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Sobreprecio

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La Secretaría de la Función Pública (SFP), con Irma Eréndira al frente, compró pruebas rápidas para detectar COVID-19 a un precio 3 veces más caro de lo que cotizaron el IMSS y otras dependencias federales por pruebas de características idénticas.

De acuerdo con una investigación realizada por la organización Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI), las pruebas se compraron a una empresa que tiene su domicilio en la parte superior de una tienda de abarrotes, que no tiene empleados y que no cuenta con experiencia en el ramo.

La SFP pagó por 90 kits, cada uno con 25 pruebas, un millón 046 mil 250 pesos a la empresa Grupo Val Integra SA de CV.

Cada paquete fue pagado en 11 mil 625 pesos (sin IVA) mientras que en dos estudios de mercado elaborados por el IMSS en diciembre de 2020 y enero de 2021 se identificó que los proveedores Productos Roche, Abalat y Fármacos Dinsa vendían un kit similar en un rango de 3 mil 100 y 3 mil 250 pesos.

Las diferencias en los precios se debieron a que la empresa contratada ofreció el servicio de toma de muestras en las instalaciones de la SFP, justificó Víctor Omar Pérez, socio y administrador de Grupo Val Integra, aunque él mismo reconoció que carece de empleados.

MCCI indicó que el mismo argumento lo dio un vocero de la Función Pública, al ser cuestionado.

El contrato para la adquisición de pruebas lo firmó el 24 de diciembre de 2020 el director de seguridad de la SFP, Álvaro García Galindo, a quien además se le encomendó la responsabilidad de administrar y vigilar su cumplimiento.

Antes de ingresar a la SFP, García Galindo había trabajado 20 años como policía y agente en la Secretaría de Seguridad, en la Secretaría de Desarrollo Social y en el Ejército, según detalló él mismo en su declaración patrimonial.

El procedimiento para la asignación del contrato tuvo el aval de la titular de la unidad de administración de la SFP, Ana Liza Gómez, y de la directora de recursos materiales, María de la Luz Padilla Díaz.

La información surge a un día de que el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) anunciara la salida de Irma Eréndira Sandoval de la Secretaría de la Función Pública, limitándose a decir que se emprendería una nueva etapa en el combate a la corrupción y a reforzar la austeridad en la administración pública.

“Tomé la decisión de sustituir a Irma Eréndira Sandoval Ballesteros por Roberto Salcedo Aquino en el cargo de secretario de la Función Pública. Se continuará con la política de cero corrupción y cero impunidad. Nunca le fallaremos al pueblo”, escribió el mandatario.

En el videomensaje que ofreció en compañía del presidente, Sandoval Ballesteros destacaba que gracias a las acciones que emprendió, se habían logrado ahorros por mas de 200 mil millones de pesos, aunque lo revelado por MCCI demuestran que los ahorros no se cumplieron en todos los casos, y menos al interior de la SFP.

También destacó que durante su gestión en la dependencia, se contribuyó a poner punto final a la corrupción que imperaba en contratistas, licitantes. “Estos contratistas que llegaron a abusar realmente de nuestro gobierno, y finalmente del dinero de todo el pueblo”.

Investigación completa AQUÍ

El Servicio de Administración y Enajenación de Bienes (SAE) subastó este domingo 82 lotes de vehículos que pertenecían a dependencias federales o fueron incautados al crimen organizado, entre ellos un automóvil Volkswagen modelo 1951 que se vendió en 360 mil pesos.

“En la subasta, los automóviles que se vendieron a mayor precio fueron los ‘vochitos'”, informó este lunes Ricardo Rodríguez, titular del recién creado Instituto Para Devolverle al Pueblo lo Robado.

Durante la conferencia matutina del presidente López Obrador, el funcionario detalló que el Volkswagen Sedan 1951 con valor inicial de 253 mil pesos se vendió en 360 mil, lo que representó un precio 42 por ciento por arriba, en tanto que un Volkswagen Sedan 2004 tuvo un precio inicial de 30 mil pesos, pero con la puja llegó a 325 mil, un precio 983 por ciento mayor.

Mientras que otro ‘vochito’, con un precio inicial de 10 mil pesos, se vendió 550 por ciento más caro, en 65 mil pesos.

“Tuvimos un buen sobreprecio, la gente le entró a la puja. Al final consideramos que los resultados fueron bastante favorables en la venta de dichos bienes de lujo”, dijo el funcionario.

Otros autos vendidos durante la subasta fueron el Lamborghini Murciélago, el cual tuvo un precio de salida de 1 millón 472 pesos y fue vendido en 1 millón 775.

La camioneta Ford Shelby F150 fue comprado en 1 millón 900 mil pesos, 56 por ciento arriba del precio inicial de 1 millón 216 mil.

Un Corvette 2016, con precio de salida de 618 mil pesos, fue vendido en 905 mil, mientras que otro Corvette 2015 empezó en 347 mil y se vendió en 760 mil pesos, 89 por ciento arriba.

Rodríguez Vargas indicó que de los 82 lotes a la venta se lograron comercializar 65. Los demás quedaron desiertos.

Los recursos obtenidos en la subasta se destinarán a dos de los municipios más pobres del país: Santos Reyes Yucuná y Santa María Zaniza, ambos ubicados en Oaxaca.

Los hogares mexicanos pierden  en promedio, 16 de cada 100 pesos de su ingreso como consecuencia de los sobreprecios que genera el poder de mercado sobre 12 bienes y servicios de consumo generalizado y de alta demanda.  Este daño al poder adquisitivo afecta en mayor medida a las familias más pobres, pues la pérdida en su ingreso es de 31 por cada 100 pesos, cifra que es 4.4 veces mayor respecto a lo que pierden las familias con más recursos, revela un estudio publicado por la Comisión Federal de Competencia Económica (COFECE).

Asimismo, al comparar la pérdida relativa del bienestar por regiones del país, es clara la brecha entre el norte con respecto al sur. Así, el suroeste (Chiapas, Guerrero y Oaxaca) ve reducido su bienestar 47% más que el noroeste (Baja California, Baja California Sur, Chihuahua, Durango, Sinaloa y Sonora).

El estudio analizó el gasto en tortilla de maíz, pan, pollo y huevo, carne de res, carnes procesadas, lácteos, frutas, verduras, bebidas no alcohólicas, medicamentos, transporte foráneo de pasajeros y materiales de construcción, en los que encontró que existe un sobreprecio promedio de 98%, resultado del poder de mercado que prevalece en estos productos.

En estas categorías de gasto analizadas, las frutas son los productos con mayor sobreprecio, de 238%; el pan, 200%; los materiales de construcción, 113%, y los lácteos, 95%. Los de menor son bebidas no alcohólicas con 5%; medicamentos, 4% y carnes procesadas, 2%.

Para estimar el impacto del poder de mercado en el bienestar se utilizaron series del Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH 2014) y de los Censos Económicos del INEGI.

 

Foto: Especial