Si bien hacia principios de octubre del año pasado la situación para el TLCAN parecía estar al borde del fin, hoy los esfuerzos conjuntos del grupo empresarial encabezado por Moisés Kalach; el equipo de negociadores del gobierno mexicano encabezados por la dupla Videgaray-Guajardo y los asesores de ambos han logrado inclinar la balanza a favor de la continuidad del tratado o en contra de la salida de EUA de éste.

 

Platicando con quienes han estado en las renegociaciones del TLCAN veo un lamento; un miedo y dos señales de optimismo ahora que está por comenzar una nueva ronda de renegociaciones.

 

Arranco por el optimismo. Los negociadores mexicanos han logrado reunirse con 27 gobernadores de Estados Unidos para sensibilizarlos de lo que significaría el fin del TLCAN para sus ciudadanos. Para varios de ellos la relación comercial con México les resultaba o desconocida o ajena. Un ejemplo fue la plática que sostuvieron los negociadores mexicanos con la gobernadora Kim Reynolds de Iowa. Ella no sabía que México representaba el 95% de las exportaciones de puerco de una de las empresas más importantes de su Estado, Sioux –Preme Packing Co. Y que, sin el TLCAN, México podría importarle en lugar de a esta empresa, a otras en Europa o Japón, que son los competidores más importantes para Iowa y con quienes México tiene también acuerdo de libre comercio.

 

Como este ejemplo, hay varios que han logrado hacer ver a gobernadores, congresistas y empresarios estadounidenses que el TLCAN es conveniente para la región. Con ello, cada vez que alguno de estos actores siente que Trump vuelve a querer cancelar el acuerdo, son los propios estadounidenses los que abogan por seguir en él.

 

Otra señal de optimismo proviene del enfriamiento de las relaciones EUA-China. Si bien una guerra comercial entre ambos países no es una buena noticia para nadie, el discurso anti déficit que Trump ha tenido en contra de México parece estar girando hacia China. Esto hace sentido en la visión mercantilista de Trump ya que el déficit de EUA con México (63 mil mdd) es muy inferior al que tiene EUA con China (más de 500 mil mdd).

 

El lamento viene para el sector empresarial por haber abandonado el gran cabildeo que tuvo México en EUA durante las negociaciones del TLCAN en los 80s y principios de los 90s. La duda que flotan es: si este esfuerzo hubiese permanecido quizás Trump nunca habría agarrado a México como su pieza de golpeteo favorita desde que estuvo en campaña.

 

 

Columna completa en El Universal

Ana Paula Ordorica es una periodista establecida en la Ciudad de México. Se tituló como licenciada en relaciones internacionales en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y tiene estudios de maestría en historia, realizados en la Universidad Iberoamericana.



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