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Dos presuntos policías estatales involucrados en el asesinato del estudiante de Ayotzinapa, Yanqui Kothan Gómez, la semana pasada se entregaron ayer ante la Fiscalía General de la República (FGR).

Lo anterior fue confirmado por el sacerdote Filiberto Velázquez Florencio, quien dirige el Centro de Derechos Humanos Minerva Bello y da acompañamiento a la madre del normalista.

El religioso informó que se efectuó la orden de aprehensión se cumplimentó a las 19:25 horas de ayer.

Los agentes Sigifredo ‘N’ y Francisco ‘N’, forman parte del Grupo de Reacción Inmediata Centauro y, de acuerdo con el secretario General de Guerrero, Ludwig Marcial Reynoso Núñez, permanecían resguardados en las instalaciones de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) de manera voluntaria.

La SSP confirmó el hecho y dijo estar comprometida y dispuesta a colaborar con los elementos de prueba que contribuyan a esclarecer los hechos.

Pese a la entrega de estos dos elementos, un tercer policía sigue prófugo.

“Por lo que respecta al tercer elemento, se continúa la búsqueda y será la autoridad ministerial federal la encargada de cumplimentar la orden de aprehensión sobre los hechos donde perdió la vida el normalista de Ayotzinapa Yanqui Khotan N”, expresó en un comunicado la SSP.

El policía prófugo, señalado como autor material del asesinato del normalista, ha sido identificado como David “N”, a quien el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) llamó a entregarse.

El agente se fugó el pasado lunes, lo que desató protestas en Chilpancingo, capital de Guerrero, contra las instalaciones de la Fiscalía General del Estado (FGE) en donde se registraron destrozos, 11 vehículos quemados y al menos 24 agentes de la Guardia Nacional y ministeriales de Guerrero lesionados.

Dos agentes de la Fiscalía General de la República (FGR) desaparecieron mientras se dirigían a Guerrero a investigar el caso de la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, confirmó este martes el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO).

“Sí existen estas personas desaparecidas, es un hombre y una mujer de la Fiscalía General que están trabajando en la búsqueda de los jóvenes de Ayotzinapa y desaparecieron y ya se está llevando a cabo la búsqueda”, expresó el mandatario en su conferencia matutina.

La última vez que fueron vistos los agentes fue el domingo en Cuernavaca, Morelos, donde la Comisión Estatal de Búsqueda de Personas difundió las fichas informativas de Suay Kassandra Domínguez y Enrique Linares.

Aunque algunos medios reportaron que los oficiales investigarían el homicidio de Yanqui Kothan Gómez, estudiante de la normal de Ayotzinapa asesinado la semana pasada en un retén de la Policía de Guerrero, López Obrador comentó que indagaban el caso de los 43 jóvenes de esa escuela que desaparecieron en septiembre de 2014.

“Esto (ocurre), debe saberse, en el marco de los trabajos que se han intensificado para buscar a los jóvenes”, manifestó el presidente.

“Espero que no sea algo relacionado con quienes no desean que se encuentren a los jóvenes y estén obstaculizando. Como saben que estamos trabajando y vamos avanzando, quieren impedir que sigamos avanzando. No lo van a lograr”, enfatizó el mandatario.

La tensión entre el López Obrador y las familias y estudiantes de Ayotzinapa ha aumentado. Protestan porque el presidente no ha cumplido su promesa de resolver el caso aunque la Comisión de la Verdad creada por él concluyó en 2022 que fue un “crimen de Estado” en el que también participó el Ejército.

Los estudiantes de Ayotzinapa derribaron el miércoles pasado una puerta del Palacio Nacional para exigir justicia a López Obrador, a quien acusan de proteger a militares involucrados.

El jueves, se reportó el asesinato de otro normalista de Ayotzinapa, que participaba en estas protestas. En un primer momento, se informó que dos estudiantes viajaban en un auto robado, armados, cuando pasaron por un retén de la policía estatal de Guerrero.

Al marcarles el alto, y no acceder, comenzaron a agredir a los oficiales por lo que los policías habían abierto fuego contra ellos, dejando sin vida a uno de los estudiantes que viajaban en la camioneta. El otro resultó herido.

Sin embargo, ahora se sabe que los jóvenes no viajaban armados y no atacaron a los policías. Incluso el presidente llegó a reconocer que hubo un abuso de autoridad por parte de los elementos de la policía. El mandatario anunció que se llevarían a cabo las investigaciones y se castigaría a los responsables, quienes dijo, estaban detenidos.

López Obrador confirmó esta mañana que el agente de la policía que presuntamente mató al estudiante de la Escuela Normal Rural Isidro Burgo de Ayotzinapa, se fugó ayer poco antes de que se concretara una orden de detención.

“Ayer el presunto responsable del asesinato del joven normalista de Ayotzinapa se fugó”, dijo el presidente López Obrador.

Según lo relatado por el mandatario, el agente se encontraba en arresto administrativo a falta de que las autoridades del estado de Guerrero lo entregaran a la Fiscalía de México, quien atrajo la investigación a petición del Gobierno federal.

“Se había dado la instrucción de que se le arraigara. Se estaba a la espera de la orden de aprensión pero le avisaron o decidió fugarse”, añadió López Obrador que ha garantizado a los familiares del estudiante fallecido que “no va a haber impunidad” con este caso. Incluso dijo que todo indicaba a que hubo actos de complicidad.

AMLO prometió que el Estado hará todo lo que esté en sus manos para resolver la situación, y advirtió que este caso sirve para evidenciar que “hay muchos intereses” cruzados y “hay quienes no quieren que se haga justicia” aunque solo sea por perjudicar al Gobierno en un año electoral.

Detalló que las autoridades han puesto en marcha un dispositivo para dar con el paradero del agente fugado, y ha hecho un llamado a la colaboración ciudadana tanto de Ayotzinapa como de todo Guerrero. “Necesitamos detenerlo”, recalcó.

A menos de dos semanas de que una jueza liberara a ocho militares acusados de la desaparición de 43 normalistas de Ayotzinapa para que siguieran su juicio en libertad, las autoridades volvieron a detenerlos.

Uno de ellos, miembro de la Secretaría de Defensa, informó que ayer por la tarde ya se habían cumplimentado las órdenes de aprehensión contra los ocho elementos por el cargo de delincuencia organizada.

Por su parte, un funcionario de la Fiscalía General de la República confirmó las detenciones, pero no los cargos. Ambos hablaron a condición de anonimato por no estar autorizados a comentar el tema públicamente.

La decisión de la jueza, con la que revocó la prisión preventiva a los militares por medio del pago de una fianza, la prohibición de salir del país y su presentación quincenal ante los juzgados, fue duramente criticada, no sólo por los abogados de las víctimas.

El gobierno y la fiscalía sorprendieron entonces con una fuerte condena al fallo de la magistrada, y la fiscalía anunció que lo impugnaría y que interpondría acciones jurídicas por conceder “ventajas indebidas a quienes no lo merecen”.

El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) lo interpretó como un nuevo ejemplo de jueces que benefician a criminales, declaración que no sorprendió porque sus críticas al Poder Judicial son continuas.

La nueva detención suscita más preguntas que respuestas sobre cómo se investiga este caso, que aunque este Gobierno se ha referido a él como “un crimen de Estado”, ha tenido muchas irregularidades desde que comenzó.

No deja de sorprender que los ocho militares detenidos de nuevo forman parte del grupo cuya detención se pidió en 2022, luego se retiró, en teoría por carecer de elementos, pero posteriormente volvió a pedirse por el delito de desaparición forzada ante la presión de los abogados de los padres de los estudiantes.

La participación de las fuerzas armadas en el caso está confirmada por la Fiscalía General de la República, así como por la Comisión de la Verdad creada al principio de este Gobierno y por los expertos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que investigaron el caso ocho años.

Expertos y los abogados de las víctimas aseguran que existen muchas evidencias de que la participación de los militares fue mucho mayor a la reconocida por las autoridades, ya que la Secretaría de la Defensa sigue ocultando unos 800 documentos de inteligencia que podrían contener datos clave para esclarecer los hechos.

Luis Donaldo Colosio Riojas, alcalde de Monterrey, pidió al presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) un indulto para Mario Aburto, asesino confeso de su padre Luis Donaldo Colosio Murrieta, asesinado en 1994 en plena campaña presidencial.

“Apelando a la compasión del presidente, yo diría que mejor indulte a Mario Aburto (…), que ponga un carpetazo final a este asunto, que permita que tanto mi familia como México sanemos”, dijo el también aspirante al Senado.

La solicitud llega tres semanas después de que un juez desechara pruebas presentadas por la Fiscalía General de la República (FGR) contra un supuesto “segundo” implicado en el crimen.

La dependencia dijo que hace 20 días el juez quinto de distrito de procesos penales federales, Jesús Alberto Chávez Hernández, “actuó con evidente parcialidad, quebrantando los principios obligatorios de valoración y análisis del gran acervo de pruebas presentada por la FGR”.

La Fiscalía dijo que esas pruebas “implican a Jorge Antonio ‘S'”, agente del entonces Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) asignado a cubrir al candidato presidencial, y quien fue liberado en aquellos momentos, en un evidente encubrimiento delictivo en el que estuvo vinculado directamente Genaro García Luna, quien entonces era subdirector operativo en el Cisen y fue quien se presume lo rescató en Tijuana.

Además, la FGR señaló que se encuentra “debidamente probado” que el Cisen, en aquel entonces de la Secretaría de Gobernación “mandó al acusado para que estuviera en el lugar de los hechos, para después encubrirlo y sacarlo de Tijuana de manera urgente y subrepticia”.

“Todas las pruebas aportadas por la FGR, y en especial las de análisis de sangre, demuestran que en la ropa de dicho acusado se encontró el tipo de sangre de la víctima”, aseguró la FGR en un comunicado, en el que anunció que apelará la decisión del juez.

Aburto, de 53 años, es hasta el momento la única persona encarcelada por el magnicidio que sacudió al país durante el gobierno de Carlos Salinas de Gortari. Según las investigaciones, el hombre admitió ser el asesino de Colosio y haber actuado por cuenta propia. Fue condenado a 45 años de prisión.

Colosio Riojas pidió “dejar esto ya en manos de otra justicia, porque la justicia mexicana quedó a deber en su momento y hoy lo que queremos es vuelta a la página y construir algo nuevo”.

En octubre pasado, un tribunal otorgó a Aburto un amparo que invalidaba su sentencia, argumentando que debió haber sido procesado con base en el Código Penal de Baja California y no con el federal.

Al respecto, Colosio Riojas dijo que la FGR no ha contactado a su familia y expresó su rechazo a que el tema sea “manoseado” en tiempos electorales. “Es meter ruido innecesariamente. ¿Por qué hasta ahora? ¿Por qué siempre en época electoral?”, cuestionó el político.

Esta mañana, en su conferencia de prensa, el presidente respondió al alcalde y le dijo que “no puedo hacerlo”.

“Sé que él ya no quiere, ni sus familiares, saber nada de esto que fue terrible, pero se trata, repito de un asunto de Estado y que yo quiero que en lo que a mí corresponde, no se deje de investigar (…) Yo no voy a dar un carpetazo a un asunto así”, dijo el mandatario.

El Gobierno federal aseguró que el Poder Judicial se ha dedicado a obstaculizar el caso de lo 43 normalistas de Ayotzinapa, desaparecidos en septiembre de 2014.

“No nos extraña la posición del Poder Judicial de la Federación (PJF) en el caso Ayotzinapa. Dentro de sus prioridades nunca ha estado hacer justicia, ni encontrar la verdad. Por el contrario, se ha dedicado a obstaculizar y entorpecer el desarrollo del proceso”, dijo en un comunicado el Gobierno federal.

La reacción emitida por la Secretaría de Gobernación llega luego de que el pasado viernes se diera la liberación de ocho militares relacionados con la desaparición de los 43 estudiantes, tras lo cual el presidente López Obrador se reunió con el fiscal especial para el caso Rosendo Gómez.

La decisión de una jueza permitió a los militares seguir su proceso en libertad condicional, al pagar 50,000 pesos cada uno.

En tanto, la Fiscalía General de la República (FGR) dijo el domingo pasado que iniciará un procedimiento legal en contra de la jueza Raquel Duarte que fue quien dio la libertad a los militares.

En el comunicado, el Gobierno dijo que “una vez más el Poder Judicial se vale de pretextos procedimentales para dejar de lado la justicia” y dijo que previamente había liberado a 62 implicados en los hechos, al argumentar que “habían sido torturados, pero no han actuado en contra de torturadores, como es el caso de Tomás Zerón, actualmente prófugo en Israel”.

Dijo que también intentaron dejar en libertad al extitular de la Procuraduría General de la República, Jesús Murillo Karam, a través del cambio de sus medidas cautelares.

“Ahora, sin ningún fundamento legal, ellos mismos ordenan poner en libertad a ocho militares señalados de haber participado en el caso Ayotzinapa con la deliberada intención de favorecer la hipótesis de que el Gobierno de México protege al Ejército (…) todo ello, por razones estrictamente políticas”.

Además dijo que con este tipo de decisiones, el Poder Judicial “mina los cimientos de la verdadera procuración de justicia”.

Finalmente, reiteraron que el caso Ayotzinapa “es un asunto de Estado” y por ello se pedirá a la FGR “solicite la revisión de las medidas cautelares tomando en cuenta los factores de riesgo y los elementos probatorios que llevaron a la misma jueza a otorgar la prisión preventiva justificada desde el 15 de agosto de 2023, pero que el mismo tribunal colegiado ignoró y dejó sin efectos.

Se “va a solicitar a la FGR que, de ser procedente, se otorguen nuevas órdenes de aprehensión y se agoten todas las líneas de investigación”, indicó el Gobierno federal.

Según la desacreditada versión del Gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, conocida como ‘verdad histórica’, los 43 estudiantes de Ayotzinapa fueron detenidos en septiembre de 2014 por policías corruptos vinculados con el crimen organizado que los asesinaron e incineraron en un basurero.

En 2018, López Obrador reabrió las investigaciones, se ordenó la captura de militares vinculados al caso y ahora ha admitido la participación del Estado mexicano.

Sin embargo, las familias de los desaparecidos siguen apuntando hacia una falta de voluntad del Gobierno, en tanto que, las presiones del Ejército han impedido nuevos avances y han derivado en la renuncia del exfiscal especial del caso Omar Gómez Trejo y en la salida de los expertos de la CIDH del país.

Una jueza federal revocó la prisión preventiva impuesta a ocho militares acusados de la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, permitiéndoles que sigan su juicio en libertad con el pago de una fianza, la prohibición de salir del país y su presentación quincenal ante los juzgados.

Santiago Aguirre, abogado de los padres de los desaparecidos, explicó que los beneficiados por el cambio de medida cautelar están acusados por el delito de desaparición forzada de personas, lo que supone un nuevo golpe al caso que después de nueve años sigue sin esclarecerse.

“Es la confirmación de que el caso se está cayendo por la intervención de Sedena”, agregó Aguirre. “En la defensa de estos acusados participan abogados militares”.

Con esta medida sólo quedarán en prisión cinco militares, entre ellos un general, que son los únicos cuya presunta responsabilidad habría reconocido el Ejército, agregó Aguirre. Tres de ellos también están acusados de delincuencia organizada. Presuntamente colaboraban con un cártel local que traficaba droga hacia Estados Unidos.

A nueve años del ataque del 26 de septiembre de 2014 en Iguala, Guerrero, no está claro ni el móvil del crimen ni el destino de los estudiantes, aunque se encontraron restos calcinados de tres de ellos y se presume que todos fueron asesinados por miembros de un cártel que traficaba heroína y que actuó coludido con fuerzas de seguridad y autoridades locales, estatales y federales, militares incluidos.

La participación de las Fuerzas Armadas está confirmada por la Fiscalía General de la República (FGR), así como por la Comisión de la Verdad creada al principio de este gobierno y por los expertos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que investigaron el caso ocho años.

El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), que ha dado cada vez más poder a los militares, insiste en que los involucrados son sólo de un puñado de elementos aunque durante su gobierno se calificó el ataque como un “crimen de Estado”.

Los expertos internacionales y los abogados de las víctimas aseguran que existen muchas evidencias de que la participación de las Fuerzas Armadas fue mucho mayor, no sólo en el ataque sino en la posterior obstrucción a la justicia.

El problema, denunciaron, es que la Secretaría de la Defensa sigue ocultando unos 800 documentos de inteligencia que podrían contener datos clave para el esclarecimiento de los hechos.

La excarcelación de los ochos militares llega poco más de una semana después que las familias de los 43 amenazaran el jueves con romper el diálogo con el gobierno si no les entregaban los documentos militares que faltan, que llevan exigiendo un año y que provocó que los expertos de la CIDH dejaran el país en julio por este motivo.

Hasta ahora el procesado de mayor rango es el exprocurador general Jesús Murillo Karam, acusado por obstrucción a la justicia, tortura y desaparición forzada y en prisión preventiva.

En noviembre, un juez federal le concedió el cambio de medida cautelar a prisión domiciliaria por cuestiones de salud pero sigue encarcelado porque tal decisión solo afectaba a uno de los varios casos que hay en su contra.

López Obrador se comprometió a esclarecer el caso antes del fin de su mandato, el próximo 1 de octubre, pero los padres de los desaparecidos confían cada vez menos en él.

En respuesta, la FGR anunció que impugnará la decisión de la jueza federal Raquel Ivette Duarte Cedillo que ordenó revocar la orden de prisión preventiva emitida contra los ocho militares al considerar que ya no existe riesgo de fuga para ninguno de los imputados.

Tras conocer la decisión, el organismo ha mostrado su rechazo “tajante” a la estipulación de la jueza y de los magistrados del tribunal: Horacio Armando Hernández Orozco, Juan José Olvera López y Francisco Sarabia Ascencio, de “desconocer las resoluciones” de los jueces que determinaron prisión preventiva y conceder “ventajas indebidas a quienes no lo merecen” a través de una “secuela procesal absolutamente cuestionable para los derechos y la protección de las víctimas”.

El Ministerio Público ha subrayado que estos procedimientos de amparo generan una “evidente situación de injusticia” que afecta a los desaparecidos, sus familias, su seguridad “y a la nación misma, dada la brutalidad de los abusos cometidos y del peligro de una libertad procesal para quienes cometieron el delito de desaparición forzada de personas”.

Asimismo, ha denunciado que “esta conducta procesal notoriamente injusta, que se repite constantemente en asuntos de trascendencia nacional o de importancia política, se utiliza por algunos medios (de comunicación) de manera parcial y engañosa”: “Esta distorsión mediática se ha venido repitiendo de manera constante y progresiva durante los últimos años”, indicó en un comunicado.

La Fiscalía denunció que este tipo de casos “vinculan con toda claridad despachos de abogados, relaciones
personales o familiares, autoridades judiciales de la más alta jerarquía y a extorsionadores mediáticos que han sido exhibidos públicamente y que se dedican a distorsionar la justicia, traficar influencias y a descalificar las tareas del Estado y de sus instituciones, todo ello por razones aviesas y de voracidad patrimonial”.

Un presunto socio del exsecretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, fue arrestado en Madrid por las autoridades españolas y enfrentará un proceso para su extradición a México, anunció ayer la Fiscalía General de la República (FGR).

Aunque la FGR no identificó al detenido más que con su nombre de pila, fuentes internas señalaron que se trataba del empresario Jonathan Weinberg Pinto.

Weinberg fue aprendido el domingo en la capital española por la Policía Nacional de España, precisa el comunicado.

La FGR dijo que el detenido es señalado como uno de los “principales cómplices” de García Luna, quien está preso en Estados Unidos desde el 2019. Weinberg, que estaba prófugo de la justicia, enfrenta cargos en México por delincuencia organizada, operaciones con recursos de procedencia ilícita y peculado.

El detenido será sometido a un procedimiento de extradición ante las autoridades españolas, informó la Fiscalía General.

El arresto del presunto socio de García Luna se da dos semanas después de la detención de Gloria García Luna, hermana del exsecretario, y de su sobrino Edgar Rodríguez García.

Recordemos que hace siete meses, un juez dictó 61 órdenes de detención contra personas vinculadas a García Luna que incluyen a su esposa, cuatro hermanos y socios, como parte de una amplia investigación que sigue la FGR contra el exsecretario y su entorno por supuestos contratos ilegales y abusos de equipamiento de cárceles públicas federales que habrían implicado un daño estimado en unos 300 millones de dólares.

El exfuncionario, que en febrero pasado fue declarado culpable en Estados Unidos de aceptar sobornos para proteger a cárteles del narcotráfico, tiene además otros tres procesos legales pendientes en México por enriquecimiento ilícito, el supuesto ingreso ilegal de armas a territorio mexicano, y por unos contratos que se otorgaron a empresas privadas para la construcción de penales.

García Luna fue secretario de Seguridad Pública del 2006 a 2012 durante el gobierno del entonces presidente Felipe Calderón. Según la Fiscalía, el exfuncionario tuvo un enriquecimiento ilícito por 43 millones de pesos.

René Gavira Segreste, encargado de finanzas para Seguridad Alimentaria Mexicana (Segalmex), quien se encontraba acusado por un desfalco de cerca de 35 millones de dólares a programas alimentarios, se entregó ayer a las autoridades, informó la Fiscalía General de la República (FGR).

La Fiscalía explicó en un comunicado que Gavira Segreste tenía seis órdenes de aprehensión en su contra, todas relacionadas con el desfalco al presuntamente autorizar ilegalmente la compra de certificados bursátiles de alto riesgo con dinero público.

El ex funcionario se presentó ante la Fiscalía Especializada en materia de Delincuencia Organizada (FEMDO) en compañía de sus abogados, donde fue detenido.

La fiscalía lo acusa de “uso ilícito de atribuciones y facultades” en Diconsa, cadena que distribuye alimentos básicos a precios accesibles para la población marginada y Liconsa, que distribuye leche.

La organización Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI), quien ha revelado parte de dicha trama, consideró el caso como el “mayor desfalco al presupuesto” durante el sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), por el que ya hay varios detenidos.

Sin embargo, decenas de personas continúan prófugas. Gavira era una de las personas con más órdenes de captura en su contra.

Según la investigación de la organización, hubo varios desvíos en las compras de alimentos básicos para la población más necesitada por un valor superior a los 700 millones de dólares. El gobierno habla de irregularidades por casi 500 millones.

El propio presidente ha reconocido que se trata del “caso de corrupción más escandaloso” de su gobierno.

La Fiscalía General de la República (FGR) informó que entregó en extradición al Gobierno de Estados Unidos a un integrante de una organización delictiva dedicada al narcotráfico y vinculada al Cártel de Sinaloa.

En un comunicado, la FGR indicó que el sujeto fue entregado para procesarlo por su probable responsabilidad por los delitos de asociación delictuosa y contra la salud.

La FGR señaló que, en cumplimiento al Tratado de Extradición firmado entre México y Estados Unidos, entregó en extradición al sujeto que fue requerido por la Corte Federal de Distrito para el Distrito Oeste de Texas.

En el reporte, se apuntó el nombre de Jesús “S”, quien fue identificado por medios como Jesús Alfredo Salazar Ramírez, alias ‘El Muñeco’, identificado como uno de los lugartenientes más importantes de una organización delictiva, dedicada a la transportación y distribución de cocaína, y marihuana en diversas ciudades de Estados Unidos.

‘El Muñeco’ fue detenido en noviembre de 2012. También es identificado como el presunto autor de numerosas ejecuciones llevadas a cabo en las regiones de Sonora, Chihuahua, Sinaloa y la Ciudad de México.

En agosto pasado, el Gobierno federal entregó a Adán Salazar, padre de Jesús, a las autoridades de Estados Unidos. Ambos eran líderes del grupo delictivo ‘Los Salazar’, vinculado al Cártel de Sinaloa.

El Gobierno concedió la extradición del reclamado al de Estados Unidos, luego de diversas gestiones realizadas por parte de la FGR, indicó la institución.

La Fiscalía indicó que la entrega del individuo se llevó a cabo en el Aeropuerto Internacional de Ciudad de México (AICM) a los agentes estadounidenses designados para su traslado a ese país.

Y es que recordemos que el acuerdo de extradición entre ambos países fue firmado en 1978, aunque las primeras extradiciones no comenzaron sino hasta 1995.

El Gobierno federal condenó la decisión de un juez, sobre otorgar prisión domiciliaria por motivos de salud al exprocurador de la hoy extinta Procuraduría General de la República (PGR), Jesús Murillo Karam, el funcionario de más alto rango implicado en el caso de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa.

En un pronunciamiento público, la Comisión para la Verdad y Acceso a la Justicia en el Caso Ayotzinapa (Covaj) criticó que el cambio de medida sucediera durante la guardia del juez titular del Reclusorio Norte, en un día inhábil y que se usara como distractor la festividad del Día de Muertos.

Después de una audiencia de más de 7 horas, un juez con sede en el Reclusorio Norte decidió conceder prisión domiciliaria con brazalete electrónico a Murillo Karam, acusado de tortura, desaparición forzada y contra la administración de justicia por el caso Ayotzinapa.

Esto, al considerar que su edad avanzada y sus problemas de salud ya no acreditan riesgo de fuga, tras meses de traslados frecuentes por complicaciones médicas a diversos centros hospitalarios.

Sin embargo, el exprocurador cuenta con un segundo proceso relacionado también con delitos de tortura y desaparición forzada, por lo que aún no podrá salir de prisión y volver a su domicilio, el cual fue ubicado en una de las zonas más exclusivas de la Ciudad de México, Lomas de Chapultepec.

Ante esto, Murillo Karam se mantendrá al interior de la Torre Médica del Penal de Tepepan, donde se encuentra desde el pasado 30 de junio, en tanto no consiga una segunda resolución en los mismos términos.

“Estaremos atentos a que se respete la legalidad del debido proceso y, principalmente, el derecho a la verdad y la justicia de los familiares de los estudiantes desaparecidos”, indicó la Covaj.

Lamentó que se aprovecharan los cambios de turnos y guardias para evadir la determinación del juez que conoce la causa y, añadió, “sorprende aún más que se haya fijado la audiencia en un plazo de tres horas”.

Lo que calificó de “una rapidez inusitada, ya que en ocasiones la judicialización de una carpeta se ha logrado después de 10 meses de ser solicitada, siendo que el plazo legal es de 15 días”.

“Esta condenable decisión manda un mensaje que podría avanzar hacia la impunidad”, advirtió la Covaj y criticó que el juez tampoco prestó atención al análisis de riesgo procesal que presentó el Centro Nacional de Planeación, Análisis e Información para el Combate a la Delincuencia (Cenapi) de la FGR en el que se concluye que el riesgo de sustracción es alto.

Asimismo, anticipó la impugnación al cambio de media cautelar por parte de la Unidad Especial de investigación y Litigación para el caso Ayotzinapa, perteneciente a la FGR, así como que solicitará se levante una queja ante el Consejo de la Judicatura Federal (CJF) por el actuar del juez.

Esto, al considerar que quebrantó “el principio de legalidad e imparcialidad que exige que toda determinación se ajuste a las disposiciones legales vigentes”.

Al respecto, esta mañana el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) aseguró que hubo irregularidades en el cambio de medida concedida.

Dijo que “fue muy raro” cómo se resolvió todo, pues “se suponía” que estaban cerrados los juzgados por la fecha, además de que señaló que el juez que tomó la decisión no era el titular.

Añadió que se trató de “un clásico sabadazo”, pues tiene información de “que citaron con muy poca anticipación, algo que calificó de irregular, aunque la Fiscalía asistió.

Finalmente, denunció que el juez sí actuó por consigna, porque se llegó a hablar “mal de mi”, por lo anunció, pidió formalmente la grabación de la audiencia.

 

Debido a su delicado estado de salud y a su edad avanzada, un juez modificó la medida cautelar del exprocurador General de la República,  Jesús Murillo Karam, para que pueda seguir en prisión domiciliaria el proceso que enfrenta por los presuntos delitos de desaparición forzada, tortura y contra la administración de la justicia relacionados al caso Ayotzinapa.

En la audiencia celebrada ayer en el Centro de Justicia Penal Federal del reclusorio Norte, el juez de control José Rivas González determinó conceder la nueva medida cautelar, ordenando la colocación de un brazalete electrónico y señalando un domicilio de las Lomas de Chapultepec como el lugar para cumplir la medida.

Y es que el equipo legal de Murillo Karam ha reiterado en múltiples ocasiones que el estado de salud de su cliente es delicado, ya que presenta diversos padecimientos, tales como enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), hipertensión arterial sistémica e insuficiencia vascular cerebral.

Como argumento, la defensa ha señalado los traslados que su cliente ha tenido a diversos centros hospitalarios, los que asegura, muestran que permanecer en prisión preventiva es una medida grave y peligrosa.

Sin embargo, Murillo Karam no podrá abandonar la Torre Médica de Tepepan, donde se encuentra actualmente, debido a que tiene otro proceso pendiente, el cual también implica prisión preventiva. Recordemos que la medida precisa que se cumplirá en el reclusorio Norte; sin embargo, dada su condición de salud, fue trasladado a Tepepan donde recibe los cuidados necesarios.

El otro caso, que de momento lo mantendrá en prisión,  es por su presunta responsabilidad en la tortura de Felipe Rodríguez Salgado, alias “El Cepillo”, señalado por la entonces PGR como miembro de de Guerreros Unidos, a quien se señaló por la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa.

Sujetos armados asesinaron este martes al delegado de la Fiscalía General de la República (FGR) en GuerrerO, Fernando García Fernández, en un nuevo hecho que refleja la ola de violencia del crimen organizado en ese estado.

De acuerdo con información policial, el ataque contra el delegado ocurrió después de las 8:30 horas en la calle principal de la colonia Cipatli, cerca de la autopista Del Sol.

García Fernández recibió los disparos mientras circulaba en una camioneta que quedó impactada sobre un portón.

El cuerpo del funcionario federal quedó sobre la calle, a unos metros de la camioneta, a donde los servicios de emergencia arribaron para darle los primeros auxilios; sin embargo, solo confirmaron que no tenía signos vitales.

Fernando García Fernández llegó a la delegación de la FGR en 2018, cuando el gobernador era Héctor Astudillo Flores.

El asesinato del delegado de la FGR se suma a una serie de ataques registrados en Guerrero en los útimos días contra mandos y agentes de dependencias y órganos de seguridad y procuración de justicia, con un total de 16 muertes de este tipo en los últimos siete meses.

Autoridades confirmaron que la Fiscalía estatal inició una carpeta de investigación,

“Las instituciones que integran la mesa de la coordinación para la construcción de la paz condenamos enérgicamente el artero y cobarde homicidio (…) las instancias correspondientes realizarán los trabajos para esclarecer los hechos y llevar a la justicia, con todo el peso de la ley” a los probables responsables del delito.

Apenas el pasado 10 de septiembre murió asesinado el fiscal regional en Tierra Caliente de la Fiscalía General del Estado (FGE), Víctor Manuel Salas Cuadras, quien, de acuerdo con el Gobierno federal, perdió la vida derivado de un ataque en respuesta a sus acciones contra el grupo delictivo La Familia Michoacana.

Antes, el 6 de septiembre, un grupo armado mató a tres policías municipales de Juan R. Escudero y al secretario de Seguridad de ese municipio, Juan Carlos Vitrago.

Guerrero ocupa el séptimo lugar nacional en número de homicidios, con 800 asesinatos en la primera mitad de 2023, según la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC).

La senadora Xóchitl Gálvez, quien se perfila para convertirse en la candidata de la oposición a la elección presidencial de 2024, acudió este lunes a la Fiscalía General de la República (FGR) ante las acusación vertidas en su contra por el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), en relación con los contratos que sus empresas han firmado con el gobierno federal y gobiernos locales.

“Voy a traer un escrito a la Fiscalía General y a la Fiscalía Anticorrupción para poder saber de qué se me acusa. Quien nada debe, nada teme. Soy una empresaria desde hace 31 años, todos mis contratos están en orden, tengo mis declaraciones fiscales anuales”, dijo la aspirante a la presidencia por la coalición opositora Va por México.

Y es que recordemos que a inicios de julio, López Obrador publicó los contratos que las compañías de Gálvez, Operación y Mantenimiento a Edificios Inteligentes (OMEI) y High Tec Services, habrían firmado con el Ejecutivo desde 2015, acusándola de recibir alrededor de 1,400 millones de pesos.

Aunque el mandatario nunca detalló las supuestas irregularidades que presentan las cuentas, instó a que se investigaran y se interpusiera una denuncia contra Xóchitl Gálvez.

En respuesta, la senadora se dijo dispuesta a que la FGR revise “hasta el último peso” de sus cuentas. “Voy a presentar mis escritos, para que lo que se les ofrezca, lo que necesiten, lo que quieran saber de mis cuentas, lo que quieran saber de mi patrimonio, encantada les informo”, expuso.

La declaración íntegra de su patrimonio, señaló, está en posesión del Senado, aunque no está publicada en su totalidad para proteger sus datos personales.

Sin embargo dijo que “yo no tengo ningún problema en que se sepa todo lo que tengo, lo poco que tengo, porque tampoco tengo mucho”, manifestó.

“Tengo las manos limpias, nunca he tomado un peso ajeno y ser empresario no es un delito”, agregó Gálvez, en un mensaje directo al presidente.

Además, aseguró que tiene sospechas de estar siendo espiada por el Gobierno y el Ejército desde que en 2010 se presentó a la gobernatura de su estado natal, Hidalgo, aunque no mostró pruebas y rechazó presentar una denuncia al respecto.

“Uno se da cuenta en el celular, yo soy tecnóloga (…). Y el que tiene la capacidad para espiar es el Gobierno. Se nota cuando se conectan, no sé si de aquí (la FGR) o el Ejército, más bien el Ejército, que es el que se quedó con los aparatos”, especuló la opositora.

En sus redes sociales, la aspirante presidencial dijo que tener una empresa que desde hace más de 30 años da empleo a cientos de familias no es un delito. “¡Que le busquen! Nada ilegal encontrarán. El que nada debe, nada teme. ¡No hay nada que ocultar!”, remató.

El Gobierno aumentó a 30 millones de dólares el pago que exige al exdirector de Pemex, Emilio Lozoya, para que salga de prisión, incremento que el exfuncionario calificó de intento de extorsión.

Lozoya, arrestado en España a comienzos de 2020 y extraditado a México a mediados de ese mismo año, tiene dos casos abiertos ante la Justicia, uno por la compra a sobreprecio de la planta de Agronitrogenados al empresario Alonso Ancira, dueño de Altos Hornos de México (Ahmsa), a cambio de sobornos.

Y el segundo por haber recibido presuntamente 10.5 millones de dólares en sobornos de la brasileña Odebrecht durante la campaña y el posterior gobierno del expresidente Enrique Peña Nieto.

El aumento del pago provocó la inconformidad de la defensa, que acusó que el nuevo monto “raya en la extorsión”, aplazando de nueva cuenta el juicio por su presunta participación en la compra a sobreprecio de la planta fertilizantes Agronitrogenados.

“Nosotros hemos dicho, primero, que no queremos juicio, que queremos acuerdo, pero un acuerdo legal, proporcional, basado en derechos humanos”, señaló su abogado Miguel Ontiveros al salir de la audiencia en el Reclusorio Norte.

Por su parte, el juez de control, Genaro Alarcón, detuvo la audiencia luego de casi cinco horas y aplazó su continuación hasta el próximo 31 de agosto al mediodía.

En el juicio, la defensa de Lozoya también pidió que se justificara el nuevo monto pues insistió que el incremento de 200% era “pedir más de lo justo y lo correcto”.

“Acepté pagar el 100% de lo que ustedes fabricaron como supuesto daño. ¿Por qué la exageración? ¿Por qué la cuasiextorsión? Estoy sentado aquí por una farsa. Parece que la política le gana a la justicia”, comentó Lozoya en su audiencia.

Añadió que la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) y Pemex pidieron, en enero del año pasado, “una cifra, ahora lo que piden es 200% más. Me parece que es inmoral e ilegal”, sostuvo el exdirector de Pemex.

En 2022, tanto la UIF como Pemex habían acordado una segunda suma de 10.7 millones de dólares como reparación del daño, luego de que el propio presidente Andrés Manuel López Obrador rechazara la primera cantidad de 3.4 millones de dólares ofertados como reparación del daño por los casos de corrupción en su contra.

Aunque el propio juez Alarcón cuestionó el aumento en el monto, los representantes de Pemex y la UIF alegaron que no se llegó a un acuerdo en meses pasados y que recibieron nuevas instrucciones de instancias superiores.

Además, mencionaron que se sentirían coaccionados si se les obligaba a fundamentar los motivos del alza en el monto reparatorio en el momento.

Es por ello que el juez concluyó que Lozoya está en su derecho de buscar la oportunidad para concretar un acuerdo, mientras que dijo no comprender por qué la FGR no participó en los diálogos.

Además, se le negó a Lozoya anular el delito de lavado de dinero que se le imputó por el caso Agronitrogenados, como solicitó su defensa.

En enero, López Obrador se mostró abierto a la reparación del daño para que Lozoya lleve su proceso en libertad, pero estimó que la compra de Agronitrogenados costó 200 millones de dólares al erario, de los que Ancira ya ha devuelto 100 millones.

Autoridades detuvieron a Gualberto Ramírez Gutiérrez, extitular de la Unidad Antisecuestros de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (Seido), involucrado en el caso de la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa.

Alejandro Encinas, subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración, informó este lunes sobre la detención del exfuncionario.

“La madrugada del 25 de junio, la Fiscalía General de la República detuvo a Gualberto Ramírez Gutiérrez, extitular de la Unidad Antisecuestros de la SEIDO, durante la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa”, dijo Encinas.

Además, recordó que Ramírez Gutiérrez está acusado de desaparición forzada de personas, tortura y coalición de servidores públicos.

El exfuncionario cuenta con dos órdenes de aprehensión y una de reaprehensión, pero hasta ahora la FGR no ha revelado los cargos por los que fue detenido.

En julio de 2019, Ramírez Gutiérrez renunció a la Unidad Especializada en Investigación de Delitos en materia de Secuestro de la SEIDO.

Como encargado de esta unidad, participó en la investigación de la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa en septiembre de 2014, así como en diversas averiguaciones sobre delincuencia organizada.

Recordemos que la investigación oficial del gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, en la que participó el funcionario, apuntó como “verdad histórica” que los estudiantes fueron detenidos por policías del municipio de Iguala y los entregaron a criminales que los asesinaron y quemaron en un vertedero de basura.

Sin embargo, el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) creado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) revisó el caso y echó abajo la versión oficial, además de denunciar el uso de tortura en las investigaciones de este caso.

La semana pasada, 8 militares adscritos al 27 Batallón de Infantería de Iguala fueron detenidos por su posible implicación en la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa.

Estas detenciones se suman a las del general José Rodríguez Pérez, el capitán José Martínez Crespo, el subteniente Fabián Alejandro Pirota Ochoa y el sargento Eduardo Mota Esquivel, quienes desde septiembre pasado se encuentran en una cárcel militar acusados del mismo delito.

La Fiscalía General de la República (FGR) informó que separó de su cargo a dos de sus fiscales, esto en cumplimiento de una sentencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) que los señaló como culpables de desacatar una orden judicial.

La SCJN ordenó proceder contra los dos servidores públicos luego de que se comprobó que “no hicieron nada y al contrario, procuraron obstaculizar una sentencia de amparo” que ordenaba cotejar el número de joyas aseguradas por la FGR en un investigación, con las facturas y autorizaciones de importación que presentó su presunto dueño.

Los imputados desacataron una orden judicial para verificar el origen lícito de unos diamantes valuados en 235 millones de pesos, propiedad atribuida a un presunto contrabandista.

En ese sentido, la FGR informó que acatará el fallo de la Suprema Corte y anunció que separó de su cargo al Agente del Ministerio Público de la Federación, Víctor Manuel “M”, y a su superior jerárquico inmediato Celia “A”.

Esto, “por haber incumplido, en tiempo y forma, con lo ordenado por un Juez Federal de Amparo, iniciando asimismo la carpeta correspondiente para su consignación (judicialización)”.

Recordó que este asunto comenzó mediante una averiguación previa por contrabando en 2014, por la entonces Procuraduría General de la República (PGR), en Cancún, Quintana Roo, y los bienes correspondientes “fueron decretados por abandono a favor del Estado y entregados a las instancias federales competentes”.

Se detalló que el incumplimiento “consistió en no haber realizado, en tiempo y forma, por parte del Ministerio Público y de su superior inmediato, todas las diligencias que el Juez les ordenó”, y cuando le hicieron llegar a la autoridad judicial la información respectiva, “los plazos ya habían sido incumplidos”.

La dependencia señaló que por lo que toca al incidente de “inejecución”, la institución “cumplirá cabalmente con los plazos y diligencias ordenadas que sean necesarias, a través de los Agentes del Ministerio Público que se encargarán de este caso”.