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DESIGUALDAD

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Solo un 36.3% de los habitantes en 2022 tenían confianza en sus gobiernos en Latinoamérica y el Caribe, una cifra en términos globales netamente inferior a la media de la OCDE, aunque con notables diferencias por países, y que más bien ha disminuido desde 2008.

Entre esos dos años, la confianza en los gobiernos ha disminuido en 3.9 puntos porcentuales en el conjunto de los 15 países considerados en el estudio de indicadores de gobernanza en Latinoamérica y el Caribe publicado este miércoles por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

La situación en la región es claramente peor que en la OCDE, donde el porcentaje de población que confía en su gobierno era del 47.5% en 2022, después de mejorar 3 puntos porcentuales desde 2008.

Pero esa situación y la evolución en realidad tiene poco qué ver entre unos y otros países latinoamericanos.

Por una parte, la confianza ha sufrido una notable baja en los años considerados en el estudio en Colombia (34 puntos porcentuales, al 30%), Ecuador (30 puntos, al 21%), Chile (12 puntos al 39%) y Bolivia (11 puntos al 33%).

También ha caído, pero de forma mucho más moderada en Uruguay (7 puntos al 52%) y en la República Dominicana (2 puntos al 52%).

La evolución ha sido claramente positiva en Costa Rica, con 24 puntos porcentuales de mejora entre 2008 y 2022, cuando un 60% de los encuestados decían confiar en su Gobierno, la cifra más alta de todos los países de la muestra.

Después se encuentra México, con un 53% de personas que tenían confianza en su Gobierno, 12 puntos más que 14 años atrás.

Uno de los elementos que pesa en esa confianza es la percepción de que la corrupción está generalizada en el gobierno, una idea que suscriben un 75.5% de los latinoamericanos consultados en 2023, una cifra que ha crecido ligeramente respecto a 2013 (74.7%) y sobre todo que es muy superior a la de la media de la OCDE (53.6%).

En todos los países de la región, esa percepción de una corrupción generalizada es mayoritaria, pero es particularmente elevada en Perú (90%), Panamá (86%), Ecuador (84%), Colombia (83%), Guatemala (80%), Argentina (80%) y Bolivia (80%).

Más allá del agravamiento de la confianza, los autores del informe señalan varios retos que tienen planteadas las democracias latinoamericanas, en particular la desigualdad, la informalidad o el “espacio fiscal limitado” para afrontar problemas apremiantes como el cambio climático u otras cuestiones medioambientales.

Por lo que respecta a la desigualdad, hacen notar que ha ido a más con la espiral inflacionista durante los años 2022 y 2023, que ha afectado a los grupos que están en la parte baja de la escala social probablemente porque el aumento de precios afectó a elementos básicos como los alimentos y la energía, que constituyen una mayor parte del gasto de los más pobres.

El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) pidió a la ONU que despierte de su “letargo” en el combate a la corrupción y la desigualdad, para lo que propuso un plan de ayuda a los más pobres pagado por contribuciones voluntarias de las 1,000 personas más ricas del mundo.

“Nunca en la historia de esta organización se ha hecho algo realmente sustancial en beneficio de los pobres, pero nunca es tarde para hacer justicia”, dijo el mandatario al pronunciar un mensaje ante el Consejo de Seguridad de la ONU.

López Obrador habló durante un debate sobre mantenimiento de la paz y seguridad internacionales, luego de haberse reunido con el Secretario General de la ONU, António Guterres.

En su discurso, López Obrador propuso un plan para garantizar el derecho a una vida digna a 750 millones de personas que sobreviven con menos de dos dólares diarios. Éstas, dijo, podrían ser ayudadas por un fondo procedente de tres fuentes: una contribución voluntaria del 4% de la fortuna de las 1,000 personas más ricas del planeta; una donación similar para las 1,000 empresas privadas más importantes, en base a su valor en el mercado mundial, y una donación del 0.2% del Producto Interno Bruto (PIB) de los países integrantes del Grupo de los 20.

López Obrador dijo que este plan, al que llamó el “Estado Mundial de Fraternidad y Bienestar”, podría recaudar 1,000 millones de dólares anuales.

“No creo que algunos miembros permanentes de este consejo se opongan a nuestra propuesta”, dijo el mandatario, pues dijo.

López Obrador habló esta mañana aprovechando la toma de posesión de México como titular temporal del Consejo de Seguridad de la ONU. Pidió que la Organización juegue un papel más importante en el combate contra la desigualdad, considerada por muchos como factor de inestabilidad en la paz y seguridad internacionales.

“Es importante que la ONU despierte de su letargo y salga de la rutina, del formalismo, que se reforme y que denuncie y combata la corrupción en el mundo, que luche contra la desigualdad y el malestar social que cunden en el planeta, con más decisión, profundidad, protagonismo, con más liderazgo,” dijo el mandatario.

AMLO adelantó que su plan para ayudar a los pobres será presentado ante la Asamblea General de las Naciones Unidas en los próximos días.

Tal como lo ha hecho en México, López Obrador abogó por que los fondos lleguen a los pobres de forma directa, sin intermediación de ningún grupo. Incluso dijo que se podría hacer llegar el dinero mediante una tarjeta o monedero electrónico personalizado, y sugirió que el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional podrían colaborar en la creación de la estructura requerida para hacer los pagos.

El presidente de México sostuvo que el próximo año podría hacer un censo de los más pobres del mundo, y una vez definida la población por país, dispersarse los recursos que podrían ser pensiones a adultos mayores, becas a estudiantes, apoyos a trabajadores del campo o jóvenes aprendices, tal como sucede en nuestro país. También mencionó que mediante esta estructura se podrían hacer llegar vacunas contra el COVID-19.

Al finalizar la sesión en el Consejo de Seguridad, López Obrador destacó que la corrupción es la causa principal de la desigualdad económica y social. “Espero que cuando presentemos nuestra iniciativa, se apoye, se respalde,” concluyó.

López Obrador fue recibido en la sede la ONU por decenas de mexicanos que acudieron a intentar verlo y escucharlo. Grupos de mariachis tocaron en la Primera Avenida, frente a la sede de la ONU, canciones como “El Rey” o “Cielito lindo”, mientras mexicanos cantaban y bailaban frente a ellos. Con carteles que decían “Desde Seattle lo apoyamos presidente” o “Bienvenido a Nueva York. La honestidad no tiene precio”, los inmigrantes mexicanos ondeaban banderas de su país y dirigían porras a la multitud con megáfonos.

Sin embargo, también se hicieron presentes grupos opositores al gobierno federal, tales como FRENAAA, que lanzaron consignas al mandatario y se enfrentaron verbalmente con los simpatizantes del presidente.

No. México no era ni de cerca Noruega. Teníamos muchos problemas que corregir en materia de seguridad; economía; desigualdad en oportunidades e ingreso; y en la falta de Estado de Derecho.

Ahora, con lo que el presidente López Obrador ha llamado la Cuarta Transformación, todo lo anterior sigue siendo un problema, pero además estamos ante una serie de oportunidades perdidas.

Los últimos sexenios vimos una enorme polarización. AMLO y sus simpatizantes versus el gobierno en turno. Ahora, con AMLO en el poder, se pudo haber logrado unificar al país. Pero lo que tenemos es mayor división. Al gobierno ha llegado un hombre con ganas de venganza y lleno de rencores. Cada mañana vemos al presidente atacar a distintas personas e instituciones en su conferencia.

Esta semana ha sido el turno de los jueces. Como antes les ha tocado a los empresarios; a los medios de comunicación y a los periodistas. Todos a la basura, es el mensaje desde el escenario de la Conferencia Mañanera.

Seguramente el Poder Judicial tiene problemas de corrupción, como también los hay entre los empresarios medios y periodistas. Pero en lugar de señalar actos contundentes para desterrar viejas prácticas dañinas y buscar una auténtica transformación, el presidente actúa como los gobernantes del pasado. Amenaza y con ello desperdicia la oportunidad que le da su popularidad para llevar a cabo una auténtica transformación. Recurre a la vieja táctica de los soviéticos, de cuestionar a quienes lo cuestionan y señalarlos de hipócritas.

Pero esa no es la única oportunidad perdida. Con el plan económico de Biden que le está inyectando 1.9 billones de dólares a esa economía, México tendría la oportunidad de atraer enormes inversiones, muchas de ellas en proyectos de energías limpias y renovables, pero con la Ley de Energía Eléctrica de AMLO, estas inversiones van a brillar por su ausencia.

En materia de salud, si volteamos a ver el caso de Israel, el Primer Ministro Netanyahu ha decidido utilizar la COVID para pintarse como héroe y evitar que los escándalos de corrupción en su contra lo tumben del gobierno. Ha politizado la pandemia. Pero para ello no ha ni minimizado el virus ni mentido con que la pandemia está domada. Lo que hizo desde meses atrás fue asegurar dosis suficientes para vacunar a su población; animarla a que confíe en la vacuna al aplicársela frente a las cámaras y hoy en Israel la gente puede ya ir a conciertos con cientos de personas y realmente se empieza a ver la luz al final del túnel de la pandemia. Se ven los resultados; no se juega con la esperanza de que ya llegarán.

Las dosis de Pfizer que compró Israel le costaron $25 dólares cada una. Un sobreprecio que bien le ha valido la pena porque su economía ya puede reabrir de forma segura. Por el contrario, los europeos que quisieron negociar un mejor precio con la farmacéutica se encuentran con escasez de vacunas y nuevos confinamientos que le están resultando mucho más caras a sus economías. Y en México, ni se diga. La decisión de no invertir buen dinero en las vacunas y preferir despilfarrarlo en proyectos inútiles como la refinería de Dos Bocas, nos tiene recibiendo vacunas a cuentagotas. El 24 de febrero el gobierno publicó que para marzo tendríamos 23.6 millones de vacunas en México. Pero el martes, la nueva información es que para marzo tendremos 9 millones. Por eso aquí la luz al final del túnel de la pandemia está todavía por verse.

En cualquier momento es doloroso ver el desperdicio de oportunidades para el país. Ahora que estamos pasando por una situación compleja, como la que no se veía hace un siglo, este desperdicio de oportunidades es doblemente lastimoso.

Columna completa en El Universal

La dirigencia nacional de Morena, a cargo de Alfonso Ramírez Cuellar, dio a conocer el “Acuerdo de Unidad y de Solidaridad Nacional”, con el fin de ayudar a enfrentar la crisis económica generada por la pandemia del nuevo coronavirus, Covid.-19.

En su propuesta, sugiere que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) tenga facultad constitucional de medir la concentración de la riqueza en nuestro país, es decir, que pueda tener acceso a los registros del patrimonio de todos los mexicanos.

“Tenemos miles de  millones de dólares que constituyen una riqueza totalmente inobservada. Ya no se trata sólo de dar cuenta del ingreso y el gasto de las familias y las personas. Medir la pobreza en  México es un gran avance. Ahora se demanda, con urgencia, medir también la desigualdad y la concentración de la  riqueza”, señaló Ramírez Cuellar.

En su propuesta señala que el INEGI debe poder accesar, sin ningún impedimento legal, a revisar el patrimonio inmobiliario y financiero de todas las personas, y cada dos años debe de dar cuenta de los resultados que arroja la totalidad de los activos con los que cuenta cada mexicano.

Para lograr que el INEGI conozca a profundidad el patrimonio de las personas, Morena propone que tenga acceso a las cuentas del Servicio de Administración Tributaria (SAT) y a toda la información financiera y bursátil de las personas.

La propuesta rápidamente causó polémica. El dirigente nacional de la Coparmex, Gustavo de Hoyos, cuestionó lo planteado por Morena, pues además de sugerir que el INE revise el patrimonio de los mexicanos, pide que se grave “la propiedad, la riqueza y el ingreso”.

En su propuesta, Morena habla de la progresividad fiscal, que  tendrá que aplicarse a la propiedad, la riqueza, el ingreso, las emisiones de CO2 y los daños a la salud.

Para justificar dicho planteamiento, señala que un Estado de Bienestar sólo puede cobrar vigencia y hacerse realidad cuando pagan más los que más tienen.

También habla de que se debe dotar de mayor fortaleza y facultades a la Comisión Federal de Competencia Económica (COFECE), para analizar la concentración y el poder que tienen las empresas.

Lamentó que el sobreprecio que se impone al momento de adquirir alimentos, material de construcción,  usar transporte terrestre o aéreo, medicamentos o sistemas financieros o de comunicación  está afectando sistemáticamente a los hogares más pobres.

Acusó que buena parte de las transferencias monetarias no están promoviendo el bienestar, sino que  sólo están ayudando a cubrir el sobreprecio que impone el poder del monopolio o del oligopolio en los distintos mercados.

El presidente López Obrador tiene razón cuando señala las desigualdades en los ingresos y lo indignante que es que pocas personas tengan mucho dinero mientras muchas personas tienen muy poco. Su gobierno tiene como una de las premisas principales querer acabar con esas desigualdades. Hasta ahí todo bien. El problema viene cuando su receta para ello es que su gobierno se va a dedicar a atender al 70 por ciento de la población regalándole dinero sin intermediarios a los que menos tienen, y dejar que el otro 30 por ciento le haga como pueda.

Si quiebran las empresas es responsabilidad del empresario. “Se tiene que poner por delante el interés general, el interés de la mayoría de los ciudadanos y, de manera humanitaria, atender con preferencia a los pobres”, declaró el presidente.

Esta receta será un desastre para el país.

Para ejemplificarlo podemos irnos a los extremos. Tomemos al hombre más rico del mundo actualmente, Jeff Bezos, dueño de Amazon. Su fortuna está valuada en 130 mil millones de dólares. Esto lo hace ser 36 por ciento más rico que la monarquía británica y vale por sí solo más que el PIB combinado de Islandia, Luxemburgo y Chipre.

Para que un empleado de Bezos que gana 31 mil 200 dólares al año logre acumular la riqueza de su jefe, Jeff Bezos, tendría que trabajar 4.15 millones de años sin gastar un solo dólar. Así la desigualdad tan extrema. Pero si hoy Jeff Bezos, en un arranque de filantropía, quisiera repartir su fortuna entre los 7.7 mil millones de habitantes del planeta, nos tocaría a cada uno $17 dólares. Esta es una cantidad insignificante que no cambiaría la vida de absolutamente nadie, más que de Jeff Bezos, que se quedaría solo con $17 dólares en la cartera.

Me voy a este extremo para regresar a México y a nuestro presidente que quiere acabar con la enorme desigualdad que sin duda existe y es insultante, regalando dinero. El viernes pasado se publicó en el Diario Oficial de la Federación que queda como mandato constitucional los programas sociales del actual gobierno: las pensiones para adultos mayores; las becas para Jóvenes Construyendo el Futuro; los apoyos para la población afromexicana y un largo etcétera.

El presupuesto 2020 del gobierno es de 6,107 miles de millones de pesos. Si el presidente Andrés Manuel López Obrador va a regalar poco dinero a los que menos tienen, el resultado será el mismo: el presupuesto no alcanzará para hacer un cambio significativo para los beneficiarios, pero el gobierno mexicano se quedará sin recursos y eso ocasionará que a la larga todos los mexicanos estemos en peores circunstancias.

Siguiendo con el ejemplo de Jeff Bezos, si el presupuesto completo se dividiera entre el 70 por ciento de los 123 millones de mexicanos, cada uno recibiría 5 mil 910 pesos mensuales aproximadamente. Esta cantidad es insuficiente para resolver las necesidades de los mexicanos.

Es un círculo vicioso: regalas poco dinero a muchos; las empresas que aportan a la economía y generan empleo, sin apoyo no tienen como sobrevivir a la emergencia. En el extremo cierran y por ello, se pierden fuentes de empleo y pago de impuestos; el gobierno recibe menos dinero y con ello tiene menos para regalar al año siguiente.

Columna completa en El Universal

La Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) hizo un llamado para que todo el sector empresarial asuma su rol para erradicar la desigualdad de género en el ámbito laboral y económico.

La Confederación instó al gobierno a que enfrente con una estrategia clara y contundente, la violencia de la que todos los días son víctimas las mujeres.

En un comunicado, indicó que México ocupa la posición 124 de 149 países por su brecha de género. Prueba de ello es el contexto laboral en nuestro país. Resaltó que solo 45% de las mujeres en edad trabajar se encuentra en el mercado laboral, esta es una de las tasas más bajas entre los países de Latinoamérica y de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE).

A nivel estatal, aseguró que hay casos preocupantes en Chiapas y Veracruz donde apenas 3 de cada 10 mujeres participan en el mercado laboral, panorama similar al de países musulmanes como Turquía y Omán.

La peor fotografía de la violencia de género, expuso la Coparmex, se observa con los 10 feminicidios que ocurren en promedio todos los días.

Ante este panorama, dijo que no se observa un respuesta enérgica ni una estrategia clara de la autoridad para erradicar el problema. Y en el ámbito empresarial, la brecha de género se amplía conforme se avanza en la escala del organigrama laboral.

Actualmente, la tasa de graduados en estudios universitarios se ubica en un promedio de 45% de mujeres; sin embargo, al incorporarse a una empresa, la proporción desciende a un 37% de ellas.

Conforme se avanza en la jerarquía, la brecha aumenta. Por ello, Coparmex propone 10 acciones para acelerar la igualdad de las empresarias dentro de su organigrama.

Primero el Consejo Directivo de Coparmex deberá expresar con hechos su voluntad de impulsar las acciones afirmativas de igualdad de género; erradicar los páneles de participación exclusiva de varones; afianzar la participación femenina en los Consejos de Administración de las empresas; apoyar a las emprendedoras; modificar la Norma Mexicana para conseguir una igualdad laboral; crear protocolos para combatir violencia y acoso sexual en centros de trabajo, entre otras.

La organización no gubernamental Oxfam International reveló hoy que en América Latina y el Caribe, 20% de la población concentra 83% de la riqueza, con 104 milmillonarios a la fecha respecto de las 27 personas que había en el año 2000.

A ese dato se agrega que cifras del recién terminado 2019, en las que afirman que 66 millones de personas, 10.7% de la población latinoamericana y caribeña, vivía en extrema pobreza, recordó la ONG, con apoyo de datos de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL).

En el informe se indica que 2,153 milmillonarios poseen más riqueza que 4,600 millones de personas, es decir el 60% de la población global. En el caso de México, las seis personas más ricas tienen más riqueza que el 50% más pobre.

La desigualdad en el mundo llegó a “un nivel escandaloso”, señaló la ONG al difundir este lunes su informe “Tiempo para el cuidado” a un día de la apertura del Foro Económico Mundial que año con año se celebra en la ciudad alpina de Davos, Suiza.

En la última década el número de milmillonarios se ha duplicado, por lo que se necesitan políticas contra la desigualdad aunque muy pocos gobiernos se han comprometido a adoptarlas, estableció Amitabh Behar, director ejecutivo de Oxfam.

El estudio acusa que el actual modelo es sexista y profundiza la crisis de desigualdad, pues permite a la élite acumular vastas fortunas especialmente a costa de las mujeres y niñas en situación de pobreza.

“Los gobiernos han generado esta crisis de desigualdad y ahora deben tomar medidas para resolverla”, subraya el estudio que también enfatiza la necesidad de “construir una economía más humana que funcione para todas las personas y no únicamente para unos pocos afortunados”.

El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) volvió a insistir en que una de las principales tareas que están llevando a cabo es limpiar al gobierno de corrupción, pues dijo, todo el periodo neoliberal se caracterizó por el “pillaje”.

Señaló que los problemas que ahora aquejan al país comenzaron desde el sexenio de Carlos Salinas, cuando dijo, se entregaron los bienes del pueblo a particulares, y cuando se profundizaron las desigualdades en México.

“En el sexenio en que más crecen las diferencias, se ahondan las diferencias, es en el sexenio de Salinas, al grado de que, cuando llega Salinas aparecía en la revista Forbes, especializada en finanzas, sólo un multimillonario en la lista de los hombres más ricos del mundo, una familia, la familia Garza Sada (…) según Forbes al término del sexenio de Salinas ya aparecían 24 en la lista de los hombres más ricos del mundo”, remató AMLO.

Por ello dijo, llama a Salinas el padre de la desigualdad moderna.

Sin embargo, López Obrador también señaló a los sucesores de Salinas; recordó que con Ernesto Zedillo se dio el Fobaproa, lo que permitió convertir deudas privadas en deuda pública, mismas que todos los mexicanos tuvieron que pagar para rescatar a una minoría. Además dijo, a Zedillo le tocó entregar a particulares los ferrocarriles.

Insistió que el deterioro del país siguió con el llamado “cambio”, y sostuvo que Vicente Fox entregó concesiones para la explotación minera; además de que su sexenio se distinguió por el predominio de la corrupción, del derroche y la antidemocracia.

“Imagínense alguien que surge de un movimiento para hacer a un lado a un partido de Estado autoritario, antidemocrático y llega con el apoyo de la gente, y traiciona ese objetivo fundamental”, acusó AMLO.

Sobre Felipe Calderón afirmó que el tema de las concesiones siguieron presentándose.  Dijo que el ex panista entregó a las empresas mineras 21 millones de hectáreas del territorio nacional. Añadió que sin tener un diagnóstico y sin atender las causas, le pegó un “garrotazo al avispero, a lo tonto”, esto en referencia a la guerra que declaró a los grupos criminales.

De Peña se limitó a decir que durante su sexenio “hubo corrupción”.

“Estamos limpiando, porque dejaron tiradero, un cochinero, repito, la llamada política neoliberal no es más que, no fue más que una política de pillaje, de saqueo, y no solo imperó, dominó, prevaleció la corrupción, sino también se arraigaron prácticas de corrupción en el servicio público. Les diría yo que hasta en la intelectualidad, o sea, regresó el maiceo para tener control en todo”, remató AMLO.

 

Durante su visita a Guerrero, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) reiteró que el objetivo principal de su gobierno es limpiar a México de la corrupción, pues insistió en que ese es el principal problema de nuestro país.

“Dicen algunos: No, el principal problema de México es la inseguridad. Otros dicen: No, el principal problema de México es la falta de oportunidades para la educación. Otros dicen: El principal problema de México es la pobreza. No, el principal problema de México es la corrupción”, dijo el mandatario ante cientos de ciudadanos.

López Obrador sostuvo que por la corrupción que se vivía en el país es que hay pobreza, inseguridad y violencia.

“¿Y por qué digo que el principal problema es la corrupción? Porque no es que falte presupuesto, hay presupuesto, que es dinero de todos. El problema era que ese presupuesto se lo robaban, lo que pertenece a todos se quedaba en unas cuantas manos”, denunció el tabasqueño.

Añadió que por la corrupción es que se tiene la enorme desigualdad económica y social.

Volvió a decir que se acabará con la corrupción ‘desde arriba’, pues dijo que si el presidente es corrupto los gobernadores van a ser corruptos, los presidentes municipales también; si el presidente es honesto, los gobernadores van a ser honestos, lo mismo los presidentes municipales.

Insistió en que el problema es ‘arriba’, en las cúpulas del poder, razón por la que México ocupa el lugar 136 en corrupción en el mundo. Por el contrario dijo, el pueblo es honesto.

“Por eso, si me dicen: Cuál es el plan del nuevo gobierno, y díganlo rápido, en lo que tarda parado en un solo pie: Acabar con la corrupción. Ese es el plan. Se acaba la corrupción y se acaba la impunidad”, remató.

 

Luego de que sostuvieran un encuentro privado, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez Pérez-Castejón, ofrecieron un mensaje conjunto donde aseguraron que ambos gobierno coinciden en la necesidad de fortalecer las relaciones culturales, políticas y económicas.

Adicional, el mandatario mexicano destacó que ambas naciones coinciden en su estrategia social de Estado de Bienestar, y como ejemplo puso la pensión universal que se otorga a adultos mayores  y que beneficiará a más de ocho millones de personas.

Subrayó que el gobierno de México busca consolidar un Estado de Bienestar en el país, por lo que ya se trabaja para que todos los mexicanos tengan seguridad desde que nacen hasta que mueren, “desde la cuna hasta la tumba”.

Por su parte el presidente de España aseveró que México y su país comparten, como gobiernos progresistas, el ideal de que el progreso debe representar y alcanzar a todos, pues de lo contrario “no es progreso, es otra cosa”.

“Compartimos muchos de los objetivos, fundamentalmente el combate a la desigualdad y construir prosperidad” para todos, dijo el líder español; indicó que España luchará por la pronta renovación del acuerdo comercial entre México y la Unión Europea.

Sánchez Pérez-Castejón aplaudió el plan de desarrollo regional que impulsa el gobierno federal, pues reconoció que lograr prosperidad en los países que enfrentan migración es fundamental, además de que se debe reforzar el diálogo bilateral entre las naciones.

 

La titular de la Secretaria de Bienestar, antes Sedesol, María Luisa Albores González, presentó este martes la política de bienestar y la imagen institucional con la que operará la dependencia, la cual tendrá como sede el estado de Oaxaca.

Acompañada por el gobernador de la entidad, Alejandro Murat, presidentes municipales, diputados federales y senadores, destacó la importancia de trabajar de manera conjunta para abatir el rezago social y atender principalmente a las comunidades con indicadores de pobreza.

“El cambio para México es profundo y se inicia desde las regiones que por décadas han permanecido en el olvido”, dijo Albores González, al destacar que se combatirá la desigualdad desde el “territorio y no desde el escritorio”.

La funcionaria federal indicó que debido a la importancia que tienen para el gobierno federal las comunidades con mayor pobreza, se aplicarán una serie de programas sociales para la atención de estos sectores de la población a nivel nacional.

Detalló que el equipo de bienestar está integrado por el subsecretario de inclusión productiva, Javier May Rodríguez, que estará a cargo del Programa Sembrando Vida, el cual trabajará en 19 estados de la República, iniciado este año en ocho entidades; mientras que Ariadna Montiel, tendrá el Programa de Adultos Mayores, que en los pueblos indígenas será de 65 y más, con un apoyo de mil 275 pesos, y ofrecerá las becas para personas con alguna discapacidad y será del rango de cero a 64 años.

En el Instituto Mexicano de la Juventud estará Guillermo Santiago Rodríguez; en el de Desarrollo Social, Luz Rosales Esteva; mientras que en el Nacional de los Pueblos Indígenas, estará Adelfo Regino Montes, y en lo que era el programa Prospera, Leticia Animas Vargas. El director del Instituto Nacional de Economía Social será Juan Manuel Martínez, y Elsa Veites Arévalo, la directora del Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores.

Reiteró que la dependencia trasladará su sede a la ciudad de Oaxaca, desde donde desplegará los programas y políticas públicas contra la desigualdad.

“Estaremos cerca de la gente donde trabaja y vive. Iremos a la sierra, a los valles, a la selva, a las zonas urbanas marginadas para orientar nuestro trabajo a partir de las necesidades y demandas de quienes menos tienen”, remató la Secretaria de Bienestar.

 

Morena difundió por medio de las redes sociales el documento “Femsplaining: Hablemos nosotras”, en el cual mujeres militantes del partido hacen 13 propuestas para acabar con la desigualdad de género y cambiar la situación por la que “históricamente siempre se ha relegado a la mujer al segundo lugar”.

El documento, que ya se encuentra en internet en formato PDF, plantea con datos de instituciones oficiales varias situaciones a las que se enfrentan las mujeres mexicanas debido a la desigualdad.

“Femsplaining es un manual para hablarnos, para escucharnos, para dejar atrás nuestros miedos, nuestros complejos, para salir adelante, para empoderarnos, para explicarle al mundo que existimos, para no estar invisibilizadas”, dice en un video Olga Sánchez Cordero, la que sería secretaria de Gobernación, en caso de que Andrés Manuel López Obrador gane la presidencia el 1 de julio.

López Obrador se ha mostrado a favor de acabar con este problema y ha dicho que en su gobierno no habrá igualdad, por eso propuso que 8 de los 16 secretarios que integran el Gabinete sean mujeres.

El documento contiene 13 propuestas con las que se planea acabar con la desigualdad en la educación, en lo laboral, en la salud y la política; además de erradicar la pobreza y la violencia.

De acuerdo con el nuevo informe de Oxfam publicado este lunes, el 82% de la riqueza mundial generada durante el pasado año fue a parar los bolsillos del 1% más rico de la población mundial, mientras el 50% más pobre  (3,700 millones de personas) no se benefició lo más mínimo de dicho crecimiento.

El informe llega a un día de que inicie el la reunión del Foro Económico Mundial en Davos, Suiza, donde se reúne las élites políticas y empresariales.

 

 

El informe pone en evidencia cómo la economía mundial posibilita que los más ricos sigan acumulando grandes fortunas, mientras que cientos de millones de personas deben luchar todos los días para sobrevivir con salarios de pobreza.

 

Oxfam señaló que desde el año 2010, la riqueza de la élite económica ha crecido un promedio de 13% al año; seis veces más rápido que los salarios de las personas trabajadoras que apenas han aumentado un promedio anual del 2%. “Entre marzo de 2016 y marzo de 2017 se produjo el mayor aumento de la historia en el número de personas cuyas fortunas superan los mil millones de dólares, con un nuevo milmillonario cada dos días”.

 

El informe de la organización señala los principales motivos por los que las ganancias de accionistas y altos directivos se incrementan, a expensas de las condiciones laborales y salarios de los trabajadores. Entre ellos destaca la erosión de los derechos de las personas trabajadoras, la excesiva influencia de las grandes empresas en la formulación de políticas públicas y el apremio constante de las empresas por minimizar los costes para, así, maximizar los beneficios de los accionistas.

Winnie Byanyima, directora ejecutiva de Oxfam Internacional,señaló que “el boom de los milmillonarios no es signo de una economía próspera, sino un síntoma del fracaso del sistema económico. Se explota a las personas que fabrican nuestras ropas, ensamblan nuestros teléfonos y cultivan los alimentos que consumimos para garantizar un suministro constante de productos baratos, así como engrosar los beneficios de las empresas y sus adinerados inversionistas”.

Al inaugurar la Cumbre Mundial de Líderes Contra el Cáncer 2017, el Presidente Enrique Peña Nieto aseguró que “la salud es un derecho humano fundamental”, por lo que una de las prioridades de su gobierno es garantizar el acceso universal a los servicios médicos.

 

 

 

 

Refirió que de acuerdo a los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), 8.8 millones de muertes en el mundo fueron ocasionadas por el cáncer, además de que “los datos internacionales dejan claro que cerca de 70 por ciento de las muertes se producen en los países de ingresos medios y bajos, donde pocos pacientes tienen acceso a algún tratamiento. El cáncer es, en consecuencia, uno de los padecimientos que reflejan la desigualdad económica que afecta al mundo. El impacto del cáncer se vuelve aún más severo como resultado de esta inequidad”.

 

Resaltó que en México “estamos trabajando para reducir la exposición a los factores de riesgo asociados con el desarrollo de esta enfermedad, disminuir la mortalidad en la población afectada y mejorar la calidad de vida de los pacientes” y subrayó que “con más de 80 mil casos al año, este padecimiento es la tercera causa de muerte, 12 por ciento del total”.

 

Como parte del Segundo Foro “Ciudadanos Opinan” que se realizó en Guajadalajara, Jalisco, el dirigente nacional del PAN, Ricardo Anaya, indicó que el objetivo del Frente Ciudadano por México es construir una plataforma electoral con la que se acabe el México de contrastes, pues aseguró hay “estados que crecen a tasas del 12% y 6%, mientras otros no solo no crecen, sino que decrecen”.

 

 

 

 

Anaya afirmó que el Frente Ciudadano toma en cuenta las demandas de la ciudadanía tales como el combate a la corrupción, impulsar una educación de calidad, asumir los retos de la cuarta revolución industrial, invertir más en ciencia y tecnología, cambio de modelo en materia económica y de desarrollo social, pues son factores claves para ir “por un país con igualdad de oportunidades y sin privilegios, donde todos seamos iguales”.

 

El dirigente panista puso énfasis en tres problemas que son centrales para México: “primero, el problema de la violencia que estamos viviendo en nuestro país; no es una exageración cuando decimos que estamos peor que nunca. Segundo, el problema en materia económica; la mitad de la población en México vive en la pobreza y eso es inaceptable. Y, finalmente, la corrupción, que tenemos que erradicar de raíz, porque en buena medida es la fuente de otros problemas que ya han sido expuestos en este foro”. 

 

El Instituto Nacional Electoral (INE) inauguró el Foro de la Democracia Latinoamericana, “Desafíos de las Elecciones en tiempos de cambio: un panorama latinoamericano”, en donde el consejero presidente, Lorenzo Córdova, mencionó que la importancia de discutir los problemas y retos de la democracia en Latinoamérica reside en que en 2018, ocho naciones de nuestra región celebrarán procesos electorales para renovar todo tipo de cargos públicos tanto a nivel nacional como subnacional, desde presidentes hasta alcaldes, pasando por gobernadores y diputados.

 

 

 

 

“12 países y más del 80% de la población latinoamericana verán modificados en los próximos meses los equilibrios políticos en sus países, a consecuencia de las decisiones que tomen los electores”, indicó Córdova, añadiendo que la democracia en la región está en problemas por el contexto de pobreza, desigualdad y violencia en el que se recrea.

 

Señaló que “el acceso desigual al dinero, la deficitaria cultura cívica de nuestras naciones, y la baja confianza en los partidos e instituciones públicas, son factores que dañan la calidad de las democracias en el continente, y con ello la gobernabilidad en nuestros países y los cuales serán discutidos en estos tres días”.

 

Por su parte el Secretario para el Fortalecimiento de la Democracia de la Organización de los Estados Americanos (OEA), Francisco Guerrero, subrayó que si bien la democracia a nivel mundial enfrenta una crisis, difirió con la idea  de que este sistema esté muriendo; más bien, dijo, esta adaptándose.

 

“El cambio legítimo sólo se da a través de elecciones, por lo que el objetivo de mejorar este sistema,  no sólo es una responsabilidad, sino un deber de todos los actores de la sociedad”, dijo.