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El Consejo Supremo Electoral de Turquía ha confirmado este lunes la victoria de la principal formación política opositora, el Partido Republicano del Pueblo (CHP), en los comicios locales de ayer, con una ventaja de algo más de dos puntos sobre el Partido Justicia y Desarrollo (AKP) del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.

El presidente del Consejo, Ahmet Yener, ha confirmado este lunes ante los medios que el CHP se ha impuesto en 35 provincias, con victorias en plazas clave como Ankara y Estambul, mientras que el AKP se ha tenido que conformar con 24, si bien gobernará en un total de 324 ayuntamientos, más que su rival directo.

El presidente de la comisión electoral ha destacado en su mensaje de este lunes que “las elecciones concluyeron sin problemas”, con una tasa de participación del 78.11%, lejos del 84% registrado tanto en las locales de 2019 como en las presidenciales de 2023.

La sonada derrota del partido AKP del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, en las elecciones municipales de este domingo se debe a dos factores: la pérdida del bienestar económico y, paradójicamente, el auge del islamismo.

En una intensa campaña electoral, Erdogan se implicó a fondo en estas elecciones, destacando siempre la crucial importancia de reconquistar la alcaldía de Estambul para su partido, el gobernante AKP (islamista), tras haberla perdido en 2019.

Pasó entonces a manos del mayor partido de la oposición, el socialdemócrata CHP, cuyo candidato, Ekrem Imamoglu, se convirtió en alcalde. Ayer fue reelegido con 11 puntos de ventaja sobre su rival, Murat Kurum, el candidato del partido de Erdogan.

La clara victoria de Imamoglu se interpreta por lo tanto como un fracaso personal de Erdogan y su política nacional.

El CHP no solo se ha hecho con las alcaldías de 35 capitales de provincia, frente a 24 del AKP, sino que se ha colocado como primer partido del país, superando a su rival en un millón de votos, casi 2 puntos, y conquistando varios bastiones del AKP.

Según diversos especialistas, el principal motivo del cambio que mostraron los electores en las urnas es el deterioro de las condiciones económicas de la vida de importantes capas de la sociedad, con una inflación del 67% interanual.

Ya en las elecciones generales de mayo pasado, la oposición esperaba que el mal desempeño de la economía le pasara factura al AKP, pero entonces Erdogan consiguió mantener una mayoría del 52.2%, cercana a su techo electoral.

Cierta mejora en los datos económicos desde entonces no son tangibles para muchas familias que están gastando sus últimos ahorros y sienten la crisis cada día más.

Los funcionarios del AKP se han vuelto arrogantes y ya no conectan con el pueblo”, algo que ha contribuido a la bajada de la participación electoral, que ha sido del 78. %, seis puntos menos que en las municipales del 2019.

El creciente autoritarismo de Erdogan y su discurso cada vez más islamista es otro elemento que ha jugado en contra de la formación que gobierna Turquía desde 2002, impulsando a “muchos nacionalistas, conservadores y kurdos” a optar por un voto que frene al AKP.

También ha contribuido el avance del partido islamista Yeniden Refah (YRP), dirigido por Fatih Erbakan, hijo de Necmettin Erbakan, el fundador del primer partido islamista turco y mentor de Erdogan en los inicios de su carrera política.

El apoyo popular al YRP, que reivindica un islamismo más “puro” y “moral” que el de Erdogan, subió hasta el 6.2% desde el 2% obtenido en las parlamentarias de mayo.

Los analistas coinciden en que la derrota sufrida por el AKP en estas municipales pone fin a una eventual aspiración de Erdogan a un nuevo mandato en las elecciones presidenciales programadas para 2028, actualmente hipotética pues la Constitución le veta una nueva candidatura.

Tanto para someter a referéndum una reforma constitucional como para unas elecciones anticipadas decididas por el propio Parlamento, único caso en el que se permite un tercer mandato del presidente, se necesitan tres quintos de los votos del Congreso, 360 de los 600 escaños; la coalición de Erdogan solo tiene 323 diputados.

Nadie duda de que Imamoglu usará la alcaldía de Estambul como trampolín para conquistar la presidencia del país en los próximos comicios, como ya lo hizo el propio Erdogan, alcalde de Estambul entre 1994 y 1998.

El presidente nacional del PAN, Marko Cortés Mendoza, tomó protesta y entregó la constancia como candidata a la presidencia de la República a Xóchitl Gálvez.

El dirigente nacional ofreció que la candidata un Congreso fuerte para que pueda tomar propuesta ante un presidente que seguramente no aceptará la derrota.

“Cuando ganemos no va a aceptar que perdió el presidente, nunca ha aceptado que pierde. Vas a contar con un Congreso de la Unión fuerte, que asegure que puedas tomar protesta como la primera presidenta de México, le guste o no al presidente”, afirmó el panista.

El líder albiazul dudó que el presidente se quiera ir a su rancho y dijo que irá a Avenida Reforma a protestar, pero insistió en que Xóchitl Gálvez tendrá un Congreso con quién trabajar y que haga valer la soberanía popular.

Cortés Mendoza confió que a partir del primero de marzo iniciará un proceso claro, de propuestas y soluciones a los problemas que viven todos los días las y los mexicanos, en referencia al inicio de las campañas.

Subrayó que será también de contrastes frente a “la candidata impuesta por el presidente Obrador y en donde se verá, literalmente, de qué cuero salen más correas, para que vean que nosotros sí tenemos con qué”.

Tras recibir la constancia de candidata, Xóchitl Gálvez advirtió que lo que está en juego en el país no es qué partido ocupará la presidencia ni quién forma el gobierno, sino la división de poderes y los contrapesos democráticos. “Estamos aquí no para ganar una elección, estamos aquí para defender la democracia”, instó.

Alertó que hoy México está en peligro porque no solo se quiere borrar la herencia institucional del pasado, sino también los adversarios se quieren robar el futuro.

Lamentó que se estén asesinado a los jóvenes y que las libertades de la ciudadanía estén en juego, porque los cárteles del narcotráfico y la extorsión ejercen la soberanía y autoridad sobre vastas regiones del territorio.

“Es un gobierno que pretende imponer su voluntad confundiendo a la sociedad con mentiras. Es un gobierno que siembra cizaña para cosechar rencor. Un país que se polariza políticamente es un país que se atrasa económicamente”, condenó.

Gálvez Ruiz aseveró que la vida, la verdad y la libertad son los tres principios que están en peligro y son a la vez el faro, la guía y el motivo de lucha.

Agradeció al PAN por el compromiso con el proyecto que encabeza, que dijo, es por México, por la dignidad de la personas; y por tener gente en sus filas, que no se dobla ni se rinde ante la adversidad.

Este es el segundo evento en el que Xóchitl Gálvez es declarada oficialmente como candidata presidencial. El primero se llevó a cabo en el PRD, donde la dirigencia del partido la oficializó como su abanderada a la Presidencia. Ahora el turno le tocó a Acción Nacional y está pendiente el que se llevará a cabo en el PRI.

La ex primera dama y candidata presidencial Sandra Torres, cumplió este lunes ocho días sin reconocer la victoria del presidente electo de Guatemala, Bernardo Arévalo de León, tras su derrota en la segunda vuelta del pasado 20 de agosto.

Torres Casanova, candidata de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), no ha hecho apariciones públicas desde que acudió a votar en la capital guatemalteca y donde evitó responder sobre si aceptaría la derrota si los resultados electorales no le eran favorables.

El pasado viernes, el abogado Carlos López de la UNE denunció a los magistrados del Tribunal Supremo Electoral (TSE) por supuestas anomalías en la transmisión de datos durante la jornada electoral del 20 de agosto.

La agrupación política alegó que podría existir duplicidad de actas, sin embargo no especificaron en cuales y pidieron que se realice un análisis forense del sistema de transmisión de datos utilizado.

La también ex primera dama, de 67 años, fue superada por el progresista Arévalo de León, del Movimiento Semilla, quien obtuvo 2.4 millones de votos que le dieron una ventaja de 21 puntos porcentuales sobre Torres Casanova que se adjudicó 1.5 millones de sufragios.

La ex esposa de Álvaro Colom, quien se divorció de él para poder burlar las restricciones que le impedían presentarse a las elecciones, suma tres derrotas consecutivas en las elecciones presidenciales de Guatemala, después de presentarse en 2015, 2019 y 2023.

En medio de su silencio, la ahora excandidata ha bloqueado el acceso a sus contenidos en redes sociales. En X (antes Twitter), no es posible visualizar sus contenidos.

Arévalo de León tomará posesión el próximo 14 de enero y gobernará la nación centroamericana hasta 2028, en sustitución del actual presidente, Alejandro Giammattei.

Alexis Tsipras, líder de la oposición de izquierda en Grecia, anunció este jueves su decisión de abandonar la dirección de su partido Syriza, cuatro días después de su aplastante derrota ante la poderosa derecha Nueva Democracia de Kyriakos Mitsotakis.

Ex primer ministro en plena crisis financiera y migratoria, entre 2015 y 2019, y líder de su partido desde 2009, Tsipras, de 48 años, anunció elecciones internas, en las que no será candidato.

“Hay momentos en los que hay que tomar decisiones cruciales”, dijo en una declaración a los medios de comunicación en Atenas después de una reunión del consejo ejecutivo de Syriza. “Un capítulo se cierra y otro nuevo debe abrirse para nuestro partido, que necesita renovación e importantes reformas”, afirmó.

El domingo por la tarde, al anunciar los primeros resultados parciales de las elecciones legislativas, Tsipras admitió un “resultado negativo” para su partido y habló de “la necesidad de tomar decisiones difíciles”.

Syriza sólo obtuvo 17.84% de los votos (48 escaños en el Parlamento), más de 20 puntos de diferencia con la Nueva Democracia (ND), sin lograr ni siquiera mantener su puntuación del 20% en la votación anterior del 21 de mayo.

Su partido ocupa el segundo lugar después de la derecha ND, que logró su mejor resultado en las últimas décadas con 40.55% de los votos, asegurándose 158 escaños de diputados de los 300 del parlamento unicameral griego.

En mayo, Tsipras admitió haber pensado en dimitir, pero finalmente decidió “continuar la batalla”. Muchos analistas estimaron entonces que sus días al frente de Syriza estaban contados.

Después de un enfrentamiento con los acreedores, la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional (FMI) que habían amenazado con expulsar al país del euro, el ex primer ministro tuvo que someterse a sus medidas de austeridad antes de lograr la salida del país de la crisis y la recuperación económica.

El antiguo comunista se abrió al centro izquierda y consiguió nuevamente ganar las elecciones de septiembre de 2015.

“Cuando fui elegido jefe del partido, con 34 años, Syriza era un pequeño partido de izquierda (…) antes de convertirse en la principal formación progresista en Grecia”, recordó el jueves Tsipras, primer líder en el poder de la izquierda radical en su país y Europa.

En el marco de la conmemoración de la victoria de los aliados sobre la Alemania, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, dijo que la Rusia de Vladimir Putin “será derrotada como el nazismo fue derrotado”.

Zelenski defendió la decisión de conmemorar el fin de la II Guerra Mundial el 8 de mayo, con los países occidentales, y no el 9 de mayo como suele hacerlo Rusia.

“Es el 8 de mayo cuando la mayoría de las naciones del mundo recuerdan la grandeza de la victoria sobre los nazis”, subrayó Zelenski.

El líder político indicó que no permitirá que “la victoria conjunta de las naciones de la coalición anti-Hitler” sea instrumentalizada por Rusia ni que se borre el papel de los ucranianos en esta victoria.

Y es que recordemos que hasta 2015, Ucrania conmemoró el triunfo sobre los nazis el 9 de mayo, lo mismo que Rusia. Luego pasó a rendir homenaje a las víctimas de la guerra durante dos días consecutivos, el 8 y el 9 de mayo.

Ahora, la decisión de Zelenski acaba con la tradición de celebrar también el 9 de mayo y establece una relación entre la lucha contra los nazis y la lucha contra el invasor ruso.

“Recordamos el heroísmo de millones de ucranianos en la guerra contra el nazismo y vemos el mismo heroísmo en las acciones de nuestros soldados ahora”, dijo y agregó que, igual que entonces, Ucrania “no está sola” en la lucha contra un enemigo que trata de traer “esclavitud y destrucción”.

“Luchamos entonces y luchamos ahora para que nadie nunca más esclavice a otras naciones y destruya otros países. Y todos esos viejos males que trae de vuelta la Rusia moderna serán derrotados como fue derrotado el nazismo”, subrayó Zelenski.

Según el Instituto de Memoria Nacional de Ucrania, 8 millones de personas que vivían en su territorio, que se convirtió en “uno de los principales campos de batalla en esta guerra”, murieron durante la II Guerra Mundial.

Millones fueron fusilados o enviados a campos de concentración nazis o deportados a Alemania para ser utilizados como mano de obra gratuita, mientras que cientos de asentamientos fueron arrasados.

El expresidente brasileño Jair Bolsonaro volverá a Brasil el próximo jueves 30 de marzo, después de tres meses de estancia en Estados Unidos, según anunció este viernes el presidente del Partido Liberal (PL), Valdemar Costa.

“Bolsonaro regresará a Brasil el 30 de marzo. Desembarcará en Brasilia a las 07:30 hora local”, señaló en sus redes sociales el PL, formación a la que se afilió el exmandatario para las elecciones de octubre pasado, que perdió ante Luiz Inácio Lula da Silva.

El senador Ciro Nogueira, uno de los aliados más cercanos del líder ultraderechista y antiguo ministro de la Presidencia durante su gestión, confirmó la fecha de su regreso, sobre la que el ex jefe de Estado ha cambiado de opinión varias veces en las últimas semanas.

“Hablé hoy con nuestro capitán y ya le garanticé que seré uno de los primeros brasileños que estará en el aeropuerto esperando por su retorno”, señaló Nogueira en sus redes sociales.

Bolsonaro, quien continúa sin reconocer su derrota electoral ante Lula, se encuentra en Orlando, Florida, desde el pasado 30 de diciembre.

Viajó dos días antes de terminar su mandato, con lo que rompió la tradición de pasarle la banda presidencial al sucesor en la Presidencia, en este caso Lula, su mayor adversario político y quien le impidió, con su victoria en las urnas, renovar su mandato de cuatro años.

El jueves, Bolsonaro afirmó en una entrevista con la cadena Record que su regreso a Brasil estaba “preprogramado” para el 30 de este mes, y que “casi seguro” que volvería ese día.

El capitán retirado del Ejército adelantó que trabajará al lado del PL (derecha) y que pretender “andar por Brasil y hacer política”.

“Podemos mantener de pie esa bandera del conservadurismo que levantamos a lo largo de cuatro años”, afirmó.

Sin embargo, Bolsonaro también tendrá que enfrentarse a las múltiples investigaciones abiertas en su contra. Las dos últimas iniciadas durante su estancia en Estados Unidos.

En una de ellas se le investiga por “incitar” a sus seguidores más radicales a intentar un golpe de Estado contra Lula el pasado 8 de enero, cuando de miles de bolsonaristas invadieron y destrozaron las sedes del Congreso, la Corte Suprema y la Presidencia, en Brasilia.

En tanto, la Policía Federal, el Fisco y el Tribunal de Cuentas abrieron dos procedimientos para esclarecer el presunto ingreso irregular al país de un valioso conjunto de joyas que Arabia Saudí le regaló en el tercer año de su mandato y que debería haber sido declarado en la aduana e incluido en el acervo nacional.

Además, Bolsonaro afronta varias demandas en el Tribunal Superior Electoral (TSE) para graves ataques el sistema de votación brasileño que, en último extremo, podrían llevarle a su inhabilitación política.

El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, omitió referirse a los resultados de las elecciones presidenciales del pasado domingo, donde perdió ante el izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva, aunque dijo que “cumplirá” con la Constitución.

En sus primeras declaraciones desde la jornada electoral, Bolsonaro omitió referirse a los resultados, aunque dijo que continuará siguiendo las reglas de la Constitución.

“Siempre me han etiquetado como antidemocrático y, a diferencia de mis detractores, siempre he jugado dentro de las cuatro líneas de la Constitución”, dijo Bolsonaro acompañado de más de una docena de ministros y aliados, desde la residencia oficial en Brasilia.

El mandatario ultraderechista “autorizó” el inicio del proceso de transición con el equipo de Lula, según añadió por el jefe de gabinete, Ciro Nogueira, pues Bolsonaro prefirió no abordar el tema a profundidad.

El presidente aprovechó su mensaje para hablar de los bloqueos de camioneros que se viven en varias carreteras del país.

“Los movimientos populares son fruto de indignación y sentimiento de injusticia por cómo se dio el proceso electoral”, e indicó que “las manifestaciones pacíficas siempre serán bienvenidas”, pero reforzó que sus métodos “no pueden ser los de la izquierda, que siempre perjudicaron a la población, como la invasión de propiedades, la destrucción de patrimonio” y no permitir “el derecho de ir y venir”.

Recordemos que Bolsonaro, que aspiraba a la reelección, perdió con un 49.1% de los votos, frente al 50.9% que obtuvo Luiz Inácio Lula da Silva, líder del Partido de los Trabajadores (PT).

El Tribunal Superior Electoral (TSE) confirmó que Luiz Inácio Lula da Silva ganó las elecciones presidenciales, por un margen de 2.1 millones de votos sobre el actual gobernante, Jair Bolsonaro, según los datos oficiales divulgados con el 100 % de las urnas escrutadas.

El ahora presidente electo de Brasil, que asumirá el poder el 1 de enero de 2023, venció con un 50.9% de los sufragios, mientras que el líder ultraderechista se quedó con el 49.1%.

Al respecto, el Partido de los Trabajadores (PT), del presidente electo, espera poder iniciar el proceso de transición en un plazo de 48 horas, como indica la ley.

La presidenta del PT, Gleissi Hoffmann, explicó que la formación realizó este lunes una primera reunión interna y deberá definir en un plazo de 48 horas el nombre del coordinador y del equipo de transición, que estará integrado por 50 personas.

“Por ley tenemos 48 horas para iniciar eso (la transición), para organizarnos y después conversar con el gobierno”, precisó la dirigente del PT.

Con muchas horas después que perdiera la reelección, Bolsonaro ha preferido permanecer en silencio y no admitir su derrota, aunque tampoco ha cuestionado los resultados de la contienda, como algunos expertos habían advertido podría suceder.

Bolsonaro no ha dirigido una palabra a los periodistas que acamparon afuera de la residencia oficial ni a los simpatizantes que se reúnen regularmente en las inmediaciones. Tampoco ha publicado nada en sus redes sociales.

La única señal de protesta provino de los camioneros partidarios de Bolsonaro que bloquearon algunas carreteras en diferentes puntos del país.

Sin embargo, recordemos que Bolsonaro ha cuestionado repetidamente la confiabilidad del sistema de votación electrónica de Brasil. Incluso llegó a decir que poseía pruebas de fraude, aunque no proporcionó ninguna evidencia.

Hasta el mes pasado, comentó que si no ganaba en la primera vuelta de las elecciones, sería algo “anormal”, incluso cuando la mayoría de las encuestas lo ubicaban en desventaja.

El ministro de comunicaciones del gobierno, anunció que será hasta mañana que Bolsonaro emita una declaración sobre la jornada electoral.

Con duras críticas a la gestión del presidente Alberto Fernández, la vicepresidenta de Argentina, Cristina Kirchner aumentó la tensión por la que atraviesa el gobierno desde el revés electoral en las primarias legislativas del fin de semana pasado, al pedir públicamente un cambio de gabinete.

“¿En serio creen que no es necesario, después de semejante derrota, presentar públicamente las renuncias y que se sepa la actitud de los funcionarios y funcionarias de facilitarle al Presidente la reorganización de su gobierno?”, escribió la vicepresidenta en una carta pública en la que criticó a jerarcas que “se atornillan a los sillones”.

Estas declaraciones ocurren un día después de que cinco ministros considerados como cercanos a Kirchner ofrecieron su renuncia a Fernández, que por ahora no las ha aceptado.

Kirchner, líder del peronismo de centro-izquierda, señaló que en varias reuniones con el mandatario durante el último año le pidió un cambio de rumbo, sobre todo en política económica.

“Señalé que creía que se estaba llevando a cabo una política de ajuste fiscal equivocada que estaba impactando negativamente en la actividad económica y, por lo tanto, en el conjunto de la sociedad y que, indudablemente, esto iba a tener consecuencias electorales”, relató en la carta.

Sin embargo, esta mañana el presidente Alberto Fernández pidió cesar las disputas y resaltó que es él quien está al frente del gobierno.

“He oído a mi pueblo. La altisonancia y la prepotencia no anidan en mí. La gestión de gobierno seguirá desarrollándose del modo que yo estime conveniente. Para eso fui elegido. Lo haré llamando siempre al encuentro entre los argentinos”, escribió el mandatario en Twitter.

En su carta, Kirchner, expresidenta entre 2007 y 2015, remarcó que fue ella quien lanzó la candidatura de Fernández con la convicción de que era lo mejor para el país. “Sólo le pido al Presidente que honre aquella decisión… pero por sobre todas las cosas, tomando sus palabras y convicciones también, lo que es más importante que nada: que honre la voluntad del pueblo argentino”, remató.

En recesión desde 2018, Argentina atraviesa una crisis económica que se vio agravada por la pandemia de COVID-19. Para aminorar los efectos de la parálisis económica por las restricciones sanitarias, el gobierno realizó fuertes emisiones de dinero, especialmente en 2020.

a sus elevados índices de pobreza (42%) y desempleo (10%), Argentina suma una de las tasas de inflación más altas del mundo, 32% de enero a agosto, y tiene pendiente una deuda de 44,000 millones de dólares con el Fondo Monetario Internacional (FMI), por la cual el próximo 22 de septiembre el gobierno debe pagar un vencimiento de capital por 1,900 millones de dólares y en diciembre otro por el mismo monto.

El gobierno de Fernández y Kirchner, que se encuentra a mitad de su mandato, quedó duramente golpeado por el resultado de las primarias del pasado domingo, en las que la coalición gobernante ‘Frente de Todos’ consiguió apenas 31% de los votos a nivel nacional, un resultado inesperado que mostró un rechazo mucho más amplio de lo previsto.

En tanto, la coalición de centro-derecha ‘Juntos’, del expresidente Mauricio Macri, obtuvo 40% de los sufragios a nivel nacional y le sacó una ventaja de cinco puntos al oficialismo en la provincia de Buenos Aires, tradicional bastión peronista y donde también pusieron a disposición su renuncia los ministros del gobernador Axel Kiciloff.

En un intento de hacer frente a las críticas que ha recibido por la derrota que Morena sufrió en la capital del país en las elecciones del pasado fin de semana, la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, indicó que defenderá el proyecto que encabeza, y señaló la necesidad de resaltar los logros alcanzados durante su administración.

Sin embargo, su mensaje volvió a levantar polémica pues dijo que era importante que los habitantes de la Ciudad supieran que los derechos que tienen ahora son parte, en buena medida, de la transformación que encabeza el presidente López Obrador desde que fue mandatario de la Ciudad; es decir, que son gracias a él.

Además, aseguró que “la verdadera democracia” llegó con la Cuarta Transformación. Recordó que la CDMX es una Ciudad de derechos, donde no se está a favor del clasismo o la la discriminación.

Sheinbaum Pardo resaltó que, en 2020 durante la pandemia derivada por COVID-19, se mantuvo el apoyo a niñas y niños que cursan educación básica con el programa de “Mi Beca para Empezar”, así como con otro tipo de becas; destacó los apoyos para la mejora de la Unidades Habitacionales; los centros PILARES, donde se imparten de manera gratuita actividades educativas, culturales y deportivas; los proyectos de movilidad y salud que se implementaron, así como el combate a la corrupción, que dijo, permitió que se recuperaron 25 mil millones de pesos (mdp) los cuales se reorientaron en inversión pública en la Ciudad.

Pese a los señalamientos que se han hecho a la falta de apoyos para la clase empresarial durante los meses más fuertes de la pandemia, la mandataria capitalina dijo que se destinaron 500 mdp en 2020 y 500 mdp este año para apoyos a las microempresas en la capital del país, así como una entrega de apoyos especiales a los trabajadores de restaurantes y se aplicó una disminución del Impuesto Sobre Nómina en diversas zonas de la ciudad, tales como el Centro Histórico .

“Aquí, nadie está derrotado, al contrario, aquí sacamos fuerza para seguir defendiendo este proyecto de Transformación que representamos, y vamos a seguir informando, difundiendo y trabajando por una Ciudad de Derechos en donde a nadie se le olvide que estos derechos se ganaron gracias a esta transformación y desde que el Presidente, Andrés Manuel López Obrador fue Jefe de Gobierno (…) ese es el mensaje que damos a los habitantes de la Ciudad de México, que este trabajo sigue, continua y que esta Ciudad de Derechos nadie la para”, sostuvo.

Pese a ser un apoyo federal que está garantizado para todos los adultos mayores del país, Sheinbaum Pardo señaló que, en 2020 se benefició a 844 mil 582 adultos mayores mediante el apoyo bimestral de 2 mil 620 pesos, lo que representa una inversión anual de 13 mil 276.8 mdp; y a 73 mil 285 personas con discapacidad con apoyo bimestral de 2 mil 620 pesos, es decir, una inversión anual de mil 152 mdp.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, condenó esta tarde los hechos que se registraron ayer en el Capitolio, indicando que los manifestantes, la mayoría seguidores de él que estuvieron el el mitin que ofreció horas antes cerca de La Casa Blanca, “profanaron la sede de la democracia estadounidense”.

Poco más de dos meses después de los comicios, Trump reconoció su derrota.

“Estados Unidos es y debe ser siempre una nación de ley y orden, los manifestantes que se infiltraron en el Capitolio han profanado la sede de la democracia estadounidense”, ha dicho Trump, quien ha prometido una transición de poder “sin problemas”.

“Para aquellos que participaron en los actos de violencia y destrucción, no representan a nuestro país. Y para aquellos que violaron la ley, pagarán”, dijo Trump en un mensaje que se difundió vía redes sociales. El republicano asegurado sentirse, como cualquier otro estadounidense, “indignado por la violencia, la anarquía y el caos” ocurrido ayer.

“Ahora, el Congreso ha certificado los resultados y la nueva Administración será inaugurada el 20 de enero. Mi enfoque ahora se centra en asegurar una transición de poder sin problemas y ordenada. Este momento exige reconciliación”, añadió.

Con estas palabras, el todavía presidente de Estados Unidos reconoce por primera vez de manera pública su derrota frente a Joe Biden en las pasadas presidenciales del 3 de noviembre, aunque ha justificado la campaña legal para impugnar estos resultados afirmando que “sólo luchaba por defender la democracia estadounidense”.

“Sigo creyendo firmemente que debemos reformar nuestras leyes electorales para verificar la identidad y elegibilidad de todos los votantes y garantizar la fe y la confianza en todas las elecciones futuras”, insistió.

Trump, quien ha pedido ahora que se “enfríen los ánimos” y se “restablezca la calma”, ha apelado a la unión de los estadounidenses para “derrotar” la crisis del coronavirus, que “ha trastornado” la vida del país, dañado “la mayor economía del mundo” y que además ha cobrado la vida de miles de estadounidenses.

Por último, Trump señaló que ha sido “el honor” de su vida haber ejercido como presidente de Estados Unidos, y ha querido animar a sus “maravillosos seguidores”, los cuales, ha dicho, sabe “que están decepcionados”, que su “increíble viaje” juntos “apenas ha comenzando”.

Horas antes, la secretaria de prensa de La Casa Blanca, Kayleigh McEnany, calificó a los manifestantes que protagonizaron los hechos de ayer, como “violentos agitadores” que “socavaron los legítimos derechos de la primera enmienda (de la Constitución) de las muchos miles de personas que han hecho oír sus voces pacíficamente en nuestro Capitolio”.

La funcionaria indicó que condenaban los hechos “el presidente y esta Administración, en los más enérgicos términos posibles”, destacando que lo ocurrido es “inaceptable” y los involucrados “deben ser castigados con todo el peso de la ley”.

McEnany “lamentó” la muerte de cuatro personas durante el incidente y agradeció a los agentes de Policía, a los que ha llamado “valientes” y “verdaderos héroes americanos”, su labor.

Después de la irrupción en el Capitolio, “todas las opciones están sobre la mesa” para encausar a los miembros de la violenta turba de simpatizantes del presidente Donald Trump, incluidos cargos de sedición, informó este jueves Michael Sherwin, el fiscal federal interino del Distrito de Columbia.

Sherwin dijo que los fiscales planean presentar 15 casos federales el jueves por delitos como acceso no autorizado y robo de propiedad. Señaló que los investigadores están revisando montones de evidencia para presentar cargos adicionales.

Y es que más de 90 personas han sido arrestadas por la policía de Washington y es probable que se realicen más detenciones. Los fiscales estadounidenses a lo largo y ancho de la nación han prometido encontrar a cualquier residente que haya participado en la insurrección emprendida para obstruir la transición pacífica del poder y llevarlo ante la justicia.

El presidente Donald Trump aseguró esta mañana que “nunca aceptaremos la derrota”, esto al ofrecer un mensaje en un mitin de miles de simpatizantes poco antes de que el Congreso iniciara una sesión conjunta para confirmar la victoria electoral de Joe Biden.

Trump subió al escenario en la manifestación “Save America” (Salvemos a Estados Unidos), que atrajo a miles de partidarios que inundaron la capital del país, mientras los aliados republicanos del presidente en la Cámara y el Senado planean oponerse a su derrota electoral de noviembre ante Biden.

Trump instó al vicepresidente Mike Pence, quien desempeñará un papel en gran parte ceremonial en el proceso, a impedir la certificación de la victoria de Biden, a pesar de que el vicepresidente no tiene ese poder.

“Nuestro país ya ha tenido suficiente”, dijo Trump. “No lo soportaremos más”, agregó. Pence, sin embargo, desafió a Trump al decir que no tiene autoridad para rechazar votos electorales que darán la presidencia a Biden.

Los organizadores de la concentración, prevén marchar por la tarde hacia el Capitolio, donde el Congreso votará para confirmar los resultados del Colegio Electoral, que Trump continúa poniendo en duda.

Se esperaba que varios partidarios prominentes de Trump asistan a las protestas, que comenzaron el martes con un mitin en la Plaza de la Libertad, a unas cuantas cuadras de La Casa Blanca. En ese lugar, los manifestantes, muchos de ellos sin mascarillas, expresaron su rechazo al voto del Colegio Electoral. Al caer la noche, con la temperatura descendiendo y bajo una lluvia constante, cientos de personas continuaban en la plaza.

Trump tuiteó su apoyo a los manifestantes: “Washington está siendo inundado por personas que no quieren ver que los demócratas radicales de izquierda se roben una victoria electoral. ¡Nuestro país ha tenido suficiente, ya no lo soportarán. ¡Los escuchamos (y los queremos) desde la Oficina Oval. Hagan a Estados Unidos grande una vez más!”.

Las protestas han obligado a las autoridades y agencias policiales locales a prepararse para posibles enfrentamientos violentos en las calles. Muchos de los negocios del centro de la capital cubrieron sus ventanas por miedo a que las manifestaciones se conviertan en disturbios similares a los ocurridos en mayo y junio, cuando decenas de establecimientos fueron vandalizados.

Foto: Twitter

Arturo Sarukhán

El Universal

“Justo cuando me quería salir, me vuelven a meter”. Así, como Michael Corleone en El Padrino III, me siento esta semana. Mi intención era compartir hoy con ustedes algunas reflexiones sobre el retorno del General Cienfuegos a México (lo haré en mi próxima columna), pero el vandalismo de Donald Trump me obliga a retomar las secuelas que las acciones pueriles y peligrosas de quien será pronto un ex mandatario tienen para la democracia y la política estadounidenses.

El hecho de que al final del día Joe Biden asumirá la presidencia el 20 de enero y que las prácticas e instancias democráticas, las cortes y los medios han ido cortando de tajo el nudo gordiano que Trump le colocó al proceso de calificación poselectoral y a la transición no significa que el presidente y sus facilitadores en el Partido Republicano -y los medios y plataformas digitales de la extrema derecha- no le estén haciendo un daño profundo a Estados Unidos. El mandatario está instalado en un arco de bipolaridad que ha ido de la patraña de que dizque ganó la elección y le robaron el triunfo, al cabreo y pataleta por su derrota y una fijación por obstaculizar la transición, todo ello seguramente acicateado además por el cálculo de cómo reinventarse -y sobre todo cómo blindarse de las deudas que lo acechan y las investigaciones de las que será objeto al dejar la Oficina Oval- a partir de enero. Y en el proceso, se está llevando entre las patas a su país, colocando a EE.UU –y al mundo- en un potencial punto de quiebre, un momento de inflexión en el que o bien se rescata el peso e influencia del mundo democrático liberal o atestiguamos su declive precipitoso.

Trump lleva cinco años -si incluimos su campaña- no solo troleando a quienes lo critican o le desagradan; ha troleado a la democracia así como a las sociedades plurales, tolerantes, abiertas. Pero ahora ya está troleando a la Constitución de los Estados Unidos de América. Después de más de tres semanas, en el transcurso de los últimos días ya se empezó finalmente a reconocer y a hablar abiertamente en Washington de lo que en cualquier otro país y en cualquier otra latitud ya habría sido calificado por la comentocracia y los medios estadounidenses como un golpe de Estado en potencia. Como bien apunta la científica política Anne Applebaum, podrá bien ser un golpe ineficaz, un golpe de ópera bufa, un golpe ridículo y absurdo, pero no deja de ser un intento de golpe. Y si los medios y los políticos no están dispuestos a usar ese término para caracterizar las acciones de Trump y el Partido Republicano, entonces ya no creen en la democracia ni están preparados para defenderla.

En las semanas posteriores a los comicios, Trump y su equipo no han podido impugnar los resultados finales en las cortes. Sin embargo, en la corte de la opinión pública, han logrado un progreso sorprendente, un progreso que podría amenazar la capacidad del presidente electo Biden para gobernar e incluso a la propia democracia estadounidense. Al principio, Trump estaba convencido de que podía revertir el resultado de las elecciones a través de la judicialización del proceso electoral con una serie de amparos. Y no es ninguna sorpresa. Esa ruta estaba cantada desde hace meses y el presidente disfruta, vive, se alimenta de -y a su vez alimenta- el caos y el pleito. A lo largo de su vida, ha sido parte de no menos de 4,000 litigios. En este caso, sin embargo, calculó mal el terreno y va perdiendo o ha perdido más de 25 casos y amparos detonados a partir del 3 de noviembre hasta la fecha. Y en Georgia, el recuento -ahora sí, voto por voto, casilla por casilla- refrendó la victoria de Biden en ese estado.

Si Trump tuviese un mínimo de clase, madurez, sentido de Estado, decoro o respeto por la investidura presidencial, habría aceptado su derrota desde hace días, habría dado vuelta a la página y habría ofrecido apoyo a su sucesor, tradiciones que se remontan a más de dos siglos en la vida política de EE.UU. Pero el narcisista en jefe tal vez esté jugando a ganar tiempo, esperando a ver cómo se desarrolla un segundo frente de batalla que ha abierto y que ciertamente parece más prometedor para él. Solo hay que considerar una encuesta de Monmouth Poll publicada el miércoles pasado, que encontró que el 32% de los estadounidenses cree que Biden ganó como resultado de un fraude electoral; el 77% de los partidarios de Trump piensan lo mismo. Estos datos dañinos encuentran aún más resonancia en entrevistas que Reuters condujo con 50 personas -de distinta edad, grupo sociodemográfico y procedencia geográfica- que votaron a favor de Trump. El común denominador fue que “todos dijeron que creían que las elecciones fueron manipuladas o eran de alguna manera ilegítimas”. Algunos agregaron que ahora estaban boicoteando a Fox News -que finalmente ha marcado distancias con Trump- y sintonizando a los medios emergentes de la extrema derecha, Newsmax y One American News Network, que han estado apoyando y regurgitando las patrañas y las falsas e infundadas afirmaciones de Trump de fraude electoral. Y en un sondeo de Harris Poll este lunes, 47% de los votantes registrados encuestados afirma estar a favor de una nueva candidatura presidencial de Trump en 2024. Y esto esboza quizá la hoja de ruta en la cabeza del mandatario; dejar la Casa Blanca habiéndose negado a reconocer que fue derrotado (lo que más detesta en la vida es el calificativo de “loser”) y usar los recursos que está recaudando para financiar sus procesos de litigio para saldar las deudas que le caerán encima como el famoso yunque marca “ACME” de las caricaturas y lanzar su propia plataforma mediática.

Nunca antes en la historia de EE.UU la oposición había socavado la legitimidad de un presidente electo antes de que éste asumiese el cargo de la manera en que este presidente y su partido lo han hecho ahora. Es importante recordar que esto no es un accidente. Durante meses -y lo advertimos muchos- Trump y su campaña han desplegado un esfuerzo sistemático para minar a Biden y su eventual presidencia. En el período previo a las elecciones, Trump cuestionó reiteradamente la legitimidad de las boletas por correo y sugirió que no aceptaría los resultados de las elecciones si perdía. En resumen, esta ha sido una campaña deliberada de sabotaje, emprendida con un nulo miramiento por el daño que podría infligir a la democracia. Desde su temprana adopción de la mentira de que Barack Obama no había nacido en EE.UU (que luego retractó) hasta las miles de falsedades que ha difundido en Twitter, mítines y conferencias de prensa, Trump ha construido un imperio político mentira sobre mentira. Pero no tiene la menor intención de abandonar la escena pública. Espera ganar influencia política a través de las millones de personas que creen en él con más fervor que en las propias tradiciones y procesos democráticos de la nación.

Este es un problema endiablado para la vida nacional estadounidense. El rechazo generalizado de los resultados de las elecciones entre los simpatizantes de Trump y, con contadas excepciones, en el GOP en general refleja -a pesar de que los sistemas de pesos y contrapesos siguen funcionando, si nos atenemos a los fallos en las cortes y el rechazo incluso de gobernadores Republicanos a que haya habido irregularidades y mucho menos fraude en sus estados- una dinámica nueva y peligrosa en la política del país. La decisión de subvertir la elección en el GOP se extiende más allá de Trump, ya sea por sicofancia o porque como he señalado previamente en esta página de opinión, el partido ya está cooptado -por miedo o por convicción- por el mercachifle convertido en presidente. Si la mayoría de los votantes Republicanos, que no forman una mayoría electoral en el país pero sí son críticos para la viabilidad electoral futura del GOP, realmente no creen en la democracia y no pueden ser convencidos de datos duros, realidades y hechos descaradamente obvios, los políticos Republicanos permanecerán atrapados en el universo político paralelo de Trump.

Por ello, la próxima ocasión en la que militantes del GOP -que había sido el partido de la legalidad, el orden y el Estado de derecho- se arranquen con la oda a la Constitución y a la sabiduría sempiterna de sus redactores, habrá que recordarles que se comportaron como una cofradía de cobardes descarados en el momento tan delicado en el cual el sistema que diseñaron los llamados

padres de la patria enfrentó uno de sus retos más seminales. Y a diferencia de Las Vegas, lo que sucede en EE.UU no se queda en EE.UU; la erosión democrática ahí conlleva consecuencias para la democracia liberal en otras partes del mundo y para la recalibración que harán muchas otras naciones acerca de lo que esto implica para el equilibrio de poder internacional

El primer ministro británico, Boris Johnson, sufrió este jueves su séptima derrota consecutiva en el parlamento, a poco más de un mes que se cumpla la fecha para concretar el Brexit.

Por 306 votos contra 289 los diputados rechazaron una propuesta conservadora de hacer un breve receso la próxima semana, de lunes a miércoles, para permitir a los miembros del partido gubernamental acudir al congreso anual de su formación.

El parlamento no suele trabajar durante las semanas de septiembre destinadas a las conferencias de los partidos.

Pero este año, después de que Johnson impusiese una controvertida suspensión de las labores parlamentarias durante cinco semanas que el martes fue anulada por la justicia al considerarla “ilegal”, los ánimos de los diputados están muy alterados.

Es la séptima derrota desde que llegó al poder en julio el controvertido primer ministro, criticado incluso en sus propias filas por su estrategia respecto a la Unión Europea (UE) y sus provocadoras declaraciones.

El miércoles, Johnson recriminó a los legisladores por aprobar una “ley de rendición” que le obligaría a solicitar un nuevo aplazamiento del Brexit y afirmó que “no traicionaría” el mandato popular de abandonar la Unión Europea.

Este tema divide profundamente al país desde el referéndum de 2016, en que el Brexit ganó por 52%, y el ambiente está cada vez más enrarecido por el caos político y los sucesivos retrasos de la fecha de salida, inicialmente fijada para el pasado mes de marzo.

Una diputada antibrexit, la laborista Jo Cox, fue asesinada por un ultraderechista durante la campaña para el referéndum, conmocionando al país. Y este año, hubo que aumentar la seguridad para proteger a varios diputados que recibieron amenazas por sus posiciones.

“Muchos de nosotros sufrimos amenazas de muerte y abusos todos los días”, le lanzó a Johnson la diputada laborista Paula Sherriff el miércoles. Y, llamándolo a “moderar su lenguaje”, aseguró que dichas amenazas “a menudo citan sus palabras: ‘rendición’, ‘traición'”.

“Nunca en mi vida había oído semejante patraña”, respondió Johnson y consideró que la mejor manera de honrar a Cox “sería llevar a cabo el Brexit”, lo que provocó una ola de indignación.

Downing Street rehusó disculparse por las palabras de Johnson. Su portavoz dijo: “el primer ministro defendió el argumento general de que necesitamos resolver la cuestión del Brexit porque está causando ansiedad y malestar en el país”.

Según los sondeos, los enfrentamientos de Johnson con la oposición le están ganando apoyos entre los votantes cuando se vislumbra la convocatoria de legislativas anticipadas en los próximos meses. Pero lo cierto es que también el primer ministro ha sido blanco de insultos y duros ataques verbales.

El líder del opositor Partido Laborista, Jeremy Corbyn, lo acusó el miércoles de utilizar un lenguaje “indistinguible del de la extrema derecha”.

El presidente de la Cámara de los Comunes, John Bercow, reconoció que “se pronunciaron palabras airadas, el ambiente era tóxico” y llamó a los diputados a “tratarse como oponentes y no como enemigos”.

En conferencia de prensa, Enrique Cárdenas, abanderado de la coalición PAN-PRD-MC a la gubernatura de Puebla, reconoció su derrota en la jornada electoral de ayer.

“Ahora que ya tenemos los datos definitivos del PREP, sus resultados nos colocan en un segundo lugar a nivel estatal, el cual aceptamos”, dijo el ex rector de la Universidad de las Américas Puebla.

Pese a que indicó que no haber sido favorecido con el voto de los poblanos, resaltó que tuvo un amplio apoyo en la ciudad de Puebla y en la zona conurbada, así como en los principales centros urbanos del estado.

Lamentó que solo el 33% de los electores acudieran a las urnas ayer, además de que insistió en que el proceso electoral dejó mucho qué desear.

Dio las gracias a quienes acudieron a votar, pues recordó que la participación ciudadana es el elemento más importante de cualquier elección. Agradeció también a los partidos que lo postularon (PAN-PRD-MC) por haber creído en su proyecto y que era él la mejor opción.

Presumió que su campaña permitió hacer visible la necesidad de que los políticos de siempre se acerquen a la gente para poder gobernar.

Afirmó que, con su postulación a la gubernatura, no buscaba acceder a una posición de poder o enriquecerse del erario público. En ese sentido dijo que su compromiso no termina con la elección, sino que seguirá dando batalla.

“Hoy marcamos un camino, le plantamos cara a un régimen que cada día enseña con más claridad su verdadero rostro”, dijo Cárdenas.

Finalizó su mensaje asegurando que luchará por una mejor democracia, por un mejor estado y por un mejor país. Pidió a los ciudadanos no desentenderse de la vida y poder público, pues solo así podrán asegurarse de tener buenos gobernantes.

Cuando Andrés Manuel López Obrador perdió la elección en el año 2006, se proclamó Presidente Legítimo y tomó Avenida Reforma para protestar lo que él calificó de fraude electoral. La historia en la elección del 2012 fue similar. AMLO acusó que se volvió a cometer fraude.

Finalmente ganó la elección de este 2018 y todo ha sido tranquilidad. Nadie le regateó un triunfo arrasador en el que obtuvo el 53 por ciento del voto. Por el contrario, el candidato del PRI, José Antonio Meade, salió incluso poco antes de las 8pm a reconocer su derrota, poniendo el ejemplo para Ricardo Anaya, quién hizo lo mismo más de una hora después.

Además de ganar la presidencia, la Cámara de Diputados y el Senado, AMLO y Morena arrasaron en las elecciones estatales y municipales. De no tener una sola gubernatura, hoy Morena gobierna 5 estados y 19 legislaturas locales. Además, ganó 23 de las 25 capitales que renovaron su ayuntamiento.

De las nueve gubernaturas que estuvieron en juego en julio pasado, Morena ganó la CDMX, Veracruz, Chiapas, Tabasco y Morelos.

Entonces, habiendo arrasado de esa manera y reconociendo que las autoridades electorales supieron contar los votos de la elección presidencial, uno esperaría que AMLO acepte las pocas derrotas que tuvo. Pero no.

Primero está el caso Puebla. Ahí AMLO apoyó las impugnaciones del candidato de Morena, Miguel Barbosa, hasta el final. Hoy el Tribunal Electoral ha quedado sumamente fragmentado, con uno de los magistrados, José Luis Vargas, pidiendo la renuncia de la magistrada presidenta, Janine Otálora, quien tuvo el voto que definió que la elección no se anulaba ni repetía y que la ganadora es Martha Erika Alonso, de la coalición PAN, PRD, MC y dos partidos locales.

López Obrador ha cuestionado la actuación del Tribunal Electoral y se rehusó no solo a acudir a la toma de protesta de Alonso, sino que ni enviado del gobierno federal hubo. No todas se pueden ganar y esto, claramente no le gusta a AMLO.

Pero este desprecio por la derrota va más allá de Puebla. Con la figura de los Delegados de Programas Integrales de Desarrollo, mejor conocidos como los virreyes o súper delegados, AMLO pone una cuña en los gobernadores que no son de Morena disfrazado de ser una medida de austeridad.

 

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