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Al menos 15 personas, entre ellas seis niños, murieron la madrugada de este sábado en un operativo de las fuerzas de seguridad de Sri Lanka, a menos de una semana de los ataques suicidas que dejaron 253 muertos.

En una acción en que militares y policías intentaban entrar en lo que según información que poseían era un refugio del grupo Estado Islámico (EI) en Kalmunai, tres hombres se inmolaron, matando a tres mujeres y seis niños.

A estos muertos se añaden “otros tres hombres” hallados sin vida fuera de la casa, sospechosos también de ser kamikazes, agregó la policía.

La tensión sigue viva desde los ataques del pasado fin de semana, que han dejado al menos 74 personas arrestadas.

Por razones de seguridad, se cerraron las iglesias católicas hasta nuevo aviso, y algunas mezquitas anularon la oración del viernes. En las que se celebró, la asistencia no fue numerosa y el rezo se llevó a cabo en medio de fuertes medidas de seguridad.

“Ahora disponemos de información según la cual hay alrededor de 140 personas en Sri Lanka vinculadas al Estado Islámico; podemos y vamos a erradicarlas a todas muy rápido”, afirmó el viernes el presidente, Maithripala Sirisena, anunciando una ley para prohibir a los grupos islamistas.

La tarde de ayer, la policía anunció que se incautaron 150 cartuchos de dinamita y una bandera del grupo EI durante un registro en Sammanthurai, una ciudad cercana. En este lugar se habría grabado el video de reivindicación de los atentados del Domingo de Pascua, según las investigaciones.

El principal dirigente policial de Sri Lanka, el inspector general (IGP) Pujith Jayasundara, dimitió por los fallos que propiciaron los atentados del Domingo de Pascua.

“El IGP dimitió. Envió su renuncia al ministro de Defensa en funciones. Nombraré a un nuevo IGP pronto”, dijo este viernes a la prensa el presidente Maithripala Sirisena.

En su mensaje, Sirisena informó que han detectado la presencia en la isla de al menos 130 personas sospechosas de tener vínculos con el grupo yihadista Estado Islámico (EI), que reivindicó los atentados del pasado domingo, que dejaron 253 muertos del domingo.

El presidente añadió que de los sospechosos de tener vínculos con el EI, se ha arrestado a 70 de ellos.

“Voy a extirpar al EI de Sri Lanka, nuestra Policía y fuerzas de seguridad son capaces de lograrlo”, aseveró el mandatario, y adelantó que su país aceptará ayuda de otros países para luchar contra el grupo yihadista.

Sirisena reveló que la persona que lideró los ataques del pasado domingo, identificada como Mohamed Zahran, de la formación local National Thowheed Jamath (NTJ), ya quien las autoridades señalan por los atentados, murió en una explosión en el Hotel Shangri-La en la capital.

En cuanto a las responsabilidades por la inacción ante la información de inteligencia compartida con las autoridades
esrilanquesas sobre un posible ataque, el presidente prometió medidas contra los oficiales que cometieron negligencia y prometió una “completa” reestructuración de los órganos de seguridad.

Sobre los decesos, el ministro de salud informó que “el número de muertos en el ataque terrorista fue 253 y no 359 como se había informado anteriormente”; explicó que durante el conteo de los cuerpos fallecidos, hubo una confusión con los restos de las víctimas que habían sido mutiladas, por lo que al balance oficial inicial de la policía se le restaron 106 víctimas tras contrastarse las autopsias y los informes de ADN.

Recordemos que la serie de ataques ocurridos el domingo casi simultáneamente en tres hoteles de lujo y tres iglesias en Colombo y otras ciudades del país, fueron cometidos por al menos nueve suicidas cargados de potentes explosivos.

Un vídeo que muestra cómo un supuesto terrorista suicida entra en la iglesia de San Sebastián, en Negombo, minutos antes del sangriento atentado perpetrado el domingo, se difundió a través de redes sociales.

En las imágenes tomadas por cámaras de vigilancia se puede observar cómo un individuo con una gran mochila de color verde se dirige a la catedral y después se une a los feligreses, que ya se encuentran dentro del templo.

El vídeo termina poco antes de la detonación de la bomba.

Más de 320 personas perdieron la vida y 500 resultaron heridas en una serie de ataques perpetrados por siete terroristas suicidas en varios hoteles y catedrales cristianas de Sri Lanka el 21 de abril, a la hora que se realizaba la misa por el Domingo de Pascua.

Este martes, el grupo terrorista Estado Islámico se adjudicó la autoría de los ataques. Las autoridades de Sri Lanka señalaron que los hechos podrían ser una represalia por los atentados registrados en contra de dos mezquitas de Nueva Zelanda, ocurridos semanas atrás.

 

El Estado Islámico (ISIS) se atribuyó la responsabilidad por los ataques explosivos ocurridos en Sri Lanka el domingo, los cuales mataron a 321 personas e hirieron a más de 500, informó este martes la agencia de noticias AMAQ.

Aunque el grupo no dio evidencia de su afirmación, las autoridades de Sri Lanka consideran que los atentados del domingo fueron en “represalia” por los ataques contra mezquitas en Nueva Zelanda, ocurridos semanas atrás.

Múltiples explosiones cimbraron tres iglesias y cuatro hoteles de lujo en Sri Lanka durante la misa por el Domingo de Pascua.

Se trata del peor acto de violencia en el país desde que la guerra civil terminó hace una década. Más de 30 personas fallecidas son extranjeras.

Las explosiones tuvieron lugar en iglesias de la capital, Colombo, y en pueblos vecinos y hoteles, incluidos Shangri-La, Kungsbury y Cinnamon Grand.

El número de muertos tras la serie de atentados registrados el Domingo de Resurrección en Sri Lanka contra iglesias y hoteles de lujo se elevó a 310, mientras la cifra de heridos supera los 500, según el último recuento facilitado este martes por las autoridades locales en una jornada de luto nacional.

“El número de muertos en los atentados del domingo ha aumentado a 310”, afirmó el portavoz de la Policía de Sri Lanka, Ruwan Gunasekara, que situó a los heridos en “más de 500”, ante la dificultad de dar cifras más exactas de víctimas.

Mientras tanto el país, en una jornada de luto nacional, se prepara para rendir tributo este martes en un funeral oficial a los fallecidos en la iglesia Katuwapitya en Negombo, situada a unos pocos kilómetros al norte de Colombo.

El director general de Servicios de Salud, el doctor Anil Jasinghe, había informado el lunes que “las autopsias se encontraban ya en su fase final”.

Hasta entonces el Hospital General de Negombo había entregado a sus familiares 92 de los 102 cadáveres que tenía en la morgue, mientras que el Hospital Nacional de Colombo había concluido las autopsias a 89 de 140 cuerpos, y en el hospital de la oriental Batticoloa faltaban seis autopsias de un total de 29 cadáveres.

Entre los fallecidos hay al menos 31 extranjeros, entre ellos dos españoles, un bangladesí, dos chinos, ocho indios, un francés, un japonés, un holandés, un portugués, dos saudíes, dos turcos, seis británicos, dos angloestadounidenses y dos australianos.

La cadena de ataques ocurridos el domingo en Sri Lanka comenzó hacia las 08.45 hora local (02.45 GMT) con seis explosiones casi simultáneas en tres hoteles de lujo en Colombo y también en una iglesia de la capital, otra en Katana, en el oeste del país, y la tercera en la oriental ciudad de Batticaloa.

Las autoridades de Sri Lanka no atendieron las advertencias de agencias de inteligencia sobre la amenaza de un ataque de un grupo islámico radical al que se atribuyeron los ataques del Domingo de Pascua en el que murieron casi 300 personas, dijo este lunes el ministro de Salud del país.

Las explosiones coordinadas que golpearon iglesias y hoteles de lujo en Sri Lanka fueron obra de siete atacantes suicidas de un grupo armado llamado National Thowfeek Jamaath, indicó el ministro de Salud, Rajitha Senaratne.

Agencias internacionales de inteligencia habían alertado varias veces desde el 4 de abril, dijo Senaratne. El 9 de abril, el Ministerio de Defensa escribió al jefe de policía con información que incluía el nombre del grupo, señaló. El 11 de abril, la policía escribió a los responsables de la división de seguridad judicial y diplomática.

En un primer momento no estaba claro qué medidas, en su caso, se habían tomado al respecto. Las autoridades dijeron que se sabía poco del grupo, salvo que su nombre aparecía en reportes de inteligencia.

Debido a la disfunción política en el gobierno, dijo Senaratne, el primer ministro, Ranil Wickremesinghe, y su gobierno no fueron informados sobre esos reportes hasta que ocurrieron los ataques.

El presidente Maithrela Sirisena, que estaba fuera del país en el momento del ataque, destituyó a Wickremesinghe a finales de octubre y disolvió el gabinete. El Tribunal Supremo terminó revocando su decisión, pero no se ha permitido acceder al primer ministro a reuniones del Consejo de Seguridad desde octubre.

Todos los suicidas eran ciudadanos de Sri Lanka, aunque las autoridades sospechan que tenían conexiones con el extranjero, explicó en conferencia con periodistas Senaratne.

Varios líderes mundiales se pronunciaron y lamentaron las explosiones que dejaron al menos 207 muertos este domingo en Sri Lanka.

Mediante la cuenta de Twitter de la Secretaría de Relaciones Exteriores, el Gobierno de México condenó los atentados y expresó sus condolencias.

De igual modo, el presidente Español Pedro Sánchez y el presidente francés, Emmanuel Macron, condenaron los trágicos hechos.

En América, diversos líderes y mandatarios hicieron lo propio. Entre ellos: el presidente de Colombia, Iván Duque; el presidente de Bolivia, Evo Morales; y el de Argentina, Mauricio Macri.

Al menos 207 personas murieron y más de 450 resultaron heridas en ocho explosiones que golpearon iglesias y hoteles el domingo en Sri Lanka, según las autoridades, en el peor episodio de violencia en el país del sur de Asia desde el final de la guerra civil hace una década.

La policía impuso un toque de queda y realizó una redada a las afueras de Colombo, donde se produjeron las últimas detonaciones.

Después de que la policía entrara en la localidad de Dematagoda se registraron al menos dos explosiones, al parecer cuando los ocupantes de una vivienda detonaron explosivos para evitar su arresto.

El ministro de Defensa de Sri Lanka, Ruwan Wijewardena, describió los ataques como terrorismo y los atribuyó a extremistas religiosos. El primer ministro, Ranil Wickremesinghe, expresó su temor a que la violencia pudiera desencadenar inestabilidad en el país y su economía.

Desde el final de los 26 años de guerra civil, en los que los Tigres de Tamil, un grupo rebelde insurgente de la minoría étnica tamil, buscaban la independencia de la etnia sinhala, se han producido brotes esporádicos de violencia étnica y religiosa.

Pero la escala de los sucesos de este domingo recordaba a los peores días de la guerra, en la que los Tigres de Tamil y otros grupos rebeldes atacaron el Banco Central, un centro comercial, un templo budista y hoteles populares entre los turistas.

Nadie se ha atribuido aún la responsabilidad por estas explosiones.