pareció ser una copia de la que ofreció en la Expo ANTAD 2018.

 

“No vamos a afectar a la banca en nada. Tengan confianza”, pidió el candidato a los presentes. Insistió en que apoyará a la banca y a nadie se le quitaría lo que es de cada quien. Sin embargo su discurso pareció lejano entre los asistentes.

 

Tras ser anunciado el método que la dirigencia nacional del PRI propondrá en su sesión de este viernes para definir el método de selección de candidatos, los coordinadores del tricolor en el Senado y en la Cámara de Diputados, respaldaron la propuesta de Enrique Ochoa.

 

“La convención de delegados es un mecanismo frecuente, común entre nosostros (PRI). El dedazo es de la prehistoria política mexicana. El factor de participación más amplio posible y que es al que le apuesta el PRI, nos permitirá salir robustos, fuertes, competitivos, en un ejercicio donde nadie tenga lesión política”, indicó el coordinador del PRI en la Cámara de Diputados, César Camacho.

 

Por su parte el coordinador del tricolor en el Senado, Emilio Gamboa, afirmó que “el partido va bien, sin duda alguna es un buen método y yo lo apoyaría incondicionalmente”.

 

Ambos priístas coincidideron en que el método permitirá que sea “un priísmo vivo y bien organizado” el que tenga la última palabra sobre los abanderados que compitan en 2018.

 

 

Foto: Twitter

En el marco de la reunión que sostuvo con militantes de del PRI en la Ciudad de México, el dirigente nacional del tricolor, Enrique Ochoa, adelantó que el método de selección de candidatos que se propondrá el próximo viernes será el de convención de delegados.

 

 

 

 

“El método que vamos a proponer al Consejo Político Nacional es el de convención de delegados. Lo haremos tanto para los procesos para seleccionar a las candidatas y candidatos a diputados federales, como también para determinar las candidatas y candidatos al Senado de la República, y también será el método de Convención de Delegados para definir el candidato o candidata a la Presidencia de México”, indicó Ochoa Reza en un breve encuentro con los medios de comunicación.

 

El dirigente nacional añadió que en acato a los estatutos, la mitad de las candidaturas será para las mujeres. “Respetando puntualmente la paridad de género, al establecer que habrá 50% de candidaturas para las mujeres y 50% para los hombres, y también llevaremos a cabo los procedimientos estatutarios necesarios para que una de cada tres candidaturas sea para los jóvenes”.

 

Ochoa Reza indicó que el propósito de determinar la selección de candidatos por medio de convención de delegados, es debido que esta vía “permite la participación de militantes en todas las entidades federativas con representación política”.

 

 

La edición 80 de la Convención Bancaria arrancó esta tarde en el puerto de Acapulco, Guerrero, en donde se resaltó la fortaleza con la que cuenta la economía mexicana. Una de las participaciones que mayores expectativas había causado, fue la intervención del gobernador del Banco de México, Agustín Carstens.

 

Carstens aseguró que ante la “singular complejidad que vive la economía mundial y del país, son tiempos de grandes desafíos que demandan esfuerzo”, y sostuvo que los esfuerzos que se han hecho en materia de prevención, ha sido la mejor arma contra la inflación y que ha permitido proteger el poder adquisitivo de los mexicanos al mantener tasas de interés más bajas, y con ello, una economía equilibrada.

 

Los diversos actores que participaron en la ceremonia de inauguración, señalaron a Banxico como una de las fortalezas institucionales con las que México cuenta. El banquero puntualizó que se ha logrado hacer frente a la inflación, respondiendo con inteligencia y cautela a los factores externos e internos que determinan la economía nacional.

 

Por su parte, el secretario de Hacienda y Crédito Público, José Antonio Meade, destacó que las reformas estructurales aprobadas en el gobierno de Enrique Peña Nieto, constituyen el momento más ambicioso del proceso de transformación del país, al compararlas con las iniciativas de los demás ex presidentes.

 

“México es un país de instituciones, ha sabido transformarse para responder a los cambiantes retos internacionales”, indicó Meade.  En su intervención indicó que México es un país de instituciones, “vivimos un momento de incertidumbre, los paradigmas vigentes son ahora objeto de reservas y cuestionamientos. Se alzan voces que nos convocan a ignorar cambios tecnológicos y sociales que han cambiado a México y al mundo”.

 

 

 

Con información de El Financiero / Foto: Twitter