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La Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos mantuvo este miércoles su tasa de interés de referencia sin cambios, en un rango de entre 5.25% y 5.50%, y confirmó que conserva la expectativa de realizar tres recortes en este 2024.

Mantener las tasas altas permite a los miembros del Comité de Política Monetaria (FOMC) “evaluar cuidadosamente los datos que llegan, la evolución de las perspectivas, y el balance de riesgos”, indicó el organismo en un comunicado tras dos días de reunión.

El presidente de la Fed, Jerome Powell, reiteró que la inflación en Estados Unidos sigue siendo “demasiado alta”. Aunque el alza de precios se contuvo y el mercado laboral sigue fuerte, “los esfuerzos actuales para bajar” esa inflación “no son garantía de éxito”, matizó.

Y es que la inflación se ha moderado en el marco de la política monetaria de tasas elevadas promovida por la Fed para la mayor economía mundial. Tasas altas encarecen el crédito y desestimulan así el consumo y la inversión, lo cual permite reducir presiones sobre los precios.

Recordemos que la inflación en Estados Unidos llegó a alcanzar 9.1% en junio de 2022 y el descenso del índice en el marco de la política monetaria restrictiva adoptada por el banco central no llevó la economía a una recesión ni a un aumento relevante del desempleo.

Desde estos máximos, el índice de inflación PCE, que es el más seguido por la Fed, se ha moderado a 2.4% en la medición a 12 meses en enero, frente a 2.6% del dato de diciembre.

Sin embargo, este año, la inflación ha cobrado un pequeño impulso y el mercado temía que el banco central resolviera reducir su expectativa de recortes de tasas, cosa que finalmente no ocurrió.

Los miembros del FOMC mantuvieron sus pronósticos para la inflación general, pero aumentaron su previsión para la inflación subyacente, que excluye los precios volátiles de alimentos y energía, a 2.6%. No prevén cambios en la proyección para los tipos de interés para fines de 2024 en un rango de 4.50% a 4.75%.

Esto significa que esperan reducir las tasas en 0.75 puntos porcentuales en total en lo que resta del año. En diciembre, la idea de la Fed de realizar tres recortes en 2024 levantó gran expectativa en los mercados, que evaluaron que una primera reducción podría darse este mes.

Ahora los mercados esperan recortes a partir de junio próximo, o incluso en los últimos anuncios del años.

La Reserva Federal ofreció también este miércoles sus previsiones para la economía de Estados Unidos. Revisó al alza su pronóstico de crecimiento del PIB a 2.1% para 2024. La tasa de desempleo aumentará menos de lo que esperaba la Fed, a 4% este año y 4.1% el año que viene.

La inflación en febrero en Estados Unidos repuntó, por lo que enfría las expectativas de un pronto recorte de las tasas de interés por parte de la Reserva Federal (Fed).

El dato de febrero se conoce en plena campaña electoral, con el poder adquisitivo como uno de los temas centrales en la pugna por la Casa Blanca.

El alza de los precios al consumo fue de 3.2% en los últimos 12 meses, frente a una medición del 3.1% en enero, según el IPC publicado el martes por el Departamento de Trabajo.

Los analistas esperaban que la inflación a 12 meses se mantuviera estable en 3.1%.

La variación al alza se explica por los aumentos en los precios de vivienda, gasolina, y pasajes de avión. En la medición mes a mes la inflación pasó de 0,3% en enero a 0,4% en febrero.

Pese a la ligera alza, hay un dato positivo en el informe, la inflación subyacente, que excluye los precios más volátiles, como alimentos y energía, se moderó en la medición mensual (a 0.4%) y en el dato a 12 meses a 3.8% en febrero frente a 3.9% en enero. El dato anual es el más bajo desde mayo de 2021.

Recordemos que la Fed subió sus tasas a un rango de entre 5.25% y 5.50% para hacer frente a la inflación. Y es que subir las tasas desestimula el acceso al crédito y con ello el consumo y la inversión, bajando así las presiones sobre los precios.

El banco central estadounidense sostendrá su próxima reunión de política monetaria los días 19 y 20 de marzo. La Fed ha señalado que espera señales de un descenso duradero de la inflación para comenzar con sus recortes.

La inflación en Estados Unidos, un asunto central de la campaña electoral, se moderó a 3.1% anual, menos de lo esperado según datos oficiales divulgados el martes.

El Índice de Precios al Consumidor (IPC) tuvo un aumento de 3.1% interanual a enero, frente al 3.4% en la medición de diciembre, informó el Departamento de Trabajo.

El dato decepcionó al mercado, que esperaban una inflación por debajo de 3% por primera vez desde marzo de 2021, cuando la economía comenzaba a salir de la crisis provocada por la pandemia de COVID-19.

Los analistas apuntaban a un aumento del IPC de 2.9%, según el consenso reunido por el sitio especializado Market Watch.

“En momentos en que el crecimiento y el empleo se mantienen fuertes, la inflación cayó dos tercios desde su pico”, dijo el presidente Joe Biden en una declaración, en la que reiteró que “aún queda trabajo por hacer para bajar los precios”.

Y es que recordemos, que la economía es una de las bases de la campaña del demócrata, en la que basa sus deseos de reelegirse.

La inflación subyacente, que excluye los precios más volátiles de alimentos y energía, y es un dato clave para los mercados, se mantuvo en 3.9% anual.

Así, el IPC se encamina hacia la meta de 2% anual, una buena noticia para la Reserva Federal (Fed). Luego de años de tasas bajas, el banco central estadounidense subió con fuerza sus tasas de interés de referencia en un intento por enfriar la economía.

Recordemos que las tasas altas encarecen el crédito y con ello desalientan el consumo y la inversión, bajando así la presión sobre los precios. Las tasas se ubican ahora en máximos en más de dos años, en niveles de 5.25% a 5.50%. La expectativa del mercado y de la propia Fed es comenzar a recortarlas este año.

Los datos de inflación mostraron que los precios aumentaron 0,3% entre diciembre y enero, por encima de la variación registrada entre noviembre y diciembre (0,2%), indicó el Departamento de Trabajo. Rubros como vivienda, cuidados personales y alimentación aumentaron de precio en la medición mes a mes, en tanto el costo de la energía bajó.

El banco central estadounidense considera prioritario otro índice de inflación, el PCE, cuyos datos se conocerán el 29 de febrero. En diciembre, el índice PCE se mantuvo estable en 2.6% en la medición interanual. Pero la inflación subyacente marcó 2.9%, su nivel más bajo en casi tres años.

La Reserva Federal, banco central estadounidense, dejó sin cambios la tasa de interés, en su nivel actual en un rango entre el 5.25% y el 5.5%, un mínimo de 22 años, aunque abrió la puerta a un cambio inminente, al eliminar de su comunicado, que está considerando futuros aumentos.

Por el contrario, precisó que se está acercando una reducción de las tasas de interés, señal de que sus directivos confían en que están llevando la inflación bajo control.

Aun así, el banco enfatizó que “no vaticina que será apropiado” reducir las tasas de interés “hasta que haya cobrado una mayor confianza de que la inflación se está moviendo de manera sostenida” hacia su meta de 2%.

Ello sugiere que es poco probable que el banco reduzca las tasas en su próximo encuentro que se tiene programado para marzo.

Los cambios en la declaración comparado con el discurso que usó en su último boletín en diciembre indican que el banco definitivamente se ha orientado hacia considerar reducciones de las tasas. Recordemos que en diciembre el banco dijo que aplicaría tres reducciones de un cuarto de punto este año. Sin embargo, los funcionarios han dicho poco sobre cuándo empezarían, aunque hace unos días enfatizaron que la institución procedería con cautela.

El cambio de posición de la Fed ocurre en momentos en que la economía ha demostrado una sorprendente solidez después de 11 aumentos de las tasas de interés, orientados a inhibir la inflación que llegó a máximos de cuatro décadas hace 18 meses.

En los últimos seis meses, los precios han aumentado a una tasa anual debajo del 2%, lo que se ajusta a la meta del banco, según la medida inflacionaria preferida de la Fed. Y el crecimiento económico sigue siendo saludable. En los últimos tres meses del año pasado, la economía creció a una tasa anual de 3.3%, informó el gobierno la semana pasada.

En una conferencia posterior, el presidente de la Fed, Jerome Powell, dijo que si la economía evoluciona “en términos generales como se espera, probablemente será apropiado comenzar a reducir la moderación de la política en algún momento de este año”.

“Creemos que nuestra tasa de política probablemente esté en su punto máximo para este ciclo de ajuste”, señaló.

El presidente de la Fed afirmó que no necesitan “datos mejores” sino “la continuación de los buenos datos que hemos estado viendo”. “Tenemos seis meses de buenos datos de inflación, la pregunta realmente es: seis meses de buenos datos de inflación ¿nos están enviando una verdadera señal de que, de hecho, estamos en un camino sostenible hacia una inflación del 2%? Esa es la pregunta y la respuesta vendrá con más datos”, insistió.

La Fed es consciente, añadió, de que “reducir los tipos demasiado pronto o demasiado podría dar lugar a una reversión del progreso” y derivaría en “una política más estricta para que la inflación vuelva al 2%”, remató.

La Reserva Federal de los Estados Unidos (Fed) anunció este miércoles una nueva pausa en los aumentos de las tasas de interés, el segundo consecutivo tras las once alzas que ha realizado desde marzo del año pasado.

“El Comité seguirá evaluando información (económica) adicional” para “determinar el alcance de un endurecimiento adicional de la política”, apuntó el banco central estadounidense, que decidió mantener las tasas en un rango entre el 5.25% y el 5.5%, su máximo nivel desde 2001.

Por el momento, el alcance de los efectos de los aumentos a las tasas “sigue siendo incierto”, añadió la Fed, que insistió que el comité “estaría preparado para ajustar la postura de la política monetaria según corresponda si surgen riesgos que puedan impedir el logro de los objetivos”, de devolver la inflación al 2%.

En ese sentido, la Fed dejó abierta la puerta a realizar otro aumento en la reunión que tiene antes de fin de año, el 12 y 13 de diciembre.

Como tras cada reunión, la Fed dijo en su comunicado que el Comité Federal de Mercado abierto (FOMC) seguirá evaluando los datos económicos que se conozcan durante las próximas semanas y los efectos que está teniendo la política monetaria sobre ellos.

Hasta junio de este año, en todas sus reuniones desde que comenzó la racha de aumento los miembros del FOMC, órgano encargado de decidir si se suben o no las tasas, decidieron subirlas. Tras la pausa de junio en julio volvieron a aumentarla y en septiembre de nuevo optaron por pausar las alzas.

Esta pausa se da en un contexto complejo para la inflación. Tras una racha de más de un año a la baja, desde el pico del 9.1% alcanzado en junio de 2022, los precios registraron un aumento de cinco décimas en agosto, hasta el 3.7%, el segundo alza consecutivo y se mantuvieron en la misma cifra en septiembre.

Sin embargo, la tasa anual de la inflación subyacente, que mide el aumento de precios sin contar ni la energía ni los alimentos, uno de los indicadores en los que más se fija la Fed para tomar sus decisiones, cayó dos décimas en septiembre y confirmó su tendencia a la baja.

Se da además cuando Estados Unidos ha registrado un inesperado repunte en el PIB al avanzar 1.2% en el tercer trimestre del año, con un ritmo anual de crecimiento del 4.9%, según los datos publicados la pasada semana por la Oficina de Estadísticas Económicas (BEA).

La Reserva Federal (Fed) de los Estados Unidos mantuvo sin cambios su tasa de interés en el rango actual del 5.25% y 5.50%.

El presidente del banco central, Jerome Powell, dijo que la política monetaria se ajustará según corresponda en función de si surgen riesgos que puedan impedir el objetivo de colocar la inflación en el 2%.

“Realmente queremos ver evidencia convincente de que hemos alcanzado el nivel apropiado (de aumentos). (…) Hemos visto avances y lo agradecemos. Pero, ya saben, necesitamos ver más avances antes de estar dispuestos a concluir las subidas”, dijo en una conferencia de prensa.

Minutos antes, el Comité Federal de Mercado abierto (FOMC, por sus siglas en inglés), el órgano de la Fed encargado de decidir si se suben o no los tipos, había anunciado que los mantiene en la tasa actual.

En todas sus reuniones desde que comenzó la racha de aumentos en marzo de 2022, los integrantes del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) han decidido subirlos, salvo en junio pasado, cuando acordaron una pausa. En julio, sin embargo, volvieron a aumentarlos.

Para 2024, la Fed espera que la tasa se ubique en 5.1% frente a 4.6% que estimaba en junio pasado.

También ajustó su previsión de crecimiento del PIB de los Estados Unidos para 2023 a 2.1% frente al 1% previsto en junio, ya que la economía avanza “a un ritmo sólido”, según un comunicado emitido al término de su reunión de política monetaria que inició ayer.

“Seguiremos tomando nuestras decisiones según la totalidad de la información entrante y sus implicaciones para las perspectivas de la actividad económica y la inflación. (…) Restaurar la estabilidad de los precios es esencial para sentar las bases para lograr el máximo empleo y precios estables a largo plazo”, recalcó Powell.

La Reserva Federal abrió la puerta a un nuevo incremento a finales de año. Las próximas reuniones de la Fed al respecto tendrán lugar el 31 de octubre y 1 de noviembre y el 12 y 13 de diciembre.

La tasa de inflación en Estados Unidos aumentó cinco décimas en agosto,para ubicarse en 3.7%, confirmó este miércoles la Oficina de Estadísticas Laborales de Estados Unidos.

Es el segundo mes consecutivo que repuntan los precios a nivel interanual, tras una racha de más de un año a la baja. En términos mensuales, los precios de consumo subieron seis décimas con respecto a julio.

La tasa anual de la inflación subyacente, que mide los precios sin contar la energía ni los alimentos, y que es uno de los indicadores en los que más se fija la Fed para tomar sus decisiones, bajó cuatro décimas y se colocó en agosto en 4.3%. Sin embargo, mensualmente la inflación subyacente subió tres décimas en agosto.

En ese sentido, analistas alertaron que el dato de la inflación será un dato clave para la próxima decisión de la Reserva Federal (Fed) de seguir subiendo las tasas de interés o poner una pausa.

En términos mensuales, la gasolina es el componente del índice que más contribuyó al aumento de precios, con un aumento del 10.6%, aunque en términos interanuales bajó al 3.3%

También contribuyó al aumento mensual el avance continuo de los precios de la vivienda, que aumentaron tres décimas, acumulando un alza interanual del 7.3%. Suman 40 meses en tendencia ascendente.

En tanto, el precio de los alimentos subió dos décimas en agosto y acumula un aumento interanual del 4.3%.

Hasta julio, la inflación estadounidense había bajado en términos interanuales durante 12 meses consecutivos desde que en junio de 2022 batiera su récord de los últimos 40 años al colocarse en 9.1%, como consecuencia de la interrupción de la cadena de suministro por la guerra de Rusia contra Ucrania y los últimos efectos de la pandemia.

Para tratar de controlar los precios, la Reserva Federal comenzó en marzo del año pasado a subir las tasas de interés y tras 11 aumentos hoy se sitúan en un rango de entre el 5.25% y el 5.5%, su máximo nivel desde 2001.

Según el presidente de la Fed, Jerome Powell, todavía tomará tiempo ver los efectos de la política monetaria del banco central, especialmente sobre la inflación, que todavía tardará meses en volver al rango objetivo que es del 2%.

Tras doce meses consecutivos de caídas, la tasa de inflación en Estados Unidos subió dos décimas en julio y se situó en 3.2%, informó la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS).

El aumento de dos décimas en términos interanuales se conoce después de que en junio el indicador se situara en 3%, su nivel más bajo desde antes de la pandemia.

La tasa anual de la inflación subyacente, que mide el aumento de precios sin contar la energía o los alimentos, y que es uno de los indicadores en los que más se fija la Fed para tomar sus decisiones de política monetaria, bajó ligeramente, una décima, y se ubicó en julio en 4.7%.

Fue este último dato el que resaltó el presidente Joe Biden, quien dijo que la inflación subyacente está en su nivel más bajo desde septiembre de 2021 y destacó que la tasa general de inflación ha caído dos tercios desde el pasado verano.

“Los datos publicados hoy muestran que nuestra economía permanece fuerte”, apuntó Biden en un comunicado en el que también destacó que el desempleo sigue bajo y los salarios del trabajador medio son más altos que antes de la pandemia.

Hasta julio, la inflación estadounidense había bajado durante 12 meses consecutivos, desde que en junio de 2022 batiera su récord de los últimos 40 años al colocarse en el 9.1%, como consecuencia de la interrupción de la cadena de suministro por la guerra de Rusia contra Ucrania y los últimos efectos de la pandemia.

Para tratar de controlar los precios, la Reserva Federal comenzó en marzo del año pasado a subir las tasad de interés, que hoy se sitúan en un rango entre el 5.25% y el 5.50%, su máximo nivel desde 2001.

En el último anuncio dela Fed, hecho hace dos semanas, su presidente Jerome Powell consideró que todavía “tomará tiempo” para ver los efectos de la política monetaria, “especialmente sobre la inflación”, que todavía tardará meses en volver al rango objetivo del 2%.

En este contexto, la BLS señaló que los precios de la energía han caído en un año el 12.5%, mientras que los alimentos subieron en ese tiempo el 4.9%.

El encarecimiento de los precios relativos a la vivienda, que subieron cuatro décimas en julio y acumulan un aumento interanual del 7.7%, fue el que más contribuyó al alza mensual de todos los precios y representó más del 90% de dicho aumento.

En términos mensuales, los precios de los alimentos subieron un 0.2% en julio, y los de la energía un 0. % y la inflación subyacente se elevó dos décimas.

La tasa de inflación en Estados Unidos cayó en junio al registrar un 3%, colocándose en su nivel más bajo desde antes de la pandemia y completando así un año de disminuciones continuas, según la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS).

La inflación estadounidense ha bajado durante 12 meses consecutivos desde que en junio de 2022 batiera su récord de los últimos 40 años al colocarse en 9.1%.

Los aumentos de las tasas de interés aprobadas desde entonces por la Reserva Federal, así como el abaratamiento de la energía, han permitido que la tasa de inflación en Estados Unidos se sitúe ahora en niveles previos a la pandemia y en su índice más bajo en dos años.

Precisamente, los precios de la energía han caído en un año el 16.7% según la BLS, mientras que los alimentos subieron en ese tiempo un 5.7%.

La tasa anual de la inflación subyacente, que mide el aumento de precios sin contar la energía o los alimentos, se colocó en 4.8%.

En términos mensuales, en junio los precios de consumo subieron dos décimas con respecto a mayo; los precios de la energía subieron seis décimas y los de los alimentos solo una décima. El aumento en subyacente fue de solo dos décimas, la menor desde agosto de 2021.

El dato de la inflación será uno de los elementos que tomará en cuenta la Reserva Federal (Fed), que en dos semanas inicia una nueva reunión de su Comité de Mercado Abierto para decidir sobre las tasas de interés.

Aunque en su reunión anterior no se subieron las tasas, el presidente de la Fed, Jerome Powell, advirtió de que en esta próxima ocasión se preveía un nuevo aumento para evitar el sobrecalentamiento de la economía.

El presidente de la Reserva Federal de los Estados Unidos (Fed), Jerome Powell, reconoció este miércoles que, tras la pausa que hubo en junio, durante los próximos meses es probable que sigan aumentando las tasas de interés.

Indicó que “casi todos” los participantes del Comité Federal de Mercado Abierto, el órgano de la Fed que decide las subidas de tipos, creen que será “apropiado aumentar las tasas de interés un poco más para fin de año”.

Powell compareció ante el Comité de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes estadounidense.

Señaló que la Fed continuará tomando sus decisiones “reunión por reunión”, basándose en “la totalidad de los datos entrantes y sus implicaciones para las perspectivas de actividad económica e inflación, así como el balance de riesgos”.

Reconoció que las “presiones inflacionarias” siguen siendo altas, además de que dijo que el proceso de lograr que la inflación vuelva a bajar al 2 % “tiene un largo camino por recorrer”.

La comparecencia se llevó a cabo una semana después de que el pasado 14 de junio la Fed decidiera dejar sin cambios las tasas de interés, que se mantienen en un rango entre el 5% y el 5.25 %, el nivel más alto desde mediados de 2007.

“Seguimos comprometidos a reducir la inflación a nuestra meta del 2 % y a mantener bien ancladas las expectativas de inflación a largo plazo. Es probable que la reducción de la inflación requiera un período de crecimiento por debajo de la tendencia y cierta relajación de las condiciones del mercado laboral”, remató Powell.

La próxima reunión de la Fed tendrá lugar el 25 y 26 de julio y antes de fin de año los miembros del comité celebrarán otras tres reuniones: septiembre, octubre y diciembre.

La Reserva Federal estadounidense (Fed) mantuvo sin cambios este miércoles sus tasas de interés de referencia, que se ubican en un rango entre el 5% y el 5.25%, lo que confirma la primera pausa de su ajuste monetario desde marzo de 2022.

Esta decisión unánime del Comité de Política Monetaria (FOMC) debe permitir “evaluar las informaciones (económicas) adicionales y sus implicancias para la política monetaria”, detalló el banco central en un comunicado.

La Fed aumentó a 1% su proyección de crecimiento de la mayor economía mundial en 2023, y rebajó ligeramente a 3.2% su pronóstico de inflación.

El FOMC adelantó que prevé nuevos aumentos de aquí a fin de año, e incluso uno de sus miembros señaló que se espera una tasa de interés de referencia entre el 6% y el 6.25% a fin de año. Esta previsión no cayó bien en Wall Street.

La inflación se moderó fuertemente en mayo en Estados Unidos a un mínimo en más de dos años, dato que se conoció ayer cuando la Fed inició su encuentro.

Los precios al consumo aumentaron 4% a 12 meses frente al 4.9% de abril, según el IPC publicado por el Departamento de Trabajo. En junio de 2022, la inflación estaba en un máximo en 40 años, en 9.1%.

La Fed llevaba diez subidas consecutivas de sus tasas de interés. El banco central busca desde hace más de un año detener la escalada de precios. Para eso dispone de una herramienta eficaz pero de efecto retardado, que es el aumento de las tasas.

Este mecanismo encarece el crédito para consumo e inversión, y baja así la presión sobre los precios en la economía. Recordemos que la Fed tiene un objetivo de inflación de 2% anual, considerado sano para la economía.

La tasa interanual de inflación en Estados Unidos volvió a bajar en abril, por décimo mes consecutivo, y se situó en el 4.9%, una décima menos que en marzo, según los datos publicados este miércoles por la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS).

La ligera baja se produce tras la caída de un punto en marzo respecto a febrero, que fue el descenso más fuerte desde que el indicador comenzó a disminuir en julio de 2022. El 4.9% actual es la cifra más baja desde mayo de 2021.

En términos mensuales, sin embargo, los precios continúan su tendencia al alza y subieron cuatro décimas.

Estos datos serán definitorios para la que la Reserva Federal (Fed) decida, en su próxima reunión, si seguir subiendo las tasas de interés o hacer una pausa, como algunos analistas han señalado.

El índice de vivienda fue el que más contribuyó al aumento mensual de los precios, con un aumento de cuatro décimas. Interanualmente, acumula un alza del 8.1% respecto a abril de 2022.

También subieron considerablemente los automóviles y camiones usados, el 4.4%, aunque acumulan una caída interanual del 6.6%, y la gasolina, el 3%, con una caída interanual del 12.2%. El total de la energía aumentó el 0.6% en abril y acumula una caída del 5.1% interanual.

El índice de alimentos se mantuvo sin cambios en abril y en términos interanuales acumula un aumento del 7.7%.

La inflación subyacente, que mide la subida de los precios de consumo menos los de los alimentos y la energía, los más volátiles, subió cuatro décimas en abril y situó su tasa interanual en el 5.6%.

Los datos de la inflación se conocen en un momento clave, en el que se analiza de cerca si los constantes aumentos en las tasas de interés llevadas a cabo por la Fed están teniendo el deseado efecto de contención de los precios.

Desde que alcanzara su pico del 9.1% en junio del 2022, la inflación ha ido bajando, como consecuencia de los aumentos que buscan enfriar la economía.

La última, el décimo aumento, tuvo lugar la pasada semana y fue de 25 puntos base, por lo que la tasa de interés se sitúa actualmente en un rango de entre el 5 y el 5.25%.

La próxima reunión del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) de la Fed tendrá lugar los próximos 15 y 16 de junio.

La tasa anual de inflación en Estados Unidos mantiene su tendencia a la baja, por noveno mes consecutivo, luego de ubicarse en 5%, en marzo, un punto por debajo de lo registrado un mes antes.

Según los datos publicados este miércoles por la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS), se trata de la caída más fuerte desde que el indicador comenzó a bajar en julio de 2022 y, según recuerda el organismo, la tasa de inflación del 5% es la más baja desde mayo de 2021.

Sin embargo, en términos mensuales, los precios de consumo subieron en marzo una décima, aunque el aumento fue menor respecto a las cuatro décimas que escalaron en febrero.

El índice de vivienda fue el que más contribuyó al aumento mensual de los precios, con una subida de seis décimas. Interanualmente, acumula un alza del 8.2% con respecto a marzo de 2022. Por el contrario, los precios de la energía bajaron mensualmente un 3.5% y, a nivel interanual, han caído el 6.4%, detalló la BLS.

Por su parte el índice de alimentos se mantuvo sin cambios en marzo, pero en términos interanuales acumula un aumento del 8.5%.

La inflación subyacente, que mide la subida de los precios de consumo menos los de los alimentos y la energía, que son los más volátiles, aumentó cuatro décimas en marzo y situó su tasa interanual en 5.6%.

Tras conocerse el reporte, el presidente Joe Biden valoró positivamente los datos y consideró que reflejan el “continuo progreso” que ha hecho su gobierno en la lucha contra la inflación. “Mi Administración sigue luchando para reducir los costes para las familias”, subrayó Biden.

Los datos de la inflación se conocen en un momento clave, en el que se analiza de cerca si las constantes subidas de tipos de interés llevadas a cabo por la Fed están teniendo el deseado efecto de contención de los precios.

Apenas el pasado 22 de marzo el regulador anunció el noveno aumento consecutivo, de 25 puntos base, ubicándose en un rango de entre el 4.75% y el 5%.

El regulador adelantó que “puede ser adecuado un cierto endurecimiento adicional” de su política monetaria para lograr su objetivo de inflación, aunque subrayó que seguirá vigilando las repercusiones que pueda tener.

La próxima reunión del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) del organismo tendrá lugar los próximos 1 y 2 de mayo.

La inflación a 12 meses se moderó en febrero en Estados Unidos para ubicarse en 5%, frente a 5.3% de enero, según el índice PCE publicado este viernes por el Departamento de Comercio norteamericano.

Este índice, el más seguido por la Reserva Federa (Fed)l, muestra que en la medición mes a mes el alza de precios también se moderó, a 0.3%, mejor que el 0.4% que esperaban los analistas.

La inflación subyacente, que excluye los precios de alimentos y energía, sigue la misma tendencia, para colocarse en 4.7% en 12 meses, también por debajo de lo esperado.

El índice PCE es el preferido por la Fed para considerar el aumento de precios, que espera llevar a 2% en un año, para lo cual ha subido repetidamente sus tasas de interés de referencia como forma de encarecer el crédito y desalentar así el consumo y la inversión.

El dato se conoce después de que la Fed diera a conocer la semana pasado su decisión de aumentar la tasa de interés en 0.25 puntos, para situarse así en un rango entre el 4.75% y el 5%.

Se trató del noveno aumento en un año que la Fed acuerda con el objetivo de combatir la inflación.

Sin embargo, analistas apuntan a que es menor que el anticipado por la propia Fed, que había hablado de acelerar el ritmo de las subidas cuando todavía no había estallado la crisis bancaria.

El Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) de la Fed, que tomó la decisión tras una reunión de dos días, aseguró que el sistema bancario de Estados Unidos es “sano y resistente”.

“Es probable que los acontecimientos recientes resulten en condiciones crediticias más estrictas para los hogares y empresas, y que pesen en la actividad económica, la contratación y la inflación. El alcance de estos efectos es incierto. El comité sigue muy atento a los riesgos de la inflación”, dijo en su comunicado la Fed.

También adelantó que puede ser adecuado un cierto endurecimiento adicional de su política monetaria para lograr su objetivo de inflación, aunque subrayó que seguirá vigilando las repercusiones que pueda tener; es decir, anticipó que los aumentos podrían seguir en los próximos meses.

La Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos dio a conocer este miércoles su decisión de aumentar la tasa de interés en 0.25 puntos, para situarse así en un rango entre el 4.75% y el 5%.

Se trata del noveno aumento en un año que la Fed acuerda con el objetivo de combatir la inflación.

Sin embargo, analistas apuntan a que es menor que el anticipado por la propia Fed, que había hablado de acelerar el ritmo de las subidas cuando todavía no había estallado la crisis bancaria.

El Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) de la Fed, que tomó la decisión tras una reunión de dos días, aseguró que el sistema bancario de Estados Unidos es “sano y resistente”.

“Es probable que los acontecimientos recientes resulten en condiciones crediticias más estrictas para los hogares y empresas, y que pesen en la actividad económica, la contratación y la inflación. El alcance de estos efectos es incierto. El comité sigue muy atento a los riesgos de la inflación”, dijo en su comunicado la Fed.

También adelantó que puede ser adecuado un cierto endurecimiento adicional de su política monetaria para lograr su objetivo de inflación, aunque subrayó que seguirá vigilando las repercusiones que pueda tener; es decir, anticipó que los aumentos podrían seguir en los próximos meses.

Luego del anuncio oficial, el presidente del banco central estadounidense, Jerome Powell, ofreció una conferencia de prensa en la que intentó tranquilizar a los depositantes, consumidores y empresas sobre la solidez del sistema bancario, tras la serie de medidas que junto a otros reguladores han tomado en las últimas dos semanas.

“Estas acciones demuestran que todos los ahorros de los depositantes en el sistema bancario están seguros”, dijo Powell.

El jefe de la Fed dijo que los funcionarios “están dispuestos a utilizar todas nuestras herramientas según sea necesario para mantenerlo seguro y sólido.”

Recordemos que para tratar de controlar la inflación, la Fed inició en marzo de 2022 los aumentos con un tímido 0.25. En mayo elevó la tasa en 50 puntos y en junio ya comenzó una racha de aumentos de 0.75 enteros, antes de bajar el ritmo a 0.50 en diciembre y reducirlos aún más, a 0.25 en febrero.

Previo a la quiebra del Silicon Valley Bank (SVB) y Signature Bank, cuya situación financiera empeoró por la política monetaria del organismo, la pregunta que se hacían los expertos era si la Fed optaría por un aumento de 0.25 o 0.50 puntos.

Incluso se había especulado con la posibilidad de que el banco central pausara los aumentos.

La inflación en Estados Unidos todavía está muy por encima de su objetivo del 2%. En febrero, la inflación se situó en 6% interanual, su tasa más baja desde septiembre de 2021, tras bajar cuatro décimas respecto a enero.

El peso se apreciaba esta mañana por tercera sesión consecutiva, mientras crece la expectativa sobre el anuncio de política monetaria que la Reserva Federal (Fed) estadounidense dará a conocer este miércoles.

La moneda cotizaba en 18.5231 por dólar, con una ganancia del 0.34% frente al precio de referencia de Reuters del martes, acumulando un retorno del 1.91% en las últimas tres jornadas.

Y es que la Reserva Federal dará a conocer hoy su decisión de política monetaria, que según analistas apunta a un nuevo aumento en la tasa de interés de un cuarto de punto.

La mayoría de los pronósticos dan por hecho el alza en la tasa, que sería el noveno aumento consecutivo que la Fed lleva a cabo ante la alta inflación que persiste en el mundo.

Sin embargo, algunas voces hablan de que el banco central estadounidense podría detener el ciclo de alzas ante las preocupaciones que hay sobre el sector bancario, luego del colapso del Silicon Valley Bank (SVB) y Signature Bank.

Sin embargo, la secretaria del Tesoro de los Estados Unidos, Janet Yellen, dijo que en general, la situación de la banca estadounidense se ha comenzado a estabilizar y, en un intento por brindar tranquilidad a los inversores, aseguró que rescates adicionales podrían estar justificados si nuevas quiebras en bancos más pequeños ponen en peligro la estabilidad financiera.

La decisión que tome este miércoles la Fed, podrá influir en nuestro país, ya que la Junta de Gobierno del Banco de México anunciará su decisión de política monetaria la próxima semana, en donde se espera que la tasa interés pueda aumentarse en un cuarto de punto.

Además, del anuncio de la Fed, la atención en México también está puesta en el dato que se conocerá mañana sobre la inflación de la primera quincena de marzo, consideradas clave para la próxima decisión de Banco de México (Banxico) que se conocerá la próxima semana.