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El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) eligió como presidente al brasileño Ilan Goldfajn, quien ha señalado que su gestión se centrará en combatir la pobreza y la desigualdad, así como el cambio climático y la inversión en infraestructura física y digital.

“Por primera vez en la historia, el BID será presidido por un brasileño”, elegido con el 80% de los votos, informó el ministerio de Economía de Brasil.

“Seré el presidente del BID en toda su diversidad, seré el presidente de los países de altos, medios y bajos ingresos”, de los regionales y no regionales, del Sur, de Centroamérica, de Norteamérica y del Caribe, afirmó Goldfajn tras su elección.

El poder de voto de cada país varía en función del número de acciones. Los tres principales contribuyentes del BID son Estados Unidos (30% del capital), Brasil y Argentina (11.4% cada uno).

Para ser elegido necesitaba la mayoría absoluta de los votos de los 48 países miembros y el respaldo de al menos 15 de los 28 Estados americanos (26 de América Latina y el Caribe junto con Canadá y Estados Unidos).

Llamó la atención que Argentina retiró a su candidata Cecilia Todesca Bocco y apoyó al de Brasil.

“Acordamos y sumamos al consenso mayoritario y Argentina logra dos puestos claves, la vicepresidencia y la gerencia de infraestructura más el instituto de género”, informaron fuentes oficiales argentinas a la agencia AFP.

De modo que solo quedaban, aparte del brasileño, el de México, Gerardo Esquivel, que obtuvo el 8.21% de los votos; el de Chile, Nicolás Eyzaguirre (9.93%); y el de Trinidad y Tobago, Gerard Johnson (1.61%)..

En un comunicado, el BID anunció la elección de Goldfajn durante una reunión extraordinaria de la asamblea de gobernadores en la sede del banco en Washington, con delegaciones que participaron en persona y de manera virtual.

“Como presidente, Goldfajn supervisará las operaciones y administración del banco, que trabaja con el sector público de América Latina y el Caribe”, señala.

Además presidirá los directorios ejecutivos del BID y de BID Invest (que trabaja con el sector privado de la región) y liderará el comité de donantes de BID Lab, el laboratorio del Banco para proyectos de desarrollo innovadores, detalla.

El gobierno de Joe Biden felicitó al brasileño, con quien espera trabajar “para implementar el conjunto de reformas que los accionistas han establecido para impulsar el desarrollo sostenible, inclusivo y resiliente, crecimiento liderado por el sector privado, ambición climática y mejorar la eficacia institucional del BID”, informó el Departamento del Tesoro en un comunicado.

Recordemos que Goldfajn sustituye en el cargo al estadounidense Mauricio Claver-Carone, destituido en septiembre por violar las normas favoreciendo a una empleada con la que mantenía una relación sentimental y cuyo mandato estuvo envuelto en polémica.

Goldfajn, de 56 años, quiere convertir al BID en la “institución multilateral más importante de la región” y considera esencial que el presidente sea “independiente, no partidario”.

Aunque su nombre sonaba como favorito desde que se presentó al puesto, se desconocía si contaba con el visto bueno del presidente electo brasileño Luiz Inácio Lula da Silva ya que fue designado por el ultraderechista Jair Bolsonaro, quien perdió las elecciones.

El presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, anunció este lunes la nominación como jefe de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de William Burns, un diplomático retirado que ayudó a mantener conversaciones secretas con Irán.

Burns estuvo más de tres décadas en el cuerpo diplomático estadounidense. Durante ese periodo fue embajador en Rusia entre 2005 y 2008, y ocupó altos cargos en el Departamento de Estado.

“Bill Burns es un diplomático ejemplar con décadas de experiencia en el escenario mundial manteniendo a nuestro pueblo y nuestro país sano y salvo”, dijo Biden en un comunicado.

El nominado de Biden para encabezar la CIA se retiró de la diplomacia en 2014 y preside el Fondo Carnegie para la Paz Internacional, un centro de reflexión dedicado a las relaciones internacionales con sede en Estados Unidos.

Burns, de quien se mencionaba su nombre como posible secretario de Estado de Biden, dada su gran experiencia con Irán, estuvo implicado en las negociaciones ocultas que prepararon el camino para el acuerdo sobre el programa nuclear iraní firmado en 2015 por Teherán y grandes potencias occidentales.

Cuando Donald Trump asumió la presidencia en 2017, Burns eludió hacer declaraciones públicas al respecto hasta el año pasado, cuando empezó a escribir influyentes textos críticos sobre la política de Trump en Foreign Affairs y otras publicaciones.

“Comparte mi profunda creencia de que la inteligencia debe ser apolítica y que los profesionales dedicados a la inteligencia que sirven a nuestro país merecen nuestra gratitud y respeto. El embajador Burns traerá el conocimiento, el juicio y la perspectiva que necesitamos para prevenir y afrontar amenazas antes de que lleguen a nuestras costas. El pueblo estadounidense dormirá tranquilo con él como nuestro próximo director de la CIA”, añadió Biden.

De ser confirmado por el Senado, Burns sucederá a Gina Haspel, la primera mujer que dirige la agencia espionaje y que lo hizo mientras el presidente Trump arremetía contra las entidades de inteligencia y especialmente el consenso entre ellas de que Rusia interfirió en las elecciones del 2016.

El presidente Donald Trump confiró este martes que el sábado próximo anunciará desde La Casa Blanca al sucesor de la jueza progresista Ruth Bader Ginsburg en la Suprema Corte de Estados Unidos.

“Voy a anunciar la nominación para la Suprema Corte el sábado en la Casa Blanca”, dijo Trump que precisó que la hora exacta todavía no está definida.

La muerte de Ginsburg el viernes a los 87 años y su última voluntad de que su reemplazante fuera nombrado por el gobierno resultante de las elecciones del 3 de noviembre, ha llegado a sacudir la ya agitada campaña electoral en Estados Unidos.

Los demócratas, liderados por Joe Biden, exigen que los republicanos que controlan el Senado se abstengan de ratificar la designación para llenar la vacante.

Pero Trump y el jefe de la mayoría republicana del Senado, Mitch McConnell, afirman que van a seguir con el proceso.

Recordemos que los jueces de la Suprema Corte resuelven sobre una amplia gama de asuntos de la vida de los ciudadanos, desde el derecho al aborto pasando por temas migratorios e incluso el acceso a la salud.

La Corte está integrada por nueve magistrados y antes de la muerte de Ginsburg los conservadores tenían una mayoría de 5 contra 4, pero a veces jueces más moderados se aliaban con los progresistas en algunas votaciones.

Si Trump logra nominar un nuevo magistrado, el nuevo equilibrio sería 6 contra 3.

Los republicanos tienen los votos para confirmar a la persona que el presidente Donald Trump nomine para juez de la Corte Suprema, aseguró Lindsey Graham, senador que guiará la nominación en la cámara alta.

“El nominado será apoyado por todos los republicanos en la Comisión Judicial”, dijo Graham en entrevista con Fox News.

Por su parte el senador republicano Mitt Romney dijo que no se opondrá a la votación. Esto garantiza que Trump tenga el respaldo necesario para su nominado.

“Si el nominado llega al pleno del Senado, intentaré votar con base en sus calificaciones”, indicó el congresista de Utah.

El presidente se reunió con la jueza conservadora Amy Coney Barrett en La Casa Blanca la tarde de ayer, y dijo a los periodistas que entrevistaría a otros candidatos y que podría reunirse con la jueza Barbara Lagoa cuando viaje a Florida a finales de esta semana.

Las conversaciones entre La Casa Blanca y el líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, se centran cada vez más en Barrett y Lagoa, según una persona al tanto del tema pero que pidió el anonimato por no estar autorizada a comentar al respecto.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo este lunes que está considerando a cuatro o cinco juristas para reemplazar a la fallecida jueza Ruth Bader Ginsburg en la Suprema Corte y que anunciará a su nominado el próximo viernes o el sábado.

Trump siguió adelante con sus planes para realizar su tercera nominación para la Suprema Corte que consolidaría una mayoría conservadora de 6-3, mientras crece la duda entre republicanos sobre si respaldarán una decisión así semanas antes de una elección.

El mandatario republicano indicó en entrevista con Fox News que quería esperar por respeto a Ginsburg, una magistrada liberal que murió el viernes a los 87 años.

“Deberíamos esperar hasta que hayan concluido los servicios por la jueza Ginsburg”, afirmó.

La muerte de un icono liberal como Ginsburg agitó la campaña, ofreciendo a Trump y su partido la oportunidad de fortalecer su influencia sobre el tribunal, cuyas decisiones influyen en la mayoría de las esferas de la vida estadounidense, desde la salud hasta los derechos sobre las armas y el acceso al voto.

Trump dijo que la votación sobre su candidato a la Suprema Corte debería celebrarse antes de la elección del 3 de noviembre.

“Ganamos la elección y tenemos derecho hacerlo, así que tenemos mucho tiempo, bastante tiempo”, dijo Trump a Fox. “La votación final debería celebrarse antes de la elección. Tenemos mucho tiempo para eso”.

Al respecto, el candidato del Partido Demócrata a La Casa Blanca, Joe Biden, ha instado a los senadores republicanos a “seguir su conciencia” y aplazar hasta después de las elecciones de noviembre el debate sobre la vacante que dejó Ruth Bader Ginsburg.

Biden se ha dirigido durante un mitin en Filadelfia al “puñado” de senadores republicanos que, en la práctica, “decidirán” si finalmente hay un sustituto para Ginsburg antes de que pueda saberse quién será presidente de Estados Unidos durante los próximos cuatro años.

“No voten para confirmar a nadie nominado en las circunstancias que  Trump y (Mitch) McConnell han creado”, ha dicho, en alusión al líder de  la mayoría en la Cámara Alta. “Dejen que el pueblo hable”, añadió, apelando a los senadores que, según sus propias palabras,  “saben lo que conviene al país”.

En este sentido, Biden ha reivindicado su derecho a proponer el nombre del nuevo magistrado si es él quien se impone en los comicios del 3 de noviembre.

La senadora republicana Lisa Murkowski anunció este domingo que se opone a que se cubra la vacante antes de las elecciones del próximo 3 de noviembre, con lo que son ya dos las legisladoras conservadoras que lo rechazan.

“Durante semanas he afirmado que no apoyaría ocupar una potencial vacante en la Suprema Corte tan cerca de las elecciones. Lamentablemente lo que entonces era hipotético ahora es nuestra realidad, pero mi postura no ha cambiado”, dijo Murkowski, que representa al estado de Alaska, en un comunicado.

“No respaldé aceptar una nominación (de un juez) ocho meses antes de las elecciones de 2016 para cubrir la vacante que dejó el juez (Antonin) Scalia. Ahora estamos incluso más cerca de las elecciones de 2020, a menos de dos meses, y creo que deben aplicarse los mismos estándares”.

De esta manera Murkowski se une a la senadora republicana por Maine Susan Collins en su oposición a que Ginsburg sea reemplazada en la Corte antes de los comicios.

Collins consideró el sábado que “la decisión de un nombramiento vitalicio para el Tribunal Supremo debería ser hecha por el presidente que sea elegido el 3 de noviembre”.

Recordemos que Ginsburg falleció el pasado viernes a los 87 años; con ella, la corte tenía cinco jueces conservadores y cuatro progresistas, con lo que si Trump logra la confirmación de su nominado apuntalaría aún más el predominio conservador, que podría durar décadas y adoptar decisiones de suma importancia en asuntos como el aborto o la inmigración, fundamentales para su base de votantes.

Los jueces de ese tribunal son designados por el presidente y confirmados en el Senado.

Los republicanos son mayoría en la Cámara Alta con 53 de los 100 escaños, y necesitarían 51 votos para confirmar al nominado por Trump para la Suprema Corte, con lo que solo pueden perder tres respaldos antes de que el presidente de la Cámara, el vicepresidente del país Mike Pence, pudiera emitir un voto de desempate.

Si aparte de Collins y de Murkowski, otros dos senadores republicanos se oponen a celebrar la confirmación del nominado por Trump antes de las elecciones, los demócratas tendrían entonces apoyo suficiente para evitar que se produjera la nominación.

Foto: Twitter @Politico

Brett Kavanaugh, nominado por el presidente Donald Trump para ocupar una vacante en la Suprema Corte, fue objeto de una nueva acusación de mala conducta sexual, justo cuando el comité judicial del Senado se dispone a escuchar este jueves el testimonio de su primera acusadora.

Este domingo se acordó la fecha y la hora del testimonio de Christine Blasey Ford, que la semana pasada acusó al magistrado de agresión sexual, tras días de tensas negociaciones entre los republicanos de la comisión judicial del Senado y los abogados de esta profesora universitaria de 51 años.

“Pese a las amenazas actuales a su seguridad y su vida, la Dra. Ford cree que es importante que los senadores la escuchen directamente”, dijeron sus abogados citados por la prensa.

En su acusación, Blasey Ford explicó que Kavanaugh y un amigo, “totalmente borrachos”, la habían arrinconado en un cuarto, la tiraron sobre una cama y pretendieron desnudarla, antes de que ella lograra escapar. La agresión habría ocurrido durante una fiesta de adolescentes en la década de 1980, en los suburbios de Washington. Ella tenía 15 años y él 17. Kavanaugh lo ha negado enérgicamente.

Ahora, la revista The New Yorker informó este domingo que los senadores demócratas investigan una nueva acusación contra Kavanaugh, complicando aún más la situación del juez. Deborah Ramirez, de 53 años, dijo a la revista que durante un fiesta estudiantil en los años 1980 en la Universidad de Yale, Kavanaugh le puso los genitales en la cara y le hizo tocarlos sin su consentimiento.

Kavanaugh negó el incidente y calificó la acusación de “difamación, simple y llana”. “Las personas que me conocieron entonces saben que eso no ocurrió”, indicó en un comunicado publicado por la revista.

Con información de AFP / Foto: Archivo APO

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado a Jerome Powell como su nominado para convertirse en el nuevo presidente de la Reserva Federal (FED).

 

Trump afirmó que el Powell tiene la capacidad, gracias a sus cargos anteriores, para dirigir la economía del país, pues aseguró “sabe” lo que Estados Unidos necesita, y la dirección que necesita para poder recuperar el crecimiento económico que en los últimos años se ha perdido.

 

El mandatario mandó un mensaje a la todavía Presidenta de la FED, Janet Yellen, por conducir de una buena manera al organismo, y reconoció que es una mujer con “devoción”, “comprometida con el servicio público”, y con quien ha trabajo durante estos 9 meses desde su llegada a la Casa Blanca.

 

Por su parte Jerome Powell agradeció la “confianza” que el mandatario le brinda al elegirlo como su nominado, misma que “me llena de responsabilidad absoluta para que la FED cumpla sus objetivos económicos”.

 

Christopher Wray compareció ante el Comité Judicial del Senado de los Estados Unidos comparte de su proceso de confirmación como nuevo director del FBI luego de que el presidente Donald Trump le nominara al cargo tras el despido de James Comey. 

 

Durante su audiencia  Wray sostuvo que no juraba lealtad a ningún funcionario (en referencia a Trump), y más bien su lealtad iba hacia la constitución de los Estados Unidos. “Mi lealtad es a la Constitución y al imperio de la ley. Nadie me pidió ningún tipo de juramento de lealtad en ningún momento durante este proceso. Y estoy absolutamente seguro que no ofrecí uno.”

 

Afirmó que no le debe nada a Donald Trump por nominarle como director del FBI, y prometió mantener una “independencia estricta” frente a las influencias políticas que recaigan sobre la dependencia. Sostuvo que antes de efectuar algo ilegal que se le solicitara, mejor dimitiría al cargo.

 

Al ser cuestionado sobre si comparte la teoría del presidente Trump sobre ser víctima de “la mayor caza de brujas de la historia política” por el caso de la investigación de la injerencia de Rusia en las elecciones presidenciales del año pasado, Wray lo rechazó: “No considero que el director Mueller esté en una caza de brujas”.

 

 

Con información de El País / Foto: Archivo APO

Mark Green, nominado por el presidente Donald Trump para ser el Secretario del Ejército, ha retirado su candidatura en medio de una fuerte oposición de los demócratas y grupos de defensa. “Con profundo pesar retiro mi candidatura para ser el secretario del Ejército”, dijo en un comunicado.

Green atribuyó los ataques en su contra de  “falsos y engañosos” y aseguró que prefería hacerse a un lado para que su nominación no fuera una distracción en la vida política del país.

“Fue un honor que el presidente Trump me  haya nominado para esta posición. Agradezco su apoyo y confianza en mí, así como al de Secretario y a muchos otros funcionarios que me apoyaron, agradezco su deseo de hacer de Estados Unidos grande otra vez mediante la preparación de nuestras fuerzas armadas para hacer frente a los muchos desafíos en el mundo de la seguridad exterior y la seguridad interna”.

La oposición basó su rechazo a la nominación de Green debido a sus posturas sobre la comunidad LGBT, los musulmanes, los latinos, control de la natalidad, la evolución y la segunda enmienda, entre otras cuestiones.

Green ha hecho diversas declaraciones polémicas como “transgénero es una enfermedad”, así como estar de acuerdo durante un interrogatorio sobre que “tenemos que tomar una posición sobre el adoctrinamiento de Islam en las escuelas públicas”.

 

 

Con información de The Hill / Foto: Twitter