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Virgin Galactic llevó este jueves, al borde del espacio, a sus primeros turistas, entre ellos un ex atleta olímpico británico que compró su boleto hace 18 años y una pareja de madre e hija procedentes del Caribe.

Tras un breve vuelo en el que los pasajeros disfrutaron de unos minutos de ingravidez, el avión espacial regresó planeando a la pista de aterrizaje del Spaceport America, en el desierto de Nuevo México.

Los familiares y amigos que observaban desde tierra, aplaudieron el disparo del motor cohete de la nave, que se desprendió del avión que la había transportado. El cohete alcanzó unos 88 kilómetros de altura.

Este primer vuelo de clientes privados se había retrasado durante años; su éxito significa que Virgin Galactic de Richard Branson ahora puede comenzar a ofrecer viajes mensuales, uniéndose a Blue Origin de Jeff Bezos y SpaceX de Elon Musk en el negocio del turismo espacial.

“Eso fue, con mucho, lo más increíble que he hecho en mi vida”, dijo Jon Goodwin, pasajero del vuelo.

Goodwin, que fue de los primeros en comprar un boleto en 2005, dijo que tenía fe en que algún día haría el viaje. Este exatleta de 80 años, que compitió en canotaje en los Juegos Olímpicos de 1972, padece la enfermedad de Parkinson y quiere servir de inspiración a otros.

El precio de los boletos era de 200,000 dólares cuando Goodwin se inscribió. Ahora cuestan 450,000 dólares.

Iba acompañado por la ganadora del sorteo, Keisha Schahaff, de 46 años, entrenadora de salud de Antigua, y su hija, Anastatia Mayers, de 18 años, estudiante de la Universidad Escocesa de Aberdeen. A bordo de la nave también iban dos pilotos de la compañía y el entrenador de astronautas de la empresa.

Fue el séptimo viaje al espacio de Virgin Galactic desde 2018, pero el primero con un pasajero que adquirió un boleto. Branson, fundador de la compañía, subió a bordo para el primer viaje con tripulación completa en 2021.

Cerca de 800 personas están actualmente en la lista de espera de Virgin Galactic, según la empresa.

El cohete de Virgin Galactic se lanza desde un avión, no desde tierra, y requiere dos pilotos en la cabina. Una vez que la nave nodriza alcanza unos 15 kilómetros de altura, el avión espacial se suelta y enciende su motor cohete para dar el impulso final hasta algo más de 80 kilómetros de altura.

Los pasajeros pueden soltarse de sus asientos, flotar en la cabina durante unos minutos y disfrutar de unas vistas panorámicas de la Tierra, antes de que el avión espacial planee de vuelta a casa y aterrice en una pista.

La compañía de turismo espacial Virgin Galactic, del multimillonario Richard Branson, realizó este jueves su primer vuelo comercial, tras completar con éxito un trayecto de 90 minutos durante el cual alcanzó la frontera entre la atmósfera terrestre y el espacio.

El vuelo partió cerca de las 10:30 hora local desde Spaceport America, la base de Virgin Galactic, en el sur de Nuevo México en Estados Unidos, y una hora después la nave VSS Unity se separó de su nave nodriza, VMS Eve, para continuar por su cuenta el resto del trayecto.

La VSS Unity luego encendió sus motores durante unos 60 segundos, lo que le permitió propulsarse hasta llegar a la máxima altura lograda en su trayecto, unos 85 kilómetros, y de esta forma alcanzar los bordes del espacio suborbital.

La nave estaba comandada por Mike Masucci, quien realizó con esta misión su cuarto vuelo espacial, y tuvo como piloto al exmiembro de la Fuerza Aérea de Italia Nicole Pecile, quien ahora trabaja para Virgin Galactic y hoy cumplió su primer vuelo espacial.

A bordo de la VSS Unity viajaron el exastronauta Colin Bennett y los también italianos Walter Villadei y Angelo Landolfi, de la fuerza aérea italiana, así como el ingeniero Pantaleone Carlucci, del Consejo Nacional de Investigación de Italia, quienes estuvieron a cargo de realizar 13 experimentos en el entorno de la microgravedad.

El vuelo de los italianos es resultado de un contrato firmado en 2019 entre Virgin Galactic y el Gobierno de ese país.

En la misión, llamada Galactic01, participaron además Kelly Latimer y Jameel Janjua, comandante y piloto, respectivamente, de la VMS Eve.

De acuerdo a medios especializados, para volar en el Unity hay un costo que puede ascender hasta los 450,000 dólares.

Los vuelos espaciales largos y los viajes frecuentes producen cambios fisiológicos en los cerebros de los astronautas que no desaparecen hasta por lo menos tres años después, según un estudio financiado por la NASA y publicado este jueves en Scientific Reports.

Un equipo dirigido por Rachael Seidler, profesora de Fisiología aplicada y Kinesiología en la Universidad de Florida (UF), analizó cómo reacciona el cerebro humano fuera de la gravedad de la Tierra a partir de escáneres cerebrales tomados a 30 astronautas antes y después de un viaje espacial.

El principal hallazgo del estudio es que los ventrículos del cerebro, unas cavidades llenas de líquido cefalorraquídeo, el cual brinda protección y nutrición y ayuda a la eliminación de desechos, crecen significativamente en los astronautas que cumplieron misiones de al menos seis meses de duración.

La explicación es que los mecanismos del organismo distribuyen fluidos de manera efectiva por todo el cuerpo, pero en ausencia de la gravedad, el fluido se desplaza hacia arriba y empuja el cerebro dentro del cráneo, lo que provoca que los ventrículos se expandan.

“Descubrimos que cuanto más tiempo pasaba la gente en el espacio, más grandes se volvían sus ventrículos. Muchos astronautas viajan al espacio más de una vez y nuestro estudio muestra que los ventrículos tardan unos tres años entre vuelos en recuperarse por completo”, dice el artículo.

Seidler, miembro del Instituto Norman Fixel de Enfermedades Neurológicas del sistema médico UF Health, dijo que, según los estudios realizados hasta el momento, la expansión ventricular es el cambio más duradero observado en el cerebro como resultado de los vuelos espaciales.

“Todavía no sabemos con certeza cuáles son las consecuencias a largo plazo de esto en la salud y la salud conductual de los viajeros espaciales”, dijo.

Con el auge del turismo espacial en los últimos años, el resultado del estudio es una buena noticia para las personas interesadas, dado que se determinó que los viajes más cortos parecen causar solo pequeños cambios fisiológicos en el cerebro, dijo.

Los resultados del estudio podrían afectar la toma de decisiones futuras con respecto a las misiones tripuladas y la planificación de los viajes dijo Seidler.

Foto: Twitter @WCMRadiology

La primera película rodada en el espacio, “El reto”, llegó hoy a los cines, después de que Rusia se adelantara a un proyecto rival de Estados Unidos, en plena crisis diplomática por el conflicto en Ucrania.

“Aquí también hemos vuelto a ser los primeros”, dijo orgulloso el presidente ruso, Vladímir Putin, en el estreno celebrado en el Palacio del Kremlin el pasado 12 de abril, que coincidió con el aniversario del vuelo de Yuri Gagarin (1961), el primer cosmonauta de la historia.

En tiempos de aislamiento internacional debido a la campaña militar rusa en Ucrania, la conquista del espacio sigue siendo uno de los mayores orgullos de los rusos.

La cinta, cuyo presupuesto fue de 1,150 millones de rublos, más de 14,000 millones de dólares, fue rodada en octubre de 2021. Entonces, la nave Soyuz MS-19 despegó con el director y la protagonista de “El reto”, Klim Shipenko y Yulia Peresild, los elegidos para completar la odisea.

Durante los doce días de estancia en la Estación Espacial Internacional (EEI), Shipenko grabó las peripecias de Peresild, que estuvo acompañada en todo momento por el comandante de la Soyuz, Antón Shkaplérov, y los dos cosmonautas rusos que habitaban entonces la plataforma orbital: Oleg Novitski y Piotr Dubrov.

El rodaje transcurrió en los módulos rusos Naúka y Svezdá y otros segmentos de la EEI, proyecto internacional a salvo del impacto de la actual confrontación entre Rusia y Occidente.

Más de la mitad de la película transcurre en la estación, a lo que hay que sumar las imágenes del ascenso y descenso, mientras el resto tiene lugar en la Tierra, donde Shipenko recibió autorización para grabar en el cosmódromo de Baikonur y en el centro de entrenamiento Yuri Gagarin.

El proyecto fue muy criticado por Serguéi Krikaliov, director del programa espacial ruso, motivo por el que fue despedido, aunque fue reinstalado en el cargo después de las protestas de los cosmonautas.

La estrella de “El reto” es Peresild, la primera actriz en volar al espacio después de completar un duro entrenamiento de tres meses y medio. Interpreta a una cirujana que es enviada a la plataforma orbital para salvar la vida de uno de los cosmonautas que sufrió un grave accidente durante una caminata espacial.

“La sensación de ingravidez fue para mí como estar enamorada”, explicó Peresild, quien está escribiendo un libro con el título “Así es el espacio, niña”.

Con respecto a la película, admitió que no puede competir con los efectos especiales de “Avatar”, aunque subrayó que el espectador “enseguida” apreciará que las imágenes de la EEI son reales.

El director del Primer Canal de la televisión rusa, Konstantín Ernst, productor de la película, junto a la compañía Yellow, Black and White, aseguró que el proyecto se le ocurrió en 2000, cuando Putin llegó al poder, pero nunca pudo llevarse a cabo.

Ernst adelantó que la cinta será proyectada también en cines de las regiones ucranianas anexionadas por el Kremlin

Así, Rusia se adelantó a Hollywood, cuyos planes de grabar una película en el espacio con la participación de Tom Cruise, la NASA y la compañía SpaceX de Elon Musk fueron anunciados en 2020.

Se esperaba que la película de Hollywood fuese dirigida por Doug Liman, quien ya trabajó con Cruise en “Al filo del mañana” (2014) y “El traficante” (2017).

La compañía Blue Origin, del magnate estadounidense Jeff Bezos, fundador de Amazon, lanzó este jueves al espacio el cohete New Shepard, con seis turistas, en el primer viaje organizado por la empresa este año.

Tras sufrir varios retrasos, la misión, bautizada como NS-20, lanzó el cohete New Shepard a las 08:58 hora local desde su plataforma en Van Horn, Texas.

La cápsula se elevó unos 100 kilómetros antes de regresar a la Tierra unos 10 minutos después. Durante el viaje, la tripulación experimentó dos minutos sin gravedad.

Tras su despegue, el cohete se aceleró hasta tres veces la velocidad del sonido para superar la barrera de 80 kilómetros de altura, que supone el límite con el espacio.

La cápsula voló de manera autónoma, sin piloto, y descendió a la superficie ayudada por varios paracaídas.

A bordo viajaban los directores ejecutivos de las compañías Party America y Tricor International, Marty Allen y Marc Hagle, junto a la esposa del segundo, Sharon Hagle; el profesor de la Universidad de Carolina del Norte Jim Kitchen; un exresponsable del regulador de aviación estadounidense, George Nield; y el arquitecto jefe del cohete New Shepard, Gary Lai.

En un principio el cómico estadounidense Pete Davidson, pareja sentimental de Kim Kardashian, había anunciado que iba a embarcarse en este viaje espacial, pero finalmente decidió no unirse a la misión por motivos que no precisó, y su lugar fue ocupado por Lai.

El pasado 21 de julio, el propio Bezos tomó parte en el primer vuelo de su compañía que alcanzaba el espacio y que duró once minutos. Desde entonces, Blue Origin ha lanzado veinte cohetes con tripulación.

Entre los famosos que han viajado con Blue Origin en sus vuelos anteriores están el actor de “Star Trek” William Shatner y el presentador del programa “Good Morning America” Michael Strahan.

El cohete espacial, que es reutilizable, ha sido bautizado como New Shepard en honor a Alan Shepard, el primer estadounidense en el espacio.

Además de Bezos, los multimillonarios Richard Branson, dueño de Virgin Galactic, y Elon Musk, fundador de SpaceX, también se han lanzado a la carrera de atraer turistas multimillonarios y famosos para sus viajes espaciales.

México, a través de un proyecto impulsado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), enviará a la superficie lunar cinco robots para estudiar el montaje de estructuras de la Luna en una misión denominada Colmena, informaron este martes autoridades del país.

“Colmena es un conjunto de cinco robots con menos de 65 gramos de masa y 12 centímetros de diámetro. (El proyecto) demostrará que robots muy pequeños, pero trabajando en forma coordinada, pueden ser los exploradores y los mineros de ese nuevo futuro”, dijo Gustavo Medina Tanco, jefe del Laboratorio de Instrumentación Espacial (Linx) de la UNAM y líder del proyecto.

Dichos robots recorrerán el próximo junio los 384,400 kilómetros que separan a la Tierra de la Luna con dos objetivos concretos: analizar la posibilidad del montaje de estructuras en la superficie lunar y estudiar polvo lunar como recurso para la producción de oxígeno y metales.

Medina Tanco resaltó que esta misión tiene el objetivo de desarrollar en México las capacidades de micro robótica para uso en ambientes espaciales, en superficies de cuerpos que carecen de atmósfera, con la meta de que el país se integre a consorcios de investigación, exploración o explotación comercial, mediante actividades como minería en el espacio.

Los robots fueron creados por 200 alumnos de especialidades como ingeniería, física, matemática, química, geología o psicología. La misión, que se empezó a planear en 2016, tendrá una duración de entre 9 y 10 días terrestres.

En el evento de presentación participó el canciller Marcelo Ebrard, quien destacó la importancia de la misión y afirmó que no se debe considerar que México tiene un rol “secundario” en las misiones espaciales; afirmó que el proyecto Colmena es prueba de ello.

“Queremos estar en todo, en todo lo que sea avance tecnológico y científico todo lo que convenga a México”, puntualizó el titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE).

Recordemos que en 2021 se formalizó la constitución de la Agencia Latinoamericana y Caribeña del Espacio (ALCE), que impulsada por México y suscrita por 18 países, busca insertar a la región en el desarrollo espacial.

Salvador Landeros, director de la Agencia Espacial Mexicana, explicó que esta no es la única misión que tendrán en la Luna; mencionó otros proyectos, por ejemplo, uno con la empresa europea Airbus y la mexicana Dereum Labs donde se trabaja en un proyecto cuyo objetivo principal es la producción de oxígeno a través del regolito lunar, capa de materiales depositados en la superficie lunar.

Además de otro con la NASA para conformar una constelación de nanosatélites que va a apoyar las misiones a la Luna, el cual iniciará en marzo próximo.

Jeff Bezos, el hombre más rico del mundo, alcanzó este martes el espacio tras despegar desde una base en el oeste de Texas, en Estados Unidos, a bordo del cohete New Shepard, con el que superó los 106 kilómetros de altura para luego emprender el regreso a la Tierra.

El viaje tuvo una duración total de once minutos. “Estoy emocionado, pero no angustiado. Veremos cómo me siento cuando esté abrochado a mi asiento”, dijo Bezos horas antes del despegue. “Estamos listos. El vehículo está listo. Este equipo es increíble. Me siento muy satisfecho. Y creo que mis compañeros de tripulación también se sienten igual”.

Dentro de la nave fabricada por Blue Origin, la compañía aeroespacial creada por Bezos en el año 2000, el fundador y hasta hace poco consejero delegado de Amazon viajó acompañado de su hermano, Mark; la piloto de 82 años Wally Funk; y Oliver Daemen un estudiante neerlandés de 18 años e hijo de un multimillonario.

Durante el trayecto, la cápsula en la que viajaron los pasajeros se separó del cohete propulsor una vez que alcanzaron los 76 kilómetros de altura, para luego continuar por su cuenta los restantes 30 kilómetros hasta una distancia de la superficie terrestre que les permitió experimentar por unos minutos la ingravidez.

Una vez concluido el viaje, que empezó con un retraso de 12 minutos por ajustes técnicos, la cápsula con sus cuatro ocupantes aterrizó sin contratiempos en un paisaje desértico cerca del sitio de lanzamiento, en las inmediaciones de Van Horn, Texas, y por donde momentos antes llegó el cohete propulsor del New Shepard.

“El mejor día”, exclamó desde dentro de la cápsula Bezos, una vez que aterrizó.

A diferencia del trayecto que hizo hace poco más de una semana desde Nuevo México el multimillonario Richard Branson, en el viaje de hoy Bezos y sus acompañantes superaron la línea imaginaria de Karman, situada a 99.7 kilómetros de la Tierra y que en algunos ámbitos científicos se acepta como la división entre la atmósfera terrestre y el espacio exterior.

Desde hoy Bezos es otro multimillonario que se erige en pionero del turismo más allá del planeta, luego de que Branson, a sus 70 años, alcanzará las fronteras del espacio a bordo de un avión fabricado por su compañía Virgin Galactic, con el que, a una velocidad tres veces superior a la del sonido, cruzó los 80 kilómetros de altura.

En ese punto, Branson y los otros cinco ocupantes del plateado avión VSS Unity experimentaron también la ingravidez, por casi unos cuatro minutos, y pudieron observar la curvatura de la Tierra.

A Branson y Bezos se suma Elon Musk, el fundador del fabricante de coches eléctricos Tesla y de SpaceX, la firma contratista de la NASA que ya ha enviado astronautas a la Estación Espacial Internacional (EEI) y que hacia fines de este año espera llevar a cabo el primer viaje tripulado con fondos privados al espacio.

Jeff Bezos, la persona más rica del mundo, será parte de la tripulación que será lanzada por la empresa Blue Origin, lo que le permitirá llegar al espacio.

Bezos dijo este lunes que está emocionado y curioso, pero no muy nervioso, por el vuelo suborbital inaugural de su compañía Blue Origin.  Viajará junto a tres compañeros de tripulación desde un sitio desértico en el oeste de Texas, en un viaje de 11 minutos hasta el borde del espacio a bordo del New Shepard de Blue Origin, una combinación totalmente autónoma de cohete y cápsula de 18.3 metros.

El vuelo representa un hito importante en el establecimiento de la industria del turismo espacial.

“La gente no deja de preguntarme si estoy nervioso. No estoy realmente nervioso, estoy emocionado. Tengo curiosidad. Quiero saber qué vamos a aprender”, dijo Bezos, fundador de Amazon.com Inc , al programa “CBS This Morning”. “Hemos estado entrenando. Este vehículo está listo. Este equipo está listo. Este equipo es increíble”, añadió.

Bezos y su hermano Mark estarán acompañados por una tripulación totalmente civil compuesta por la aviadora pionera de 82 años Wally Funk y por Oliver Daemen, de 18 años, un recién graduado de la escuela secundaria que asistirá a la Universidad de Utrecht, Países Bajos, para estudiar Física y Gestión de la Innovación en septiembre.

Daemen es el primer cliente de pago de la empresa. Su padre dirige la empresa de gestión de inversiones Somerset Capital Partners.

El vuelo se realizará nueve días después de que su rival, el empresario multimillonario británico Richard Branson, viajara en el avión cohete de su compañía Virgin Galactic, realizando un vuelo suborbital pionero desde Nuevo México.

Bezos intentó minimizar cualquier rivalidad con Branson. “Hay una persona que fue la primera en el espacio. Su nombre era Yuri Gagarin. Y eso sucedió hace mucho tiempo”, dijo en el programa “Today” de NBC, refiriéndose al cosmonauta soviético que llegó al espacio en 1961.

“Creo que voy a ser el número 570 o algo así. Ahí es donde estaremos en esta lista. Así que esto no es una competencia. Se trata de construir un camino al espacio para que las generaciones futuras puedan hacer cosas increíbles en el espacio”, agregó.

Bezos fundó Blue Origin en 2000, con el objetivo de algún día construir colonias espaciales flotantes con gravedad artificial donde vivirán y trabajarán millones de personas.

Su viaje a más de 100 km del suelo terrestre se realizará apenas dos semanas después de dejar el cargo de director general de Amazon, grupo del cual mantiene cerca del 10% de las acciones.

Quien estará ausente en el vuelo es el misterioso ganador de una subasta de 28 millones de dólares por un asiento, que tuvo “conflictos de programación” y participará en un vuelo futuro, y ha pedido permanecer en el anonimato, indicó la compañía.

El New Shepard despegará a las 08:00 ora local de este martes 20 de julio desde una instalación remota en el desierto del oeste de Texas llamada Launch Site One, unos 40 kilómetros al norte de Van Horn, la ciudad más cercana.

Después del despegue, New Shepard acelerará hacia el espacio a velocidades superiores a Mach 3, utilizando un motor de hidrógeno líquido/oxígeno líquido sin emisiones de carbono.

El evento se transmitirá en vivo en BlueOrigin.com a partir de una hora y media antes.

Las ambiciones de la moderna compañía de Bezos no se detienen en el turismo espacial, ya que ahora espera convertirse en un importante subcontratista de las misiones de la NASA. Actualmente, la firma SpaceX, del multimillonario Elon Musk es la principal socia del sector privado para la agencia espacial estadounidense, lo que incluye transportar a varios astronautas a la Estación Espacial Internacional (EEI) desde 2020.

Richard Branson pretende llegar al espacio antes que el multimillonario Jeff Bezos. Virgin Galactic, la empresa de Branson, anunció que su próximo vuelo de prueba será el 11 de julio y que su fundador será una de las seis personas a bordo.

La nave espacial despegará de Nuevo México y será la primera en transportar a un equipo completo de empleados de la empresa. La fecha será el cuarto vuelo al espacio de Virgin Galactic.

La noticia se dio a conocer horas después de que Blue Origin, la empresa de Bezos, indicara que el fundador de Amazon sería acompañado al espacio el 20 de julio por una pionera aeroespacial que esperó 60 años para despegar.

Bezos seleccionó el 20 de julio como la fecha para el lanzamiento desde el oeste de Texas, el 52do aniversario del alunizaje del Apollo 11. Hace apenas un mes decidió que iría en el vuelo, el último tramo en una carrera espacial entre los dos magnates.

El fundador de Amazon irá en el primer lanzamiento tripulado de Blue Origin, acompañado por su hermano, por el ganador de una subasta benéfica que pagó 28 millones de dólares y por Wall Funk, una de las últimas sobrevivientes del Mercury 13 que fue seleccionada como “invitada de honor”.

Las 13 pilotos pasaron las mismas pruebas que los astronautas del Mercury 7 a principios de la década de 1960, pero les prohibieron ser parte del cuerpo, y del vuelo espacia, por ser mujeres.

Hasta el miércoles, Branson se había negado a decir cuándo iría al espacio debido a las restricciones que le impone su empresa, pero enfatizó que estaba “en forma y saludable” para volar en cuanto sus ingenieros lo autorizaran. “Siempre he sido un soñador. Mi mamá me enseñó a nunca darme por vencido y a alcanzar las estrellas. El 11 de julio es el momento para convertir ese sueño en una realidad a bordo del próximo (at)VirginGalactic”, tuiteó.

Virgin Galactic lanza su cohete espacial desde una aeronave, alcanzando una altitud de aproximadamente 88 kilómetros. Blue Origin lanza su cohete New Shepard desde tierra y su cápsula alcanza unos 106 kilómetros de altura. Ambas altitudes son consideradas la orilla del espacio. En comparación, SpaceX de Elon Musk lanza sus cápsulas, tanto tripuladas como de cargamento, a la órbita de la Tierra.

Las tres empresas espaciales privadas planean llevar a clientes al espacio. SpaceX será el primero en hacerlo con un vuelo privado en septiembre.

Los vuelos de Virgin Galactic y Blue Origin duran aproximadamente 10 minutos, con unos tres minutos de ingravidez, pero los regresos son bastante diferentes: el avión cohete de Virgin Galactic planea hasta una pista de aterrizaje, como lo hacían los antiguos transbordadores espaciales de la NASA, con un par de pilotos al mando. Las cápsulas automatizadas de Blue Origin caen en paracaídas en el desierto, de forma similar al amarizaje de las cápsulas Mercury, Gemini y Apollo de la NASA. Sus puertos espaciales están a sólo 320 kilómetros (200 millas) de distancia uno de otro.

Esta tarde, desde la plataforma de lanzamiento 39A del centro espacial Kennedy, un cohete SpaceX con la nueva cápsula Crew Dragon enganchada despegará hacia la Estación Espacial Internacional (EEI). A bordo llevará a Bob Behnken y Doug Hurley, los dos hombres elegidos por la NASA para esta misión de demostración.

Space Exploration Technologies Corp., fundada en 2002 por Elon Musk, se ganó la confianza de la agencia espacial más grande del mundo.

SpaceX se convirtió en 2012 en la primera empresa privada en acoplar una cápsula de carga a la EEI. Dos años después, la NASA le pidió que adaptara la cápsula Crew Dragon para poder transportar astronautas. “SpaceX no estaría allí sin la NASA”, dijo Musk el año pasado, después de un ensayo general del viaje a la EEI sin tripulación.

La agencia espacial ha pagado más de 3.000 millones de dólares a SpaceX para diseñar, construir, probar y operar su cápsula y hacer seis viajes espaciales de ida y vuelta. El desarrollo experimentó retrasos, explosiones, problemas de paracaídas, pero SpaceX venció al gigante Boeing, al que la NASA también pagó para hacer una cápsula, la Starliner, que aún no tiene lista.

La inversión, autorizada durante las presidencias de George W. Bush para el envío de carga y Barack Obama para el de astronautas, se considera fructífera en comparación con las decenas de miles de millones que costaron los sistemas anteriores desarrollados por la NASA.

“Algunos han dicho que es inviable o imprudente trabajar con el sector privado de esta manera. No estoy de acuerdo”, dijo Obama en 2010. La decisión del expresidente se encontró con la hostilidad del Congreso y de la NASA.

Diez años después, Donald Trump asistirá al centro Kennedy para el lanzamiento. El republicano trata de reafirmar la dominación estadounidense del espacio y ha ordenado el regreso a la Luna en 2024.

Si la NASA pudiera confiar al sector privado las misiones más cercanas a la Tierra, dentro de la “órbita baja”, esto le permitiría destinar presupuesto para sus misiones más lejanas.

“Imaginamos un futuro en el que la órbita baja de la Tierra está completamente privatizada, donde la NASA es solo un cliente entre otros”, dijo Jim Bridenstine, administrador de la agencia. De lo contrario, “nunca iremos a la Luna ni a Marte”.

La lluvia ha caído con fuerza en los últimos días en Florida, y los pronosticadores dan un 40% de que siga en Cabo Cañaveral. En caso de precipitaciones, el vuelo se pospondrá hasta el sábado.

La Crew Dragon es una cápsula como la Apollo, pero del siglo XXI. Las pantallas táctiles han reemplazado los botones y los joysticks. “Esperamos un vuelo más suave pero más ruidoso”, dijo Bob Behken, quien al igual que su compañero de misión viajó dos veces en aquellos transbordadores.

La cápsula llegará a la estación espacial, situada a 400 kilómetros sobre el nivel del mar, el jueves y probablemente permanecerá acoplada allí hasta agosto.

Si cumple su misión, los estadounidenses ya no dependerán de los rusos para llegar al espacio. Pues, desde 2011, los Soyuz son los únicos vehículos espaciales que hacen este recorrido.

Foto: @elonmusk

Abraham Loeb, jefe del Departamento de Astronomía de la Universidad de Harvard y profesor desde hace más de 30 años del prestigioso centro, llamó la atención entre la comunidad científica al asegurar en una entrevista con el Washington Post que una nave de origen alienígena se acerca a la Tierra.

“Una nave espacial o parte de ella puede estar volando más allá de la órbita de Júpiter, con lo que los primeros extraterrestres ya están aquí”, afirmó Loeb refiriéndose al Oumuamua, llegando incluso a calcularlo con un sistema de complejas ecuaciones.

Loeb, autor de más de 700 trabajos teóricos, al ser preguntado por la hipótesis de que los primeros extraterrestres ya están aquí, explicó que “el 19 de octubre de 2017 el telescopio Pan-STARRS, en Hawai, registró un objeto extraño en el firmamento. Se movía tan rápido que sólo podía proceder de algún lugar fuera del Sistema Solar. Se trata de la primera visita que nos llega del espacio exterior de la que tengamos conocimiento”, dijo.

Efectivamente, la teoría de Loeb y de su compañero Shamuel Bialy surgió a finales de 2017 cuando astrónomos de Hawai detectaron un objeto interestelar muy raro, rápido y brillante al que consideraron que sólo podía ser una estrella. Le llamaron Oumuamua, que en hawaiano significa explorador, y la mayoría de la comunidad científica aceptó que se trataba de una roca o un asteroide desprendido de una estrella en fusión hace cientos de millones de años o que podía ser también un cometa helado que deambula por el vacío interestelar. Menos Loeb. Loeb y su colega publicaron un artículo en Astrophysical Journal en el que aseguraban que Oumuamua “es una vela luminosa, flotando en el espacio interestelar como un escombro de un equipo tecnológico avanzado”.

La conclusión de Loeb es que cree que se mueve demasiado rápido para ser una roca inerte y que se aleja del Sol como si algo la estuviera empujando desde atrás. Según el astronómo, Oumumua es muy inusual y presenta características que lo hacen completamente diferente a cualquier cometa o asteroide como son su velocidad, su atípica trayectoria, no mostrar desgasificación al acercarse al Sol y la ausencia de cola como la de los cometas.

Para el astrónomo es mezquino pensar que “estamos solos en el Universo” o que “somos una especie trascendental en el planeta Tierra”. Loeb argumenta que lo que se observó en el comportamiento de Oumuamua significa que no puede ser un grupo de rocas con forma de una papa larga, sino un objeto que es muy largo y no tiene más de un milímetro de grosor, tal vez un cilindro de un kilómetro de largo, o una vela de barco, tan ligero y delgado que la luz solar lo está expulsando de nuestro Sistema Solar.

Sin embargo, la comunidad científica criticó duramente al astrónomo por sus teorías sobre Oumuamua. “Oumuamua no es una nave alienígena, y esa sola sugerencia es un insulto para la investigación científica honesta”, afirmó el astrofísico Paul Sutter tras la entrevista de Loeb.

Luis Octavio Cotero Bernal, ex director del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses, ofreció esta tarde una conferencia de prensa en la que reveló que aunque el caso del almacenaje de cuerpos en un tráiler se supo esta semana, los cuerpos tenían dos años ahí.

Explicó que ante el número creciente de cuerpos que se encontraban en los refrigeradores del Instituto, que ya no se podían dar abasto, se requirió a la Fiscalía estatal y al secretario general de Gobierno (Roberto López Lara), la construcción de un espacio donde se pudieran inhumar los cuerpos.

Al no recibir una respuesta satisfactoria a la petición o recursos adicionales para resolver el problema, “se decidió por la misma Fiscalía, en aquel entonces el Fiscal central Rafael Castellanos (…) el alquiler de un tráiler con refrigeración”.

Precisó que el tráiler con los cuerpos “se mantuvo en las instalaciones del Instituto por casi dos años”.

Explicó que cuando el vehículo se “abarroto”, se solicitó a la Fiscalía fuera cambiado de lugar pues el espacio iba a ser ocupado por un nuevo contenedor; razón por la cual el primer tráiler se trasladó a una bodega en la colonia la Duraznera, que la propia Fiscalía rentó.

Refirió que fue ahí cuando el caso tomó relevancia, pues los habitantes de la colonia fueron los que exigieron a las autoridades retirar el tráiler debido a los riesgos de infección que representaba.

Reconoció que si bien existió un proyecto de construcción de un cementerio forense, éste fue suspendido desde hace más de 15 días, por lo que dijo “no hay expectativas de fosas dónde depositar esos cuerpos; una situación muy lamentable y que, además, esa necesidad, esa urgencia, no es nueva, es de hace más de tres años y nunca se atendió”.

 

En caso de que veas esos videos de cohetes gigantes aterrizando en Tándem o del auto de Elon Musk desplazándose en órbita y creyendo la idea de que los vuelo espaciales moderno son glamuroso, por favor escucha la historia del astronauta de la NASA Peggy Whitson sobre cómo guarda regularmente popó con su mano.

En realidad, todavía no, pero eso podría suceder pronto.

Comencemos con los conceptos básicos del baño de la Estación Espacial Internacional (ISS). Aquí está, cómo trabaja una aspiradora metida en un refrigerador:

 

Dicho baño se instaló en el lado estadounidense de la ISS en 2008. Poco después se agregó una cortina, pero se inundó.

Afortunadamente, hay un segundo retrete en el lado ruso, aunque a veces también se rompe, lo que obliga a los astronautas a entrar en sus transbordadores o, como último recurso, usar lo que paradójicamente se llama una “bolsa de Apolo”.

Solo decimos: podría ser mucho peor.

Notarás que alguien ha decorado el cubículo con una caricatura de un astronauta y un retrete. Probablemente sea importante mantener el sentido del humor cuando use ese baño.

Alguien también ha escrito notas a mano alrededor del inodoro, porque seguir instrucciones cuidadosamente también será muy importante.

La mejor parte del baño, o la parte menos terrible, es donde se orinara. Es solo un embudo, una manguera y una aspiradora, pero es relativamente fácil de usar, la pipí entra en un sistema de reciclaje de última generación que la convierte de nuevo en agua.

Eso es genial. La peor parte es con la popó.

Lo peor en todo el espacio puede ser la popó.

Una vez, un astronauta de la Agencia Espacial Europea explicó cómo funciona el inodoro en una demostración de YouTube (no se preocupe; seguro para ver en la oficina).

El video lo hizo parecer fácil, pero no es fácil apuntar la popó en gravedad cero.

“Estás tratando de alcanzar un objetivo bastante pequeño”, dijo Whitson a Business Insider la semana pasada, como preludio de su historia de terror.

Sus compañeros astronautas de la NASA deben practicar la técnica antes de abandonar la Tierra, utilizando baños de entrenamiento y una cámara de video colocada de forma invasiva para ayudar a cuadrar las cosas.

Y hay accidentes, dijo Whitson, quien pasó dos años de su vida en el espacio. La popó flotante ha sido un peligro para los viajes espaciales.

¿Entonces que? Nadie va a reciclar esa popó.

Lo mejor que la NASA sabe hacer con esto, es dispararlo desde la Estación Espacial Internacional y dejarlo arder en la atmósfera de la Tierra como una estrella fugaz. No pidas un deseo.

Pero la popó no puede simplemente lanzarse al espacio inmediatamente. Hacer cualquier cosa en el espacio es difícil y costoso; según los informes, costó $19 millones solo construir el baño, y no se incluyó el sistema.

Según la Agencia Espacial Europea, la popó se queda dentro del inodoro hasta su eliminación masiva, que es cada 10 días aproximadamente. Si alguna vez usó el inodoro en el último día de un festival de música, puede imaginarse cómo es el retrete en la estación espacial después de más de una semana de uso.

Y entonces (no se muestra en el video de YouTube), es un procedimiento final que Whitson reveló con un gesto a Business Insider: “Después de que empieza a llenarse, tienes que ponerte un guante”, dijo, “y empacarlo”.

Esto no quiere decir que los viajes espaciales del siglo 21 sean del todo malos. A excepción de esto.

En un nuevo episodio de “One Strange Rock” de National Geographic, Whitson no reprimió sus emociones al recordar el esplendor de su tiempo récord en el espacio: moviéndose en una nave que representa la cima del ingenio humano; mirando por una ventana a un hemisferio entero girando.

Pero luego te das la vuelta, y está el inodoro y el embudo para líquidos de $19 millones, y ha pasado una semana desde el último día de la basura y esa popó necesita aplastarse.

 

Con información de The Washington Post

La NASA enviará un pequeño helicóptero a Marte como parte de una misión de la agencia espacial estadounidense para colocar un vehículo de exploración en la superficie del planeta rojo, en la primera ocasión que este tipo de aeronave será utilizada en otro mundo.

El helicóptero Mars,  está diseñado para volar con aspas rotatorias en la tenue atmósfera marciana, pesa alrededor de 1,8 kilos y su fuselaje tiene el tamaño de una pelota de softball. Sus aspas giran a alrededor de 3 mil revoluciones por minuto del motor, casi 10 veces el ritmo ocupado por helicópteros en la Tierra.

Se prevé que  la aeronave llegue a la superficie del planeta rojo junto a un vehículo de exploración espacial, que tendrá el tamaño de un auto. Tras colocar al helicóptero en terreno, al rover se le ordenará conducir hasta una distancia que lo ponga a salvo para retransmitir los comandos.

El helicóptero busca demostrar la viabilidad y utilidad de una aeronave de este tipo en Marte, dijo la NASA, ya que podrían ser usados para expediciones a baja altura o para llegar a lugares inaccesibles por tierra.

Se espera que la misión Marte 2020 sea lanzada en julio de ese año desde la estación de la Fuerza Aérea estadounidense en Cabo Cañaveral, Florida, y que llegue a Marte en febrero del 2021. El rover está diseñado para realizar estudios de geología y evaluar las posibilidades de habitar la superficie marciana.

 

Con información de Agencias / Foto: NASA

 

 

Luego de que en septiembre la plataforma Twitter lanzara una prueba para expandir el límite de caracteres con los que algunos usuarios se podían expresar en la red social a 280 espacios, este miércoles la red social indicó que “nos complace compartir que hemos logrado el objetivo y estamos implementando el cambio en todos los idiomas y para todos los usuarios”.

 

 

Durante los primeros días de la prueba, indicó la compañía, mucha gente twitteó en el límite total de 280 porque era nuevo y novedoso, pero poco después se normalizó el comportamiento. “Vimos cuando las personas necesitaban usar más de 140 caracteres, tuiteaban más fácilmente y con más frecuencia. Pero, lo que es más importante, las personas tuiteaban menos de 140 la mayoría del tiempo y la brevedad de Twitter permanecía”.

 

Detalló que el 9% de los tweets en inglés alcanzan el límite de caracteres, lo cual les evidenció “el desafío de adaptar un pensamiento a un Tweet”, lo que a menudo resultaba en mucho tiempo de edición e incluso en un gran numero de casos, al abandono los Tweets sin siquiera enviarlos. “Con el recuento ampliado de caracteres, este problema se redujo enormemente: ese número disminuyó a solo el 1% de los Tweets que se encontraban en el límite”.

 

Twitter sostuvo que en un principio le preocupaba que los historiales se llenaran con tweets de 280 caracteres al pensar que las personas en prueba usarían todo el espacio. “Pero eso no sucedió. Solo el 5% de los tweets enviados tenían más de 140 caracteres y solo el 2% tenían más de 190 caracteres. Como resultado, la experiencia de lectura de time lapse no debería cambiar sustancialmente”.

 

Alcaró que los idiomas japonés, coreano y chino seguirán teniendo 140 caracteres porque se llegaría a saturar los historiales  en estos idiomas. “De hecho, estos lenguajes siempre han sido capaces de decir más con sus Tweets debido a la densidad de sus sistemas de escritura”.

 

Científicos llevaron  a cabo la “primera protesta política en el espacio exterior”, en la que enviaron un mensaje al presidente estadounidense, Donald Trump.

 

El grupo Red de Agencias Espaciales Autónomas (ASAN por sus siglas en inglés) lanzó a unos 90 mil pies de altura el globo meteorológico Afrodita 1, que pesaba poco más de medio kilo y se infló con helio.

 

El globo llevaba un sensor GPS, una cámara y un mensaje especialmente dirigido al mandatario estadounidense donde una copia impresa de un tuit de la misma organización que decía: “@realDonaldTrump: Mira eso, hijo de puta”.

 

El tuit forma parte de una cita de Edgar Mitchell, astronauta del Apolo 14 y la sexta persona en caminar sobre la Luna.Su famosa frase, al ver la Tierra desde el espacio fue que le daban ganas de “agarrar a un político del cuello y arrastrarlo un cuarto de millón millas lejos y decir,

‘Mira eso, hijo de puta’”.

 

Esta cita ha sido utilizada como un ejemplo del llamado “efecto de la visión general”, que busca un cambio de perspectiva hacia la unidad global y la conservación solicitada continuamente por astronautas que se han visto impactados por la fragilidad del planeta.

 

En días pasados, Donald Trump promovió recortes presupuestarios a cuatro de las misiones de ciencia de la Tierra de la NASA, conocidos como CLARREO. Entre ellos, un sistema de monitoreo de viento solar, DSCOVR; el programa de monitoreo de océanos y atmósferas PACE y el observatorio de carbono en órbita OCO-3.

 

“No sólo estamos perdiendo oportunidades increíbles para aprender más sobre nuestro planeta, sino que Trump también está poniendo en peligro las vidas de millones de personas fuera de EU, que están más expuestas a los desastres relacionados con el cambio climático”, dijo a WP el miembro de ASAN.

 

 

Con información de El Universal / Foto: @ASANspace