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El gobierno de la Ciudad de México informó que a partir de este miércoles, se comenzará la aplicación de la vacuna contra el COVID-19 en dos alcaldías más: Coyoacán y Tlalpan.

Se indicó que la jornada de inmunización se extenderá hasta el 30 de marzo, y esperan vacunar a  251 mil 375 adultos mayores de 60 años y más.

Las autoridades detallaron que en Coyoacán se aplicarán 137 mil 310 dosis de la vacuna de Pfizer, mientras que en Tlalpan se aplicarán 114 mil 065 dosis de la china Sinovac.

Con las dos alcaldías que se suman a Plan Nacional de Vacunación en la Ciudad de México en esta fase cinco, suman 11 demarcaciones en que se habría inmunizando: Coyoacán, Tlalpan, Cuajimalpa, Magdalena Contreras, Milpa Alta, Iztacalco, Tláhuac, Xochimilco, Azcapotzalco, Hidalgo y Venustiano Carranza.

Con la población de estas 11 alcaldías, se estaría vacunando a un total de 779 mil 136 adultos mayores, de un total 1.6 millones que se espera inmunizar en toda la ciudad.

Ante los reclamos de habitantes de las alcaldías que están pendientes por ser vacunados los adultos mayores, la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, aseguró que no pueden indicar fecha de inicio, pues dependen de cómo lleguen y se asignen las vacunas a la capital.

“Hay muchas personas que dicen: ¿Por qué no nos informan cuándo inicia la vacunación en las alcaldías que faltan? No lo hacemos porque no tenemos la certeza de cuando llegan las vacunas a la Ciudad de México, como ustedes saben el presidente de la República está haciendo su máximo esfuerzo y está pegado a ello para que lleguen las vacunadas”, dijo Sheinbaum Pardo.

Reiteró que las alcaldías que se van anunciado son seleccionadas de acuerdo al numero de adultos mayores que tienen contra el número de vacunas recibidas. Recordó que en Iztapalapa hay alrededor de 285 mil adultos mayores mientras que en Gustavo A. Madero son cerca de 235 mil, dos de las alcaldías que faltan por comenzar a vacunar.

“Un poco más de paciencia, van a llegar a todas las alcaldías” las vacunas, indicó Sheinbaum.

Al respecto…

Por Alejandro Aguirre Guerrero 

 

El nuevo plan de seguridad para Veracruz incluye la pronta asignación de un Comisionado Nacional, y en un segundo momento, las indiscutibles destituciones del titular de Seguridad Pública, Hugo Gutiérrez Maldonado, y otro más.

Uno de los estados que más alimenta, para mal, las estadísticas del Secretariado Nacional de Seguridad Pública es Veracruz. El Presidente lo sabe, y como en la tierra de Cuitláhuac García no hay voz que ayude, todo debe hacerse desde la Federación.

Por ello, después de lo ocurrido con el periodista Jorge Ramos, donde se evidenció que el País podría vivir uno de los años más violentos en su historia moderna, en Palacio Nacional buscan, desesperadamente, disminuir la violencia en los estados visualizados como “focos rojos”.

Para el caso de Veracruz, en la Secretaría de Seguridad Ciudadana saben que Cuitláhuac Garcia no puede resolver problema alguno sobre la violencia, y que para colmo, el enviado desde el Gobierno Federal, Hugo Gutiérrez, no “da pie con bola”.

En Palacio Nacional reconocen que remover al Secretario de Seguridad Pública en Veracruz no es tan sencillo, pues goza de simpatía por parte de la esposa del Presidente. Ante dicho panorama, el primero en la lista de destituciones para el estado, antes que Gutiérrez, es Eric Patrocinio Cisneros, Secretario de Gobierno.

La seguidilla de destituciones en Veracruz ocurrirá siempre y cuando la inseguridad no disminuya. Si no hay resultados en los próximos 6 meses, tanto Cisneros como Gutiérrez serían removidos, en ese orden, pues el primero no cuenta con el respaldo federal que el segundo.

El gran problema en Veracruz es la creciente inseguridad. Ya no sirve echar culpas a las administraciones anteriores, y para mala fortuna del que gobierna en el estado, la gente ya se desespera. A estas alturas, cuando se ha demostrado mucha incompetencia, es mala estrategia pedir paciencia.

 

 

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El comandante de la Guardia Nacional designado por el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), Luis Rodríguez Bucio, reconoció que aún no está totalmente enterado del funcionamiento de la nueva corporación.

En conferencia de prensa, Rodríguez Bucio rechazó dar alguna fecha sobre cuándo se podrán ver los primeros resultados de este cuerpo de seguridad.

“No estoy totalmente enterado, ayer me empecé a informar de mi nueva función”, reconoció el general en proceso de retiro, y añadió que apenas lleva 24 horas en el cargo por lo que aún tiene “muchas dudas”.

Pidió la compresión de los medios de comunicación, pues ahora no tiene respuesta a todas las interrogantes que le plantean sobre diversos aspectos de la Guardia Nacional.

Por su parte el secretario de Seguridad, Alfonso Durazo, dio a conocer que tanto el comandante de la Guardia como el resto de los integrantes de la Coordinación Operativa de la Guardia recibieron la invitación formal antier en la noche, por lo que aún estaban en proceso de “inmersión”.

“Recibieron la invitación formal apenas antier en la noche, su primera participación fue ayer a las seis de la mañana, están en proceso de inmersión profunda en los temas inherentes en la Guardia Nacional”.

Desde la Unidad Deportiva de la Universidad de Sonora, en Hermosillo, donde encabezó el segundo acto de este sábado, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) insistió en que la Cuarta Transformación también es la reconciliación.

En ese sentido, cuestionó que “para qué pelearnos”, esto en referencia a abucheos que recibió la gobernadora de la entidad, Claudia Pavlovich, quien acompañó al mandatario en el evento.

“Tenemos ya que unirnos todos los mexicanos. Ya pasó la campaña. Una cosa son los partidos y otra cosa es el gobierno. Si nos gustan los partidos yo les propongo que todos juntos militemos en el mejor partido: México. El pueblo de México”, sostuvo López Obrador.

Reconoció que hay muchos problemas en el país: grandes y graves, pues dijo que el gobierno no estaba hecho para beneficiar al pueblo. Afirmó que el gobierno estaba convertido en un facilitador para el saqueo, para el robo de unos cuantos.

AMLO adelantó que se van a atender todas las demandas del país, solo que pidió la comprensión de los ciudadanos, pues dijo que no es algo que se pueda hacer de la noche a la mañana debido al rezago que hay. “Que tengan confianza porque vamos a enfrentar todos los problemas y si no es en un año, en el sexenio van a cambiar radicalmente las cosas”.

Afirmó que no va a ser más de lo mismo, “no va a ser maquillaje” y como ejemplo dijo que en los tres meses que lleva al frente del gobierno, las cosas han comenzado a cambiar. Señaló que aún no se ha terminado de limpiar todo el gobierno, e insistió en que todavía hay algunos “malandrines” que piensan que se van a quedar ahí enquistados y van a seguir haciendo sus travesuras, pero eso “ya se acabó”.

“Y les digo que no les voy a fallar, no voy a traicionar al pueblo”, remató.

Esta semana, los líderes de Canadá tienen que tomar una gran decisión: aceptar el nuevo acuerdo del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) negociado entre la administración Trump y México. El presidente Donald Trump exige que Canadá acepte nuevas reglas en todo, desde inversiones transfronterizas hasta productos lácteos y autos. ¿Se detendrá el primer ministro canadiense Justin Trudeau y cederá a Trump?

Tenemos una sugerencia: no hacer nada.

A pesar de todo el teatro y la política arriesgada, nada sucederá realmente el 30 de septiembre. El TLCAN no expira, y Trump no tiene la autoridad para acabarlo unilateralmente. Es cierto que el presidente puede retirar a los Estados Unidos de los tratados como una cuestión de derecho internacional (la administración Roosevelt lo hizo varias veces), pero el TLCAN también es un tema de derecho interno, y es poco probable que el Congreso suspenda la ley de la noche a la mañana.

La retirada de Trump no haría nada para cambiar la Ley de Implementación del TLCAN, que fue aprobada en 1993 y que se mantendría vigente. Lo más que puede hacer Trump sin la acción del Congreso sería producir una especie de status quo extraño, lo que podríamos llamar un “TLCAN Zombie”, en el que Estados Unidos abandone formalmente su participación en el pacto aunque las leyes arancelarias de su país se mantengan vigentes, y continúen proporcionando los beneficios comerciales originales del TLCAN a Canadá y México.

Entonces, ¿qué es mejor para Canadá: un TLCAN Zombie 1.0, o el TLCAN 2.0 ‘tómalo o déjalo’ de Trump? ¿Y cuál es mejor para Estados Unidos?

Si bien aún no tenemos un texto final, los materiales informativos disponibles y los informes de noticias indican que el “TLCAN 2.0” de Trump incluye cambios sustanciales que abordan las críticas de larga data del TLCAN 1.0. Para algunos, esas mejoras pueden parecer una razón suficiente para acompañar a Trump. Para las empresas que dicen que el TLCAN ignora cuestiones más contemporáneas como el comercio digital, las drogas biológicas y el robo de señales satelitales, existen nuevas reglas en cada una de estas áreas. Para los trabajadores preocupados por los empleos, hay propuestas para exigir que los trabajadores con salarios más altos produzcan más autopartes a nivel regional con el fin de obtener beneficios libres de impuestos. Y para los defensores del interés público, el nuevo acuerdo restringiría el mecanismo de solución de disputas entre inversionistas y estados, lo que limitaría la capacidad de las empresas para iniciar juicios contra las regulaciones gubernamentales.

Pero creemos que estos beneficios son modestos en el mejor de los casos, y no valen la pena tanto para los canadienses como para los estadounidenses si Canadá se rinde y se une al NAFTA 2.0.

En primer lugar, los cambios podrían restringir el acceso de los consumidores a medicinas asequibles de nueva generación como los productos biológicos. En segundo lugar, es poco probable que los cambios automáticos generen muchos trabajos nuevos. Bajo las reglas actuales, las empresas pueden optar por no recibir beneficios del TLCAN, comprar más autopartes de China y, en su lugar, pagar los bajos aranceles que disfrutan bajo la Organización Mundial del Comercio, de la que forman parte los tres países de América del Norte. Esto podría conducir a la pérdida de empleos en lugar de ganancias. Finalmente, se preservarán los derechos de las compañías a demandar a los gobiernos bajo la provisión de solución de controversias entre inversionistas y estados para dos sectores clave: energía y telecomunicaciones. Este retroceso parcial palidece en comparación con el nivel de ambición de las reformas propuestas por la Unión Europea, lo que crearía un tribunal de inversión global permanente. El enfoque de Trump es una oportunidad perdida para que América del Norte cree un modelo totalmente nuevo que equilibre mejor las necesidades de los negocios y los reguladores. Además, si bien podemos esperar que Trump proclame que el TLCAN 2.0 es una ruptura importante con el pasado, México y Canadá ya acordaron algunas de las nuevas reglas en la Asociación Transpacífico (de la cual Trump se retiró).

Si bien Trudeau puede sentir que Trump le está ofreciendo una oferta que no puede rechazar (en el sentido de Vito Corleone), la verdad es que los canadienses están en una posición muy fuerte para ignorarla. Cualquier nuevo acuerdo tendrá que ser votado por un nuevo Congreso el próximo año. Con cada nuevo escándalo de La Casa Blanca, parece cada vez más probable que los demócratas ganen el control de la Cámara de Representantes el 6 de noviembre. Es seguro decir que una Casa demócrata, respaldada por nuevos legisladores de “onda azul” que hicieron campaña con la promesa de bloquear Trump, no va a estar dispuestos a darle al presidente una victoria, especialmente cuando el TLCAN 2.0 continuaría con muchas viejas reglas del TLCAN a las que la mayoría de los demócratas se oponen.

ADEMÁS de la política y la lógica política para “simplemente decir no”, también existe una legal. Trump ha amenazado con negar el TLCAN original como una forma de bloquear a los legisladores en ambos lados de la frontera para que acepten su reinicio. Pero una mirada cercana a las leyes comerciales de los Estados Unidos y los fallos de los tribunales sobre el equilibrio de poder entre las ramas del gobierno sugieren que esta idea fracasará.

Es cierto, hay ambigüedades en la Ley de Implementación del TLCAN y en la Ley de Comercio de 1974 que algunos observadores han interpretado como que permiten un ocaso del tratamiento libre de aranceles para Canadá si Estados Unidos se retira del TLCAN. Pero estas afirmaciones son dudosas. Si Trump hiciera un movimiento como ese, sería demandado inmediatamente por grupos de importadores afectados. Y ellos probablemente ganarían.

En resumen, Canadá puede esperar a Trump con relativamente poco riesgo. Mientras que algunos líderes empresariales presionarán por concesiones por miedo a lo desconocido, Trudeau no debe ser intimidado. Es mejor para Canadá pasar un par de años aguantando un TLCAN 1.0 ‘Zombie’ que verse atrapado en un NAFTA 2.0 durante mucho más tiempo, posiblemente durante muchos años después de que Trump desaparezca.

El pensamiento de suma cero de Trump y su enfoque exagerado para la negociación no tienen cabida en el sistema constitucional de Estados Unidos, ni en la diplomacia comercial internacional. En lugar de comprometerse con Trump, el gobierno de Trudeau debería dedicar su tiempo a la reforma de la Organización Mundial del Comercio, esfuerzos muy necesarios que tendrán un mayor impacto en el futuro del comercio mundial de lo que cualquier plan en América del Norte podría tener. Es probable que Canadá encuentre socios más capaces en la próxima administración de Estados Unidos, aunque no siempre es el caso en política. Para Canadá en este momento, la paciencia es una virtud.

 

Texto original publicado en Político por TODD N. TUCKER y TIMOTHY MEYER

En el marco de la visita del presidente de Corea del Sue, Moon Jae-in, quien fue recibido en la Casa Blanca este viernes, el mandatario estadounidense, Donald Trump, aseguró que la “paciencia” hacia el gobierno de Corea del Norte se acabó.

 

“La paciencia estratégica con el régimen de Corea del Norte fracasó. Ha fracasado por muchos años. Francamente, la paciencia se acabó”, sostuvo el mandatario. “Nos enfrentamos a la amenaza de un implacable y brutal régimen, cuyo programa balístico y nuclear requiere una respuesta firme. Nuestro país busca la paz y la prosperidad, pero siempre nos defenderemos y defenderemos a nuestros aliados”.

 

En otro tema, el mandatario surcoreano informó que “He invitado al presidente Trump a Corea este año, y él gentilmente a aceptado la invitación”. Se prevé que la visita se realice a mediados del próximo semestre de 2017.

 

Con información de AFP / Foto: Twitter