Tag

recesión

Browsing

El Banco Mundial (BM) advirtió este martes del riesgo de una “década de oportunidades desperdiciadas” para la economía global tras el peor crecimiento en los últimos cinco años en más de tres décadas.

La institución espera un crecimiento del 2.4% de la economía global para este año, es decir en descenso por tercer año consecutivo tras alcanzar el 2.6% en 2023, según su último informe de perspectivas.

Esto es 0.75 puntos porcentuales menos que el promedio observado desde principios de la década de 2000. Con la excepción de la fuerte recesión provocada por la pandemia de COVID-19 en 2020, este sería el crecimiento global más bajo en un año desde la crisis financiera de 2008.

Para la región de América Latina y el Caribe las perspectivas económicas “sugieren una recuperación gradual”, con un crecimiento del 2.3% en 2024 y del 2.5% en 2025.

Pero las proyecciones de crecimiento económico para este año son dispares en la región: Brasil (+1.5%), México (+2.6%), Argentina (+2.7%), Colombia (+1.8%), Chile (+1.8%) y Perú (+2.5%).

En el Caribe, con la excepción de Guyana, que experimenta un auge de sus recursos, se espera que las economías crezcan un 4.1% y América Central 3.7% debido sobre todo a un aumento moderado de las remesas.

Además la modesta expansión regional prevista está expuesta a múltiples riesgos, como una escalada de las tensiones geopolíticas, especialmente en Oriente Medio, que podría provocar un alza de los precios del petróleo, y los fenómenos meteorológicos extremos, que afectan sobre todo a la agricultura, la energía y la pesca.

Se advierten otros dos factores: la persistente inflación básica de las economías avanzadas y una desaceleración más abrupta de lo esperado en la economía china, que pasa de crecer 5.2% en 2023 a 4.5% este año y 4.3% en 2025.

En general las predicciones del Banco Mundial son poco optimistas aunque reconoce que “la economía mundial está en mejor situación que hace un año: el riesgo de una recesión mundial ha disminuido, en gran parte debido a la fortaleza de la economía de Estados Unidos”.

Más allá de las dificultades para la economía global, la organización financiera destaca que la recuperación poscovid ha sido muy desigual. La mayoría de las economías avanzadas han vuelto a niveles equivalentes o superiores a los de antes de la pandemia pero no es el caso de muchos países en desarrollo o emergentes.

Si vemos las variables económicas de México, llama la atención lo bien que están tomando en cuenta el panorama político nacional polarizado; el ataque desde el poder a la democracia; y la visión estatista anclada en los 70s del gobierno actual.

Aun así, el tipo de cambio no solo ha estado estable, sino que el peso se ha fortalecido frente al dólar. Las reservas internacionales están en más de 200 mil millones de dólares gracias a un crecimiento acumulado a lo largo del 2022. El crecimiento reportado para el año que acaba de concluir fue mejor de lo esperado. Las finanzas públicas se vieron favorecidas por un precio elevado del petróleo y ni qué decir de las carretadas de dinero que entran al país producto de las remesas.

En el mundo la situación ha sido menos grave de lo que las estimaciones económicas apuntaban. Ahora que estuve en el Foro Económico Mundial de Davos, no puedo decir que hubo optimismo per se, pero sí una visión mucho menos pesimista de la que esperaba. La palabra temida, recesión, fue abordada con mejores ojos de los que anticipé. Los datos de inflación, sobre todo en Estados Unidos, mostraron desde diciembre señales de mejoría. El desempleo no se disparó. Con ello la visión de los economistas presentes en los Alpes Suizos fue mucho mejor de lo previsto.

Estamos pues ante un panorama menos pesimista en las principales economías del mundo y en especial en Estados Unidos. Esto en un momento en que el comercio con países amigos se ha vuelto primordial. De ahí la constante referencia al ‘friendshoring’ y ‘nearshoring’ del cuál el principal beneficiado podría ser nuestro país. Hay una oportunidad magnífica para México. Además, si volteamos a ver las economías de otros países latinoamericanos, nuestro país se ve como la mejor opción para el capital y la inversión. ¿Van a preferir Perú y su inestabilidad política? ¿Brasil que quiere una moneda común con ¡Argentina!? ¿Venezuela; El Salvador; Nicaragua? México brilla si lo comparamos con cualquiera de estas opciones.

México podría ser en este momento un alacrán con alas. Tenemos todas las oportunidades posibles jugando a nuestro favor. Pero…como dice el dicho: “Dios no da alas a los alacranes”.

Y las alas se las está cortando a México el presidente López Obrador con sus decisiones estatistas y erradas. Una vez más, se desaprovecha esta oportunidad de crecimiento que traería enormes beneficios para los mexicanos.

La mejor apuesta que podríamos hacer como país es asociarnos en materia energética con nuestros vecinos del TMEC para que ellos arriesguen su dinero en México y todos ganemos en los proyectos que resulten productivos.

México ha sido una potencia en la producción de autos. El mercado está girando hacia los vehículos eléctricos. Justo ahora es cuando México debería subirse en esa ola. Pero tenemos un presidente que prefiere legalizar los autos chocolate.

López Obrador presume constantemente los ríos de remesas que entran al país. ¿Por qué no piensa en un programa gubernamental para que éstas puedan invertirse en proyectos productivos? Entran y entran remesas y ¿a dónde se van? Hoy solamente tenemos al presidente aplaudiendo las remesas pero desaprovechando la oportunidad de que éstas se traduzcan en proyectos que sumen al presente y futuro de México.

México podría ser un alacrán con alas pero es, simplemente, un alacrán.

Apostilla: AMLO es un populista sin un plan. Esta fue la mejor descripción que escuché sobre el presidente de México en Davos.

Columna completa en El Universal

La economía de Estados Unidos cerró 2022 con un crecimiento de 2.1%, según un informe publicado este jueves por la Oficina de Análisis Económico (BEA).

En 2021, según cifras del Departamento de Comercio, que lleva los datos de crecimiento, el país tuvo la mayor expansión económica anual desde 1984: 5.9%.

En el cuarto trimestre de 2022, la economía estadounidense creció 2.9% en proyección anual, la medida utilizada en Estados Unidos que proyecta el crecimiento a 12 meses en base a las condiciones prevalentes al momento de la medición.

Según esta estadística, el PIB estadounidense aumentó 0.7% con respecto al trimestre anterior,; dicho aumento se produjo, señaló la BEA, en el marco de una inflación moderada, un desempleo bajo, incertidumbres continuas en la cadena de suministro y tasas de interés en aumento.

Estados Unidos cierra así el año cada vez más lejos de la posibilidad de una recesión tras los dos primeros trimestres de decrecimiento.

Aunque técnicamente algunos especialistas consideran dos trimestres de caída como una recesión, muchos, desde el gobierno hasta economistas, también toman en cuenta la solidez del mercado laboral, entre otros factores, y señalan que no hubo recesión en Estados Unidos el año pasado.

El consumo, motor del crecimiento de Estados Unidos, permaneció sólido a fines de 2022, a pesar de los incrementos de tasas decididos por la Reserva Federal (Fed) para tratar de reencauzar la economía y liberar presión sobre los precios.

Se registraron aumentos en el gasto de consumo, las exportaciones, la inversión en inventarios privados y la inversión fija no residencial, que fueron compensados en parte por disminuciones en la inversión fija residencial y el gasto del Gobierno federal.

El Gobierno de EUA recibió con agrado las cifras. Alejandra Castillo, subsecretaria de Comercio y Desarrollo Económico del Departamento de Comercio dijo que “esta ha sido la recuperación económica más rápida que hemos visto desde 1953”, en referencia a la desaceleración económica que vivió Estados Unidos en el segundo trimestre de 1953 y que duró solo hasta el primer trimestre de 1954.

Castillo, además, destacó las medidas que ha tomado la administración de Joe Biden, para fortalecer la economía y prepararla para el futuro.

En diciembre, la Fed llevó a cabo su último aumento de tasas de interés, que fue la séptima desde marzo. Aunque fue de medio punto, frente a las cuatro alzas consecutivas de 0.75, la Fed ha dejado claro que los aumentos no van a parar por el momento.

La siguiente decisión la tomarán los miembros del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) de la Fed en su próxima reunión, que tendrá lugar los próximos 31 de enero y 1 de febrero.

La economía de México seguirá los pasos de Estados Unidos y caerá en recesión este 2023, afectada sobre todo a través de los canales del comercio y las remesas, estimó este viernes Bank of America (BofA).

La institución privada indicó que aun así, el Producto Interno Bruto (PIB) de nuestro país crecerá un 0.3% en 2023, una mejora frente a la contracción del 0.5% prevista de manera inicial.

“Los ciclos de negocios en Estados Unidos y en México están altamente vinculados, especialmente en recesiones”, explicó el BofA en una nota a sus clientes. “En el aspecto económico, los principales canales de transmisión de la desaceleración en Estados Unidos podrían ser las remesas y el comercio”, agregó.

Indicó que la economía estadounidense podría registrar su primera contracción en el segundo trimestre del año, para observar una expansión del 0.7% en 2023, según la institución.

BofA consideró que por el lado comercial con México, los ciclos manufactureros están altamente correlacionados y las importaciones mexicanas de bienes intermedios se encuentran en desaceleración, lo que pronto impactará también a las exportaciones mexicanas.

La entidad estima que la economía de nuestro país tuvo un crecimiento del 3.1% en 2022. En 2021, el PIB avanzó un 4.7%, tras el colapso del 8.2% registrado en 2020 por la pandemia del nuevo coronavirus

La proyección de BofA llega cuando se conoce que la actividad económica habría profundizado su declive durante el último mes del año pasado, según datos difundidos este viernes por el INEGI.

El Indicador Oportuno de la Actividad Económica (IOAE) proyecta una contracción del 0.4% frente a noviembre, cuando habría disminuido un 0.1% y luego de un estancamiento mostrado en octubre.

“Queda claro que enfrentamos una desaceleración en la actividad económica”, escribió tras la divulgación de los datos el subgobernador del Banxico, Jonathan Heath, haciéndose eco de varios expertos del mercado que calculan un crecimiento del PIB del cuarto trimestre del 0.4%, el más bajo del año.

Tanto para las actividades secundarias, que engloban las manufacturas, como para las terciarias, que abarcan los servicios, el IOAE proyectó una caída del 0.6%.

Este indicador estima el desempeño de la economía antes de la publicación del índice general IGAE, un referencial del PIB mensual.

En octubre, la actividad económica en el país , medida por el IGAE, no registró variación contra el mes previo.

El IGAE de noviembre será dado a conocer el próximo 25 de enero y, una semana después, la estimación oportuna del PIB del cuarto trimestre de 2022.

A tasa interanual, la economía habría crecido un 2.7% en diciembre, según las previsiones del INEGI, muy por debajo del 4.1% anticipado para noviembre.

La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, advirtió que “un tercio de la economía mundial” estará en recesión este 2023, incluida “la mitad de la Unión Europea”.

En una entrevista en la cadena estadounidense de televisión CBS, Georgieva asegura que “para la mayoría del mundo (2023) va a ser un año duro, más duro que el que dejamos atrás”, ya que las tres grandes economías (Estados Unidos, Unión Europea y China) “se están ralentizando simultáneamente”.

El FMI prevé que la mitad de los países de la Unión Europea, cuya economía está “severamente impactada” por la guerra en Ucrania, entre en recesión en 2023.

En cambio, ve la economía estadounidense más “resiliente” y confía en que la fortaleza de su mercado laboral le ayude a “evitar la recesión” e incluso a “sostener al mundo en un año muy difícil”.

Recordemos que en octubre pasado, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, admitió la posibilidad de una “ligera” recesión tras las previsiones económicas que dio a conocer el FMI, en medio del aumento de la inflación y la incertidumbre tras la invasión rusa de Ucrania.

“No creo que haya una recesión”, dijo Biden en entrevista con CNN. “Si la hay, será una recesión muy ligera. Es decir, bajaremos ligeramente”.

Por lo que respecta a China, los efectos de su política de COVID Cero llevarán a su crecimiento económico a situarse “igual o por debajo” del mundial, lo que tendrá un impacto negativo en su economía, la de la región y la mundial, adelantó Kristalina Georgieva.

Fue en su proyección de octubre, cuando el FMI ya alertaba sobre que más de un tercio de la economía mundial se contraería, además de que habló sobre un 25% de posibilidades de que el Producto Interno Bruto (PIB) global creciera menos del 2% este año, lo que significaría recesión global.

De acuerdo a las expectativas del FMI, después de haberse registrado un crecimiento del PIB de 3.2% en 2022, para este año habría una desaceleración de 2.7%, el crecimiento más débil desde 2001, sin contar lo sucedido con las crisis financieras mundiales y por la pandemia de COVID-19.

La economía de Estados Unidos creció un 0.7% en el tercer trimestre del año, ligeramente mayor a lo estimado inicialmente, según el segundo cálculo del Producto Interior Bruto publicado este miércoles por la Oficina de Análisis Económico (BEA).

La primera economía del mundo creció a un ritmo anual del 2.9%, tres décimas por encima de lo que se preveía en el primer cálculo, luego de que mejorara la inversión y aumentaran las exportaciones.

Con estos datos se confirma que Estados Unidos crece con más fuerza de lo esperado y deja atrás los temores de recesión después de haber registrado en la primera mitad del año dos trimestres consecutivos de caída, lo que se considera en teoría una recesión técnica.

Los datos conocidos hoy llegan en medio de una coyuntura que sigue siendo complicada con la inflación aún en niveles históricos, aunque los precios de consumo también han empezado a bajar en los últimos meses.

Según la BEA, la mejora de los datos con respecto al primer cálculo se debe a que se han revisado al alza tanto el consumo de los hogares como la inversión residencial, mientras que los datos preliminares sobre el aumento de la inversión privada no residencial se han revisado a la baja.

También ha sido mayor de lo esperado el gasto público, tanto federal como local y estatal.

En cualquier caso, uno de los componentes que empuja en mayor medida el PIB es el aumento de las exportaciones. Estados Unidos está vendiendo más al exterior, sobre todo componentes industriales y también servicios profesionales.

Recordemos que al igual que en diversas partes del mundo, la lucha contra la inflación es la prioridad tanto para el gobierno estadounidense como para la Reserva Federal (Fed), que ha subido las tasas de interés seis veces consecutivas desde marzo, la última vez a principios de noviembre.

Muchos analistas esperan, no obstante, que la Fed modere dichos aumentos, y que la próxima decisión de política monetaria sea de medio punto en lugar de 0.75 puntos como han venido siendo las más recientes.

La economía de Estados Unidos parece estar retomando el crecimiento tras contraerse los dos trimestres anteriores. De julio a septiembre, el Producto Interior Bruto (PIB) del país vecino creció 0.6% en tercer trimestre del año, y un 2.6% a tasa anualizada, según datos del Departamento de Comercio dados a conocer este jueves.

Así, la economía más grande del mundo se está expandiendo por primera vez desde principios de 2022, además de que el repunte fue más fuerte de lo previsto, dado que los analistas esperaban un crecimiento del PIB del 2.3%.

El PIB estadounidense se contrajo en los dos primeros trimestres del año, cayendo un 1.6% y luego un 0.6%, pero sin entrar en recesión, según la administración Biden y muchos economistas, aunque otros analistas insisten en que el inicio de una recesión podría ser solo cuestión de tiempo.

El propio presidente Joe Biden mencionó a principios de mes la posibilidad de una “recesión muy leve”.

Sin embargo, el repunte es una buena noticia para Biden, pues llega antes de los comicios del próximo 8 de noviembre, en donde estaría en juego la mayoría demócrata en el Congreso.

De hecho, la situación económica del país ha sido un tema que ha ocupado el partido republicano para buscar los votos de los electores, principalmente el tema de la inflación, que se mantiene cerca de su nivel más alto en 40 años, en 8.2% interanual.

El dato del PIB en Estados Unidos coincide con el anuncio del Banco Central Europeo (BCE), que volvió a aplicar un aumento a las tasas de interés, confirmando el ritmo más rápido de incrementos en la historia del euro, lo que plantea dudas sobre hasta dónde pretende llegar el banco ante la amenaza de recesión que se avecina.

Christine Lagarde, presidenta del BCE, dijo a los periodistas que la economía de la eurozona se debilitará a inicios del año entrante. Agregó que la “inflación está reduciendo los ingresos reales de las personas y elevando los costos de las empresas” y está frenando el gasto y la producción.

El consejo de gobierno de 25 miembros reunido en Fráncfort elevó sus tasas de interés de referencia en 75 puntos, igualando su aumento récord del mes pasado y adoptando la misma estrategia que la Reserva Federal de Estados Unidos.

“La inflación sigue siendo demasiado alta y se mantendrá por encima del objetivo durante un período prolongado”, dijo el BCE en un comunicado.

En apenas tres meses, el banco europeo ha elevado las tasas para los 19 países de la zona del euro en 2 puntos porcentuales, un rango que tardó 18 meses durante su última fase extendida de aumentos entre 2005 y 2007 y 17 meses entre 1999 y el 2000.

Los ajustes a las tasas de interés buscan frenar la inflación alimentada por los altos precios de la energía vinculados a la guerra de Rusia en Ucrania, las alteraciones en las cadenas de suministro posteriores a la pandemia de coronavirus y la reactivación de la demanda de bienes y servicios después de que disminuyeron las restricciones por el COVID-19.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, admitió la posibilidad de una “ligera” recesión tras las previsiones económicas que dio a conocer el Fondo Monetario Internacional (FMI), en medio del aumento de la inflación y la incertidumbre tras la invasión rusa de Ucrania.

“No creo que haya una recesión”, dijo Biden en entrevista con la CNN. “Si la hay, será una recesión muy ligera. Es decir, bajaremos ligeramente”.

Y es que de acuerdo a su informe de perspectivas económicas globales, publicado ayer, el FMI mantiene en 3.2% su previsión de crecimiento global para este 2022, advirtiendo que los riesgos que ya han ralentizado la evolución económica mundial van a persistir y pueden empeorarla.

Señala que la economía global se frenará más de lo esperando en 2023, un año en el que buena parte del mundo estará en riesgo de recesión o acabará cayendo en ella, según el Fondo Monetario. Rebajó en dos décimas, hasta 2.7%, su previsión de crecimiento para el próximo año.

Para Estados Unidos, el FMI anticipa que este año crecerá 1.6% y en 2023 su desempeño económico se reducirá al 1.0%.

Estados Unidos no sería el único país que enfrenta esta situación. En entrevista con la agencia AFP, el economista jefe del FMI, Pierre-Olivier Gourincha, indicó que Rusia es ya el único país del G20 en recesión este año y seguirá por el mismo camino en 2023 e incluso después.

“Prevemos una recesión para 2022, ciertamente menos pronunciada que la prevista inicialmente pero que continuará en 2023. Y si miramos más allá, creemos que la tendencia continuará a la baja, no hay una recuperación a la vista para la economía rusa”, indicó el experto.

En el mismo sentido, el gobierno alemán presentó este miércoles sus proyecciones económicas de otoño para 2023, que muestran una inminente recesión en la llamada locomotora europea, derivado del impacto de la crisis energética y la elevada inflación.

Alemania entrará en recesión económica en 2023, cuando su PIB caiga un 0.4%, según las proyecciones del gobierno presentadas este miércoles por el ministro de Economía y vicecanciller, Robert Habeck.

La nueva predicción es una revisión claramente a la baja del pronóstico de primavera, que estimaba un crecimiento del 2.5%, y coincide con los pronósticos de los principales institutos de estudios económicos.

El nuevo dato del gobierno coincide con el pronóstico realizado en su informe conjunto por los cuatro institutos de estudios económicos más importantes de Alemania.

El FMI, por su parte, había estimado que la economía alemana caerá en 2023 un 0.3% después de un crecimiento del 1.5% en este año. El FMI considera que Alemania es el más afectado de los países industrializados por la crisis actual. En verano el Fondo había estimado que Alemania crecería en 2023 un 2.7%.

El gobierno estadounidense confirmó este jueves que la economía del país retrocedió 0.1% en el segundo trimestre del año, con lo cayó a un ritmo anual del 0.6%.

Así lo señala el tercer y último cálculo oficial de la evolución económica del país publicado por la Oficina de Estadísticas Laborales (BEA), que confirma la recesión técnica de la mayor economía del mundo, al registrar dos trimestres seguidos de retroceso, del 0.4% de enero a marzo y de una décima de abril a junio.

La BEA recordó que estos datos se produjeron en un contexto de elevada inflación y de aumentos en las tasas de interés para contenerla, y con otros desafíos como los problemas en la cadena de suministro, aunque del lado positivo destacó el bajo índice de desempleo.

Advirtió, no obstante, de que los efectos de todos estos factores no se pueden calcular de forma separada a la hora de hacer la estimación económica.

Según esta estadística, el retroceso en el segundo trimestre refleja sobre todo las caídas del lado de la inversión, tanto la privada como la residencial, y del lado del gasto público, tanto federal como estatal o local.

Caídas que se vieron parcialmente compensadas por el aumento en las exportaciones y en el gasto de los consumidores. Las importaciones también subieron, lo que afecta negativamente al cálculo del PIB.

Los dos trimestres de caída del PIB confirman la recesión técnica de la primera economía del mundo, aunque desde el gobierno que encabeza Joe Biden, se ha insistido en todo momento en que Estados Unidos no se encuentra en un escenario de recesión.

Los riesgos, no obstante, siguen ahí en un momento de elevada incertidumbre como el actual, marcado por la alta inflación y los efectos de la guerra de Ucrania.

Estados Unidos lleva meses tratando de contener los precios y la Reserva Federal aprobó la semana pasada la quinta subida consecutiva de las tasas de interés, que están ya entre el 3% y el 3.25%, el nivel más alto en los últimos 14 años.

El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, reconoció la semana pasada, tras anunciar el aumento de 0.75 puntos, que esta política monetaria mucho más restrictiva ralentizará la economía.

Powell admitió que la Fed sabe que los aumentos de tipos probablemente causarán “un período de crecimiento económico por debajo de la tendencia”, y que las condiciones del mercado laboral, extremadamente robusto desde que comenzó la recuperación pospandemia, seguramente empeorarán.

La tasa de inflación en Estados está bajando aunque continúa siendo muy elevada, del 8.3% en agosto.

El mundo puede estar acercándose a una recesión global a medida que los bancos centrales aumentan simultáneamente las tasas de interés para combatir la inflación, advirtió este jueves el Banco Mundial (BM).

Las tres economías más grandes del mundo: Estados Unidos, China y la zona euro, se han desacelerado drásticamente, e incluso un “impacto moderado en la economía global durante el próximo año podría llevarla a una recesión”, afirmó el banco en un nuevo estudio.

El Banco Mundial dijo que la economía global ahora estaba en su desaceleración más pronunciada luego de una recuperación posterior a la recesión desde 1970, mientras que la confianza del consumidor cayó más drásicamente que en el período previo a las recesiones globales anteriores.

“El crecimiento global se está desacelerando bruscamente, y es probable que se desacelere aún más a medida que más países caigan en recesión”, dijo el presidente del Banco Mundial, David Malpass, y agregó su preocupación de que estas tendencias persistan, con consecuencias devastadoras para las economías de mercados emergentes y en desarrollo.

Es probable que los aumentos sincronizados de las tasas de interés en curso a nivel mundial y las medidas de políticas monetarias relacionadas continúen hasta entrado el próximo año, pero podrían no ser suficientes para hacer que la inflación vuelva a los niveles vistos antes de la pandemia de COVID-19, recalcó el banco.

A menos que disminuyan las interrupciones del lado de la oferta y las presiones del mercado laboral, la tasa de inflación subyacente mundial, sin incluir la energía, podría permanecer en alrededor del 5% en 2023, casi el doble del promedio de los cinco años antes de la pandemia.

Para reducir la inflación, es posible que los bancos centrales deban aumentar las tasas de interés en 2 puntos porcentuales más, además del aumento de 2 puntos porcentuales ya visto sobre el promedio de 2021, dijo.

Sin embargo, un aumento de ese tamaño, junto con la tensión en los mercados financieros, reduciría el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) mundial a 0.5% en 2023, o una contracción de 0.4% en términos per cápita, lo que cumpliría con la definición técnica de una recesión mundial, agregó.

Malpass dijo que las autoridades deberían cambiar su enfoque de reducir el consumo a impulsar la producción, incluidos los esfuerzos para generar inversiones adicionales y aumentos de productividad.

El Banco de Inglaterra anunció este jueves el máximo aumento en su tasa de interés en 27 años, a pesar de advertir de que se avecina una larga recesión.

El Comité de Política Monetaria del Banco de Inglaterra votó por 8 votos a favor y 1 en contra dictar un aumento de medio punto porcentual del tipo de interés bancario, desde el 1.25% hasta el 1.75%, su nivel más alto desde finales de 2008.

La mayoría de los economistas preveían la subida de 50 puntos base, en un momento en que los bancos centrales de todo el mundo se esfuerzan por contener el aumento de los precios.

El gobernador Andrew Bailey dijo que todas las opciones estaban sobre la mesa para la próxima reunión del BoE en septiembre, y en el futuro. “Volver a situar la inflación en el objetivo del 2% sigue siendo nuestra prioridad absoluta. No hay peros al respecto”, dijo en una conferencia de prensa.

El alarmante panorama económico llega en un momento de mayor agitación política en Reino Unido, con el primer ministro Boris Johnson obligado a dimitir, lo que ha desencadenado una larga carrera para sustituirlo que ha dividido al partido gobernante.

La favorita para ganar, la ministra de Asuntos Exteriores Liz Truss, ha prometido grandes recortes fiscales y una revisión del mandato del Banco de Inglaterra.

El Banco de Inglaterra advirtió de que Reino Unido se enfrentaba a una recesión con una caída acumulada del PIB del 2.1%, similar a la caída en la década de 1990, pero muy inferior al impacto del COVID-19 y la desaceleración causada por la crisis financiera mundial de 2008-09.

La economía comenzaría a contraerse en el último trimestre de 2022 y se contraería a lo largo de todo 2023, lo que la convertiría en la recesión más larga desde después de la crisis financiera mundial.

La inflación de los precios al consumo podría alcanzar un máximo del 13.3% en octubre, el nivel más alto desde 1980, debido sobre todo al aumento de los precios de la energía tras la invasión rusa de Ucrania.

La libra esterlina caía frente al dólar estadounidense, mientras los futuros preveían una nueva subida de los tipos de interés de 25 puntos base, hasta el 2%, para la próxima reunión del Banco de Inglaterra en septiembre.

La inflación de los precios al consumo en Reino Unido alcanzó en junio su nivel más alto de los últimos 40 años, 9.4%, más de cuatro veces el objetivo del 2% fijado por el Banco de Inglaterra, lo que ha desencadenado huelgas y ha metido presión al eventual sucesor de Boris Johnson como próximo primer ministro británico para que ofrezca más ayudas.

El BoE había previsto anteriormente que la inflación alcanzara un pico superior al 11% y que la economía británica no creciera casi antes de 2025, como muy pronto. En sus nuevas previsiones, el BoE prevé que la inflación volverá a caer hasta el 2% dentro de dos años, a medida que el impacto de la economía haga mella en la demanda.

Recordemos que el banco central británico ha subido los tipos de interés en seis ocasiones desde diciembre, pero el movimiento de hoy fue el mayor desde 1995.

La presión sobre el gobernador Andrew Bailey y sus colegas para que actúen con medidas más amplias se intensificó tras las recientes subidas de las tasas por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos, el Banco Central Europeo y otros bancos centrales.

La economía estadounidense se redujo entre abril y junio por segundo trimestre consecutivo, con una contracción del 0.9% anual, elevando los temores de una recesión inminente, informó este jueves el Departamento de Comercio.

Esta caída del Producto Interno Bruto (PIB) siguió a la contracción de 1.6% anual en el primer trimestre del año.

La caída del PIB en dos trimestres consecutivos constituye un indicador informal, aunque no definitivo, de recesión, según algunos especialistas.

El informe aparece en un momento crucial. Consumidores y empresas padecen los efectos de una fuerte inflación y el encarecimiento del crédito.

Ayer, la Reserva Federal aumentó su tasa de interés referente en tres cuartos de punto por segunda vez consecutiva para tratar de contener la inflación más alta de las últimas cuatro décadas. La Fed intenta lograr que la economía se estabilice, sin provocar una recesión.

El presidente de la Fed, Jerome Powell, y muchos economistas han dicho que, si bien la economía se debilita, no ha caído en una recesión.

Apuntan en particular al robusto mercado laboral, con 11 millones de ofertas de empleo y una tasa de desempleo insólitamente baja de 3.6%, para insinuar que la recesión, si viene, aún es un hecho lejano.

El cálculo del PIB para el trimestre abril-junio, el primero de tres que publica el gobierno, marca una caída drástica respecto del crecimiento de 5.7% del año pasado, la mayor expansión desde 1984, reflejo del vigor con que la economía rebotó luego de la recesión, breve, provocada por la pandemia en 2020.

El índice de precios al consumidor del Departamento de Trabajo subió 9.1% en junio respecto del año anterior, a un paso que no se veía desde 1981. Y a pesar de los aumentos salariales generalizados, los precios suben más rápidamente que las remuneraciones.

¿Viene una recesión en Estados Unidos? Te presentamos el análisis que Ana Paula Ordorica hace con Gabriel Casillas, economista en jefe para Latinoamérica de Barclays, previo al anuncio de la Fed.

 

El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) dijo esta mañana que el plan de su gobierno para combatir la elevada inflación será reforzado, esto en momentos en que las alzas de precios no ceden.

Recordemos que fue en mayo pasado cuando el gobierno federal lanzó un programa temporal y prorrogable contra la inflación pactado con las principales empresas de alimentos del país; sin embargo, el indicador no ha cedido terreno lo que ha llevado al Banco de México (Banxico) a aumentar su tasa de interés.

“Vamos a reforzar el plan antiinflación, hoy precisamente tenemos reunión con productores y distribuidores de alimentos, están ayudando”, afirmó el mandatario en su conferencia de prensa matutina.

López Obrador sostuvo que la economía del país va bien, pese a que la inflación se ubicó en un 8.16% hasta la primera mitad de julio. También destacó que la peso sigue fuerte.

En ese sentido, a pregunta expresa de si coincide con lo que expresado por Moody’s, quien afirma que México no se salvará de una recesión en 2023, el presidente López Obrador fue enfático en decir que no.

“En México no, nosotros no vamos a tener problemas, ya enfrentamos lo más difícil, lo más doloroso, el daño que causó la pandemia. Esto lo vamos a ir enfrentando, inflación, buscando que no se pierda poder de compra, poder adquisitivo en las familias”, respondió.

Dijo que las predicciones de Moody’s se basan en modelos de medición que van de la mano con la política neoliberal, que afirmó, va en franca decadencia en todo el mundo. Sostuvo que en México hay estabilidad financiera, menos inflación y una moneda fuerte, a diferencia de otros países, gracias a la disciplina fiscal que se tiene.

Insistió en que la inflación es una situación externa, que no se produjo en México, por lo que México tiene ventajas para enfrentar la situación: si cercanía con el mayor mercado del mundo, Estados Unidos; la honestidad que prevalece en México. Si hay honestidad, y no hay corrupción, se puede enfrentar cualquier crisis, dijo. La otra ventaja, es la justicia: darle más a quién tiene menos.

Mientras el presidente hacía estas declaraciones, el peso mexicano se apreciaba por quinta sesión consecutiva, mientras el mercado asimilaba un informe que mostró que la economía de Estados Unidos se contrajo nuevamente en el segundo trimestre en medio de un agresivo endurecimiento monetario de la Reserva Federal (Fed) para combatir la alta inflación.

El peso mexicano cotizaba en 20.3066 por dólar en la apertura de la jornada, con una ganancia del 0.43% frente al precio de referencia de la agencia Reuters de ayer miércoles. En las últimas cinco jornadas, el peso acumula un retorno del 1.5%.

La mayoría de los líderes empresariales de todo el mundo esperan una recesión para fines del próximo año, si no antes, ya que el aumento de los precios de la energía y la guerra en Ucrania incrementan la incertidumbre, según una encuesta publicada este viernes.

La encuesta mostró que “más del 60% de los CEO’s de todo el mundo dicen esperar una recesión en su principal región de operaciones en los próximos 12 a 18 meses”, reveló la asociación empresarial estadounidense The Conference Board.

Además el 15% de los 750 ejecutivos, incluidos casi 450 directores generales, de Asia, Europa y Norteamérica, “dicen que su región ya está en recesión”.

La preocupación por una recesión, que suele definirse como dos trimestres de contracción económica, aumentó desde que la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos anunció el miércoles la mayor alza de los tipos de interés en casi 30 años para frenar la inflación.

Otros bancos centrales tomaron el mismo rumbo, incluido el Banco de Inglaterra, mientras los gobiernos luchan por contener una inflación al rojo vivo.

En el caso de México, se espera que Banxico pueda seguir los mismos pasos que la Fed en su decisión de política monetaria que se dará a conocer la próxima semana.

La invasión rusa de Ucrania “está demostrando ser el último ‘cisne gris'”, un hecho considerado altamente improbable, que está “creando una extraordinaria volatilidad e incertidumbre con ramificaciones globales para las economías nacionales”, según la encuesta realizada el mes pasado.

“Los precios históricamente elevados de la energía, las nuevas interrupciones de la cadena de suministro, el aumento de los riesgos geopolíticos y la erosión de la confianza de los consumidores ejercen una presión a la baja sobre el crecimiento mundial”, afirmó Dana Peterson, economista jefe de The Conference Board.

Aun así, la entidad sigue esperando un sólido crecimiento mundial del 2.9% en 2022 y del 2.3% en 2023, pero reconoció que un acontecimiento extremo, o incluso una combinación de varios acontecimientos desfavorables de menor envergadura podría generar una caída.

Y una prolongada “estanflación”, que implica escaso crecimiento y elevada inflación, “podría derivar en una recesión más profunda”

En Broojula, hablamos con el economista y analista, Jorge Suárez-Vélez, quien nos ayuda a entender este maremagnum en los mercados.

El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) descartó que haya una recesión en el país, luego de que el INEGI informara que la economía se debilitó en la segunda mitad del año pasado.

El INEGI anunció a inicios de semana que la economía creció 4.8% en todo en 2021, aunque en los dos últimos trimestres del año hubo contracción,  por lo que algunos analistas apuntaron que México cayó en una recesión técnica.

“No (hay recesión) porque se creció 5%, (hubo) dos trimestres abajo porque íbamos creciendo y se nos vino lo de la nueva variante”, defendió el mandatario durante su conferencia de prensa matutina. “La economía está creciendo, no puede haber recesión si en el mes de enero, este mes, es uno de los meses en el que se creó más empleo en los últimos 20 años. ¿Cuál recesión?”, añadió el mandatario.

López Obrador agregó que no solo debe darse el dato de crecimiento sino también hablarse de “bienestar”.

“Un gobierno como el nuestro tiene que pensar en el crecimiento pero también en el bienestar, porque cuando se habla de crecimiento es acumulación de riqueza pero no necesariamente distribución de riqueza”, dijo. “Es más dinero, pero ¿en beneficio de quién?”.

Y es que recordemos que la economía nacional se desplomó 8.5% en 2020 golpeada por la pandemia del coronavirus y creció 5% en 2021 por un efecto rebote, por debajo de las proyecciones que se habían hecho, que rondaba el 6%.

Para enfrentar la emergencia económica, el gobierno de la Cuarta Transformación descartó otorgar apoyos fiscales a las empresas y en su lugar apostó por la entrega de microcréditos, programas sociales y obras emblema de infraestructura de la administración.

Incluso los analistas del sector privado que Banco de México (Banxico) redujeron su estimación de crecimiento económico para 2022 a 2.2% desde el 2.7% proyectado anteriormente.

Sin embargo, López Obrador dijo este miércoles que la economía crecerá de nuevo un 5% en este año. “Tengo información y además soy optimista, quiero que nos vaya bien”, apuntó.

Afirmó que México tenía una tendencia de crecimiento hasta la aparición de la variante Ómicron del COVID-19.

“Yo estoy satisfecho porque se sigue creciendo. Vamos saliendo de la crisis, afortunadamente tenemos ya indicadores de que la nueva variante de COVID está perdiendo fuerza porque eso fue lo que nos impidió llegar al 6% del crecimiento”, manifestó el mandatario.

Durante el tercer trimestre del año, el Producto Interno Bruto (PIB) creció un 12%, frente al desplome del 17.1% que registró en el trimestre previo, según cifras desestacionalizadas divulgadas este viernes por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

La economía estuvo impulsada por la reapertura de actividades productivas que estuvieron cerradas por el confinamiento al que obligó la pandemia de coronavirus; durante abril y mayo, la mayoría de las actividades productivas y sociales fueron suspendidas debido a las restricciones impuestas por el gobierno.

Por componentes, las actividades secundarias (industria y manufactura) tuvieron el mayor avance trimestral, con un 22%, seguidas del comercio y los servicios con un 8.6%, y de las actividades primarias, con un 7.4%.

A tasa interanual, el PIB se contrajo un 8.6% en el tercer trimestre, frente a la caída histórica de un 18.7% del trimestre previo, en cifras originales preliminares

Por actividades económicas, el PIB de las Actividades Secundarias cayó 8.9% y el de las Terciarias 8.8%; en cambio, el de las Actividades Primarias avanzó 7.4%.

Pese a la recuperación del último trimestre, la recesión se mantiene en un 9.8% en los primeros nueve meses de 2020.

A partir de junio comenzó la reapertura de algunos sectores, con especial énfasis en la construcción, la industria automotriz y la minería, pero el sector de servicios siguió con problemas.

El INEGI puntualizó que las estimaciones oportunas dadas a conocer el día de hoy, podrían cambiar respecto a las cifras generadas para el PIB trimestral tradicional, las cuales se publicarán el próximo 26 de noviembre de 2020.