Tag

primarias

Browsing

Aunque nadie pone en duda que Donald Trump será el candidato republicano en la elección presidencial de noviembre próximo, es muy probable que se haga oficial este martes si el magnate consigue los votos que estarán en juego hoy en las primarias en cuatro estados, incluido Georgia.

El expresidente es el único republicano en la carrera para los comicios de noviembre después de eliminar a la competencia durante los últimos meses. Su última rival, Nikki Haley, se retiró de la contienda el pasado 6 de marzo.

Pero para ser designado candidato oficial del partido todavía necesita ganar un cierto número de delegados, es decir los representantes encargados de nominar al candidato durante una convención a mediados de julio.

Donald Trump necesita 1,215 delegados para garantizar la nominación, un umbral que podría superar este martes, cuando cuatro estados estadounidenses celebran primarias: Georgia, Mississippi, Hawái y Washington. Georgia es un estado con el que Trump mantiene una relación complicada. Los cuatro estados reparten en total 161 delegados.

Trump tiene hasta el día de hoy 1,078 delegados, necesita 137 de los 161 en juego para llegar a la cifra mágica de 1,215 delegados que requiere para convertirse en el candidato republicano.

Este estado del sureste del país, fronterizo con Florida, suele inclinarse por el candidato republicano en las elecciones presidenciales. Sus habitantes se decantaron por él frente a Hillary Clinton en 2016, pero le dieron la espalda en 2020 votando por Joe Biden.

El margen de votos entre ambos fue pequeño, menos de 12,000, y Donald Trump nunca reconoció su derrota. Presionó a los funcionarios electorales estatales, pidiéndoles en una llamada telefónica que “encontraran” el número de votos que necesitaba para ganar.

La conversación telefónica se hizo pública y las autoridades de Georgia presentaron una denuncia por la que Donald Trump se expone a una pena de cárcel.

Como en 2020, Georgia también podría ser decisiva en las elecciones de este noviembre. El duelo anunciado es el mismo: Donald Trump, de 77 años, contra Joe Biden, de 81, y la brecha es muy estrecha, según las encuestas.

Los dos dieron mítines en este estado el pasado fin de semana. Se enfrentan en dos temas recurrentes, la edad del presidente estadounidense y la migración.

Reforzado por un discurso combativo la semana pasada ante el Congreso, Joe Biden viajó a Atlanta para movilizar al electorado afroestadounidense e hispano. Trump ha intensificado sus ataques contra los migrantes que cruzan la frontera con México, que considera que “envenenan la sangre” del país.

En el lado demócrata, hoy celebran primarias Georgia, Mississippi y Washington, que reparten 235 delegados. Biden tiene 1,872 por lo que solo necesita 96 para llegar a los 1,968 necesarios para asegurarse la candidatura.

“Ha sido una noche y un día increíbles”, resumió Donald Trump, quien tiene prácticamente garantizado un duelo con Joe Biden en la elección presidencial de noviembre próximo tras arrasar en el llamado Súper Martes.

El expresidente fue declarado vencedor en 14 estados de los 15 en disputa: Alabama, Alaska, Arkansas, Colorado, California, Maine, Massachusetts, Minnesota, Carolina del Norte, Oklahoma, Tennessee, Texas, Utah y Virginia.

Solo Vermont privó a Trump de una victoria absoluta y se decantó por Nikki Haley, la última que hasta ahora se interponía en su camino por la nominación presidencial del partido.

Ante el arrasador avance de Trump, Haley anunció este miércoles su retiro de las primarias republicanas. “Ha llegado el momento de suspender mi campaña”, dijo Haley. “No me arrepiento de nada”.

“Felicito al señor Trump, le deseo que le vaya bien”, sostuvo la ahora exaspirante republicana, quien destacó que aunque es probable que Trump sea el candidato republicano, no lo apoyó.  “Ahora le toca a Donald Trump ganarse los votos de los que están en nuestro partido y fuera de él”, remarcó. “Y espero que lo haga”.

El exmandatario queda así como el único aspirante del partido republicano para las contienda presidencial.

Ha sido un Súper Martes sin misterio. Ni el republicano, de 77 años, ni el demócrata, de 81, tienen a nadie que les haga sombra en las primarias, durante las que se designa a los candidatos de ambos partidos para los comicios.

“Ha sido una noche y un día increíbles, increíbles. Ha sido un período increíble en la historia de nuestro país”, afirmó Trump ante sus seguidores, congregados en su mansión de Mar-a-Lago, en Florida.

Desde el 15 de enero y, a pesar de sus problemas legales, Trump ha ganado casi todas las primarias. Se enfrenta a 91 cargos por delitos graves. Esto no impide que tenga gran popularidad entre los votantes de clase trabajadora, blancos y de las zonas rurales.

Por su parte, Biden afirmó que Trump “está decidido a destruir nuestra democracia” y “hará o dirá cualquier cosa para alcanzar el poder”.

El demócrata también pidió fondos porque “Trump está arrasando en las primarias”. “Seremos nosotros contra toda la derecha trampista en estas elecciones (…). Necesito tu ayuda”. Hace ya semanas que Biden había dado por perdida la batalla de Haley.

En teoría, las primarias pueden prolongarse hasta julio. Pero el equipo de Trump predice una victoria “el 19 de marzo” a más tardar, después de que voten Georgia y Florida.

El millonario quiere centrarse en una revancha con Joe Biden antes de tener que enfocarse en sus problemas legales. Su primer juicio penal comienza el 25 de marzo en Nueva York.

Del lado demócrata, Biden puede estar tranquilo. No tiene rivales de peso. Las candidaturas de dos demócratas, el congresista Deán Phillips y la autora de libros de autoayuda Marianne Williamson, nunca han suscitado entusiasmo a pesar de las críticas recurrentes de los votantes a la edad del presidente o a su apoyo a Israel.

Como se esperaba, Biden ganó ayer en todos los estados, menos en un territorio: la Samoa Americana, donde fue derrotado por un empresario prácticamente desconocido.

Mañana será la próxima gran noche del presidente: defenderá su visión para Estados Unidos durante un discurso ante el Congreso, el tradicional “Estado de la Unión”.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y su gran rival, el exmandatario Donald Trump, llegan hoy al llamado Súper Martes, día en que se celebrarán el mayor número de primarias para las elecciones presidenciales de noviembre, en las que las nominaciones de ambos están prácticamente garantizadas.

Biden no tiene adversario dentro de las filas demócratas porque es el presidente en ejercicio, mientras que Trump goza de una inusual ventaja en las primarias republicanas, donde ya solo queda la exembajadora ante la ONU, Nikki Haley, intentando hacerle sombra al magnate.

El Súper Martes es el día en el que más estados votan para definir a los candidatos presidenciales: este año son 15 de los 50 que forman el país, entre ellos, California y Texas, los más grandes de Estados Unidos.

También acuden a las urnas los votantes demócratas y republicanos de Alabama, Arkansas, Colorado, Maine, Massachusetts, Minesota, Carolina del Norte, Oklahoma, Tennessee, Utah, Vermont y Virginia.

Alaska celebra además las primarias republicanas y también votan los demócratas en el extranjero y en los territorios de Samoa Americana y de las Islas Marianas del Norte.

Están en juego más del 35% de los delegados que se reunirán en las convenciones republicana de Milwaukee y demócrata de Chicago para elegir a su candidato a la Casa Blanca.

Tradicionalmente, el Súper Martes ha servido como un punto de inflexión en la elección del candidato de la oposición por el gran número de delegados que están en juego.

Sin embargo, Trump llega a este día con la etiqueta de imbatible, después de haber arrasado en casi todas las citas desde que arrancaron las primarias republicanas con los caucus de Iowa del 15 de enero.

Todos sus rivales se han ido bajado de la contienda excepto Haley, quien hasta ahora se ha impuesto al magnate neoyorquino en las primarias del Distrito de Columbia el pasado fin de semana; sin embargo, expertos señalan que esa victoria es sólo simbólica, pues no tiene gran peso político.

De hecho, la gran incógnita es si la candidatura de Haley sobrevivirá a la jornada de hoy o si cederá a las crecientes presiones de su partido y de los donantes para que abandone la contienda.

Además, Trump se somete envalentonado a las urnas tras su victoria judicial de ayer, cuando el Tribunal Supremo ordenó levantar su inhabilitación de las primarias de Colorado, estado que también vota este martes.

El fallo, adoptado por unanimidad, puso fin además a los intentos de Illinois y Maine de sacar al expresidente republicano de la boleta electoral.

Por su parte, Biden se impuso en el Súper Martes de 2020 a su entonces rival demócrata, el senador Bernie Sanders;  cuatro años después llega a esta cita sin casi disputa interna.

Desde que arrancaron las primarias demócratas el pasado 3 de febrero en Carolina del Sur, solo ha perdido dos delegados en juego en las elecciones internas de Míchigan, donde se organizó un voto de protesta por la guerra de Gaza.

A pesar de su indiscutible ventaja, ni Biden ni Trump lograrán este Súper Martes ganar matemáticamente la nominación y tendrán que esperar unos días más.

Ni en el hipotético caso de que se hicieran con todos los delegados en juego, ni Biden lograría todavía la cifra mágica de 1,968 que debe conseguir para hacerse con la candidatura demócrata ni Trump los 1,215 que necesita.

En Broojula, Ana Paula Ordorica platica con Enrique Perret, internacionalista, director de la US-Mexico Foundation, sobre el Súper Martes; de cómo la migración se ha convertido en el tema que más preocupa a los estadounidenses y de qué sigue en la contienda electoral de Estados Unidos.

Donald Trump y el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, lograron una victoria en las primarias en Míchigan, aunque el demócrata recibió un voto de castigo por su gestión en la guerra de Gaza por parte de la significativa población árabe-estadounidense de dicho estado.

Hubo poco suspenso sobre de los resultados para ambos partidos: Biden prácticamente no tuvo rivales en la nominación demócrata y Donald Trump declaró su victoria anticipada en una votación republicana a dos tiempos que concluirá el fin de semana.

Decenas de miles de votantes demócratas optaron por marcar la casilla de “sin compromiso” como parte de una campaña lanzada en protesta por el apoyo brindado por Biden a Israel en la guerra en Gaza.

Con casi dos tercios de los colegios electorales todavía por contabilizar, la opción “sin compromiso” recogía más de 50,000 votos, más del doble que en los recuentos finales de los tres últimos ciclos electorales.

A medida que suben los muertos en la guerra entre Israel y el grupo islamista palestino Hamás, se erosiona el apoyo de los musulmanes y de los árabes estadounidenses hacia Biden, que fue crucial para su victoria sobre Trump en 2020 en Míchigan.

Este estado del Medio Oeste es el que cuenta con una mayor proporción de residentes que se identifican con ascendencia de Oriente Medio o del norte de África.

Los activistas de Míchigan habían pedido a los habitantes votar “sin compromiso” en señal de protesta y para empujar al presidente a exigir a Israel un alto el fuego inmediato.

El grupo ‘Escucha a Míchigan’ aspiraba a reunir a 10.000 votantes “sin compromiso” para transmitir un “mensaje potente e inequívoco” de que financiar y apoyar la guerra está “reñido con los valores del Partido Demócrata”.

La protesta nunca amenazó el camino fácil de Biden hacia la nominación. Su principal rival, el congresista por Minnesota Dean Phillips, no superaba el 3% de los votos en el recuento provisional.

Sin embargo, el número significativo de votos “sin compromiso” podría encender las alarmas de cara a las elecciones de noviembre, cuando Biden no podrá darse el lujo de erosionar a su partido en ese estado bisagra.

Durante las primarias de New Hampshire se lanzó una campaña similar con escasa repercusión, pero Míchigan tiene más población musulmana y árabe.

En cuanto a los republicanos, las cadenas CNN y NBC proyectaban la victoria de Trump a pocos segundos del cierre de las urnas.

Recordemos que el expresidente ha arrasado en los primeros estados de votación y nunca se esperó que Míchigan interrumpiera su marcha hacia la nominación.

Su única rival, su exembajadora ante la ONU, Nikki Haley, perdió en su estado natal de Carolina del Sur el fin de semana pero se ha negado a renunciar porque duda que Trump pueda derrotar a Biden.

Ambos partidos celebraron votaciones ayer, pero los republicanos han adoptado un complejo sistema híbrido que concluye las primarias en este estado cuatro días después mediante asambleas en cada uno de los 13 distritos.

Donald Trump reiteró que los países miembros de la OTAN deben contribuir más a la Alianza, caso contrario Estados Unidos nos los debería proteger ante una agresión.

Durante un mitin que ofreció en Carolina del Sur, el favorito en las primarias republicanas para elegir al candidato de ese partido en las próximas elecciones presidenciales, insistió en que Estados Unidos no debe proteger a los países que no paguen su cuota.

En la ciudad de North Charleston, Trump incluso opinó que la cuota del 2% del PIB que cada país miembro de la OTAN hace en Defensa debería subir al 4%.

Y es que el pasado sábado, en otro mitin electoral también en Carolina del Sur, el expresidente arremetió contra la OTAN y dijo que permitiría que Rusia hiciera lo que quisiera, incluso atacar a los miembros de la Alianza que no realicen el pago del 2% de su PIB, objetivo establecido por la organización transatlántica y que una veintena de miembros no cumplen.

El rechazo de varios líderes europeos no se hizo esperar, al igual que el del actual presidente de EUA, el demócrata Joe Biden, quien calificó el comentario de “estúpido” y “vergonzoso”.

Durante el acto de campaña de ayer por la noche, y como lo ha manifestado en otras ocasiones, Trump señaló que una administración suya resolvería de manera rápida la guerra entre Ucrania y Rusia.

En esta ocasión, saludó que no tenga posibilidad de prosperar en la Cámara de Representantes, de mayoría republicana, el proyecto aprobado por el Senado con un paquete de ayudas por 95,300 millones de dólares, de las cuales 60,000 millones son para Ucrania.

Trump volvió a calificar los procesos legales que afronta como casos de “interferencia electoral”, debido a que concurre a las elecciones generales del próximo noviembre y, agregó que algunas encuestas le dan un triunfo sobre Biden.

“Quieren silenciarme”, señaló Trump al tiempo que llamó a sus simpatizantes a votar en las primarias republicanas de Carolina del Sur, previstas para el próximo 24 de febrero, a las que llega como claro favorito frente a la otra aspirante a la nominación, la exembajadora de EUA ante la ONU, Nikki Haley.

Trump está muy cerca de hacerse con la nominación de su partido después de sus éxitos rotundos en Iowa, Nuevo Hampshire, Nevada e Islas Vírgenes.

El expresidente también aprovechó para arremeter contra Biden, a quien criticó en varios momentos del mitin por la “trágica” gestión de la frontera con México.

Los Republicanos tienen un tema que es un garbanzo de a libra para ellos de cara a la elección presidencial de noviembre 8: el migratorio. Es un garbanzo de a libra porque es el gran problema que le interesa de manera especialmente importante al electorado y en el que este partido goza de una ventaja de 30 puntos sobre los demócratas en la opinión pública cuando se les pregunta cuál partido es el que mejor puede manejar el tema.

La migración es el gran pendiente por resolver. Y en éste logran mayor aceptación los Republicanos sobre los Demócratas. El discurso que pueden y están utilizando para echarle gasolina a una hoguera de por sí encendida es ideal para estos tiempos de odio hacia lo extranjero: ¡Paren la invasión! Es lo que ha dicho Trump y lo que los republicanos, que están a los pies del expresidente, no paran de repetir.

Ahora que Trump ha ganado las primarias de Nuevo Hampshire y los caucuses de Iowa es prácticamente seguro que los estadounidenses verán una repetición de Trump vs. Biden en su elección presidencial. Con ello el banderazo de salida de las campañas generales se ha dado. Y tanto Biden como Trump han adoptado el discurso de dureza y firmeza para decir que quieren arreglar el caos de un sistema migratorio roto.

La realidad es que ninguno está pensando en arreglar nada. Los Demócratas saben que deben empujar políticas más severas y menos humanitarias hacia los migrantes pero entienden que los Republicanos ahora mismo se van a negar a aprobarles nada con tal de seguir utilizando a la migración como herramienta de golpeteo al gobierno de Biden. Las campañas políticas estarán por encima de cualquier tipo de acuerdo bipartidista.

Atrás ha quedado el Biden humanista que quería demostrar que era diferente a Trump en materia migratoria. Ahora tenemos a un presidente demócrata hablando de cerrar la frontera porque sabe que si quiere reelegirse, tiene que demostrar que puede arreglarla. El presidente ya no está escuchando a quienes en su partido y en su gobierno abogan por políticas que respeten los Derechos Humanos y honren el sentido de Estados Unidos como un país de migrantes. En pocas palabras, Biden se han endurecido en el tema migratorio.

Del lado de Trump ya sabemos que hay: gritos que señalan a México como culpable de la invasión a Estados Unidos. Y conocemos sus tácticas intimidatorias que prometen desde ya que, si regresa a La Casa Blanca, podría hasta invadir México con tal de arreglar la frontera.

¿Qué significa esto para México? Que sin quererlo ni pedirlo, formaremos parte de las campañas políticas estadounidenses. Y lo haremos por las razones equivocadas. Porque representamos un problema para Estados Unidos. Así que más nos vale irnos preparado para una temporada muy turbulenta que puede convertirse en huracán categoría 5 si llega a reelegirse Trump.

¿Se estarán preparando para ello en Palacio Nacional?

Columna completa en El Universal

La junta electoral de Illinois descartó expulsar al expresidente Donald Trump de las primarias que se celebrarán en el estado del próximo 19 de marzo, a la espera de que el Tribunal Supremo se pronuncie sobre el futuro del republicano.

Los ocho miembros del organismo desestimaron un caso que pedía descalificar a Trump por su presunta implicación en el asalto al Capitolio de 2021.

La junta electoral de Illinois, cuya decisión puede ser recurrida en tribunales, argumentó que no tiene competencias para pronunciarse sobre la constitucionalidad de la candidatura del republicano.

Esta noticia se dio a conocer cuando faltan pocos días para que el Tribunal Supremo de Estados Unidos escuche, el próximo 8 de febrero, los argumentos en el caso por el que Trump fue expulsado de las primarias en Colorado y Maine.

La decisión que el alto tribunal, de mayoría conservadora, adopte sobre ese asunto marcará jurisprudencia en todo el país.

En el fondo del asunto hay todo un debate jurídico sobre si la Enmienda 14 de la Constitución inhabilita al magnate neoyorquino para ejercer cargos públicos después de haber sido imputado por su vinculación en la “insurrección” del asalto al Capitolio.

Esa enmienda fue aprobada en 1868, después de la guerra civil en Estados Unidos, con el objetivo de evitar pudieran volver al poder los alzados sureños de la Confederación que habían jurado la Constitución y luego la traicionaron.

El 19 de diciembre del año pasado, en un fallo sin precedentes en la historia de Estados Unidos, el Tribunal Supremo de Colorado expulsó a Trump de las primarias en el estado por su papel en el ataque al Capitolio, una decisión que también adoptaron las autoridades de Maine el 28 de diciembre.

El equipo legal de Trump apeló a estas medidas y el Supremo de Estados Unidos admitió a trámite el caso de Colorado el pasado 5 de enero.

Y es que recordemos que en el sistema electoral estadounidense, los estados son los encargados de organizar las elecciones, con sus propias leyes y reglas, por lo que la decisión del Supremo impondrá un único criterio en todo el país.

Trump, que ya ha ganado las primarias en Iowa y en Nuevo Hampshire, es el indiscutible favorito a la nominación republicana para batirse el próximo noviembre en las elecciones con el actual mandatario, Joe Biden.

Donald Trump repitió triunfo la noche de ayer en las primarias republicanas de New Hampshire, derrotando a Nikki Haley, lo que allana su camino en busca de regresar a la Casa Blanca, y perfilándose a enfrentar de nueva cuenta en las urnas al actual presidente, Joe Biden.

El margen de victoria de Trump rondaba los 11 puntos sobre su única rival, Nikki Haley, quien a pesar del resultado, prometió seguir en la contienda.

Haley, de 52 años, felicitó a Trump por su victoria, pero afirmó que “la carrera está lejos de haber terminado”. Advirtió a los republicanos de que convertir a Trump en candidato es una “victoria para Biden” el 5 de noviembre.

“Esta carrera está lejos de haber terminado. Quedan docenas de estados. Y el próximo es mi querido estado de Carolina del Sur”, dijo la noche de ayer. “Soy una luchadora y ahora somos los últimos en pie junto a Donald Trump”, añadió.

Por su parte, en un discurso, el magnate de 77 años volvió a burlarse de su rival, instándola a retirarse. “Vamos a ganar fácilmente”, dijo acerca de cuando la contienda de primarias llegue a su estado natal, Carolina del Sur.

También arremetió contra su posible contrincante en noviembre diciendo que, como presidente, es el “peor de la historia” de Estados Unidos, “un país en decadencia”.

Trump quiere vengarse de Biden desde su derrota electoral en noviembre de 2020, que nunca ha reconocido. Su determinación es tal que no le detendrán los cuatro juicios penales y varias demandas civiles que pesan contra él.

En un comunicado, Biden advirtió que la democracia y las libertades individuales están “en juego”, dando por seguro que Trump “será el candidato republicano”. Su equipo de campaña también da por segur un nuevo duelo Trump-Biden.

Los resultados confirman que su movimiento MAGA “ha completado su toma de control” sobre el Partido Republicano, afirmó el equipo demócrata en un comunicado usando el acrónimo del lema trumpista “Make America Great Again”.

New Hampshire representaba sólo 22 delegados de un total de 1,215 que nominarán oficialmente al candidato republicano en julio en Milwaukee. Pero en comparación con estados más conservadores, es revelador para tomar el pulso nacional y de las próximas primarias, dado que los votantes no afiliados están autorizados a votar en las primarias tanto del partido republicano como del demócrata.

Los demócratas también celebraron primarias ayer en New Hampshire, las cuales ganó Biden, de 81 años, a pesar de que su nombre no figuraba en las papeletas por desacuerdos con la rama local del partido. Como consecuencia no se otorgarán delegados, lo que convierte la elección en algo meramente simbólico en el proceso general de nominación que concluirá en agosto.

La siguiente parada del calendario electoral es Carolina del Sur, donde se celebrarán las primarias el próximo 24 de febrero.

Donald Trump y su exembajadora ante la ONU Nikki Haley se enfrentan este martes en las primarias republicanas de New Hampshire, que según procesos anteriores, podría decidir el resto de la carrera por la Casa Blanca.

Ayer por la noche, durante un mitin en Laconia, Trump se mostró muy confiado en que ganará esta etapa de las primarias. “Ahora quedan dos personas, y creo que una se irá probablemente mañana y la otra se irá en noviembre”, cuando se celebrarán las presidenciales, dijo. “Pero ahora es el momento de que el Partido Republicano se una”, añadió.

Trump aventaja a Haley por casi 20 puntos en las encuestas para esta segunda primaria.

La salida de la carrera el pasado fin de semana del gobernador de Florida, Ron DeSantis, considerado tiempo atrás como el principal rival de Trump, redujo la batalla a un duelo, que se anuncia muy desigual. Trump cuenta con una base de seguidores fieles y ganó las primarias de Iowa con una enorme ventaja sobre DeSantis (segundo) y Haley (tercera).

Si arrasa en New Hampshire, sería muy difícil que la exgobernadora de Carolina del Sur pueda recuperarse.

El camino de Trump, de 77 años, para ser designado candidato de los republicanos frente al demócrata Joe Biden en las elecciones presidenciales de noviembre podría quedar despejado con los resultados de esta noche.

Pero si Haley, de 52 años, reduce la distancia o gana en este estado donde los votantes no afiliados pueden participar, entonces quedaría bien posicionada para la próxima votación a finales de febrero en su estado de Carolina del Sur.

Trump presume de encuestas en su red social Truth Social y volvió a referirse a su rival por el apodo que le puso: “cabeza hueca”. Este fin de semana, también afirmó que “ella no era lo suficientemente dura (…), lo suficientemente inteligente (…), lo suficientemente respetada”.

Aunque Trump no ha parado de acosarlo, DeSantis llamó a los conservadores a votar por él. “Para mí está claro que la mayoría de los votantes de las primarias republicanas quiere darle a Donald Trump otra oportunidad”, dijo al anunciar el fin de su campaña.

New Hampshire representa sólo 22 delegados de un total de 1,215 que nominarán oficialmente al candidato republicano en julio en Milwaukee. Pero en comparación con estados más conservadores, es revelador para tomar el pulso nacional y de las próximas primarias.

Trump, procesado en varios casos, incluido uno por presuntamente haber intentado alterar los resultados de las elecciones de 2020, alternará los próximos meses entre tribunales y los mítines.

Donald Trump se afianzó este lunes como el gran favorito de los republicanos para las elecciones presidenciales de noviembre en Estados Unidos con una victoria contundente en las primarias de Iowa, anunciada apenas media hora después del comienzo de la votación.

El magnate de 77 años, sobre el que pesan cuatro imputaciones penales, aventaja por mucho a sus principales rivales: Ron DeSantis y Nikki Haley, según los resultados definitivos.

Con el 100% de los votos escrutados, Trump se alzó con la victoria en los caucus, obteniendo un 51% de los votos, una diferencia de casi 30 puntos respecto al segundo lugar, ocupado por el gobernador de Florida con el 21.2%, seguido por la tercera posición de la exembajadora de EUA ante la ONU, Nikki Haley quien consiguió el 19.1%.

Trump da así un paso más hacia un probable duelo con el presidente demócrata saliente Joe Biden.

“Creo que ha llegado el momento de que todos, de que nuestro país se una (…). Ya sean republicanos, demócratas, liberales o conservadores”, afirmó el expresidente ante sus simpatizantes congregados en medio de un ambiente festivo en Des Moines, capital de este estado del medio-oeste del país.

Sin embargo, pese a su llamado de “unidad”, resumió su programa electoral, en el cual prometió perforar más pozos petroleros y “cerrar la frontera” con México.

Y es que recordemos que la inmigración es uno de los temas que más preocupa a los republicanos y uno de los predilectos de Trump, quien afirma que los migrantes “envenenan la sangre” del país y amenaza con llevar a cabo “la mayor operación interna de expulsión” si regresa a la Casa Blanca.

En un mensaje en la red social X, Biden reconoció que la victoria en Iowa convierte a Trump en el “claro favorito” de los republicanos “en este momento”.

El gobernador de Florida Ron DeSantis, un conservador con posiciones duras sobre la inmigración o el aborto, apostó todo por Iowa, recorriendo en los últimos meses cada uno de los 99 condados. Celebró su buen resultado, agradeciendo a sus simpatizantes por su apoyo cuando “todos estaban en contra”. Los medios de comunicación “escribieron nuestro obituario hace unos meses”, les dijo.

La exembajadora ante la ONU Nikki Haley, la única mujer en la carrera y muy apreciada por los círculos empresariales, quedó tercera con un 19%, pero no se consideró derrotada y pronosticó que le iría mejor en otras primarias.

En cuarto lugar se situó Vivek Ramaswamy con aproximadamente el 7%, aunque anunció que dejaba la contienda, y llamó a votar por Donald Trump.

A pesar de una fuerte nevada, los votantes salieron a los centros de reunión en Iowa para el “caucus” o asamblea electoral.

Después de una oración y el tradicional juramento de lealtad a la bandera estadounidense, los representantes de los candidatos pronunciaron un discurso y después los participantes plasmaron en una hoja de papel su elección, y se colocaron en los espacios dispuestos para cada grupo.

A partir de la próxima semana el calendario de las primarias llevará a los candidatos a New Hampshire. Seguirán en los demás estados hasta junio. En julio, durante la convención nacional se nominará oficialmente al candidato presidencial republicano.

Donald Trump quiere amarrar la nominación antes de que comiencen sus juicios, algunos de los cuales le exponen a penas de cárcel. El republicano vivirá un año fuera de lo común en todos los sentidos, con idas y venidas en los tribunales.

El Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela suspendió este lunes todo el proceso electoral primario de la oposición, incluido su resultado.

El Tribunal dictaminó que la contienda de la oposición del pasado 22 de octubre puede violar la ley, aunque no quedó claro en el fallo si la suspensión resultaría efectivamente en la anulación de la votación.

El gobierno de Nicolás Maduro ha ridiculizado y minimizado las primarias durante todo el año, pero intensificaron sus ataques después de que las elecciones excedieron las expectativas de participación.

Y es que más de 2.4 millones de venezolanos en el país y en el extranjero votaron, incluso en áreas que alguna vez fueron consideradas bastiones del partido gobernante.

El Tribunal ordenó a los organizadores entregar todas las papeletas, actas de escrutinio y otros documentos bajo el argumento de que la contienda independiente puede violar la ley.

También ratificó las prohibiciones impuestas por el gobierno de Maduro a tres candidatos, incluida la ganadora de las primarias, María Corina Machado, de postularse para cargos públicos.

La exlegisladora fue declarada oficialmente ganadora de las primarias la semana pasada tras obtener 92.35% de los votos, según el conteo definitivo de la comisión organizadora.

Este es considerado el último embate por parte del gobierno de Nicolás Maduro a sus adversarios, antes de las elecciones presidenciales de 2024.

El exvicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, se subió a la pelea al arrancar formalmente su campaña para las primarias republicanas de cara a los comicios presidenciales de 2024.

“No creo que nadie que se anteponga a la Constitución debería ser presidente de Estados Unidos y nadie que pida a otra persona ponerse por encima de la Constitución debería ser presidente de Estados Unidos”, dijo Pence en su primer mitin en Ankeny, Iowa, en referencia a Donald Trump.

En su discurso el exvicepresidente dejó claro que quiere marcar distancias frente a Trump, favorito para hacerse con la nominación republicana en 2024, según las encuestas, y del que Pence se distanció tras el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021.

Pence se presentó como el candidato que hará que el Partido Republicano cumpla con la carta magna, en contraposición a Trump. Recordó lo sucedido el 6 de enero, cuando él ejercía de presidente del Congreso en una sesión para ratificar el triunfo de Joe Biden en los comicios de 2020 y el entonces mandatario republicano le instó a que suspendiera el proceso.

“El 6 de enero fue un día trágico en la vida de nuestra nación, pero gracias a la valentía de las fuerzas de seguridad la violencia fue reprimida y nos volvimos a reunir en el Congreso ese mismo día para completar el trabajo del pueblo estadounidense bajo la Constitución de Estados Unidos”, recordó Pence.

“Como he dicho muchas veces, agregó, en aquel día funesto las palabras de Trump fueron temerarias, hicieron peligrar a mi familia y a todo el mundo”.

Pence apuntó que el pueblo estadounidense “merece saber” que ese día Trump le pidió que eligiera entre él y la Constitución, señalando que ahora “los votantes afrontan la misma elección”.

En ese sentido, opinó que el Partido Republicano “debe ser el Partido de la Constitución de Estados Unidos”.

En su mensaje, Pence, hombre de profundas convicciones religiosas cristinas, lo que puede ser un reclamo para los votantes evangelistas, hizo numerosas alusiones a la Biblia, a orar y a la religión. “Soy cristiano, conservador y republicano, en ese orden”, se definió.

De hecho, en otro esfuerzo de marcar distancias respecto a Trump, habló del tema del aborto y mencionó que, cuando el expresidente se presentó por primera vez a los comicios para la Casa Blanca en 2016, prometió gobernar como un conservador.

Pence subrayó que él es alguien que siempre defenderá “la santidad de la vida”, frente a aspirantes como Trump, que, a su juicio, ven este asunto como “una inconveniencia” e incluso lo ven como el motivo del retroceso republicano en los comicios de medio mandato de 2022.

El republicano criticó la gestión de Biden y señaló que el país está “irreconocible” tras estos años de gobierno demócrata. Describió un panorama desolador con “crisis en todas partes”, como en la frontera, la elevada inflación y el aumento del crimen por culpa de la Administración demócrata.

Pence ha sido el último republicano en lanzar oficialmente su campaña, después de que lo hayan hecho otros once aspirantes, entre los que destacan como favoritos Trump y el gobernador de Florida, Ron DeSantis.

Otros conservadores que han dado un paso adelante son el gobernador de Dakota del Norte, Doug Burgum; la exembajadora de EE.UU. ante la ONU Nikki Haley; el exgobernador de Arkansas Asa Hutchinson; el exgobernador de Nueva Jersey Chris Christie; y el senador por Carolina del Sur, Tim Scott. También los empresarios Vivek Ramaswamy, Ryan Binkley y Perry Johnson, además del locutor Larry Elder, se han sumado a la contienda.

Millones estadounidenses están llamados a las urnas en las primarias demócratas de este martes, en las que domina Joe Biden frente a Bernie Sanders. Son cuatro estados los que realizan votaciones, aunque uno de ellos,  Ohio, canceló de última hora su jornada por temor a la propagación del Covid-19.

“Si bien las urnas se cerrarán mañana, el Secretario de Estado @FrankLaRose buscará un remedio a través de los tribunales para extender las opciones de votación para que cada votante que quiera votar tenga esa oportunidad” (en una fecha posterior)”, dijo el gobernador de Ohio, Mike DeWine, ayer por la noche en Twitter.

Las votaciones previstas en otros tres estados, Arizona, Florida e Illinois, se mantuvieron con fuertes medidas de precaución. El lunes, Donald Trump consideró “inútil” aplazar las primarias, aunque dejó la decisión a los estados.

En Florida, las autoridades trasladaron decenas de centros electorales que estaban en casas de ancianos y distribuyeron abundante gel antibacterial en todos centro de votación.

Pero, entre los temores al contagio y el hecho de que dos millones de personas votaron con anticipación, las filas eran practicamente inexistentes.

Un grupo de organizaciones de derechos humanos de Florida exigió a las autoridades estatales que se extienda la posibilidad de votar por mail.

Luisiana, Georgia, Maryland y Kentucky, que debían votar en los próximos días (Luisiana el 4 de abril, Georgia 19 de marzo, Kentucky 19 de mayo y Maryland el 28 de abril) pospusieron sus primarias para mayo y junio. Otros podrían seguir el ejemplo, puesto que las medidas de prevención para evitar el contagio del coronavirus se están reforzando muy rápidamente en todo Estados Unidos.

Biden, que ya ha ganado más delegados, que son los que designan al candidato en la convención partidaria, está a unos veinte puntos por delante de Bernie Sanders en la mayoría de las encuestas nacionales.

Además, el exvicepresidente acaba de sumar una victoria en el estado de Washington, que celebró primarias la semana pasada, por un estrecho margen de 37.9% contra 36.4% para Sanders.

La votación de este martes, por lo tanto, podría otorgarle a quien fuera la mano derecha de Barack Obama una ventaja decisiva.

Biden, de 77 años, tuvo un buen desempeño en el debate demócrata del domingo pasado, impidiendo que Sanders, de 78 años, pudiera recuperar la ventaja.

Durante el encuentro, anunció que elegiría a una mujer como candidata a la vicepresidenta, lo que debería reunir suficiente apoyo entre los demócratas que quedaron decepcionados porque un grupo récord y muy diverso de precandidatos terminó decantándose por dos hombres blancos septuagenarios.

Después de una serie de fracasos, Sanders, quien se autoproclama socialista democrático, reconoció la semana pasada que había perdido, por el momento, el tema crucial de estas primarias: convencer a los votantes que él es capaz de impedir que Donald Trump logre un segundo mandato.

Todavía muy popular entre los jóvenes, el senador se aferra sin embargo a la contienda y aprovechó el debate para desafiar a Biden en ciertas posiciones de su larga carrera política, con más de 35 años en el Senado y ocho años en la vicepresidencia. Sanders reiteró que si pierde las primarias, apoyará al candidato nominado para desafiar a Trump.

En Florida, en particular, los demócratas de origen cubano tienen dificultades para digerir ciertos comentarios de Bernie Sanders considerados demasiado benevolentes hacia el régimen de los Castro.

Joe Biden consolidó su ventaja hacia la nominación del partido Demócrata con el triunfo en Michigan; el exvicepresidente tendió la mano a su rival, el senador Bernie Sanders, afirmando que juntos van a derrotar a Donald Trump en noviembre.

En una noche en la que votaron seis estados, Biden logró imponerse en Misisipi, Misuri, Idaho y en el estado clave de la jornada de ayer, Michigan, aumentando su ventaja.

En tanto, Sanders ganó en Dakota del Norte, mientras que la carrera era demasiado cerrada en el estado de Washington como para anticipar un ganador.

“Quiero agradecer a Bernie Sanders y a sus seguidores por su energía infatigable y su pasión. Tenemos el mismo objetivo y juntos vamos a vencer a Donald Trump”, dijo Biden desde Filadelfia. “Aunque todavía queda camino, parece que vamos a tener otra buena noche”.

Michigan es un estado columpio que optó por Trump en 2016, y donde Sanders triunfó frente a Hillary Clinton en las internas demócratas de ese año. Este estado ostenta más de un tercio de los 352 delegados que estuvieron en juego el martes.

Según las proyecciones, Biden sumaría la mayoría de los 125 delegados de Michigan; la mayor parte de los 68 delegados de Misuri, y una parte importante de los 36 que aporta Misisipi. Su contundente victoria en Misisipi, donde sumó cerca del 80% de los votos, reflejó su popularidad en un segmento clave: los electores negros.

Biden busca obtener una ventaja que lo acerque a los 1,991 delegados necesarios para ganar la investidura en la convención demócrata de julio próximo, luego de espectaculares resultados en las votaciones del “supermartes” la semana pasada, cunado ganó 10 de los 14 estados en juego.

En los últimos diez días, las primarias dieron un vuelco después que el triunfo de Biden en Carolina del Sur revirtiera la racha de victorias de Sanders, quien rozó el liderato en Iowa y se impuso en New Hampshire y en Nevada.

La campaña de Trump descalificó los resultados de este martes: “Nunca ha importado quién es el candidato demócrata (…) Son dos caras de la misma moneda”, agregó el directivo de campaña de Trump, Brad Parscale.

Sanders no habló la noche de ayer. Su campaña indicó que no tenía intenciones de retirarse y que estará en el debate del próximo domingo. Se sabe que esta tarde ofrecerá una conferencia de prensa para fijar postura.

La congresista Alexandria Ocasio-Cortez, una joven y carismática representante por Nueva York que es uno de los pilares de la campaña de Sanders, dijo que la jornada marcaba “una noche dura para el movimiento”.

Estadounidenses de seis estados votan este martes en la última fecha de las primarias que decidirá si Joe Biden o Bernie Sanders será el candidato demócrata a la presidencia, y quien enfrentará a Donald Trump en noviembre próximo.

Los electores de Michigan , Idaho, Misisipi, Missouri, Dakota del Norte y el estado de Washington participan en la contienda de hoy.

Michigan, con una gran bolsa de delegados a repartir y su historia de ser un estado “columpio”, es el gran premio de la jornada.

Analistas señalan que Sanders necesita un buen desempeño en Michigan para mantener su campaña a flote tras perder el liderazgo ante Biden, por lo que ambos candidatos han recorrido el estado en los últimos días para ampliar su base y movilizar a sus electores.

Los dos políticos veteranos luchan por la candidatura presidencial demócrata, tras el retiro de todos los demás aspirantes, que mayoritariamente salieron luego a dar su apoyo a Biden.

Sanders, el senador por Vermont que se autodenomina “socialista democrático”, lideró la carrera a inicios del año y tuvo un buen desempeño en las primeras internas, pero ahora se encuentra detrás de Biden, luego de que el exvicepresidente sumara una importante victoria en Carolina del Sur y en 10 de 14 de los estados la semana pasada en el llamado supermartes.

Michigan había votado demócrata en las seis anteriores elecciones a Trump, quien logró una victoria en este estado en 2016, conquistando a la clase trabajadora, particularmente del sector automotriz.

Según las últimas encuestas, Biden lidera en las intenciones de voto en Michigan, Missouri y Misisipi.

El exvicepresidente y aspirante a la candidatura presidencial demócrata, Joe Biden, abandonó este martes de manera inesperada New Hampshire horas antes del recuento de la primaria, anticipando malos resultados.

“Vamos a Carolina del Sur esta noche”, dijo a los periodistas que le acompañaban, al explicar la abrupta partida.

Minutos antes un correo desde su campaña anunciaba la cancelación de la participación de Biden en la fiesta electoral prevista para seguir los resultados en la noche del martes en Nashua (New Hampshire).

Aunque dijo estar “ligeramente esperanzado” sobre los resultados en la segunda cita de las primarias demócratas, tras los caucus de Iowa la semana pasada, lo cierto es que en los últimos días las encuestas mostraban que su candidatura estaba en caída libre: había pasado de liderarlas a luchar por el cuarto puesto.

A la cabeza están el senador Bernie Sanders y el exalcalde Pete Buttigieg; seguidos de lejos por la senadora Elizabeth Warren y el propio exvicepresidente.

Biden, de 77 años, arrancó la contienda como el aspirante favorito del ala pragmática de los demócratas y esgrime con insistencia sus ocho años al lado de su “amigo” Barack Obama en La Casa Blanca como la guinda a una dilatada trayectoria política en el Senado de Estados Unidos (1973-2009).

Sin embargo, la pasada semana en los “caucus” de Iowa culminó en un decepcionante cuarto lugar, detrás de Buttitieg, joven estrella moderada en ascenso; Sanders, veterano representante de la vertiente más izquierdista de los demócratas; y Warren, senadora progresista.

La campaña de Biden ha insistido en que estos primeros dos estados, Iowa y NewHampshire, no representan la diversidad del país actual, al ser mayoritariamente blancos y rurales, por lo que no esperaba ganar en ambos.

La fuerza del exvicepresidente se encuentra en estados con una demografía más heterogénea, como son las dos siguientes paradas de las primarias: Carolina del Sur, con un importante porcentaje de población afroamericana, el 29 de febrero; y Nevada, con elevada representación de latinos, el 22 de febrero. En estos dos estados, las encuestas todavía le dan opciones de victoria.

“Miren, esto apenas acaba de empezar. Esto es un maratón”, replicó durante el fin de semana en New Hampshire al responder a las dudas sobre la viabilidad de su candidatura y su respaldo menguante en las encuestas.