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La Organización Mundial de la Salud (OMS) anunció este lunes que mantiene el nivel máximo de alerta para la pandemia de COVIS-19, tres años después de haber declarado la enfermedad como urgencia de salud pública internacional.

El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, siguió las recomendaciones del comité de urgencia sobre el COVID-19, compuesto de expertos, que se reunieron el viernes pasado, según un comunicado.

El comité declaró a la epidemia de COVID-19 como una emergencia de salud pública de importancia internacional el 30 de enero de 2020, cuando no se había registrado aún ningún deceso sobre apenas 100 casos fuera de China.

El viernes, la OMS contabilizó más de 752 millones de infecciones y casi 7 millones de muertos, según cifras oficiales, que la propia organización admite que están muy por debajo de la realidad.

“En momentos en que entramos en el cuarto año de la pandemia, no cabe duda de que nos encontramos en una situación mucho mejor ahora que hace un año, cuando la ola de ómicron estaba en su punto álgido”, declaró Tedros en la apertura de la reunión de su Comité Ejecutivo.

Pero enseguida matizó: “Desde principios de diciembre, las muertes semanales notificadas han aumentado. En las últimas ocho semanas, más de 170,000 personas han muerto a causa del COVID-19”.

“Mi mensaje es claro: ‘No subestimen este virus, nos ha sorprendido y seguirá sorprendiéndonos y seguirá matando, a menos que hagamos más para proporcionar medios de salud a quienes los necesitan y para luchar contra la desinformación a escala mundial'”, dijo la semana pasada Tedros.

En la semana del 16 al 22 de enero, la mitad de las 40,000 muertes computadas oficialmente se registraron en China, que abandonó recientemente su política de “COVID Cero”, una de las más estrictas del mundo, frente al descontento popular.

El Comité estima que “la pandemia de COVID-19 está probablemente en una fase de transición”.

El director de la OMS lamentó que muy pocas personas se vacunen contra el virus, ya sea por falta de vacunas o por desconfianza, pese a que varios estudios demuestran sus efectos positivos.

El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) reconoció esta mañana que el Ejército sí tuvo un hackeo que derivó en la filtración de decenas de miles de documentos que incluyen información sobre su estado de salud y operativos del narcotráfico.

“Aprovecharon que están llevando a cabo un cambio en el Ejército, me decía el general, del sistema de información, por eso son profesionales los hackeadores, y se meten y sacan toda la información, pero es de dominio público, todo lo que se dice ahí es cierto”, expuso en su rueda de prensa diaria.

Ayer, Latinus reportó la filtración de decenas de miles de correos electrónicos que estaban desde 2016 hasta la actualidad en los servidores de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).

Los documentos incluyen detalles sobre el estado de salud del presidente, del infarto que sufrió en 2013 y un cateterismo en enero pasado.

Además, según el reporte periodístico, exhiben el poder del Ejército dentro del Gobierno y disputas entre los titulares de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), Luis Cresencio Sandoval, y de la Marina (Semar), José Rafael Ojeda. También hay detalles sobre el llamado “Culiacanazo”, operativo fallido de octubre de 2019 que buscó detener a Ovidio Guzmán, hijo del “Chapo” Guzmán en Sinaloa, en el noroeste del país.

En la filtración se revela que médicos militares diagnosticaron gota, hipotiroidisimo y “angina inestable de riesgo grave” a López Obrador.

“¿Qué es lo que dan a conocer? Lo que es de dominio público, el que nada  debe, nada teme”, comentó al respecto López Obrador. “Todo lo que se dice allí es cierto”, agregó.

Apenas ayer decía que se encontraba muy bien de salud. Sin embargo, aclaró que se atiende de todos los padecimientos, y hoy por hoy, su salud es buena. Indicó que toma un “cóctel” de pastillas por la noche para poder atender sus enfermedades, además de que está en constante actividad física.

Aunque no identificó al grupo que cometió el ciberataque, expuso que el mismo grupo ha hecho algo “parecido” en países como Guatemala, Colombia, Chile y El Salvador. Denunció que son agrupaciones extranjeras.

Sin embargo, dijo, que utilizan al periodista Carlos Loret de Mola, de Latinus, para divulgar la información. En ese sentido, dijo, Loret solo es una parte de la red, pues lo importante es quiénes están detrás de todos los ataques a él y a su gobierno.

La Organización de los Estados Americanos (OEA) y la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) han advertido que México ocupa el tercer lugar en ciberataques a nivel mundial.

López Obrador descartó implementar más medidas para proteger a las Fuerzas Armadas de futuros hackeos.

“Nada (de medidas adicionales), porque si se actúa con transparencia, que es la regla de oro de la democracia, si no se miente, si se habla con la verdad, pues qué problema puede uno tener”, añadió.

Las autoridades sanitarias de Dinamarca están considerando “poner fin” a la campaña nacional de vacunación contra el coronavirus, pues ya no ven razones para administrar una dosis de refuerzo a niños ni una cuarta inyección a la población en riesgo de enfermar de COVID-19 de gravedad.

La Autoridad de Salud danesa emitió un comunicado en el que detalla sus motivos para afirmar que la tercera oleada de contagios en el país fue menguando “debido a la inmunidad completa de la población”.

“La cobertura muy elevada de vacuna en Dinamarca, especialmente con la tercera dosis, nos hace suponer que podemos lidiar con un contagio creciente sin tener enfermedad grave”, afirmó la agencia del gobierno.

El mes pasado, el gobierno danés anunció que estaba ofreciendo una cuarta dosis de la vacuna a adultos mayores y otras personas vulnerables dado que la situación de la pandemia había empeorado en medio de una veloz propagación de la variante Ómicron del coronavirus.

Pero una evaluación de la Autoridad de Salud concluyó que tres inyecciones habían ofrecido una buena protección a residentes de asilos de ancianos y personas mayores a los 85 años, por lo que la agencia decidió que era innecesario aplicarles dosis adicionales por ahora.

La doctora Bolette Søborg, directora de la agencia, dijo que el fin inminente del invierno, cuando el pasar tiempo en espacios abiertos facilita la propagación del virus, es otra razón para retener aplicación de una cuarta dosis.

Consideremos que sólo un puñado de países en todo el mundo ha empezado a ofrecer cuarta dosis o anunciado planes para ello, entre ellos Dinamarca e Israel.

Más del 80% de la población de Dinamarca ha recibido dos dosis y el 61.3% cuenta con la inyección de refuerzo, de acuerdo con las cifras oficiales. Esta semana, las autoridades danesas reportaron una ligera caída en nuevos casos semanales de coronavirus.

El pasado 25 enero la Organización Mundial de la Salud recomendó investigar la BA.2, una subvariante de Ómicron que al menos tiene 40 mutaciones diferentes respecto a la original.

En algunos países como Dinamarca o el Reino Unido su presencia ha aumentando mucho en los últimos días, aunque especialistas han señalado que aún es pronto para saber por qué; sin embargo se empiezan a conocer datos que apuntan a una mayor transmisibilidad.

Aunque son bastante diferentes, no tan cercanas genéticamente, la BA.2 y Ómicron más o menos están igual de alejadas entre sí como lo estaba Alfa de Beta o Delta. En BA.2 se han encontrado, en todo su genoma, 40 mutaciones distintas respecto a la original, además de unas cuantas en la espícula, la proteína que el coronavirus usa para entrar en la célula humana.

En países que tienen buena vigilancia, como Dinamarca o Reino Unido, BA.2 está creciendo su frecuencia, indicando que tiene cierta ventaja en la transmisibilidad. Según estudios preliminares realizados por las autoridades danesas, esta podría ser 1.5 veces más transmisible que la BA.1. Faltan datos sobre si esa subvariante puede infectar a personas que se han contagiado previamente por la Ómicron original.

De igual forma, datos preliminares en Reino Unido y Dinamarca indican que  no hay diferencias en si la BA.2 causa una enfermedad más grave que Ómicron, y se señala que en todo caso, de haberlas, causaría más gravedad la original.

Y es que recordemos que los virus mutan siempre, dentro de su proceso biológico, y se replican. Aunque en ese sistema de copia hay mecanismos de corrección, estos a veces fallan provocando una acumulación de errores o mutaciones que pueden desembocar en una nueva variante. Muchas no son especialmente distintas. En dos años han aparecido cientos y solo unas pocas: Alfa, Beta, Gamma, Delta y Ómicron, han sido calificadas como preocupantes por la OMS.

Según un informe de las autoridades sanitarias británicas del 27 de enero y tras un análisis comparativo, la efectividad de las vacunas contra la enfermedad sintomática fue similar para las dos subvariantes. La efectividad aumentó al 63% para la versión original y al 70% para BA.2 a las dos semanas de las vacunas de refuerzo.

Otro dato que también se conoce es que esta subvariante y todas las variantes son detectables en pruebas de antígenos y PCR; es decir, se detecta el coronavirus pero “sin apellido”. Para indagar en esto último hay que secuenciar la muestra del paciente.

Dinamarca se convirtió este martes en uno de los primeros países de la Unión Europea en levantar la mayoría de las restricciones impuestas debido al coronavirus, al considerar que el COVID-19 ya no es “una enfermedad de impacto social”.

La razón es que, si bien la variante Ómicron sigue propagándose por Dinamarca, no está agobiando al sistema nacional de salud y el país tiene una alta tasa de vacunación, dijeron funcionarios.

La primera ministra Mette Frederiksen declaró a una radio local que es demasiado temprano como para saber si posteriormente habrá que reintroducir las medidas. “No me atrevo a decir que es un último adiós a las restricciones”, expresó la mandataria. “No sabemos qué pasará en el otoño, si habrá una nueva variante”.

Frederiksen causó polémica al decir que con esto, “le damos la bienvenida a la vida que teníamos antes”.

Dinamarca, una nación de 5.8 millones de habitantes, en semanas recientes ha registrado un promedio de más de 50,000 casos diarios, pero ha disminuido la cantidad de pacientes en las unidades médicas y en especial en las áreas de cuidado intensivo.

Otros países de la UE también están relajando medidas. Irlanda ha levantado la mayoría de sus restricciones y Holanda también ha relajado sus medidas, aunque los bares y restaurantes aun tienen prohibido operar después de las 22 horas.

El director de la Agencia de Salud de Dinamarca, Søren Brostrøm, declaró a la emisora local TV2 que tiene centrada su atención en la cantidad de personas en las UCI (unidades de cuidado intensivo) y no en la cantidad de contagios. Esa cifra, señaló, “ha estado cayendo y cayendo y es sumamente baja”. Informó que actualmente hay 32 personas en UCI, cuando hace pocas semanas eran 80.

La restricción más visible en ser levantada es la de tener que portar mascarilla, que ya no es obligatoria en el transporte público, en tiendas ni en restaurantes. Ahora el uso del cubrebocas es recomendado únicamente es hospitales, centros médicos y asilos de ancianos.

Un equipo científico internacional ha identificado patrones genéticos que podrían ayudar a explicar por qué algunas personas jóvenes y sanas desarrollan casos graves o potencialmente mortales de COVID-19.

En la investigación, que se publica en la revista Science Translational Medicine, sus autores recuerdan que el COVID-19 ha cobrado un enorme número de víctimas en todo el mundo, pero muchos de los factores moleculares de la enfermedad siguen siendo un misterio; “los verdaderos mediadores de la misma continúan siendo esquivos”.

Por ejemplo, la comunidad científica investiga aún por qué algunos pacientes desarrollan insuficiencia pulmonar y requieren ventilación y cuidados intensivos, mientras que otros sólo muestran una enfermedad leve o asintomática. Los pacientes más vulnerables suelen ser los ancianos y los que padecen comorbilidades como la diabetes y el cáncer, y esta idea ha guiado el despliegue y la distribución de las vacunas en todo el mundo.

Sin embargo, pueden aparecer casos críticos, incluso en adultos más jóvenes sin comorbilidades que aparentemente no se distinguen de sus compañeros.

Para entender por qué, Raphael Carapito, de la Universidad de Estrasburgo en Francia, y sus colegas emplearon un análisis multiómico (detección simultánea de variaciones en los genes y en la expresión de proteínas) combinado con inteligencia artificial en una cohorte de 72 pacientes franceses menores de 50 años, que fueron hospitalizados con COVID-19 y que no tenían comorbilidades conocidas.

Los investigadores analizaron muestras de plasma de 47 pacientes con COVID-19 crítica que requirieron ventilación mecánica en la unidad de cuidados intensivos, 25 pacientes con enfermedad no crítica y 22 individuos sanos.

Los pacientes con enfermedad crítica mostraron una peor inflamación, más coagulación y un repunte importante de la actividad de cinco genes.

La firma genética más prominente vinculada al COVID-19 crítica fue una mayor expresión del gen ADAM9, una firma que se validó en una segunda cohorte independiente de 81 casos críticos de covid-19 y 73 casos recuperados.

Los investigadores también descubrieron que el silenciamiento de ADAM9 en células epiteliales pulmonares humanas infectadas con SARS-CoV-2 ralentizaba la replicación del coronavirus, lo que sugiere que el gen debería estudiarse más a fondo como posible objetivo terapéutico.

“Al ofrecer una visión sobre una importante cuestión sin respuesta en la pandemia en curso, los hallazgos de este estudio de 72 pacientes podrían servir de base para la investigación de nuevas estrategias de diagnóstico, pronóstico y tratamiento de la enfermedad”, resume la revista.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) no ha declarado oficialmente a la COVID-19 como una “infección endémica”, es decir, una enfermedad que no desaparecerá.

Y es que a través de un supuesto boletín con el logo de la OMS, diversas publicaciones en redes sociales aseguran que la autoridad sanitaria global proclamó a la COVID-19 una “infección endémica”, término usado, según múltiples glosarios epidemiológicos, para enfermedades que han logrado una “presencia constante o prevalencia” en una población.

“Hoy después de varios meses de lucha contra el virus COVID-19, la OMS (Organización Mundial de la Salud) ha declarado el virus como una infección Endémica, dándonos a entender, que será parte de nuestro día a día (como el catarro común, VIH y muchas)”, asegura el documento que circula, atribuido a la Organización.

“Estamos ante una selección natural, como bien mencionaban nuestros antepasados Darwin y Wallace. Tristemente, quien no se adapte morirá. Los más fuentes sobrevivirán, perderemos amigos, familiares y tendemos que afrontar la situación”, añade la imagen.

Lo cierto es que la OMS aún no ha tomado ninguna decisión sobre declarar oficialmente a la COVID-19 como una enfermedad endémica, ni hay contempladas olas de contagios más masivas por esa razón. De hecho, investigaciones científicas prevén que el coronavirus pierda fuerza si llega a ser endémico.

Al respecto, la Organización Panamericana de la Salud (OPS), filial en América de la OMS, negó a través de un correo electrónico la veracidad de esa supuesta noticia y la calificó de “información falsa”.

“La OMS no declaró que la COVID-19 sea una infección endémica”, señaló la OPS a la agencia EFE.

Una investigación publicada el pasado 11 de agosto por la revista Science Advances halló que en los próximos años el SARS-CoV-2 sí puede hacerse endémico en la población mundial, aunque podría comportarse como otros coronavirus del resfriado común y no ser grave.

Según datos de un modelo numérico de un equipo estadounidense-noruego liderado por Ottar Bjornstad de la Universidad de Pensilvania, una vez la COVID-19 logre ese estado se estima que afecte, sobre todo, a niños pequeños que aún no han sido vacunados o expuestos al virus.

Dado que la gravedad del coronavirus es generalmente menor entre los niños, se espera que la carga global de esta enfermedad disminuya, según los investigadores.

La bancada del PT en la Cámara de Diputados presentó una iniciativa de reforma a la Ley Federal del Trabajo, para incluir al SARS-CoV-2, causante del COVID-19, en las tablas de enfermedades de trabajo y de evaluación de las incapacidades permanentes resultante de los riesgos de trabajo.

En la iniciativa, que fue turnada a la Comisión de Trabajo y Previsión Social, se refiere que millones de mexicanos deben salir a trabajar a pesar de la contingencia sanitaria, lo que los expone a la enfermedad.

Los petistas señalaron que el objetivo de reformar el artículo 513 de la Ley Federal del Trabajo, es “cuidar a las y los trabajadores que se encuentren expuestos ante este virus, otorgando al que resulte contagiada o contagiado, incapacidad laboral”.

En la justificación de la iniciativa, se indica que en diciembre del 2020, México se convirtió en el primer país latinoamericano y uno de los primeros 10 en contar con una vacuna contra el COVID-19 y en enero de este año se dio a conocer el esquema de aplicación, pero, el riesgo no ha dejado de existir para quienes han retomado sus labores.

Recordemos que al día de hoy se han aplicado 46 millones 451 mil 715 dosis en todo el país.

En más temas de salud que se discuten en la Cámara de Diputados, Miroslava Sánchez Galván, legisladora de Morena, y presidenta de la Comisión de Salud, informó que se acordó hacer un pronunciamiento para solicitar a las autoridades federales que atiendan las demandas de los padres de niñas y niños con cáncer por el desabasto de medicamentos.

En dicho pronunciamiento la Comisión de Salud pedirá que sus integrantes puedan participar en las mesas de diálogo entre padres de familia y funcionarios de la Secretaría de Salud y de otras instancias, para verificar que se está dando solución al problema y para no tener deficiencias de información.

“Lo que nosotros acordamos es que vamos a mandar un posicionamiento de todos los integrantes de la Comisión, porque sí nos interesa la salud en este país, nos interesa que haya abasto de medicamentos, está en la Constitución el derecho a la salud y a los medicamentos gratuitos. Si hay una falta de información o transparencia en ese sentido, queremos que se resuelva”, dijo.

Finalmente, Sánchez Galván informó que la Comisión de Salud también solicitará a la Comisión Permanente del Congreso de la Unión convocar a un periodo extraordinario para abordar las reformas necesarias a la Ley General de Salud, esto tras la reciente resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) que declara inconstitucional la prohibición de consumo lúdico de la marihuana.

Sostuvo que el Poder Legislativo ya ha avanzado en este tema, pero ahora “tiene que hacerse bien, porque no queremos que haya un problema de salud pública a corto, ni a mediano, ni a largo plazo, entonces sí tenemos que revisar el tema con lupa, renglón por renglón”.

La farmacéutica Johnson & Johnson informó este viernes que su vacuna de dosis única contra el COVID-19 presentó una eficacia general de 66% para evitar el contagio del coronavirus, en un ensayo clínico a gran escala que evaluó múltiples variantes del virus en tres continentes.

En el ensayo de casi 44,000 voluntarios, el nivel de protección ante síntomas moderados a severos de COVID-19 varió desde 72% en Estados Unidos, a 66% en América Latina y solo 57% en Sudáfrica, donde se ha detectado una mutación especialmente preocupante del coronavirus.

Los resultados se comparan con los datos establecidos por dos vacunas autorizadas de Pfizer/BioNTech y Moderna, que tuvieron una efectividad de alrededor del 95% en la prevención de enfermedades sintomáticas en ensayos clave, cuando se administraron en dos dosis.

Sin embargo, esos ensayos se llevaron a cabo principalmente en Estados Unidos, antes de la propagación de las nuevas variantes que ahora son el centro de atención.

El objetivo principal del estudio de J&J fue la prevención del síntomas graves a moderados del COVID-19.

La vacuna tuvo una efectividad del 85% para detener la enfermedad grave y prevenir la hospitalización en todas las geografías y contra múltiples variantes 28 días después de la inmunización.

Ese nivel de prevención “protegerá potencialmente a cientos de millones de personas de los resultados graves y fatales del COVID-19”, afirmó en un comunicado el doctor Paul Stoffels, director científico de J&J, después de revelar los resultados del ensayo.

La compañía planea solicitar la autorización de uso de emergencia de la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA) de Estados Unidos la próxima semana.

A diferencia de las vacunas Pfizer/BioNTech y Moderna, la fórmula de J&J no requiere una segunda inyección semanas después de la primera ni debe mantenerse congelada, lo que la convierte en un fuerte candidato para su uso en partes del mundo con una infraestructura de transporte débil e instalaciones de almacenamiento en frío insuficientes.

Ante el surgimiento de una variante sudafricana,  en un subestudio de 6,000 voluntarios en Sudáfrica, dijo Stoffels, la vacuna J&J fue 89% efectiva para prevenir enfermedades graves. El 95% de los casos surgidos en el tramo del ensayo en Sudáfrica se debió infecciones por la mutación local.

En el ensayo J&J, que se llevó a cabo en ocho países, el 44% de los participantes procedían de Estados Unidos, el 41% de América Central y Sudamérica y el 15% de Sudáfrica. Poco más de un tercio de los voluntarios tenía más de 60 años.

La vacuna de J&J utiliza un virus del resfriado común conocido como adenovirus tipo 26 para introducir proteínas de coronavirus en las células del cuerpo y desencadenar una respuesta inmunitaria.

Personal del Imperial College London y otros investigadores británicos informaron este martes que preparan un polémico experimento en el que infectarán a 90 jóvenes voluntarios sanos con el nuevo coronavirus para estudiar la enfermedad, con la esperanza de acelerar el desarrollo de una vacuna que pudiera poner fin a la pandemia.

El programa, descrito como un ensayo de desafío, es arriesgado, pero sus promotores informaron que podría producir resultados más rápido que el enfoque habitual, que es esperar para ver si los voluntarios que han recibido un tratamiento experimental enferman.

El gobierno estaba preparándose para invertir 33,6 millones de libras (43,4 millones de dólares) en el estudio.

Este tipo de investigación, conocido como estudio de desafío en humanos, se utiliza con poca frecuencia porque algunos cuestionan la ética de infectar a individuos que de otro modo estarían sanos. Sin embargo, los investigadores británicos dicen que el riesgo está justificado porque tales estudios tienen el potencial de identificar rápidamente las vacunas más eficaces y ayudar a controlar una enfermedad.

“Infectar deliberadamente a los voluntarios con un patógeno humano conocido nunca se hace a la ligera”, dijo el profesor Peter Openshaw, colaborador del estudio. “Pero tales estudios son enormemente informativos sobre una enfermedad, incluso una tan bien estudiada como el COVID-19”, agregó.

Los estudios de desafío en humanos se han utilizado para desarrollar vacunas para enfermedades como la tifoidea, el cólera y el paludismo.

El Imperial College London dijo que el estudio, en el que participarán voluntarios sanos de entre 18 y 30 años, se realizará en colaboración con el Departamento de Estrategia Industrial, de Energía y Negocios, el Royal Free London NHS Foundation Trust y hVivo, una empresa que ha hecho pruebas diagnósticas del virus.

En la primera fase, los investigadores intentarán determinar el nivel más pequeño de exposición necesario para provocar la enfermedad. Después, los investigadores utilizarán ese modelo para estudiar cómo actúan las posibles vacunas en el organismo, la respuesta inmune del cuerpo y posibles tratamientos.

El estudio mejorará la comprensión del virus y ayudará a tomar decisiones sobre investigación, afirmó Kate Bingham, que dirige el equipo del gobierno británico encargado del desarrollo de vacunas para el COVID-19.

No es la primera vez en la historia que la pandemia infecta al presidente de Estados Unidos. Así como ahora Trump tiene COVID19, en 1919 el entonces presidente Woodrow Wilson enfermó de la Gripe Española. Las consecuencias políticas de su enfermedad llevaron a la elección de Adolf Hitler en Alemania y posteriormente a la Segunda Guerra Mundial.

El relato de la enfermedad de Wilson lo tiene John M. Barry en su libro La Gran Influenza. El presidente que constantemente buscó minimizar la enfermedad para no desanimar a los jóvenes a enlistarse para la Gran Guerra contrajo la enfermedad en abril del 2019, en medio de las tensas negociaciones en el Palacio de Versalles, en Francia. En ellas participaban el Primer Ministro francés, Georges Clemenceau; el inglés, Lloyd George y en menor medida el italiano, Vittorio Orlando como las grandes figuras: los Grandes Cuatro de Versalles.

Wilson llegó a Francia como el más popular entre los Jefes de Estado. Chocó durante meses con “El Tigre” Clemenceau, quien quería imponer medidas económicas y políticas severas a los alemanes, a diferencia de Wilson, que buscaba una salida más digna y diplomática con los perdedores. Sin embargo, después de contraer la influenza, Wilson regresó a la mesa de negociación diferente. De hecho, en un primer momento la mesa de negociación regresó a Wilson con Clemenceau y Lloyd George sentados a un lado de la cama del presidente estadounidense.

La descripción de Barry es de Wilson como un hombre que no estaba coherente. Entre otras extrañezas, comenzó a decir que había espías franceses en su residencia y de pronto abandonó todos los principios por los que había luchado desde el arranque de las negociaciones. Accedió a todo lo que Clemenceau había puesto sobre la mesa, principalmente, que Alemania aceptara la responsabilidad y pagara todos los costos de la guerra; el prohibir tropas alemanas en la zona al este del Rin y regresar Alsacia y Lorena a Francia.

Existen varias biografías de Wilson que mencionan esta enfermedad y que relacionan su claudicación ante Clemenceau con el consiguiente deterioro económico alemán que condujo al auge del nacionalismo y caos político que llevaron eventualmente a Hitler al poder. El resto de la historia ya lo sabemos.

Hoy, el presidente de Estados Unidos vuelve a estar enfermo. No creo en las versiones de que es un invento de Trump como estrategia electoral. Lo que más ha querido Trump es hablar de cualquier otro tema salvo el COVID. Y, desde que anunció que había salido positivo al COVID19, ese precisamente ha sido el tema que ha dominado la agenda política a cuatro semanas de las elecciones y cuando ya han acudido a votar más de cuatro millones de estadounidenses.

Lo que sí se tiene es a un Trump que ha sido tratado con medicamentos experimentales, reservados para los pacientes más graves, cuyos efectos secundarios están todavía por verse. En el caso del esteroide dexametasona, el Washington Post reporta que sólo lo han administrado a 10 pacientes que tuvieron acceso a éste gracias a un proceso conocido como “uso compasivo” reservado para quienes tienen un caso severo de COVID. Entre esos 10 pacientes, aparece ahora Trump, a pesar de que los doctores del presidente han dicho que su estado no ha sido tan grave.

El Director del departamento de medicina de la Universidad de California en San Francisco, Robert Wachter, comentó al diario que estaba asombrado de que hubiesen dado de alta al presidente tan solo 3 días después de que se le administró este esteroide.

Trump tiene todos los incentivos políticos alineados para minimizar su enfermedad y presionar a su equipo médico para que hagan lo mismo. Las consecuencias políticas de estas acciones no necesariamente son inmediatas pero sin duda estarán por verse.

Columna completa en El Universal

El Nobel de Medicina distinguió este lunes a tres científicos por el descubrimiento del virus de la hepatitis C, un hallazgo que ha hecho posible el desarrollo de nuevas pruebas sanguíneas y de medicinas para hace frente a un problema de salud global.

Los estadounidenses Harvey J. Alter y Charles M. Rice y el británico Michael Houghton fueron galardonados por la Asamblea Nobel del Instituto Karolinska por su “contribución decisiva” en la lucha contra la hepatitis por transfusión, causante de la cirrosis y el cáncer de hígado, que ha permitido salvar “millones de vidas”.

“Por primera vez en la historia, la enfermedad puede ser curada, aumentando las esperanzas de erradicar el virus de la hepatitis C de la población mundial”, señaló el fallo, que resalta que todavía mueren más de un millón de personas al año de hepatitis por transfusión, una preocupación para la salud global comparable a la tuberculosis o al virus de inmunodeficiencia humana (VIH).

La ciencia concluyó en los años cuarenta del siglo XX que existían dos tipos principales de infecciones hepáticas: una transmitida por agua o alimentos contaminados (la A) y otra, mucho más amenazadora para la salud, que se contagiaba por la sangre y fluidos corporales.

Dos décadas después, Baruch Blumberg descubrió que una forma de esa segunda clase de hepatitis era causada por lo que se llamó virus de la hepatitis B, un hallazgo que permitió el desarrollo de una prueba y de una vacuna efectiva y que fue premiado además con el Nobel de Medicina en 1976.

En esa época Alter, trabajando entonces en la sanidad pública estadounidense, se percató de que un número importante de personas que recibían transfusiones de sangre desarrollaban igualmente hepatitis debido a un agente infeccioso desconocido.

Luego demostró que la sangre de esos pacientes podía transmitir la enfermedad a chimpancés y que ese agente tenía las características de un virus.

Después de una década de esfuerzos infructuosos para tratar de aislar el virus, Michael Houghton recurrió a una estrategia innovadora, creando una colección de fragmentos de ADN de ácidos nucleicos encontrados en la sangre de un chimpancé infectado, a partir de la que se pudo identificar el virus.

Faltaba por determinar si el virus podía causar la enfermedad por sí mismo, una tarea que llevó a cabo Rice, quien gracias a la ingeniería genética, pudo generar una variante del ARN del virus inoculada luego con éxito en chimpancés.

Alter, Houghton y Rice suceden en el palmarés del premio a William Kaelin, Gregg Semenza y Peter Ratcliffe, ganadores el año pasado por revelar la relación de las células con el oxígeno. Los tres se repartirán los 10 millones de coronas suecas (1.1 millones de dólares) con que están dotados los Nobel este año.

La ronda de ganadores de los Nobel, que este año se anuncian con restricciones por el coronavirus, continuará mañana con el premio de Física, al que seguirán, por este orden, los próximos días los de Química, Literatura, de la Paz y Economía.

Ante la pandemia, una de las preguntas que sigue sin respuesta es cuánto dura la inmunidad adquirida tras la enfermedad. Hoy, un estudio publicado en Nature Medicine advierte de que la inmunidad protectora contra el SARS-CoV-2 podría ser corta.

Para determinarlo, un equipo de investigadores liderados por la responsable del laboratorio de virología experimental de la Universidad de Amsterdam (Holanda), Lia van der Hoek, ha analizado la inmunidad en cuatro cepas de coronavirus estacionales similares al SARS-CoV-2.

Las cuatro cepas (HCoV-NL63, HCoV-229E, HCoV-OC43 y HCoV-HKU1) causan infecciones del tracto respiratorio y, según los autores del estudio, comprender qué características compartidas tienen estos coronavirus, podría servir para conocer algo más sobre el SARS-CoV-2.

Para hacer el estudio, los autores examinaron 513 muestras de suero recogidas de manera regular a diez varones adultos sanos de Amsterdam desde 1980, es decir, durante más de 35 años.

Los autores midieron el aumento de los anticuerpos contra la proteína nucleocápside (abundante en el coronavirus) para cada coronavirus estacional y consideraron cada aumento de anticuerpos como una nueva infección.

Según los resultados del estudio, cada paciente registró entre 3 y 17 infecciones de coronavirus en periodos de reinfección de entre 6 y 105 meses (8.7 años), y que los individuos estudiados se contagiaban con el mismo coronavirus estacional doce meses después de la infección inicial.

Los autores creen que las reinfecciones son frecuentes en los cuatro coronavirus estacionales, lo que sugiere que puede ser una característica común de todos los coronavirus humanos, incluido el SARS-CoV-2.

De acuerdo al más reciente corte del monitoreo epidemiológico que realizan las autoridades sanitarias federales, al día de hoy se tienen 268,008 casos confirmados de Covid-19, de los cuales, 26,557 son casos activos.

Adicional se da seguimiento a 77,703 casos marcados como sospechosos, mientras que se han recuperado 163,646 personas. Desde que inició el seguimiento sanitario, 322,826 casos han sido descartados.

Sobre el número de muertes asociadas al virus, se tiene el registro de 32,014 defunciones confirmadas. 2 mil 253 defunciones esperan resultados de laboratorio.

Según las cifras presentadas por la Secretaría de Salud, en las últimas 24 horas se reportaron 895 nuevas muertes vinculadas al virus, y 6 mil 258  nuevos casos de Covid-19.

A nivel nacional, 55% de camas de hospitalización general están disponibles y 45% se encuentran ocupadas. En camas de terapia intensiva, es decir aquellas que cuentan con ventiladores, 62% están disponibles y 38% están ocupadas.

Las entidades con más casos acumulados de Covid-19 presentan son la Ciudad de México con 53 mil 423; el Estado de México con 39 mil 108; Tabasco con 12 mil 878; Puebla con 12 mil 475, y Veracruz con 12 mil 341.

El subsecretario Hugo López-Gatell habló sobre la posible transmisión aérea del Covid-19, la cual ya se encuentra  siendo analizada por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Reiteró que tal como se ha dicho con anterioridad, la vía de transmisión del virus es por la vía respiratoria, es decir, se expulsan partículas líquidas; en ese sentido explicó que hay tres presentaciones de acuerdo al tamaño de la partícula: gotas que son visibles al ojo humano y se proyectan a pocos centímetros de distancia; gotículas que son un poco más pequeñas y se proyectan a algunos metros de distancia, y hay aerosoles, que son gotas microscópicas que forman una nube que no se puede ver que todos propagamos.

Sobre éstas últimas, es que un grupo de científicos alerta sobre la duración que podrían tener las partículas que conforman el aerosol, y por lo tanto las partículas contagiantes viables del virus, llamados viriones.

El funcionario pidió no adelantar conclusiones y esperar el debate científico y cómo se traduce a las recomendaciones de políticas públicas, pues dijo, en general un descubrimiento científico no se hace a partir de una sola pieza de evidencia, en referencia al estudio presentado recientemente.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) indicó hoy que pronto publicará una guía estratégica actualizada para apoyar a los países y regiones en la toma de decisiones sobre el momento en el que pueden levantar las actuales restricciones sociales y económicas para la contención de la Covid-19.

El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, dijo en una conferencia de prensa virtual desde Ginebra que la nueva estrategia resumirá lo que el mundo ya ha aprendido sobre el nuevo virus. “Las decisiones se deben basar antes que nada en proteger la salud humana y en lo que sabemos del virus y cómo se comporta” , dijo el jefe de la OMS.

Explicó que la nueva guía estratégica incluirá seis criterios para los países que consideren la suspensión de las restricciones.

  • Que la transmisión haya sido controlada.
  • Que el sistema de salud tenga capacidad de detectar, examinar, aislar y tratar todos los casos, además de rastrear todos los contactos.
  • Que los riesgos de brote sean minimizados en ubicaciones especiales como centros de salud o asilos.
  • Que se implementen medidas preventivas en sitios de trabajo, escuelas y otros lugares a los que sea esencial que las personas acudan.
  • Que los riesgos de importación se puedan manejar.
  • Que las comunidades estén plenamente informadas, comprometidas y empoderadas para ajustarse a la “nueva normalidad” .

“Todos los países deben implementar un conjunto integral de medidas para desacelerar la transmisión y salvar vidas, con el fin de alcanzar un estado firme de nulo o bajo nivel de transmisión” , añadió el jefe de la OMS.

Fue en ese punto cuando Tedros Adhanom reconoció que la nueva cepa del coronavirus es 10 veces más mortifera que el virus responsable de la gripe AH1N1, surgido en 2009.

“Solo podemos decir lo que sabemos, y solo podemos actuar sobre lo que sabemos. La evidencia de varios países nos está dando una idea más clara sobre este virus, cómo se comporta, cómo detenerlo y cómo tratarlo. Sabemos que COVID-19 se propaga rápidamente, y sabemos que es mortal, 10 veces más mortal que la pandemia de gripe de 2009″. sostuvo.

Detalló también que un grupo de científicos, médicos, financiadores y fabricantes prometieron fortalecer sus esfuerzos y “ayudar a acelerar la disponibilidad de una vacuna contra la COVID-19”.

Señalaron que aunque el desarrollo de una vacuna para uso general requiere tiempo, una vacuna podría en última instancia resultar decisiva para controlar la pandemia mundial.

“Mientras tanto aplaudimos la implementación de las medidas de intervención de la comunidad que reducen la propagación del virus y protegen a las personas, incluyendo a las poblaciones más vulnerables, y prometemos usar el tiempo ganado con la adopción generalizada de tales medidas para desarrollar una vacuna tan rápidamente como sea posible”, indicó el director de la OMS.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió a las personas jóvenes que no deben confiarse, ya que el virus del Covid-19 no afecta solo a las personas mayores.

Como ejemplo refirió que un 20% de los fallecidos en Corea del Sur tenían menos de 60 años

“Esta no es una enfermedad de los mayores“, dijo doctor Mike Ryan de la OMS. “No hay duda de que las personas jóvenes y sanas en general experimentan una enfermedad menos grave, pero un número importante de adultos sanos pueden desarrollar una forma más grave de la enfermedad”.

En ese sentido, dijo que toda la población se debe mantener alerta y vigilantes, y asegurarse  de que observamos incluso los casos leves para cualquier signo de progreso a una enfermedad más grave.

La Organización recomendó que todos los contagiados, sin importar la edad, sean admitidos en hospitales, aunque reconoció que para algunos países dicha tarea es imposible y se ven sobrepasados, lo que, como en el caso de Italia, está contribuyendo a que aumenten los fallecimientos.

Adicional, la OMS confirmó que han comenzado los primeros ensayos clínicos para dar con una vacuna contra el coronavirus.

El director de la Organización, el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus felicitó a los investigadores de todo el mundo por haber llegado hasta este punto solo 60 días después de que se secuenciara el genoma del virus.

Sin embargo, la OMS señaló que si se hacen varios ensayos en varios países no haya las pruebas “claras” de la vacuna, por lo que organizó una red internacional, llamada el “ensayo de la solidaridad” en la que se probarán varios tratamientos y se compartirán datos con hospitales.

Foto: Twitter @CEPASV