La política de amenazas del presidente estadounidense Donald Trump no cesa. Y es que, ahora Trump ha amenazado con aplicar aranceles sobre la industria vinícola francesa después de que el Gobierno de Emmanuel Macron anunciara la aplicación de la llamada “tasa Google”. Una cuestión que marcará su próximo encuentro en el G7 que se celebra este mes en Biarritz.

La relación entre Emmanuel Macron y Donald Trump ha sido tormentosa desde el principio. El presidente estadounidense, que no genera grandes simpatías en la mayoría de países del bloque comunitario, ha encontrado en su homólogo francés la oposición más frontal de todas. La decisión de Donald Trump de abandonar el Acuerdo sobre Cambio Climático de París ha supuesto el veto de Macron a cualquier intento de llevar a cabo un acuerdo comercial con sus antes socios preferentes al otro lado del Atlántico.

Una enemistad que durante la última semana ha escalado aún más y ha puesto sobre la mesa el instrumento negociador por excelencia de la Administración Trump, la aplicación de aranceles, esta vez sobre un producto icónico para la cultura e industria francesas, el vino.

El motivo no es otro que la propuesta del Gobierno francés de introducir próximamente la denominada “tasa Google”, el impuesto a las grandes compañías digitales. Una norma que, por otro lado, “no está dirigida sólo a empresas estadounidenses, sino que también afectará a compañías europeas o chinas”, según palabras de Bruno Le Maire, ministro de Economía y Finanzas francés.

Esta tasa se aplicaría a empresas multinacionales que facturen más de 750 millones de euros y les exigirá pagar un 3 % de su facturación en los países en los que efectivamente operan y no sólo en aquellos que eligen como sede social porque las condiciones fiscales resultan más favorables, como sucede con Irlanda y numerosas empresas con actividad en el continente europeo.

La propuesta de crear la “tasa Google” a nivel europeo también fue esgrimida por la Comisión Europea el año pasado, aunque fue paralizada en el ECOFIN del pasado mes de marzo por la falta de consenso. Incluso la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), de la que Estados Unidos forma parte, ha propuesto la aplicación de esta norma entre sus 34 miembros.

Sin embargo, el Gobierno de Macron ha tomado la delantera en su aplicación, lo que le ha convertido en la primera víctima potencial de la agresiva política negociadora de Donald Trump. El mismo viernes, el presidente de Estados Unidos anunciaba en su cuenta personal de Twitter “una acción recíproca sustancial sobre la estupidez de Macron en breve”.

El jefe de Gobierno estadounidense añadía además que si alguien debía cobrar impuestos a las “GAFA” (Google, Amazon, Facebook, Apple) debía ser “su país de origen, Estados Unidos” y ponía como posible objetivo de nuevos aranceles al vino francés. “Siempre he dicho que el vino estadounidense es mejor que el vino francés”, concluía  Donald Trump en el que supone un nuevo incendio en su polémica política exterior.

Estados Unidos es el principal mercado para el vino francés y, solo en 2018, supuso casi un 25 % de cuota del mercado vinícola francés por valor de más de 3.200 millones de euros. En cualquier caso, y como suele suceder con Donald Trump, la batalla de momento se encuentra únicamente en el terreno de la dialéctica.

La próxima fecha a tener en cuenta será el próximo G7 en Biarritz (Francia), entre el 24 y 26 de agostasa Google”, el impuesto a las grandes compañías digitales. Una norma que, por otro lado, “no está dirigida sólo a empresas estadounidenses, sino que también afectará a compañías europeas o chinas”, según palabras de Bruno Le Maire, ministro de Economía y Finanzas francés.

Esta tasa se aplicaría a empresas multinacionales que facturen más 750 millones de euros y les exigirá pagar un 3 % de su facturación en los países en los que efectivamente operan y no sólo en aquellos que eligen como sede social porque las condiciones fiscales resultan más favorables, como sucede con Irlanda y numerosas empresas con actividad en el continente europeo.

Una medida que, además, no surge únicamente del Elíseo. La propuesta de crear una “tasa Google” a nivel europeo también fue esgrimida por la Comisión Europea el pasado año, aunque fue paralizada en el ECOFIN del pasado mes de marzo por la falta de consenso. Incluso la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), de la que Estados Unidos forma parte, ha propuesto la aplicación de esta norma entre sus 34 miembros.

Sin embargo, el Gobierno de Macron ha tomado la delantera en su aplicación, lo que le ha convertido en la primera víctima potencial de la agresiva política negociadora de Donald Trump. El mismo viernes, el presidente de Estados Unidos anunciaba en su cuenta personal de Twitter “una acción recíproca sustancial sobre la estupidez de Macron en breve”.

El jefe de Gobierno estadounidense añadía además que si alguien debía cobrar impuestos a las “GAFA” (Google, Amazon, Facebook, Apple) debía ser “su país de origen, Estados Unidos” y ponía como posible objetivo de nuevos aranceles al vino francés. “Siempre he dicho que el vino estadounidense es mejor que el vino francés”, concluía un abstemio Donald Trump en el que supone un nuevo incendio en su polémica política exterior.

Estados Unidos es el principal mercado para el vino francés y, solo en 2018, supuso casi un 25 % de cuota del mercado vinícola francés por valor de más de 3.200 millones de euros. En cualquier caso, y como suele suceder con Donald Trump, la batalla de momento se encuentra únicamente en el terreno de la dialéctica.

Ana Paula Ordorica es una periodista establecida en la Ciudad de México. Se tituló como licenciada en relaciones internacionales en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y tiene estudios de maestría en historia, realizados en la Universidad Iberoamericana.



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