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Claudia Sheinbaum, candidata de Morena, PT, Partido Verde a la Presidencia, parece seguir los pasos del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) al pedir al presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, que no opine sobre las elecciones en México.

“El presidente de España dijo públicamente que está muy preocupado por las elecciones en México, que porque no van a ser elecciones libres, democráticas, que está muy preocupado por la violencia en el país. ¿Qué le decimos desde aquí? Pues el principio juarista entre las personas, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”, dijo la morenista.

Las aspirante presidencial ha señalado que antes de pronunciarse públicamente, Sánchez habló con el dirigente nacional del PRI, que acudió a España a un encuentro de partidos.

La organización Internacional Socialista, de la que es presidente Sánchez, publicó un comunicado en el que reafirmaba su preocupación por la creciente participación del crimen organizado en la política, tras los actos de violencia que se han cobrado la vida de varios políticos.

“Es imperativo abordar el nexo entre el crimen organizado, la violencia política y la erosión institucional para salvaguardar el futuro democrático de México. La falta de acción podría socavar aún más la confianza en los procesos democráticos y provocar un retroceso”, señaló la organización internacional de partidos de socialdemócratas.

En este sentido, consideró “esencial actuar de manera concertada para contrarrestar las amenazas del crimen organizado y preservar las aspiraciones democráticas de México”.

En respuesta, Sheinbaum Pardo sostuvo que las elecciones del próximo 2 de junio, sucederán de forma masiva, pacifica y que será una fiesta para la democracia.

“Nosotros somos los que hemos luchado históricamente por la democracia (…) México es un país libre y soberano”, dijo Sheinbaum ayer durante su visita a Morelos.
Esto llega luego de que el presidente López Obrador ha tensado las relaciones de México con España, a quien ha pedido dejar de ver al país como “tierra de conquista”. Incluso declaró que las relaciones con el país europeo han sido pausadas.

El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, juró su cargo este viernes, un día después de ser reelegido por el Congreso, en un contexto de fuerte oposición de la derecha a su decisión de amnistiar a los independentistas catalanes.

El líder socialista prometió, ante el rey Felipe VI, “cumplir fielmente con las obligaciones del cargo de presidente del Gobierno” y “guardar y hacer guardar la Constitución”, durante una ceremonia en el Palacio de la Zarzuela de Madrid, residencia de familia real española.

Ahora que juró su cargo, el líder socialista, de 51 años y en el poder desde 2018, podrá anunciar en los próximos días la composición de su nuevo Gobierno con sus aliados de la coalición de extrema izquierda Sumar.

Tras quedar segundo en las elecciones generales del pasado 23 de julio por detrás de su rival conservador Alberto Núñez Feijóo, sin que ninguno consiguiera mayoría absoluta, Sánchez tuvo que negociar en todos los frentes para lograr el apoyo de varias formaciones regionales, incluido el partido del independentista catalán Carles Puigdemont, y así mantenerse en el poder.

A cambio del apoyo que necesitaba, el independentismo catalán se aseguró la próxima aprobación de una ley de amnistía para sus dirigentes y activistas procesados por su implicación en el intento de secesión de Cataluña en 2017.

Esta medida ha provocado un profunda descontento en el país, donde se han producido numerosas manifestaciones, algunas de ellas violentas, en los últimos días.

Mañana está convocada una nueva manifestación en Madrid a la que asistirán el líder de la oposición Núñez Feijóo y del partido de extrema derecha Vox, Santiago Abascal.

La investidura de Sánchez en el Congreso de los Diputados es “un acto de alta traición”, estimó un alto cargo del PP, Elías Bendodo, que acusó además al presidente del gobierno de haber “comprado su investidura vendiendo España” a los independentistas.

En una muestra de la extrema tensión, un grupo de militares retirados, muy críticos con la izquierda, publicaron este viernes un manifiesto en el que piden a los “responsables de la defensa del ordenamiento constitucional, la destitución del Presidente del Gobierno y la convocatoria de elecciones generales”.

Preguntada por este clima explosivo, la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, reconoció que el nuevo mandato de Pedro Sánchez será “complejo” y “difícil”, pero aseguró que el Gobierno ha “demostrado” en los últimos años que es “capaz de gestionar” situaciones de “la máxima complejidad”.

El Congreso español reeligió este jueves como presidente del Gobierno al líder socialista, Pedro Sánchez, con 179 votos a favor de su investidura, tres más de la mayoría absoluta necesaria, de un total de 350 diputados.

Sánchez recibió el apoyo de los partidos de izquierdas, independentistas, nacionalistas y regionalistas con los que alcanzó acuerdos tras ser propuesto como candidato por el rey Felipe VI el pasado 3 de octubre.

Antes de la votación, el líder socialista reivindicó la plena legitimidad de su investidura e instó al conservador Partido Popular (PP), el principal de la oposición, ganador de las elecciones de julio, a que asuma su derrota.

Recalcó que su Gobierno es plenamente constitucional al residir en el Parlamento la representación de los españoles.

Un Gobierno que, recordó, tiene un poder sólo limitado por las leyes y el mandato temporal que conlleva.

“La democracia solo es posible si se acepta esa derrota temporal y limitada. Así es la democracia parlamentaria y así debe seguir siendo si queremos preservar nuestra convivencia libre y pacífica”, sostuvo Sánchez.

Tras dos tensas sesiones de investidura, marcadas por la aprobación de la amnistía a los independentistas catalanes, Sánchez logró la reelección para su tercer mandato como presidente del Gobierno español, donde deberá mantener un complejo equilibrio con todas las formaciones que le apoyaron.

La presidenta del Congreso español, la socialista Francina Armengol, comunicará este jueves al rey de España, Felipe VI, el resultado de la votación de investidura del candidato socialista a la presidencia del Gobierno, Pedro Sánchez.

Para cumplir con el artículo 99 de la Constitución española, Armengol comunicará al monarca español la confianza que ha otorgado la Cámara al candidato y que Felipe VI lo nombrará presidente.

Este nombramiento se publicará previsiblemente mañana en el Boletín Oficial del Estado (BOE), día en el que con mucha probabilidad Sánchez tomará posesión de su cargo ante el rey.

Los acuerdos de Pedro Sánchez con los independentistas catalanes para facilitar su nueva investidura siguen levantando polémica en España, no sólo por la futura ley de amnistía, sino también por aspectos como la financiación regional y el reparto de impuestos con el Estado.

Y es que a cambio de los votos de los partidos separatistas, indispensables para acceder a un nuevo mandato como presidente del gobierno, el líder socialista hizo algunas grandes concesiones, además de comprometerse a impulsar una ley de amnistía para los independentistas procesados por la justicia española, principalmente por su implicación en la tentativa secesionista de 2017.

A pedido de Izquierda Republicana de Cataluña (ERC), partido independentista que gobierna ahora la región, Sánchez aceptó anular 15,000 millones de euros de la deuda contraída por Cataluña con el Estado tras la crisis financiera de 2008.

Pese a que los socialistas prometen que este acuerdo se extenderá también a todas las regiones que recurrieron a este fondo, el acuerdo levantó muchas suspicacias en muchas comunidades, tanto de izquierda como de derecha.

El pacto firmado con Juntos por Cataluña, la segunda gran formación independentista, prevé de su lado favorecer el regreso de las empresas que sacaron sus sedes de esta dinámica región del noreste español, a raíz del intento fallido de secesión de hace seis años, como Caixabank o Naturgy.

Los socialistas aseguran además en el texto que pretenden apostar por “medidas que permitan la autonomía financiera” de Cataluña y que faciliten su acceso a los mercados financieros, en respuesta a Junts, que reclama de su lado “la cesión del 100% de todos los tributos que se pagan” en la región.

En tanto, la ley de amnistía en España anulará la “responsabilidad penal, administrativa y contable” de todos aquellas personas vinculadas con la preparación, ejecución y consecuencias del proceso soberanista en Cataluña durante una década, entre el 1 de enero de 2012 y el 13 de noviembre de 2023.

La ley, que se registrará previsiblemente hoy en el Congreso, era una de las exigencias de los partidos independentistas catalanes para votar a favor en la investidura del líder socialista Pedro Sánchez, que tendrá lugar este miércoles y jueves, y en la que el presidente en funciones precisará de estos apoyos así como de otras formaciones regionalistas y nacionalistas.

El perdón se aplicará no solo a los líderes de los partidos independentistas catalanes ERC y Junts, Oriol Junqueras y Carles Puigdemont, junto a los principales dirigentes independentistas, sino también a directores de colegios del referéndum de independencia del 1 de octubre de 2017, alcaldes, manifestantes así como los agentes policiales que actuaron durante esa consulta considerada ilegal por la justicia española.

La proposición de ley establece un máximo de dos meses a los tribunales y los órganos administrativos o contables implicados en casos vinculados al proceso soberanista para aplicar la amnistía y especifica que su aplicación será “preferente y urgente” en dicho plazo y que los posibles recursos contra las decisiones que se adopten “no tendrán efectos suspensivos”.

La ley justifica su necesidad en que la aplicación de la legalidad es “necesaria”, pero “en ocasiones no es suficiente para resolver un conflicto político sostenido en el tiempo”, por lo que aboga porque el Derecho se adapte al contexto político.

Por tanto, añade, “esta amnistía constituye una decisión política adoptada bajo el principio de justicia en el entendimiento de que los instrumentos con los que cuenta un estado de derecho no son, ni deben, ser inamovibles; toda vez que es el Derecho el que está al servicio de la sociedad y no al contrario”.

El perdón incluye una referencia directa al ex presidente catalán Carles Puigdemont, que se encuentra en Bélgica desde hace seis años, al señalar que “quedarán sin efecto las órdenes de busca y captura e ingreso en prisión” así como “las órdenes nacionales, europeas e internacionales de detención”, que afectan también a otros tres dirigentes fugados.

En el poder desde hace cinco años, el presidente del gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, intenta dar un último empujón a su campaña, dado que los sondeos auguran una victoria de la derecha en las elecciones legislativas del próximo domingo.

“Mi diagnóstico particular es que el Partido Popular (PP, conservadores) está desfondado, (y) que el Partido Socialista está remontando”, lanzó Sánchez este viernes en una entrevista televisiva.

Sánchez defendió su gestión, con cifras económicas positivas, como el “principal argumento” para convencer a los votantes aún indecisos, un 20% del electorado según estimaciones.

Pero aunque el líder socialista confía en una “remontada” para “ganar las elecciones”, las encuestas siguen mostrando que el PP de Alberto Núñez Feijóo es el favorito para imponerse en estas legislativas anticipadas, convocadas por Sánchez tras el fracaso de la izquierda en las municipales de mayo.

Los sondeos muestran sin embargo que el PP no logrará la mayoría absoluta necesaria para formar un ejecutivo, por lo que podría verse obligado a aliarse con el partido ultranacionalista Vox, en un país donde la extrema derecha no ha estado en el gobierno desde el fin de la dictadura de Francisco Franco en 1975.

Tampoco se descarta la posibilidad de un bloqueo, si no hubiera mayoría viable ni en la derecha ni en la izquierda, lo que llevaría a España a nuevas elecciones, un escenario de inestabilidad que el país ya vivió en 2015 y en 2019, cuando hubo que repetir los comicios.

Con excepción de Núñez Feijóo, que celebró su último mitin en Galicia, su región natal donde construyó su carrera política, los tres principales candidatos: Sánchez y los líderes de la extrema izquierda, Yolanda Díaz, y de la extrema derecha, Santiago Abascal, cerraron este viernes su campaña en Madrid, antes de entrar en jornada de “reflexión” para los votantes.

El presidente del gobierno ha subido el tono contra Núñez Feijóo por su relación con un conocido narcotraficante, Marcial Dorado. Pese a ello el PP, desbancado del poder en 2018 por una moción de censura en el Congreso liderada por Sánchez, cree que ha llegado su momento de volver a gobernar.

En estas elecciones generales, que por primera vez tendrán lugar en el muy cálido verano español, unos 2.5 millones de personas decidieron votar por correo, una cifra sin precedentes, lo que para las encuestadoras es una señal de que la participación puede ser alta, pese al calor y al hecho de que muchos españoles estén de vacaciones.

Nueve dirigentes separatistas catalanes presos por sedición anticipaban su libertad tras el indulto otorgado este martes por el consejo de ministros que el presidente Pedro Sánchez calificó de muy necesario para la reconciliación con el territorio español.

“El gobierno ha tomado la decisión porque es la mejor para Cataluña y la mejor para España”, dijo Sánchez en un breve discurso televisado. “Esperamos abrir una nueva etapa de diálogo y tender nuevos puentes de concordia”.

El exvicepresidente catalán Oriol Junqueras, condenado en 2019 a 13 años de prisión por sedición y malversación de fondos públicos, saldrá en libertad junto con sus compañeros luego de tres años y medio tras de las rejas.

Los otros ocho incluyen a exmiembros del gabinete catalán, el expresidente del Parlamento catalán y dos líderes de grupos separatistas de la sociedad civil que habían recibido condenas que iban de nueve a 12 años.

Los indultos anularon los años restantes de las condenas, pero se mantuvo la inhabilitación para ejercer cargos públicos.

Un alto funcionario del gobierno nacional dijo que los separatistas probablemente quedarán en libertad mañana mismo, una vez que el rey Felipe VI firme los indultos y se publiquen en la gaceta oficial. El gobierno dijo que se pueden revocar los indultos si los beneficiarios intentan liderar otro intento separatista.

“Esta medida de gracia no exige que los beneficiados por ella deban cambiar sus ideas”, dijo Sánchez. “De hecho, estas personas no fueron sancionadas por sus ideas, sino por sus actos contrarios a la legalidad democrática”.

Los indultos no incluyen al expresidente catalán Carles Puigdemont y otros dirigentes separatistas que huyeron de España tras el fracaso del intento de secesión.

El mandatario regional Pere Aragonès dijo que al conceder los indultos, el gobierno reconoció lo injusto del enjuiciamiento de los separatistas, pero que la medida excluyó a muchos otros catalanes como Puigdemont y otros que huyeron al exterior.

El gobierno español se ha negado a estudiar la posibilidad de un referendo sobre la independencia. En cambio, espera encontrar una nueva fórmula para la autodeterminación de una región próspera que ya goza de amplios poderes.

El principal organismo europeo de derechos humanos, el Consejo de Europa, respaldó los indultos en una resolución aprobada el lunes por la noche. Pero las recomendaciones no vinculantes criticaron a España por cercenar la libertad de expresión de los políticos catalanes. El Ministerio del Exterior español respondió que los separatistas fueron condenados por los tribunales por violar leyes, no por expresar su deseo de independencia.

El líder del partido de izquierda radical Podemos, Pablo Iglesias, fue confirmado este jueves oficialmente como uno de los cuatro vicepresidentes del futuro gobierno español de Pedro Sánchez.

Iglesias contará “con una Vicepresidencia de Derechos Sociales”, indicó la oficina del socialista Sánchez, quien se espera anuncie la composición completa de su gobierno en la próxima semana.

Aparte de él habrá tres vicepresidentas, según anunció presidencia en un comunicado posterior.

De momento se conocen dos nombres: el de la veterana socialista Carmen Calvo, que repetirá en el cargo y se centrará a priori en la gestión de la crisis catalana, y el de la tecnócrata Nadia Calviño, ministra saliente de Economía y futura vicepresidenta económica.

“Por primera vez en nuestra historia, España tendrá tres mujeres vicepresidentas del Gobierno”, destacó Moncloa, la oficina de Sánchez.

El objetivo de las cuatro vicepresidencias será afrontar “cada una de las transformaciones” que necesita el país.

Moncloa confirmó que la coalición electoral de Iglesias aportará un total de cinco ministros al ejecutivo, incluyéndolo a él.

El ministerio de Igualdad será para Irene Montero cofundadora y dirigente de Podemos y también pareja de Iglesias, con quien tiene tres hijos.

Los otros tres ministros serán la abogada Yolanda Díaz (Trabajo), el sociólogo Manuel Castells (Universidades) y Alberto Garzón, líder del pequeño partido Izquierda Unida y aliado de Iglesias, que será ministro de Consumo.

Sánchez prometió este miércoles su cargo ante el rey Felipe, tras asegurarse por el estrecho margen de dos votos su investidura como presidente del gobierno español, con el apoyo de Podemos y de varios partidos regionales, entre ellos los separatistas de Izquierda Republicana de Cataluña.

El ejecutivo del líder socialista será el primer gobierno de coalición en España desde 1936, cuando las izquierdas gobernaron en el llamado Frente Popular, malogrado meses después por un golpe militar que dio pie a una guerra civil de tres años.

Una de las incógnitas está en ver quién asume Exteriores, desempeñado en el anterior ejecutivo por Josep Borrell, actual jefe de la diplomacia de la UE. De manera interina, la cartera fue asumida en las últimas semanas por Margarita Robles, ministra de Defensa.

El líder del partido socialista español y jefe de gobierno saliente Pedro Sánchez fue investido este martes como presidente de un inédito gobierno de coalición de izquierda, tras una ajusta votación en el Congreso de los Diputados que pone fin a meses de parálisis política en el país.

Sánchez, de 47 años, recibió 167 votos a favor, 165 en contra y 18 abstenciones, una mínima diferencia que fue suficiente para tener éxito en la segunda vuelta donde le bastaba una mayoría simple, es decir más ‘síes’ que ‘noes’.

En un primer voto, el domingo, no alcanzó la necesaria mayoría absoluta de 176 de los 350 diputados.

“Va a haber una coalición progresista, porque así lo han decidido los españoles y la mayoría parlamentaria del Congreso”, dijo Sánchez antes del voto, donde llamó a acabar con el bloqueo político que mantuvo al país por meses “desprovisto de herramientas para abordar sus problemas y para encarar los desafíos de futuro”.

El ínfimo margen con el que se impuso Sánchez hace presagiar una legislatura muy complicada para el socialista, que presidirá el primer gobierno de coalición desde el fin de la dictadura de Francisco Franco en 1975, al que la derecha y la extrema derecha han prometido hacer una oposición sin tregua.

La expectación se mantuvo hasta el último momento, con los parlamentarios socialistas denunciando “amenazas y coacciones” de partidos de la oposición para que descarrilara la votación.

Llegado al poder a mediados de 2018 mediante una moción de censura que desbancó al conservador Mariano Rajoy, Sánchez ocupará de nuevo la presidencia gracias a los socialistas, la izquierda radical de Podemos, su futuro socio de gobierno, los nacionalistas vascos del PNV y otros pequeños partidos regionales.

Clave en esta segunda votación en un Parlamento muy fragmentado fue la abstención de la formación independentista Izquierda Republicana de Cataluña (ERC), que significa un voto de confianza aunque con “escepticismo” al PSOE, según dijo en la tribuna la diputada Montse Bassa.

El presidente del ejecutivo saliente y líder socialista, Pedro Sánchez, y el jefe de la izquierda radical de Podemos, Pablo Iglesias, alcanzaron un preacuerdo para formar un gobierno de coalición en España, así lo anunciaron los políticos este martes.

Dicho gobierno de coalición, que las formaciones ya intentaron infructuosamente hace unos meses, necesitará de todas maneras del apoyo de otros partidos para lograr la aprobación de la cámara baja, renovada en las legislativas del domingo pasado.

Si Sánchez logra ser investido, pondrá fin a meses de bloqueo político en la cuarta economía de la zona euro.

“Hemos alcanzado un preacuerdo para conformar un gobierno de coalición progresista en España, (…) que combine la experiencia del Partido Socialista con la valentía de Podemos”, dijo Iglesias, tras la sorpresiva firma del documento en el Parlamento español.

“Este nuevo gobierno va a ser un gobierno rotundamente progresista”, pensado para durar los cuatro años de la legislatura, porque “España necesita un gobierno estable, no en funciones, un gobierno sólido, y lo necesita ya”, dijo Pedro Sánchez.

Ambos líderes dijeron que será en las próximas semanas cuando detallen el programa y la estructura del gobierno.

Sánchez, cuyo partido socialista ganó pero aunque perdió la fuerza en las legislativas del domingo, ya intentó negociar la formación de un gobierno de coalición con Podemos tras las precedentes legislativas de abril.

Pero las negociaciones fracasaron por los desacuerdos sobre qué papel debía jugar Podemos en el ejecutivo, lo que orilló a España a repetir elecciones, el domingo pasado, cuando la extrema derecha de Vox se convirtió en la tercera fuerza del país.

El nuevo acuerdo “es tan ilusionante que supera cualquier tipo de desencuentro que pudimos tener en los últimos meses”, dijo Sánchez, quien selló el pacto con un abrazo con Iglesias.

Los socialistas y Podemos reúnen juntos 155 diputados, por lo que necesitarán conquistar otros apoyos para alcanzar la mayoría absoluta de 176 en un Congreso de 350 escaños.

El presidente y líder socialista español Pedro Sánchez ganó las elecciones legislativas de este domingo con una mayoría en picada, mientras que la extrema derecha de Vox se consolidó como tercera fuerza en un Parlamento que augura un bloqueo político persistente.

Según resultados parciales, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) de Sánchez es el vencedor, sin mayoría absoluta, con 120 escaños de los 350 de la cámara baja. Los resultados representan tres asientos y unos 730,000 votos menos que en las legislativas del 28 de abril pasado, cuando el PSOE se impuso también sin mayoría absoluta, con 123 diputados.

La subida más espectacular la protagonizó Vox, que capitalizó la crisis con el separatismo en Cataluña y sumó 52 escaños, más del doble de los 24 obtenidos en abril.

El conservador Partido Popular (PP) subió también con fuerza, de 66 a 87, mientras que Ciudadanos, la formación de centro-derecha liberal, fue pulverizada al caer de 57 diputados a sólo 10.

La izquierda radical de Podemos cedió siete escaños, quedándose en 35, y su escisión Más País entró en la cámara con 3 diputados.

En cualquier caso no hay mayoría absoluta ni para el bloque de derechas (PP, Vox y Ciudadanos) ni para las izquierdas (PSOE, Podemos y Más País), que globalmente superan a los conservadores.

Sánchez “ahora lo tiene mucho más difícil para formar gobierno”, advirtió el líder ‘popular’, Pablo Casado.

El panorama amenaza con prolongar el bloqueo crónico que atenaza la política española desde 2015, cuando la irrupción de Podemos y Ciudadanos puso fin al tradicional bipartidismo PSOE/PP. Desde entonces ha habido cuatro elecciones legislativas.

La de este domingo fue una repetición electoral consecutiva al fracaso de PSOE y Podemos de acordar, durante el verano, un gobierno de coalición que habría sido el primero en estas cuatro décadas de democracia en España.

El jefe saliente del gobierno español, Pedro Sánchez, lanzó este lunes su nueva campaña electoral del próximo 10 de noviembre con la promesa de traer “estabilidad” a un país muy fragmentado políticamente y que celebrará sus cuartas elecciones en cuatro años.

“Somos la única fuerza política que puede ofrecer estabilidad, sentido de Estado y una hoja de ruta clara”, dijo el líder del PSOE en un acto en Madrid, arropado por su gobierno y otros dirigentes del partido.

“Somos la izquierda de gobierno”, enfatizó Sánchez, lo que pareció un mensaje directo a la izquierda radical que representa Podemos.

Con el anuncio del lanzamiento de su campaña, se presentó el lema: “Ahora, Gobierno. Ahora, España”.

Pese a sus promesas de estabilidad, el mismo Pedro Sánchez, vencedor sin mayoría absoluta de las legislativas del 28 de abril, fue incapaz de entenderse con otros partidos para articular una mayoría con la que continuar al frente del gobierno.

Especialmente fue incapaz de entenderse con Podemos, en teoría su “socio preferente”, al que ofreció en una precipitada negociación un gobierno de coalición que los de Pablo Iglesias rechazaron por considerarla insuficiente.

“No hay tiempo que perder para lamentos ni para juegos de culpas”, dijo a propósito el líder socialista, prometiendo entre otras cosas una ley de eutanasia.

La izquierda irá ahora más fragmentada a los comicios, ya que en las urnas estará también una escisión de Podemos, Más País, liderada por su ex número dos, Íñigo Errejón.

Enfrente tendrán a tres partidos de la derecha: el conservador Partido Popular, los liberales de Ciudadanos, y la extrema derecha de Vox. A los que se añaden al menos tres partidos separatistas catalanes, y dos partidos nacionalistas vascos.

Con la duda pendiente del desempeño que tendrá Más País, los sondeos anticipan un incremento de escaños al PSOE, que en las pasadas elecciones obtuvo 123 de los 350 asientos de la cámara baja. Pero en ningún caso se espera una mayoría absoluta, con lo que se planteará de nuevo la cuestión de con quién pactar.

La investidura Pedro Sánchez como presidente del gobierno español fracasó este jueves por segunda vez, tras no lograr una negociación con el partido de izquierda Podemos. y así lograr conformar gobierno.

Tras perder una primera votación el martes pasado, la candidatura de Sánchez volvió a fracasar este jueves con 155 votos en contra,  y solamente 124 a favor; se registraron además 67 abstenciones, entre las que estuvieron las de los diputados de Podemos.

“El acuerdo (…) no ha sido posible”, reconoció el propio Sánchez ante los diputados, minutos antes de la votación.

A partir de ahora, el líder socialista tendrá aún de plazo hasta el 23 de septiembre para formar gobierno, o de lo contrario habrá una nueva elección el 10 de noviembre próximo.

En su discurso, Sánchez, vencedor de las legislativas de abril sin mayoría absoluta, destacó que las diferencias con Podemos no estuvieron en el programa, sino en el reparto de ministerios. Según detalló, los socialistas propusieron a Podemos cuatro carteras ministeriales (Sanidad, Vivienda, Economía Social e Igualdad), una de ellas con rango de vicepresidencia del ejecutivo.

En su última oferta, Podemos coincidía en pedir Sanidad, Igualdad y una vicepresidencia, pero también solicitaba Trabajo y Ciencia y Universidades.

“Lo único que pedimos son competencias, no sillones”, le contestó a Sánchez el líder de Podemos, Pablo Iglesias.

El jefe negociador de Podemos, Pablo Echenique, aseveró que el PSOE quería atribuirles “un papel decorativo” y “sin competencias para hacer políticas públicas que mejoren la vida de la gente”. Añadió que se ha demostrado que son incapaces de “pactar para construir”.

“Les separa el ego, que no les cabe en la silla”, acusó el presidente del partido liberal Ciudadanos, Albert Rivera, dirigiéndose a Sánchez e Iglesias.

Con sus 123 diputados de un total de 350 en la Cámara Baja, Sánchez, presidente del gobierno desde junio de 2018, necesitaba a los 42 legisladores de Podemos para avanzar.

El mandatario socialista saliente Pedro Sánchez fracasó este martes en su intento de ser investido presidente del ejecutivo español, y lo intentará de nuevo el jueves, aunque antes deberá cerrar una difícil coalición de gobierno con la izquierda radical de Podemos.

El candidato a su propia sucesión como presidente perdió la votación en la cámara baja, al obtener 124 votos a favor, 170 en contra y 52 abstenciones. Para salir investido necesitaba una mayoría absoluta de 176 de los 350 diputados de la cámara.

Los socialistas dispondrán ahora de 48 horas, hasta la segunda votación prevista para el jueves, para desbloquear la investidura.

Y aunque en la nueva votación, las abstenciones contarán a su favor, para Sánchez todo dependerá de si sus legisladores consiguen cerrar un acuerdo con Podemos, en lo que sería la primera coalición de gobierno de izquierdas en España desde 1936, el año que estalló la Guerra Civil.

El acuerdo se está resistiendo ante la cuestión de qué peso tendrá Podemos en ese hipotético gobierno. Pese al fracaso de este martes hubo señales de buena voluntad, empezando por la abstención, en lugar del no, decidida por la formación de izquierda radical.

“Unidas Podemos ha sido nuestro socio preferente en el último año, y tenemos la voluntad de que lo siga siendo”, dijo desde la tribuna la número dos del PSOE, Adriana Lastra, poco antes de la votación.

Con Podemos “tenemos discrepancias profundas en algunas cuestiones importantes”, pero “sería un error histórico no conformar un gobierno progresista”, añadió. Recordó que ambos partidos pactaron este año unos presupuestos del Estado, que finalmente fueron desechados por la oposición.

“Hasta el último segundo de nuestras fuerzas vamos a seguir trabajando para que haya un gobierno de coalición progresista”, dijo poco antes una dirigente de Podemos, la diputada Ione Belarra.

Por su lado, Sánchez concluyó su intervención ante el hemiciclo afirmando que se necesita “gobierno, estabilidad y legislatura”.

Pedro Sánchez, presidente del Gobierno español, anunció este viernes el llamado a elecciones generales anticipadas para el 28 de abril, tras sufrir esta semana una derrota a su proyecto presupuestario que dejó en evidencia las dificultades para gobernar en minoría parlamentaria.

“La disyuntiva es clara como Gobierno y como presidente (del Gobierno). O continuar gobernando con unos presupuestos que no son los nuestros o bien creer que España no tiene un minuto que perder, que necesita avanzar, no dar pasos hacia atrás, empeñar todo su esfuerzo en abordar todos los desafíos”, dijo en una declaración el político socialista, aludiendo a la posibilidad que tenía de seguir en el poder prorrogando las cuentas del Gobierno anterior del conservador Partido Popular (PP).

“Estoy convencido de que es posible recuperar la política útil para la ciudadanía (y) dar la espalda a la crispación en este país”, añadió Sánchez, en velada referencia al resurgimiento de las divisiones por el conflicto independentista en Cataluña.

El Congreso español rechazó el miércoles el proyecto de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2019 después de que los partidos independentistas catalanes en el Congreso rechazaran apoyar al Ejecutivo, que ha estado poco más de ocho meses al frente del país tras derrocar en junio con una moción de censura al Gobierno de Mariano Rajoy, entonces líder del PP.

“Nunca renunciaré al diálogo porque en el diálogo podemos encontrar el camino para resolver nuestras desavenencias y la crisis territorial que afecta a nuestro país. Soy amigo de abordar los desafíos, de coger el toro por los cuernos”, dijo Sánchez en su delaración.

Fuentes políticas han indicado que Sánchez quería una votación cuanto antes para pasar página de la derrota parlamentaria y movilizar al electorado de izquierda contra el auge del grupo de ultraderecha Vox, que a fines del año pasado dio con su apoyo el poder en el gobierno de Andalucía al Partido Popular y Ciudadanos, una alianza que los analistas consideran posible a nivel nacional.

 

Decenas de miles de personas se reunieron este domingo en la Plaza de Colón en Madrid para protestar contra el gobierno de Pedro Sánchez por su gestión de la crisis con los independentistas de Cataluña y en demanda de la celebración de elecciones generales.

La manifestación, celebrada este domingo bajo el lema “por una España unida, ¡elecciones ya!”, fue convocada la semana pasada por los líderes de los partidos Popular (PP), Ciudadanos y Vox, informaron medios locales.

Según la delegación de gobierno, en la manifestación participaron unas 45 mil personas, mientras los organizadores señalaron que fueron 200 mil, quienes se manifestaron en contra del gobierno del mandatario español por haberse “vendido a los independentistas”.

Decenas de ciudadanos comenzaron a congregarse en la Plaza de Colón horas antes de la cita, prevista para las 12:00 horas locales, portando banderas de España y de la Unión Europea.

En la concentración no hubo simbología de los partidos políticos que participaron, Partido Popular, Ciudadanos, Vox, UPN, Foro Asturias, PAR y UPyD, con el fin de dejar todo el protagonismo a los participantes en la protesta.

Esta semana, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) recibió en Palacio Nacional a Pedro Sánchez, presidente del gobierno de España, quien realizó una gira de trabajo por nuestro país.

Sin embargo una de las escenas que más llamó la atención fue el momento en que al salir rumbo al Colegio de San Ildelfonso en donde el mexicano ofrecería una comida en su honor, invitó a Sánchez a abordar su ya fomoso jetta blanco.

En la transmisión a cargo de la Presidencia de la República, se aprecia el momento en que el español aborda el auto compacto para después abandonar Palacio Nacional.

Por su parte Pedro Sánchez entregó a López Obrador un inesperado regalo: el acta de nacimiento de su abuelo, José Obrador, quien nació en Cantabria, España en 1863.