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La candidata presidencial de Morena, PT, PVEM, Claudia Sheinbaum, cierra el periodo de intercampañas con una ventaja de 23 puntos sobre su más cercana rival, la candidata del bloque opositor Xóchitl Gálvez, según la más reciente encuesta publicado este lunes por El Universal.

La exjefa de Gobierno capitalino llega al inicio oficial de las campañas, el próximo viernes, con el 59% de las preferencias, por delante de Gálvez que suma un 36% de los apoyos, mientras que el candidato de Movimiento Ciudadano (MC), Jorge Álvarez Máynez se encuentra rezagado con un 5%.

En el sondeo, dos de cada tres personas encuestadas dicen tener una buena opinión de Morena, mientras que los partidos del frente opositor Fuerza y Corazón por México, conformado por el PAN, PRI y PRD, consiguen un 25% de opiniones favorables.

Aun así, la precampaña y la intercampaña le ha permitido a Gálvez ser más conocida entre la población: un 65% de las personas preguntadas dicen saber quién es.

Sin embargo, El Universal destaca que esto no se traduce en una mejor opinión de la candidata. Explica que las percepciones positivas sobre la senadora con licencia aumentaron tres puntos, en tanto las negativas aumentaron cuatro.

En este rubro, Máynez, el tercero en liza y candidato de MC, registra un conocimiento del 13%. Sobre el equipo de Álvarez Máynez, se anunció que la senadora, Laura Ballesteros, exmilitante del PAN, será su coordinadora de campaña.

Por otra parte, la encuesta revela que un 17% califica de positivas las noticias que recibió sobre Gálvez y, un 21%, de negativas, entre las que destaca su reciente gira internacional que la llevó al Vaticano y a Madrid. En cambio, la mayoría de personas encuestadas ven bien las noticias recibidas sobre Sheinbaum (42%).

Las elecciones del próximo 2 de junio serán los más grandes de la historia de México, cuando más de 97 millones de ciudadanos están convocados a renovar 20,375 cargos federales, incluida la Presidencia de la República, los 500 escaños de la Cámara de Diputados y los 128 del Senado, así como nueve gobiernos estatales.

Las preferencias que revela la encuesta de El Universal llegan en medio de una serie de polémicas que ha desatado el presidente Andrés Manuel López Obrador y a quien la oposición, incluida Xóchitl Gálvez, ha señalado de ser el principal promotor de la campaña de Sheinbaum Pardo.

Mientras el presidente Andrés Manuel López Obrador está peleándose y atacando, una vez más, a un ex integrante de su gobierno, lo que debiera ser un auténtico escándalo queda desatendido y olvidado.

Ayer en su conferencia mañanera el presidente volvió a atacar a alguien que hasta hace no tanto trabajaba para él. Me refiero a Martha Bárcena, quien fuera Embajadora de México en Estados Unidos del 2018 al 2021. Por el conflicto muy público que ha sostenido Bárcena y su esposo, Agustín Gutiérrez Canet, con el Canciller Marcelo Ebrard, ayer López Obrador fijó postura. Dijo que ella ha optado por pasar del lado de los conservadores.

Este tipo de pleitos de López Obrador con quienes han trabajado en su gobierno muestran los escandalitos de un presidente chiquito. Un presidente que decide alimentar sus filias y fobias antes que dedicarse a gobernar un país con múltiples problemas y oportunidades.

En mi podcast del lunes pude platicar con el académico mexicano de MIT, Juan Enríquez Cabot, sobre la Inteligencia Artificial y su explosión a partir de noviembre cuando una empresa, OpenAI, lanzó la plataforma ChatGPT que ha puesto esta tecnología al alcance y a la vista de todos.

La Inteligencia Artificial genera muchas preguntas que ChatGPT les mete turbo. Por ejemplo ¿será una herramienta que traerá para la humanidad un futuro promisorio o una distopía? ¿Cómo va a modificar el mundo laboral? ¿Es una tecnología a la cual hay que temerle?

Al plantearle estas preguntas a Juan Enríquez, su respuesta fue clara: en México el gobierno actual está deshaciendo la excelencia educativa. Se está desmantelando el Conacyt y algunas de las grandes universidades; se está atacando desde el poder a los científicos. Y esas son precisamente las instituciones y la gente que nos podría permitir algún prospecto de ser competitivos como país en los siguientes cinco años.

Es absolutamente esencial que hagamos algo en términos educativos por lograr mantener talento y generarlo en México. Sólo así vamos a tener los aliados para hacer ingeniería; finanzas; arquitectura; medicina y todas las profesiones que utilicen esta tecnología. La Inteligencia Artificial no acaba con estas profesiones. Lo que acaba con ellas es no formar a quienes la puedan utilizar en un nuevo entorno que además es cada vez más competitivo.

Pero lejos de querer insertarnos en esta competencia, tenemos un gobierno que tiene una falta absoluta de respeto por la excelencia; por los científicos; por los emprendedores.

Cito textual a Juan Enríquez: “Si [hoy en México] tú aspiras a hacer algo; si aspiras a jugar a nivel mundial, te tratan como si fueras un aspiracionista conservador. Y eso es lo que deshace países a corto plazo.”

Estamos regalando el talento que sí existe entre los jóvenes mexicanos para que, si empiezan a destacar en el Politécnico en Iztacalco, por ejemplo, lleguen las grandes corporaciones como Google o Microsoft y los recluten y se los lleven del país. Son jóvenes que no solo no encuentran apoyo en México, además están siendo atacadas por la ignorancia de quienes tienen hoy en sus manos las instituciones académicas del sector público.

Mientras el presidente López Obrador vive pensando en sus rencores y alimenta sus escandalitos, esta semana el del Canciller Ebrard con la ex embajadora en Washington, Martha Bárcena, en el mundo ocurren cosas realmente importantes que simplemente no se les presta la debida atención, con el tremendo costo presente y futuro para México.

Columna completa en EL UNIVERSAL

Carlos Lomelí confirmó esta tarde que presentó su renuncia como delegado federal en Jalisco, para permitir que la Secretaría de la Función Pública (SFP) pueda llevar a cabo las investigaciones que se han abierto en su contra por posible conflicto de interés.

En entrevista televisiva, Lomelí indicó que desde el pasado 10 de junio ha sostenido pláticas con su jefe directo, Gabriel García, coordinador de Programas Integrales de Bienestar, y con la titular de la Secretaría, María Luisa Albores, a quienes planteó su renuncia. Adicional dijo, consultó la decisión con su familia y amigos.

El también  ex candidato a gobernador dijo que su renuncia busca que haya la libertad para que se hagan las investigaciones correspondientes, además de detener la “violencia mediática y política” con la que intentan dañar al gobierno federal.

Acusó que detrás de las acusaciones que se han hecho respecto a sus empresas y la relación de éstas con el gobierno está la organización Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI).

Lomelí enfatizó que el presidente de la República lo conoce bien, pues es su amigo, por lo que entenderá su decisión, y tendrá claro que ayudará desde la trinchera que elija a que avance la 4T.

Y es que, pese a negarlo, el hasta ahora superdelegado podría tener relación con la empresa farmacéutica Abastecedora de Insumos para la Salud (Abisalud), a la cual el gobierno federal ha otorgado contratos por más de 164 millones de pesos.

Democracia Interna, una de las corrientes del PRI, reclamó a la dirigencia nacional del partido su decisión de haber nombrado al ex presidente Enrique Peña Nieto como consejero político nacional.

A través de un comunicado, Ulises Ruiz, dirigente de dicha corriente, afirmó que si bien en la sesión del Consejo Político del tricolor, se avanzó al abrir el proceso de elección de la dirigencia del CEN para el periodo 2019-2023, y de solicitar al INE la conducción del proceso, la designación del ex mandatario se da en contra de las demandas de la militancia.

“Que quede claro, Peña no sólo no puede ser consejero político, sino que debe ser expulsado del partido por el inmenso daño que le causó, llevándolo del triunfo del 2012 a la peor derrota de su historia en el 2018”, indicó la agrupación.

Se señaló el desprestigio que, según Democracia Interna, le ocasionaron al PRI la corrupción de figuras como Peña, algunos miembros de su gabinete y los gobernadores cuyas candidaturas impulsó él.

Acusaron que fue Peña el “primer priísta” que tuvo mano en las decisiones del partido en los seis largos años de su gobierno.

Aseguraron que los reclamos sociales por la inseguridad, por la pobreza y la desigualdad, sumados a la corrupción, llevaron al gobierno a los niveles más bajos de desaprobación desde que se tiene registro en la historia reciente de México y, lamentó que “gracias a la actitud pasiva de las dirigencias priístas ante el actuar de sus gobiernos”, la desaprobación se le trasladó al partido.

Afirmaron que debido a los escándalos que caracterizaron al gobierno de Peña, priísta se volvió sinónimo de corrupto.

Indicaron que tal como lo señala estatuto del partido en su artículo 82, “las consejeras y los consejeros rendirán protesta estatutaria ante el Pleno del Consejo Político Nacional, al tomar posesión de su cargo”, situación que no se cumplió con la designación de EPN ya que no estuvo presente en el evento.

“Esperamos de usted, presidenta, y de los consejeros políticos, respeto a la militancia desistiendo de proponer nuevamente a Peña como consejero y del ex presidente,sensatez para retirarse del partido para no hacerle aún más daño que el que ya le ocasionó”, remató Democracia Interna.

El jefe de gabinete de La Casa Blanca, John Kelly, negó hoy haber tenido intención alguna de dimitir luego del escándalo de Rob Porter, un alto funcionario cercano a él, quien ha sido acusado de maltrato contra sus ex esposas.

 

Kelly dijo que no tiene absolutamente nada por lo que considerar renunciar; no obstante, admitió los errores en el manejo de la polémica, y consideró que las declaraciones emitidas por La Casa Blanca alabando a Porter fueron un error.

 

Sin embargo los rumores de renuncias en el equipo de Trump no sólo alcanzaron a Kelly, pues la cadena NBC reveló que el asesor nacional de seguridad, H.R. McMaster, podría dejar su posición el próximo mes.

 

La cadena se basó en declaraciones de cinco fuentes al interior de la administración, quienes dijeron que incluso uno de los candidatos para sustituir a McMaster es Stephen Biegun, un ejecutivo de la industria automotriz.

 

Con información de Medios / Foto: Archivo APO

Tal como dice el dicho: no hay enemigo pequeño, y eso es lo que debe recordar Ricardo Anaya, quien desde meses atrás, gracias a su preparación y habilidades ha llegado a ser llamado el joven maravilla de la política mexicana.

 

Sin embargo también ha sido calificado como el joven dictador, esto gracias a las diferencias que dejó crecer y tejió tanto con aliados del PAN, como con personajes de la vida política mexicana; y es que ahí es donde quizá esté el personaje que se ha encargado de filtrar mucha de la información que se ha conocido contra él.

 

Algunos dicen que no tampoco es despreciable la publicidad negativa, pues mientras se hable de uno, tarde o temprano ayudará a la causa, ahí que Ricardo Anaya pueda resurgir como un mártir después de este golpeteo, tal como sucedió con Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y su desafuero cuando Vicente Fox estaba en Los Pinos.

 

Vidal Llerenas

EL ECONOMISTA

 

 

Un nuevo mantra en la discusión sobre los procesos de globalización tiene que ser distinto no solamente orientado a incrementar los flujos comerciales, sino a generar desarrollo y crecimiento sostenido en los países y mejorar, de manera equitativa, las condiciones de vida de las personas. Eso requiere de gobiernos transparentes, capaces de desarrollar políticas públicas que no se limiten a mantener equilibrios fiscales y a la apertura de mercados.

 

El combate a la corrupción, la capacidad de concretar proyectos de inversión pública, poner en marcha políticas distributivas y de desarrollo de tecnología exitosa, garantizar la seguridad ciudadana, tener instituciones democráticas sólidas son ahora requisitos claros para tener éxito en un proyecto nacional de globalización.

 

El problema con México es que destaca por hacer justo lo contrario. Lo que se conoce del país son los escándalos por el gasto discrecional en publicidad, la impunidad en temas como Odebrecht o el espionaje sistemático de opositores y organizaciones sociales.

 

El gobierno y el PRI señalan a las reformas recientes como las nuevas herramientas para que el país tenga éxito en los procesos globales, los cuales no han ayudado a que el país crezca. Eso tiene dos problemas.

 

El primero es que esos procesos de apertura implican enormes riesgos cuando los actores económicos regulados están en una posición de poder muy superior a los reguladores. En el caso de la liberalización para la distribución privada de gasolina, el regulador, por ejemplo, privilegia que los precios sean altos, para que las empresas distribuidoras tengan altos márgenes y puedan invertir en infraestructura.

 

Un caso peor es el de Odebrecht. La empresa fue contratada para reactivar la capacidad de las refinerías de Pemex. En realidad, sus directivos contactaron a Emilio Lozoya, miembro del equipo de campaña y de transición de Peña Nieto para, según dijeron en declaración jurada, sobornarlo con la idea de participar en la planta de refinación que se tenía programada en Tula.

 

El otro es que el gobierno no tiene ni compromiso, ni una agenda que fortalezca la legalidad democrática y la eficacia en la acción gubernamental. Se promulgó un sistema nacional anticorrupción y, al mismo tiempo, se desarrolla una estrategia gubernamental para que no funcione.

 

La pieza más importante del sistema, el fiscal anticorrupción simplemente nunca será nombrado. La legalidad se administra, se persigue a los caídos en desgracia, a Borge y a Duarte, pero se protege a los que son cercanos, César Duarte o Lozoya. El gobierno mantiene márgenes inaceptables de discreción en el gasto público. No solamente es posible gastar el equivalente a varios puntos más del Producto Interno Bruto de lo presupuestado, sino también en partidas prácticamente secretas, como las de seguridad.

 

El dinero extra puede ser utilizado lo mismo para multiplicar por tres el gasto en publicidad, para enviar recursos a gobiernos locales amigos o para pagar proyectos absurdos, como un parque lineal con figuras de superhéroes o los que ofrecen margen para pagar por las campañas del PRI.

 

En seguridad, México no ofrece garantías ni para la integridad de las personas, ni para los derechos humanos. La única opción, en la que se insiste, es la militarización. Eso no ofrece garantía de nada. El país no tiene ninguna meta objetiva de seguridad ciudadana. Eso sucede para el resto de las áreas del gobierno.

 

Cada vez invertimos menos en tecnología, en infraestructura, en salud e incluso en educación. El país no construye capacidades para ser competitivo y atractivo en el contexto global. Se insiste en que la sola apertura y la liberalización de ciertos mercados es lo único que se requiere, pero la experiencia y, cada vez más, la teoría nos dicen lo contrario.

 

Lo que le urge a México es un proyecto para insertarse en el mundo que parta de mejorar las condiciones de vida de las personas, reducir la desigualdad, fortalecer las instituciones y empresas locales y realmente hacer al gobierno efectivo. Eso es justo lo contrario de lo que los últimos gobiernos han hecho.

 

A través de sus redes sociales, en expresidente de México, Felipe Calderón, lanzó un mensaje a los  políticos que pretenden alcanzar la candidatura del Frente Ciudadano, entre ellos Ricardo Anaya y Alejandra Barrales.

 

“A propósito del patrimonio inmobiliario de candidatos del frente, les comparto: … como al nopal, cada vez le encuentran más propiedades”, afirmó el ex mandatario vía Twitter, mensaje que acompañó con un video del debate que sostuvo en 2006 cuando contendía por la Presidencia de la República y lanzó el mismo comentario contra su entonces rival, Roberto Madrazo.

 

El mensaje llega luego de que en las últimas semanas se ha señalado al dirigente del PAN, Ricardo Anaya, se incrementar de manera inexplicable su patrimonio. Además de la información que esta semana fue revelada de la perredista Alejandra Barrales.

 

Luego de que la empresa se viera envuelta el múltiples escándalos como acoso laboral, discriminación y agresiones, el presidente ejecutivo de Uber, Travis Kalanick, dio a conocer que planea tomar una licencia a su cargo, sin especificar una fecha de regreso.

 

De acuerdo con una copia del informe que se preparó para el consejo de administración, se sabe que con esta decisión, Kalanick perderá algunos deberes que correspondían a su posición, sin embargo el consejo de la compañía nombrará “una silla” independiente para limitar su influencia en las operaciones de Uber y con ello evitar repetir cualquier error.

Dentro del informe que se preparó y que la junta del consejo votó el domingo pasado, se incluyen 47 recomendaciones entre las que destacan la creación de un consejo supervisor, reescribir los valores culturales de Uber, reducir el consumo de alcohol en los eventos de trabajo y prohibir las relaciones íntimas entre los empleados y sus jefes directos.

No es la primer salida que Uber registra, pues el fin de semana pasado, se despidió a Emil Michael, jefe de negocios de la empresa, así como a 20 empleados que fueron señalados de acoso al interior de la compañia.

Con información de El Financiero / Foto: Twitter

La investigación de los lazos de la campaña de Trump con Rusia es seria, y cada vez más. Pero no es lo que está poniendo en peligro la presidencia de Donald Trump. Lo que está en peligro la presidencia de Donald Trump es, bueno, Donald Trump.

 

Los republicanos de Washington nunca le gustaron o confiaron en Trump, pero esperaban ser ganados por la conducción de su administración, para convencerse de que era más disciplinado y estratégico de lo que parecía ser durante la campaña. Esas esperanzas han sido frustradas por la forma sin ley e imprudente en que ha respondido a las investigaciones en curso. Trump ha asustado a sus aliados, enfurecido su burocracia, socavado su credibilidad, y admitió públicamente usar el poder de su oficina para obstruir las investigaciones en curso. Al hacer esto, le ha recordado a los republicanos lo que temían que fuera una presidencia de Trump: inconstitucional, desenfocado, escandaloso y perjudicial para la posición de Estados Unidos en el mundo.

 

“Los republicanos pronto podrían perder a una generación de votantes a través de una combinación de la absoluta incompetencia de Trump y una fila de partidos sin capacidad para controlar a su líder”, advirtió Erick Erickson, el analista conservador de radio.

 

“Desde el punto de vista del deber del liderazgo republicano hacia su país, y también al mundo, dejar a un hombre tan ingenuo y sin experiencia en una oficina con estos poderes y responsabilidades es un acto de negligencia grave, razón que en el horizonte político de corto plazo parece suficientemente remoto para justificar su actuar”, escribió Ross Douthat en el New York Times.

 

La relación de Trump con los republicanos del Congreso se ve mejor como un trato incómodo. Ellos lo apoyan, a pesar de sus dudas, siempre y cuando pase su agenda y controle su comportamiento lo suficiente como para no ponerlos en peligro, a ellos ni al país. Trump está fracasando en su final del acuerdo, y está haciendo más difícil para los republicanos del Congreso celebrar su fin del acuerdo. Ahí es donde viene la súbita conversación de destitución y la creciente comodidad con consejos especiales y comisiones independientes.

 

El martes, el senador John McCain advirtió que los escándalos del presidente Trump estaban “alcanzando el tamaño y la escala de Watergate”. Esa misma noche, Carlos Curbelo, miembro del Congreso de Florida, se convirtió en el primer republicano del Congreso en usar la palabra “1”. “La obstrucción en el caso de Nixon y en el caso de Clinton en los últimos años 90 se ha considerado una ofensa: impeachmet”, dijo. El representante Justin Amash lo apoyó rápidamente. Cuando se le preguntó si el memorándum de James Comey en dado caso de verificarse, sería un motivo de destitución, Amash dijo que lo haría.

 

Este es un momento en que las placas tectónicas que subyacen a la opinión política en Washington están cambiando, un momento en el que lo impensable está siendo pensado, anunciado y tal vez acelerado. Tan recientemente como hace dos semanas, los republicanos pensaron que era más seguro no conocer los crímenes que pudo haber cometido o las líneas que pudo haber cruzado. Hoy, el Partido Republicano se enfrenta a la sombría realidad de que Trump no es lo suficientemente disciplinado, y la burocracia que dirige no es lo suficientemente leal, para mantener ocultas sus faltas. Los republicanos claves están concluyendo que la verdad surgirá, y así pueden ser también los patriotas que la descubrieron.

 

Un signo de los tiempos: Hablé el miércoles a un alto funcionario en una oficina conservadora del Senado. ¿Qué pensaba del vicepresidente Mike Pence en estos días? Yo pregunté. -¿Te refieres al próximo presidente de los Estados Unidos?

Estaba bromeando. Pero nadie hacía bromas así hace dos semanas.

 

Cómo Donald Trump puso en peligro su propia presidencia

Las investigaciones (o los llamaos a investigaciones) han girado alrededor de Trump desde el comienzo de su administración, pero los republicanos del Congreso encontraron razones poderosas para irlas ignorarlas. Lo que no podían ignorar fue lo que Trump hizo en reacción a las investigaciones lanzadas por el entonces director del FBI, James Comey.

  • Primero, Trump le pidió a Comey que dejara de investigar a Flynn. “Espero que puedas dejar pasar esto, dejar ir a Flynn”, dijo Trump de acuerdo a los informes de Comey. También le pidió a Comey que anunciara públicamente que Trump no estaba bajo investigación. Comey rechazó ambas solicitudes y tomó notas sobre ambos encuentros. Este es un gran problema para Trump.
  • Luego, Trump despidió a Comey de la investigación que el FBI seguía sobre los contactos de la campaña de Trump con Rusia. La sincronización de las filtraciones fue extraña, y la forma en que se manejó tanto de parte de Comey como del FBI. Esto, también, era un problema que Trump había creado para sí mismo.
  • Había una explicación casi razonable para el despido de Comey, y la Casa Blanca trató de ofrecerlo: el Subprocurador Rod Rosenstein, dijeron, había revisado el polémico manejo de Comey por el caso del uso del correo electrónico por parte de Clinton y concluyó que su credibilidad estaba comprometida. Pero Trump lo explotó, contando a Lester Holt, de la NBC, “independientemente de la recomendación, iba a despedir a Comey”. Explicó: “Cuando decidí hacerlo, me dije a mí mismo: ‘Sabes, esta cosa de Rusia con Trump y Rusia es una historia inventada, es una excusa de los demócratas por haber perdido una elección que deberían haber ganado “. Nadie hizo que Trump hiciera esto.
  • En una reunión de la Oficina Oval con el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, y el embajador de Rusia en Estados Unidos, Sergey Kislyak, Trump se jactó: “Acabo de despedir al jefe del FBI. Estaba loco, le faltaba verdaderamente un tornillo. Me enfrenté a una gran presión debido a Rusia”. Las notas de esa reunión fueron filtradas posteriormente al New York Times, y el secretario de prensa, Sean Spicer, confirmó la charla.

 

Así fue que, primero Trump le pidió a Comey coludirse con él en la obstrucción de la justicia (lo que da a Comey) el arma perfecto para encender las peticiones. Entonces Trump despidió públicamente y humilló a Comey. Luego admitió públicamente que lo hizo para anular la investigación de Rusia, lo que a su vez estimuló al público a creerle a Comey cuando dijo que Trump también le pidió que pusiera fin a la investigación de Flynn. Entonces se jactó con los funcionarios rusos, porque… no lo sé. Sinceramente, no sé qué poseería un ser humano en la posición de Trump para hacer eso. Algunas cosas no pueden ser explicadas.

 

Lo notable, mirando hacia atrás en la línea de tiempo, es que nada de eso era necesario. Trump podría haber tratado a Comey muy bien y tratar de ganárselo como un aliado, mientras que ofrecía declaraciones de apoyo a su trabajo. No se necesitaba ser un genio político a elegir otro camino que el aquí expresado.

 

El obvio argumento contrario a todo esto es que Trump puede creer que la investigación de Comey representaba un peligro existencial para su presidencia. Puede que sintiera que su mano era forzada. Pero si es así, no logró extinguir la amenaza , de hecho, lo empeoró.

 

  • Trump avergonzó a Rosenstein, y días más tarde, Rosenstein nombró al ex director del FBI (y amigo cercano de Comey) Robert Mueller como consejero especial para continuar la investigación que Comey había comenzado. Rosenstein hizo la declaración después de haber avisado 30 minutos antes a la Casa Blanca, un movimiento que muchos atribuyen al enojo que generó el trato de Trump.
  • Trump convirtió a Comey y al FBI en enemigos, un error que ya ha provocado un torrente de fugas y historias perjudiciales, y continuará mientras Comey testifica ante el Senado esta semana.
  • Contrariando su propia Casa Blanca y dejando en claro que él despidió a Comey para obstruir la investigación de Rusia, Trump hizo la investigación más interesante a los medios de comunicación, destruyó toda la credibilidad que sus ayudantes tenían sobre el tema, intensificó la presión sobre el Congreso para llevar a cabo sus deberes de supervisión, y sobre todo: aumentó la sospecha de sus propias acciones.

 

Texto publicado en Vox por 

Foto: Archivo APO

Por escándalos, el presidente no ha parado. Lo que hemos visto desde el despido fulminante del director del FBI no es nada nuevo. O cuando menos no debería serlo. Escándalos hubo desde su candidatura. El video de Access Hollywood que se dio a conocer días antes de las elecciones en el que Trump presumía al conductor Billy Bush que él podía agarrar de donde quisiera a cualquier mujer si quería, solo porque era famoso, pareció el último clavo en su ataúd y, sin embargo, sabemos que hoy está sentado en la silla presidencial.

 

A pesar de todos los escándalos, Trump es presidente. La pregunta es ¿por cuánto tiempo más?

 

 

Texto completo en El Universal

Según los bookmakers (corredores de apuestas) británicos, el presidente Donald Trump saldrá de la Casa Blanca antes de que termine su mandato de cuatro años.

 

Las casas de apuestas han visto un flujo de apuestas augurando que Trump saldrá temprano después del informe que se conoció este martes sobre la petición que hiciera al entonces director del FBI, James Comey, sobre cerrar una investigación sobre los vínculos entre un coladorador suyo y Rusia.

 

“De la noche a la mañana hemos visto [más de 5 mil euros] apostar a que Trump saldrá antes del final de su primer mandato, y esperamos ver una apuesta mucho grane más hoy, con sus probabilidades ahora acorta de igual a 5/6”, dijo Katie Baylis, portavoz de Betfair PPB. Eso implica una probabilidad del 55% de que el presidente abandone el cargo antes de tiempo.

 

“Y muchos apostadores piensan que no pasará demasiado tiempo antes de que él salga, con las probabilidades de él que deja este año ahora en 12/5 sobre un 11/2 que estaba anteriormente, ha aumentado un 27% desde la última ocasión en que se encontraba en 16% antes de esta última acusación”.

 

Betfair informó de último momento que los apostadores sumaron otros 13 mil euros de que Trump abandonará antes del final de su primer mandato.

 

Los informes del martes que involucraban a Comey se produjeron un día después de otros informes de que Trump había compartido inteligencia secreta con altos funcionarios rusos en una reunión la semana pasada. También la semana pasada, Trump despidió a Comey en un momento en que el ex funcionario se encontraba investigando el vínculo  entre el presidente y Rusia.

 

Tomando en cuenta los escándalos, los apostadores están viendo ahora una mayor probabilidad de que el comandante en jefe sea acusado. La empresa irlandesa, Paddy Power, ve las probabilidades de una acusación de pie en 2/1, o un 33%, mientras que una renuncia absoluta Trump tiene un precio de 15/8, lo que implica un 35% de posibilidades.

 

“La acusación ha sido un tema muy popular desde el Día de las Elecciones, cuando la apuesta fue 16/1, que inmediatamente surgió tras la victoria de Trump. Para el momento de la toma de posesión, la apuesta se encontraba 10/1 “, dijo Lee Price, portavoz de Paddy Power.

 

“Hemos estado apostando por el enjuiciamiento de todos los presidentes recientes de los Estados Unidos, pero incluso en el momento culminante del escándalo de Lewinsky, Bill Clinton sólo fue 6/1 [14%] para ser acusado”, agregó.

 

Con información de MarketWatch / Foto: Twitter

Para los republicanos en el Capitolio, Donald Trump finalmente pudo haber ido demasiado lejos.

El informe del martes de que Trump pidió al ex director del FBI James Comey que pusiera fin a la investigación del ex consejero de seguridad nacional Michael Flynn fue mayor a otra revelación embarazosa para un presidente acostumbrado a una avalancha de escándalos e intrigas.

 

Los republicanos están empezando a preocuparse (en privado) de que algún día tengan que sentarse en el juicio de Trump, o que la información más perjudicial de Comey pueda obligar al presidente a dimitir. A pocas horas de la revelación del martes de The New York Times, hubo un cambio distinto entre los republicanos del Congreso, que hasta ahora se han resistido en gran medida a criticar a Trump, y mucho menos exigir que el presidente se responsabilice de todo lo que dice o hace.

El presidente del Comité de Supervisión y Reforma del Gobierno de la Cámara de Representantes, Jason Chaffetz (R-Utah), dijo inmediatamente que estaba preparado para solicitar los memorandums que Comey habría escrito para documentar sus charlas con Trump. Chaffetz envió una carta al FBI el martes por la noche pidiendo que las notas, documentos o registros de las conversaciones de Trump y Comey sean entregados a su oficina el 24 de mayo.

AshLee Strong, portavoz del presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, dijo: “Necesitamos tener todos los hechos, y es apropiado que el Comité de Supervisión de la Cámara solicite el memorándum”.

Comey también ha sido invitado por el senador Lindsey Graham (R S.C.) a testificar públicamente en una audiencia ante el Senado para “contar su historia” sobre sus tratos con Trump, dijo Graham el martes, incluso antes de que este último escándalo se supiera.

Más republicanos han discutido abiertamente la posibilidad de la creación de un comité especial o el nombramiento de un fiscal para investigar la conexión Trump-Rusia. Todavía es una minoría de legisladores republicanos, pero los líderes republicanos están siguiendo todo de cerca.

La Casa Blanca rechazó firmemente la nota de The New York Times, y Trump ha defendido su despido a Comey y la divulgación de información confidencial a funcionarios rusos.

Desde aquel momento en que muchos republicanos creían que Trump tendría que abandonar su carrera cuando “Access Hollywood” en octubre pasado revelara los comentarios extremadamente ofensivos sobre las mujeres, el presidente se enfrentó a una amenaza política tan seria. Incluso los conservadores de los distritos que Trump ganó abrumadoramente en noviembre quieren indagar lo que ocurrió entre el Presidente y Comey, no importa lo perjudicial que pueda ser para Trump. Este es un giro dramático para el partido que ha sido azotado por el drama de Trump desde su primer día como candidato en junio de 2015, pero que aún permanecía con él.

“Es importante llegar al fondo”, dijo el representante Mark Meadows (R-N.C.), quien fue visto por última vez celebrando el paso del proyecto de ley de salud de la Cámara de Representantes en el Jardín de las Rosas con Trump y decenas de sus colegas republicanos. “Tenemos normas, y necesitamos asegurarnos de que se aplique a todos”.

La principal asesora de Trump, Kellyanne Conway, se reunió con el Freedom Caucus el martes por la noche, aunque no reveló lo que discutieron. Meadows insistió en que el asunto de Comey no surgió a través de su oficina en el Comité de Supervisión, pero aclaró tiene la intención de ayudar a llegar al fondo de lo sucedido. Y espera la cooperación de la Casa Blanca.

“Si algo de esto es verdadero, que haya algún tipo de influencia o presión de Comey haciendo su trabajo, voy a estar muy decepcionado”, agregó el representante Mark Walker (RN.C.), presidente del Comité de Estudio y republicano conservador .

En privado, los principales republicanos temen que esta última controversia de Trump, que viene apenas una semana después de que despidió a Comey, y sólo un día después de que se reveló que el presidente reveló información de inteligencia altamente clasificada durante una reunión con funcionarios rusos, llegue a complicar todo lo que están tratando hacer legislativamente. Salud, reforma tributaria, la reconfiguración del Pentágono, todo está potencialmente amenazado por el escándalo más reciente.

Y si los republicanos están paralizados y no pueden pasar nada a pesar de tener el control de la Casa Blanca y el Congreso, ¿cómo pueden justificar sus mayorías cuando se presenten ante los votantes el próximo año?

“No creo que podamos simplemente encogernos de hombros y alejarnos de éste”, dijo un alto republicano de la Cámara, que pidió no ser identificado. “No sé a dónde va esto.”

 

 

Texto de Politico / Foto: Politico

Luego de ser cuestionado por los medios de comunicación sobre si continúa considerando su intención de buscar la presidencia de la república en 2018, luego de los escándalos que se viven al interior del PRD y las acusaciones que pesan en sus contra, el jefe de gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, indicó que “no tengo por qué rajarme”.

 

“Nunca nos rajamos, no, no, no tengo por qué rajarme. Todo dependerá de la gente y si la gente decide entonces que no vayamos, pues eso será una decisión de la gente, mientras no sea eso ahí vamos, vamos para adelante”, aseguró este jueves en una entrevista que concedió en la Antigua Escuela de Medicina.

 

Mancera afirmó que durante las salidas que ha realizado, y tras estar en contacto con la gente, es la ciudadanía quien  “lo inspira” para seguir firme en sus aspiraciones políticas. “Pues mira, todos los retos son buenos no, a mí me gustan y yo veo que hay muchas condiciones y me inspira mucho cada vez que salimos al interior de la República. (…) Nosotros estamos haciendo un trabajo de mucho contacto con gente del interior de la República, hay que seguir haciendo el esfuerzo aquí en la Ciudad de México. Nos han tocado coyunturas muy complejas, muy complicadas pero queremos seguirle dando buenas noticias a la gente y vamos a seguir trabajando para que la ciudad cada vez este mejor (…)”, enfatizó.

 

 

 

Con información de El Universal / Foto: Archivo APO