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Cerca de 2 mil migrantes salieron este lunes de la frontera sur en una caravana denominada “Viacrucis Migrante 2024” que busca llegar al centro del país, donde esperan continuar sus trámites ante las autoridades y, algunos contingentes, seguir su camino hacia Estados Unidos.

Con la movilización, que partió al amanecer desde Tapachula, Chiapas, los migrantes buscan mostrar el dolor humano y las dificultades que padecen en su travesía por México como los robos, las violaciones, las extorsiones, los secuestros e incluso la muerte, indicaron activistas que acompañan el contingente.

Los migrantes “tienen que caminar en el sol o en la lluvia kilómetros y kilómetros aguantando hambre. ¿Quién soporta eso?”, expresó el párroco Heyman Vázquez Medina, miembro de la Pastoral de Movilidad Humana de la Iglesia católica.

El sacerdote consideró que la política migratoria de México no ha sido clara porque no resuelve los trámites de regularización e impide a los migrantes abordar el transporte público para avanzar hacia el norte pero los deja caminar por las carreteras donde los detienen para deportarlos.

A los cuestionamientos se sumó el coordinador de la organización civil local Centro de Dignificación Humana AC, Luis García Villagrán, quien acusó al Gobierno federal de endurecer la estrategia contra los migrantes y de perseguirlos de forma implacable.

“Quieren detener estos flujos masivos y ellos no han podido controlar. El único beneficiado en estos nudos humanos es el crimen organizado”, aseguró García Villagrán.

Desde inicios de año, las autoridades migratorias han intensificado las detenciones de extranjeros tras los acuerdos a los que llegaron entre diciembre y enero los gobiernos de México y Estados Unidos para hacer frente al creciente flujo migratorio.

Pese a los operativos, miles de migrantes han continuado llegando a la frontera norte para intentar pasar hacia el territorio estadounidense.

El presidente Joe Biden y su posible rival republicano para las elecciones de noviembre próximo, Donald Trump, realizarán visitas paralelas a la frontera con México, en búsqueda del respaldo ciudadano en uno de los temas más álgidos de la campaña electoral: migración.

Esta especie de duelo tendrá lugar en Texas, y se produce cuando un número récord de cruces de migrantes por pasos no autorizados hacia Estados Unidos es  una gran amenaza para las posibilidades de Biden de impedir el regreso de Trump al poder.

Biden se reunirá con agentes de la patrulla fronteriza y agentes del orden en Bronwnsville, Texas. Mientras el republicano Trump se dirige a Eagle Pass, donde su aliado, el gobernador texano Greg Abbott, tiene parte del área fronteriza controlada con militares, desafiando la jurisdicción del gobierno federal en esa zona.

Biden, acusado por sus opositores de permitir una “invasión” al país, ha tratado de calmar el tema culpando a los republicanos en el Congreso por no respaldar sus reformas al criticado sistema de inmigración de Estados Unidos.

La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, dijo que en Brownsville Biden pronunciaría comentarios para resaltar la necesidad de que los republicanos “lo hagan”. El presidente les pedirá que “dejen de jugar a la política y proporcionen los fondos necesarios para agentes adicionales de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos, más oficiales de asilo, tecnología de detección de fentanilo, que es traficado por la frontera, y más”.

Pero para Trump mantener una postura férrea contra la ola migratoria ha sido fundamental para su identidad política durante años, y ha prometido el mayor programa de deportación jamás realizado en Estados Unidos si vuelve a la Casa Blanca.

“Ningún país puede sostener lo que le está sucediendo a nuestro país”, dijo el expresidente en la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) en Washington a principios de este mes.

Para Trump, los inmigrantes están “matando a nuestra gente, están matando a nuestro país”, en una retórica cada vez más de extrema derecha que lo llevó a decir el año pasado que los inmigrantes estaban “envenenando la sangre” de Estados Unidos.

Estas visitas, a menos de ocho meses antes de que los estadounidenses acudan a las urnas, resalta lo mucho que está en juego en la cuestión fronteriza.

Los republicanos culpan del flujo de inmigrantes a las políticas de Biden que favorecen el derecho a solicitar asilo, modalidad a la que se acoge la mayoría de los migrantes, que provienen principalmente de países de América Latina, en busca de mejores condiciones de vida. Para la Casa Blanca, el partido de Trump está saboteando deliberadamente un intento bipartidista de encontrar una solución.

La cuestión fronteriza también se ha visto enredada en una amarga disputa sobre la ayuda estadounidense para la lucha de Ucrania contra la invasión rusa. Para los republicanos, primero se debe abordar la migración antes de desbloquear la financiación.

Joe Biden y Donald Trump visitarán la frontera con México esta semana, en el mismo día, en una muestra de cómo la crisis migratoria se ha convertido en uno de los temas más importantes de cara a las elecciones de noviembre próximo.

Biden visitará el jueves la ciudad fronteriza sur de Brownsville, en Texas, para reunirse con agentes de la Patrulla Fronteriza, autoridades policiales y líderes locales, informó un funcionario de la Casa Blanca.

Ese mismo día, el expresidente Donald Trump, que se ha mostrado muy crítico con la política fronteriza de su sucesor demócrata y con el número de inmigrantes ilegales que llegan al país, visitará Eagle Pass, en Texas, dijo uno de sus asesores de campaña.

Trump está cerca de hacerse de la nominación presidencial tras una serie de victorias en las primarias sobre la exgobernadora de Carolina del Sur Nikki Haley, su última rival. El republicano está centrando ahora sus ataques en Biden, a quien las encuestas muestran vulnerable en el tema de la inmigración.

El índice de aprobación del presidente demócrata se hundió hasta el 38% en enero pasado debido a la preocupación por la inmigración, según el último sondeo de Reuters/Ipsos.

La encuesta reveló un aumento de la preocupación por la inmigración, que el 17% de los encuestados calificó como el problema más importante del país en la actualidad, frente al 11% que lo citó como el problema más acuciante en diciembre. Fue la principal preocupación de los encuestados republicanos, con un 36%, por encima del 29% que citó la economía.

El Gobierno de Biden ha tenido problemas para hacer frente al aumento de los solicitantes de asilo en la frontera con México, mientras que los republicanos en el Congreso, alentados por Trump, han amenazado con echar por tierra un intento bipartidista de abordar el problema.

El jueves, Biden reiterará su llamado a los republicanos del Congreso para que proporcionen los fondos necesarios para que haya más agentes de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos, más funcionarios de asilo, tecnología de detección de fentanilo y otras herramientas.

El asesor de Trump dijo que el hecho de que Biden visite la frontera el mismo día que el expresidente “muestra lo grande que es este problema para él”.

Los cruces irregulares de migrantes en la frontera de Estados Unidos y México disminuyeron un 50% en enero, según informó la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP).

El mes pasado, las autoridades estadounidenses reportaron 124,220 detenciones de migrantes que intentaron cruzar desde México de manera irregular, es decir, sin presentarse en un puerto de entrada.

La CBP atribuye esta caída a tendencias temporales y mayores “esfuerzos” de las autoridades de otros países, como México, y de los propios funcionarios estadounidenses, para frenar el movimiento de personas, según señaló el comisionado interino de la agencia, Troy Miller.

No obstante, Miller resaltó que las autoridades migratorias en Estados Unidos siguen “experimentando serios desafíos a lo largo de la frontera que sobrepasan la capacidad del sistema de inmigración”.

Los mexicanos representaron poco menos de la mitad de las detenciones, con 46,274 arrestos reportados a CBP. Le siguieron los guatemaltecos, con 19,572 detenciones y en tercer lugar los ecuatorianos, con 7,602 arrestos.

Recordemos que el Gobierno de Joe Biden ha intentado restringir el acceso al asilo en la frontera sur, imponiendo el uso de una aplicación móvil llamada CBP One como la principal vía legal para solicitar esta protección en la frontera.

En enero, 45,000 personas pudieron acudir a un puerto de entrada para solicitar asilo usando CBP One, que solo concede 1,450 citas al día para toda la frontera, según los datos publicados.

La reducción de cruces irregulares en enero se da al comparar los registros de diciembre, cuando se reportó a una cifra récord de detenciones de migrantes en la frontera, con mas de 240,000 arrestos.

El tema migratorio ha estado en el centro de la política en Washington en los últimos meses, donde el Partido Republicano ha criticado la política fronteriza del Gobierno de Biden, a pesar de las restricciones que ha impuesto.

Donald Trump ha encontrado en este tema uno de sus principales ejes de campaña, mientras que Joe Biden significa un de los principales desafíos en su aspiración de reelegirse.

El candidato presidencial de Movimiento Ciudadano (MC), Jorge Álvarez Máynez, acusó este viernes al Gobierno federal de militarizar la frontera sur del país para combatir la migración, con el único objetivo de “quedar bien” con el exmandatario Donald Trump y de paso con el actual presidente de Estados Unidos, Joe Biden.

El aspirante de MC aseguró que Chiapas “es el estado más militarizado del país” con 17,160 soldados desplegados por el Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO).

“A pesar de eso, el flujo migratorio que viene de Centroamérica se incrementó en 30% en 2023. Esto quiere decir que la supuesta solución, la militarización de la frontera, para quedar bien primero con Trump y luego con Biden, no ha resultado”, expresó Álvarez Máynez en un video compartido en sus redes sociales.

Sus declaraciones se producen mientras el Senado de Estados Unidos discute una ley migratoria que deportaría a solicitantes de asilo a México y cerraría la frontera común cuando se supere la cifra de 5,000 migrantes irregulares diarios.

Y es que la presión que ha causado el tema se ha elevado porque este año coinciden las elecciones presidenciales de México y Estados Unidos, donde la crisis migratoria se ha convertido en un tema clave de la campaña.

“En un año en el que Estados Unidos va a tener elecciones, y Trump y hasta Biden van a agarrar de piñata a México, es un tema que debemos reflexionar y cambiar, por supuesto, de política. Esta no puede ser la realidad”, comentó Álvarez Máynez.

El emecista también advirtió de un “problema de seguridad nacional” por la expansión del crimen organizado en la frontera sur, donde en los últimos meses han crecido las protestas de los habitantes, en su mayoría indígenas, por la ola de homicidios, desapariciones y desplazamiento forzado.

“Vamos a entrarle en serio al problema de la seguridad, al problema de la migración, y hacerlo desde una perspectiva de derechos humanos, pero también de orden, volver a recuperar la soberanía, el control del territorio”, prometió el abanderado presidencial de MC.

Álvarez Máynez, quien se define como la ‘tercera vía’, se enfrentará el próximo 2 de junio a la candidata de Morena-PT-PVEM, Claudia Sheinbaum, y la aspirante del PAN-PRI-PRD, Xóchitl Gálvez.

En su intento por salvar un acuerdo fronterizo en el Congreso que también desbloquearía dinero para Ucrania, el presidente estadounidense Joe Biden reiteró este fin de semana que estaría dispuesto a cerrar la frontera entre Estados Unidos y México si los legisladores sólo le enviaran un proyecto de ley para firmar.

Biden dijo en un acto político en Carolina del Sur que cerraría la frontera “ahora mismo” si el Congreso aprobaba el acuerdo propuesto.

El marco no ha sido acordado formalmente por demócratas y republicanos en el Senado y enfrentaría un futuro incierto en la Cámara de Representantes, controlada por el Partido Republicano.

“Un proyecto de ley bipartidista sería bueno para Estados Unidos, ayudaría a arreglar nuestro deteriorado sistema de inmigración y permitiría un acceso rápido a quienes merecen estar aquí, y el Congreso tiene que conseguirlo”, indicó Biden.

“También me daría a mí, como presidente, la autoridad de emergencia para cerrar la frontera hasta que pudiera volver a estar bajo control. Si ese proyecto fuera ley hoy, cerraría la frontera ahora mismo y la arreglaría rápidamente”.

El acuerdo que se está negociando en el Congreso requeriría que Estados Unidos cierre la frontera si aproximadamente 5,000 inmigrantes cruzan sin autorización legal en un día determinado. Esto no parece nada improbable. El año pasado, algunos totales de un día superaron los 10.000.

Esto llega cuando el expresidente y actual aspirante a la nominación republicana, Donald Trump, lleva semanas presionando a los republicanos para que pongan fin a las negociaciones. Se resiste a dar una victoria a Biden en un asunto que fue el motor de la exitosa campaña del republicano en 2016 y que quiere utilizar en su intento de volver a la Casa Blanca.

Los negociadores parecían estar acercándose a un acuerdo, pero empezó a complicarse después de que las presiones de Trump a los legisladores conservadores se hicieran cada vez más fuertes.

En una carta difundida el sábado en respuesta a los comentarios de Biden, el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, republicano por Luisiana, insistió en que Biden no necesita la acción del Congreso para cerrar la frontera y le pidió que “tome medidas ejecutivas de inmediato para revertir la catástrofe que él ha creado”.

La inmigración sigue siendo una de las principales preocupaciones para los votantes en las elecciones de 2024. Una encuesta de AP-NORC a principios de este mes reveló que quienes expresaban preocupaciones sobre la inmigración aumentaron al 35% desde el 27% del año pasado. La mayoría de los republicanos, el 55%, considera que el gobierno debe centrarse en la inmigración en 2024, al tiempo que el 22% de los demócratas catalogaron la inmigración como una prioridad. Eso representa un aumento del 45% y el 14%, respectivamente, respecto a diciembre de 2022.

Los arrestos por cruces no autorizados en la frontera con nuestro país alcanzaron un máximo histórico en diciembre desde que se publicaron las cifras mensuales. La Patrulla Fronteriza contabilizó 249,785 arrestos en la frontera con México en diciembre, un 31% más que los 191,112 de noviembre y un 13% más que los 222,018 de diciembre de 2022, el máximo histórico anterior.

El expresidente de Estados Unidos Donald Trump pidió a “todos los estados dispuestos” a desplegar miembros de la Guardia Nacional en la frontera con Texas, en medio de la disputa entre el gobernador Greg Abbott, y el Gobierno de Joe Biden por las competencias del control fronterizo.

“Alentamos a todos los estados dispuestos a desplegar sus guardias en Texas para impedir la entrada de ilegales y expulsarlos de regreso al otro lado de la frontera. Todos los estadounidenses deben apoyar las medidas de sentido común adoptadas por las autoridades de Texas para proteger la seguridad y soberanías de Texas y del pueblo estadounidense”, indicó el exmandatario.

Trump ha dicho que cuando era presidente el país tenía “la frontera más segura de la historia”, mientras que acusa a Biden de estar ayudando e instigando una invasión masiva de millones de migrantes ilegales.

“En lugar de luchar para proteger a nuestro país de este ataque, Biden, aunque parezca increíble, está luchando para atar las manos del gobernador (Abbott) para que la invasión continúa sin control”, añadió.

“Ante esta catástrofe de seguridad nacional, seguridad pública y salud pública, Texas ha invocado con razón la cláusula de invasión de la Constitución, y debe recibir pleno apoyo para repeler la invasión”, dijo Trump en referencia a la decisión de Abbott de alegar el “derecho constitucional” del estado a defenderse y protegerse.

En este sentido, ha subrayado que, si vuelve a la Casa Blanca, en lugar de luchar contra Texas, trabajará “mano a mano” con el gobernador y otros estados fronterizos para detener la invasión, sellar la frontera y comenzar rápidamente la operación de deportación nacional más grande de la historia.

Recordemos que el Tribunal Supremo estadounidense aprobó este lunes autorizar la retirada del alambre de púas instalado por Texas en la frontera con nuestro país, dando así la razón a las autoridades federales.

Esta decisión ha supuesto una victoria política para Biden, que apelaba a la cláusula suprema de la Constitución, que consagra que las leyes federales están por encima de las estatales.

Además, Abbott se encuentra también en los tribunales por la instalación a principios de 2023 de una barrera de boyas colocadas en el río Bravo también para intentar impedir la entrada de migrantes desde nuestro país. Por ahora, un tribunal ha suspendido de forma temporal la orden que pedía replegar hacia la orilla estos objetos.

El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) aseguró que “no se puede cerrar” la frontera de Estados Unidos con México, esto después de que Donald Trump prometiera hacerlo si obtiene el triunfo en la elección presidencial de su país.

“Es parte de las campañas en Estados Unidos, se expresan muchas cosas en las campañas para tratar de ganar votos, sin embargo, no se pueden cerrar las fronteras entre México y Estados Unidos, no se pueden cerrar las fronteras, porque es fundamental la integración económica, social”, expresó López Obrador.

El mandatario reaccionó a la victoria de Trump, quien arrasó ayer con más del 50% de los votos en los caucus de Iowa, donde en su discurso triunfal advirtió que una de sus primeras acciones de Gobierno será cerrar la frontera con México.

“Vamos a sellar la frontera. Tenemos una invasión, una invasión de millones y millones de personas que están viniendo a nuestro país”, manifestó el aspirante a la candidatura republicana.

Pese a la creciente retórica antiinmigrante y antimexicana de Trump, López Obrador aseveró que no tiene problemas con él, al recordar que su único desencuentro fue a mediados de 2019, cuando Trump impuso aranceles a México para exigir el freno a la inmigración indocumentada.

“No hay realmente problema con el presidente Trump, solo tuvimos una diferencia en cuanto al manejo de la frontera por establecer o pretender establecer de manera unilateral aranceles, impuestos, a mercancías mexicanas que se introducen a Estados Unidos”, señaló.

El presidente aseguró que “es indispensable la buena vecindad” porque “imagínense cerrar las fronteras un día, lo que significa de pérdida para las empresas estadounidenses y mexicanas”.

La presión se ha elevado tras la histórica migración irregular en diciembre, con un promedio de más de 10,000 personas diarias que llegaron a la frontera de Estados Unidos y México, según ha reconocido López Obrador.

Pero el mandatario lo atribuyó a las elecciones presidenciales, que este año coincidirán en Estados Unidos y México.

“Todo esto tiene que ver con las campañas, ayer hubo elecciones, están celebrándose elecciones en los partidos, cuando menos he visto resultados de las internas en el Partido Republicano y va arriba el presidente Trump, le va ganando a (Ron) DeSantis, que también tiene un discurso antiinmigrante porque de esa manera piensan que obtienen votos”, remató.

El embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, visitó Tijuana para tratar asuntos medioambientales y de migración con las autoridades estatales, desde donde dijo que se deben fortalecer las sanciones para los migrantes que ingresen de forma irregular a su país, como una medida para frenar la crisis que se vive.

Salazar fue recibido por la gobernadora de Baja California, Marina del Pilar Ávila, en las inmediaciones de la Planta de Aguas Negras Punta Bandera, donde se colocó la primera piedra de lo que serán unas obras para evitar la descarga de residuos contaminantes directamente al mar.

El diplomático estadounidense se hizo acompañar de otros funcionarios de su país, con quienes aprovechó también para compartir con autoridades locales algunos otros aspectos que tienen que ver con la relación binacional que atañe a ambos países, como lo es la migración y los constantes cruces irregulares que se dan por esta parte de la frontera.

Salazar señaló que, luego de la reunión que sostuvieron con el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) en diciembre pasado para tratar asuntos de migración, se le dará seguimiento y el próximo 19 de enero estarán “con el mismo equipo en Washington DC para retroalimentar lo convenido”.

Ante la pregunta de la prensa sobre los resultados que ha arrojado la aplicación CBP-One a un año de haber sido instaurada, el embajador resaltó que esta herramienta es solo una parte de lo que se está haciendo y lo que se debe hacer en materia de migración.

“Hay muchas otras cosas qué hacer en la migración y vamos en un trabajo muy de la mano con el Gobierno de México, porque sabemos y estamos viendo números de migrantes que nunca se habían visto en la historia de México y Estados Unidos, sobre todo aquí en la frontera con Tijuana”, dijo.

Ante la insistencia de los medios de comunicación por conocer más sobre los acuerdos convenidos y las futuras acciones del Gobierno de EUA en la frontera, Salazar argumentó que “no se debe hacer política de la realidad y del dolor de los migrantes”; sin embargo, reparó en la cantidad de personas que han llegado tratando de cruzar hacia Estados Unidos.

“Nosotros hemos visto arriba de 20 millones de migrantes solamente en el hemisferio oeste y el compromiso de Estados Unidos y México es el de trabajar y ver de qué manera podemos llegar a una solución”, refirió.

Agregó que para ello él ve tres formas para cómo solucionarlo y detalló que “la primera es que se tienen que atender las raíces de la migración y que un migrante que va a camino de la migración tenga la posibilidad de quedarse en su lugar de origen”.

En segundo lugar, dijo, “es la de organizar legalmente la manera en que alguien que quiera trabajo pueda ir por el camino legal para llegar a estos trabajos y otros derechos legales (que concede el gobierno estadounidense)”, expuso.

Lo tercero, añadió, es que debe haber mayores consecuencias para los migrantes que llegan a la frontera o ingresan a los Estados Unidos, a quienes se les debe aplicar la ley para evitar que sigan llegando muchos más.

“Tiene que haber consecuencias y por eso nosotros en el gobierno estadounidense estamos haciendo un esfuerzo para que eso pase, solamente en las últimas dos semanas hemos mandado arriba de 40 aviones llenos de migrantes hacia sus países de origen, eso va a seguir pasando porque tenemos que crear un sistema de ley que trabajen”, expuso.

Sin mayores detalles, Ken Salazar reiteró que estas son las tres soluciones concretas en las que se estarán enfocando y en las que el gobierno mexicano estará colaborando con ellos desde lo que a su territorio le corresponde.

La llegada récord de migrantes a la frontera entre Estados Unidos y México sigue siendo una alarma para el gobierno del presidente Joe Biden, quien recibe fuertes presiones de los republicanos y al interior de su propio partido.

Solo en los primeros 28 días de diciembre de 2023, la patrulla fronteriza detuvo a 235,000 migrantes que intentaban cruzar de manera irregular la frontera con México, según datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) a los que accedió la cadena CBS.

Esas cifras significan que, cada día, fueron detenidos 8,400 migrantes que intentaban llegar a Estados Unidos.

El dato de diciembre marca un récord: nunca antes se habían registrado tantas llegadas de migrantes desde que comenzaron a recopilarse datos en el año 2000. Este aumento se suma a los más de dos millones que fueron detenidos en el año fiscal 2022 y, de nuevo, en el año fiscal 2023.

Según la CBP, se ha registrado un significativo aumento en los últimos meses en la migración proveniente de Venezuela, Colombia y Haití.

Esa realidad ha desatado una tormenta política que todo indica se intensificará a medida que avance la campaña para las elecciones de noviembre, ya que el expresidente Donald Trump ha usado este asunto para atacar a Biden y movilizar a sus simpatizantes con el objetivo de hacerse con la nominación presidencial republicana.

Para tratar de enfrentar la crisis, Biden envió la semana pasada a México a una delegación de alto nivel que acordó con el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) intensificar los esfuerzos de ambas naciones para “interrumpir el tráfico de personas, combatir la trata y desmantelar redes criminales”, según el comunicado final.

Aunque no se anunciaron acuerdos concretos después de la reunión, el sábado México y Venezuela informaron de la reanudación de los vuelos para repatriar a los venezolanos que se encuentran en territorio mexicano, una medida que servirá para disminuir el número de venezolanos que llega a Estados Unidos.

También se han reabierto los pasos fronterizos que Estados Unidos había cerrado, poniendo fin a una situación que podría haber provocado pérdidas millonarias para la economía de nuestro país.

Las negociaciones se reanudarán este mes en Washington cuando se espera que altos cargos de EE.UU. y México evalúen nuevas medidas, según confirmó un portavoz de la Casa Blanca a la agencia Efe.

Paralelamente, Biden está inmerso en una espinosa negociación con los republicanos del Congreso, que han dejado claro que solo aprobarán la ayuda a Ucrania que el mandatario lleva pidiendo meses si él accede a tomar medidas para debilitar el sistema de asilo y reforzar la frontera.

El presidente ha manifestado su disposición a realizar “compromisos significativos en la frontera” y, según medios, podría estar considerando restablecer el polémico Título 42, utilizado por primera vez por Trump durante la pandemia para deportar de manera inmediata a los migrantes sin permitirles solicitar asilo y que Biden mantuvo en vigor hasta mayo del año pasado.

En respuesta, muchos demócratas están pidiendo a Biden que no ceda a las exigencias de los republicanos y cumpla con las promesas que hizo en la campaña de 2020 para restaurar la humanidad en el sistema migratorio.

Todas las partes, republicanos y demócratas, coinciden en que el sistema migratorio está “roto” pero llevan años sin poder llegar a acuerdos para mejorarlo. La última vez que el Congreso aprobó una ley para regular a un gran grupo de migrantes indocumentados fue en 1986, con Ronald Reagan en la Casa Blanca.

Un vehículo explotó en un punto de inspección en el lado estadounidense de un puente fronterizo con Canadá en Niagara Fallas este miércoles, obligando a cerrar cuatro cruces fronterizos en el área, informaron autoridades.

“Esta es obviamente una situación muy seria en Niagara Falls”, dijo el primer ministro canadiense Justin Trudeau en el Parlamento, al disculparse para salir y ser informado más al respecto. “Nos estamos tomando esto extraordinariamente en serio”, añadió.

La explosión ocurrió en el lado estadounidense del Puente Rainbow, que une a los dos países al pasar sobre el río Niagara. Otros tres puentes entre Nueva York y la provincia canadiense de Ontario fueron rápidamente cerrados como precaución.

Trudeau dijo que se estaban contemplando “medidas adicionales” en los cruces fronterizos y en toda Canadá.

La oficina del FBI en Buffalo indicó en un comunicado que está investigando el suceso. Trabajadores del Departamento Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos de Estados Unidos también acudieron al lugar.

En el Aeropuerto Internacional Buffalo-Niagara, las autoridades empezaron a inspeccionar todos los vehículos y le advirtieron al público que habrá más inspecciones.

Fotos y video tomados por transeúntes y que ya circulan en redes sociales muestran humo denso, llamas sobre el pavimento y un puesto de seguridad ennegrecido por las llamas.

El secretario de Justicia de Estados Unidos, Merrick Garland, y la gobernadora del estado de Nueva York, han sido notificados de la situación, informaron sus despachos.

Las cadenas CNN y Fox News han informado que el vehículo que explotó, y que dejó al menos dos muertos, era un coche bomba, algo que las autoridades han evitado confirmar hasta ahora. El Niagara Gazette  señala que hay dos muertos más un agente fronterizo herido leve.

También el líder de la oposición canadiense, Pierre Poilievre, coincidió en que había dos muertos y en que era “un ataque terrorista”.

El Niagara Gazette señala que el vehículo se dirigía hacia el puente fronterizo cuando, en lugar de aminorar, aceleró la velocidad, derribando una valla de separación entre los dos sentidos, y fue entonces cuando se sintió la explosión, pero no precisa que fuera un carro bomba.

El ministro de Seguridad Pública de Canadá, Dominic LeBlanc, calificó el incidente como “muy grave”.

Foto: X @CesarMorenoH

La caravana migrante que partió la semana pasada de la frontera sur del país, como la más numerosa en l que va del año, se desintegró este viernes tras más de 10 días de recorrido en el estado de Chiapas.

Irineo Mujica Arzate, director de la organización Pueblos Sin Fronteras, explicó que el grupo se dispersó porque unos 500 migrantes, en particular familias, aceptaron lo que el Instituto Nacional de Migración (INM) les ofreció, mientras que otros partieron por su cuenta a otros municipios.

“Este grupo de personas que quedó está más capacitado para poder caminar, pues estamos los que estamos y se va seguir adelante y especialmente caminaré hasta (el vecino estado de) Oaxaca”, comentó el activista, quien acompaña a los migrantes.

La mayoría de los extranjeros expresaron estar agotados, con llagas en los pies, enfermos, con dolores musculares y a paso lento, pero sin desistir de su intento de llegar a Estados Unidos, aunque sea por su cuenta.

La caravana, que llegó a sumar cerca de 8,000 migrantes, partió la semana pasada como la más grande del año desde Tapachula, donde resistió y avanzó por más de 10 días, a diferencia de otras realizadas en meses anteriores que se desintegraban en breve.

Su avance se obstaculizó porque el INM les negó la entrega de Fórmulas Migratorias Múltiples (FMM) que les permitan transitar hacia el norte del país, pero los migrantes insisten en que el Gobierno se solidarice.

El grupo que permanece en camino tiene la idea de descansar hasta el municipio de Mapastepec, y después, llegar a Pijijiapan.

La situación en la frontera sur refleja un flujo migratorio “sin precedentes” de la región, como advirtió la Organización Internacional de las Migraciones (OIM), con hasta 16,000 migrantes que llegan al día a las fronteras de México, de acuerdo con el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO).

Una caravana de unos 7,000 migrantes partió este lunes de Tapachula, Chiapas, frontera sur del país, en respuesta a la falta de avances en la Cumbre Migratoria de Latinoamérica realizada el pasado 22 de octubre y ante la ausencia de emisión de permisos por parte del Gobierno para poder transitar por el país y llegar a la frontera norte.

Al menos seis hombres venezolanos y hondureños y cinco mujeres, salieron encadenados y con banderines blancos para pedir paz y documentos de tránsito para poder salir de esta “cárcel” en la que han estado varados durante días y meses en espera de documentación que acredite su estancia legal en México.

Los miles de extranjeros se concentraron alrededor de las 06:00 de la mañana y emprendieron su camino de manera masiva, preparados con paraguas, cartones, mochilas e hijos en brazos con la esperanza de poder llegar a la Basílica de Guadalupe, en la Ciudad de México.

En la caravana, integrada por migrantes en su mayoría de Honduras, Venezuela, Haití, Cuba, El Salvador y Guatemala, viajan cerca de 3,000 niños y mujeres quienes caminan a paso lento, con sillas de ruedas, andaderas. Todos afirman que han huido de la pobreza, marginación, la inseguridad y las pandillas en sus países de origen.

Irineo Mújica Arzate, director de la Organización Pueblos Sin Fronteras, conformó que en esta caravana van 7,000 personas con el objetivo de salvar sus vidas, seguir su camino, conseguir un documento y no ser presas del crimen organizado y del narcotráfico.

“Esto salva vidas, la verdad. Aquí nos vamos a quedar, vamos a valorar cómo viene el huracán y aquí vamos a quedarnos a descansar hoy”, señaló.

Los migrantes llegaron este lunes hasta la comunidad de Álvaro Obregón, a unos 15 kilómetros de Tapachula, donde se quedaron a descansar y, dependiendo de las condiciones climáticas, podrían valorar si continúan caminando.

La situación en la frontera sur refleja un flujo migratorio “sin precedentes” de la región, como advirtió la Organización Internacional de las Migraciones (OIM) el mes pasado, con hasta 16,000 migrantes que llegan al día a México, de acuerdo con datos revelados por el presidente Andrés Manuel López Obrador.

El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) acusó este lunes al Gobierno de Texas, del republicano Greg Abbott, de obstruir el libre comercio con medidas antiinmigrantes que incluyen revisiones arbitrarias a camiones de mercancías.

“Están obstruyendo en las aduanas el libre tránsito de mercancías con medidas del Gobierno de Texas, ya está preparándose una nota diplomática que el día de hoy se va a enviar en contra de estas medidas, que perjudican a las dos naciones, que perjudican la actividad económica”, dijo el mandatario en su conferencia matutina.

Sus declaraciones se producen después de que la Cámara Nacional del Autotransporte de Carga (Canacar) denunció el fin de semana que las inspecciones de Texas han afectado el tráfico de mercancías por un valor de 1,900 millones de dólares.

López Obrador afirmó que estas acciones de Texas “perjudican la actividad comercial y, desde luego, el tránsito normal de las personas”.

“Hay una actitud muy hostil de parte del gobernador de Texas y está complicando más la situación migratoria con propósitos politiqueros, están poniendo retenes del lado estadounidense para que no haya tránsito fluido en mercancías de Estados Unidos a México y de México a Estados Unidos”, comentó.

Las medidas de Texas ocurren mientras México y Centroamérica afrontan un flujo migratorio “sin precedentes”; según la Organización Internacional de las Migraciones (OIM), con hasta 10,000 migrantes que llegan cada día a la frontera con Estados Unidos, de acuerdo con López Obrador.

Pero el presidente atribuyó las políticas antiinmigrantes de Texas a las elecciones de Estados Unidos en 2024.

“Hay una lucha partidista por las elecciones y hay un grupo del partido Republicano que ha tomado como bandera el tema migratorio culpando a México de lo que sucede por causas que tienen que ver con la pobreza, con el abandono, con las políticas que también se aplican en Estados Unidos”, argumentó el mandatario.

Los choques entre México y Texas han crecido en el último año, como en julio pasado, cuando el gobernador Abbott instaló barrera de boyas alambradas en el Río Bravo, violando territorio mexicano,

En ese sentido, López Obrador dijo que expresó su inconformidad con las políticas de Texas en la reunión que tuvo en México la semana pasada en una delegación estadounidense en el Diálogo de Alto Nivel sobre Seguridad, aunque reiteró su “buena relación” con el presidente estadounidense, Joe Biden.

“Desde luego que el presidente Biden y los funcionarios del Gobierno de Estados Unidos no están de acuerdo (con las medidas de Texas), pero se manifiestan estas diferencias que afectan a los dos países”, dijo.

Tras la reunión de ayer entre delegaciones Estados Unidos y México, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) aseguró este viernes que no cree que el país vecino vaya a construir 36 kilómetros más de muro en la frontera común.

El mandatario dijo que expresó su rechazo al cambio de política del gobierno del presidente estadounidense Joe Biden ayer a los funcionarios que visitaron el país, mismo que calificó como un “retroceso”.

“En el caso del muro se planteó que nosotros no pensamos que esa sea la solución al problema migratorio”, afirmó López Obrador.

El mandatario también informó que los funcionarios estadounidenses quedaron “satisfechos y sorprendidos” con la lucha de México contra el fentanilo.

“Para decirlo de manera breve, quedaron muy satisfechos y sorprendidos los funcionarios de Estados Unidos por el volumen de droga decomisada, por el número de laboratorios destruidos, por las detenciones, por la confiscación de armas”, dijo.

Y es que el problema del tráfico del fentanilo fue uno de los principales temas de la reunión.

México reportó la destrucción de más de 2,000 laboratorios clandestinos de drogas sintéticas desde el inicio del Gobierno, en diciembre de 2018, así como el decomiso de 1,435,6 toneladas de precursores químicos, 470 de metanfetaminas, 184 de cocaína, 7.6 de fentanilo y más de 44,700 armas de alto poder.

“Esto lo expresó el mismo secretario Blinken, llegó a decir que no tenían ninguna duda del trabajo que estaba haciendo el Gobierno de México para combatir el fentanilo”, aseguró.

La presión de EUA para que México controle el fentanilo crece rumbo a las elecciones presidenciales de ambos países en 2024, en particular por los aspirantes republicanos que piden usar el Ejército estadounidense para combatir a los cárteles en territorio mexicano y designarlos como terroristas.

En ese sentido, dijo que “hay funcionarios en Estados Unidos que hablan de que es publicidad, es propaganda vulgar, corriente, barata, chafa, el estar amenazando de que van a invadirnos o que van a intervenir para detener bandas en México desde Estados Unidos”, remató López Obrador.

El presidente estadounidense, Joe Biden, respondió a las críticas que ocasionó el anuncio de la construcción de una nueva barrera en la frontera con México, asegurando que no cree que el muro sea efectivo, y señaló que no pudo evitar que se reforzara.

En una reunión en la Casa Blanca con sus asesores de Seguridad Nacional, apuntó que el dinero asignado para el muro fronterizo no puede redirigirse a otras labores, a pesar de que se lo había pedido al Congreso en reiteradas ocasiones.

“Intenté que se reapropiara, que se redireccionara ese dinero. No lo hicieron. No lo harán. Mientras tanto, la ley no establece nada más que utilizar el dinero para lo que fue considerado. No puedo detener eso”, apuntó el mandatario.

Preguntado si pensaba que el muro es efectivo, Biden se limitó a decir que no.

Recordemos que poco después de asumir el cargo en enero de 2021, se comprometió a que “no se desviarían más dólares de los contribuyentes estadounidenses para la construcción de un muro fronterizo” y anunció una revisión de todos los recursos previamente comprometidos.

Y es que los fondos asignados para reformar el muro fronterizo fueron aprobados por el Congreso en 2019, cuando Biden aún no había llegado a la Casa Blanca; gobernaba Donald Turmp.

La portavoz presidencial, Karine Jean-Pierre, argumentó que la Casa Blanca no puede retrasar más esas obras en el muro con México y, ante la negativa del Congreso para desviar los fondos a otras partidas, el Ejecutivo debe “cumplir con la ley”.

La portavoz rechazó confirmar si ha habido o no contactos con el Gobierno de nuestro país, que tradicionalmente se ha mostrado crítico con la construcción del muro.

Las nuevas labores de construcción, que se llevarán a cabo en varias zonas del valle del Río Grande, incluirán la edificación tanto de barreras físicas como de vías para “prevenir la entrada” irregular de migrantes a territorio estadounidense, detalla el escrito publicado ayer en el registro federal.

Esta área fronteriza, al sureste de Texas, es la segunda zona donde se han registrado más detenciones de migrantes en los últimos meses, según datos de la Oficina de Aduanas y Control Fronterizo (CBP).

Para poder llevar a cabo su refuerzo, que tendrá lugar en el condado de Starr, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) eximirá el cumplimiento de más de una veintena de leyes federales, incluyendo normativas referidas a protecciones ambientales, de salud pública y de conservación cultural.