Alemania entró este lunes en un período de incertidumbre después de las elecciones de este fin de semana, luego de que los dos principales partidos defienden el derecho de encabezar la economía más grande de Europa, dejando sin definir quién será el sustituto de Angela Merkel.

Liderados por el ministro de Finanzas y vicecanciller saliente Olaf Scholz, los socialdemócratas del SPD se proyectan como ganadores con el 25.7% de los votos, según resultados preliminares publicados el lunes por la comisión electoral.

La alianza conservadora de La Unión, que integran La Unión Demócrata Cristiana (CDU), de Merkel, y su aliado bávaro, la CSU, encabezada por Armin Laschet, obtendría 24.1%, el peor resultado en su historia de siete décadas. Para los democristianos, las “pérdidas son amargas”, admitió Paul Ziemak, número dos de la CDU. Su partido nunca había caído por debajo del 30% de los votos. En 2017, alcanzó 32.8%.

Los Verdes aparecen de tercer sitio con el 14.8%, seguidos del liberal FDP con 11.5% y el ultraderechista Alternativa para Alemania con 10.3%.

Recordemos que en Alemania no son los votantes los que eligen directamente al jefe de gobierno, sino los diputados, una vez formada la mayoría. Pero esta vez la mayoría es especialmente complicada de formar, ya que debe reunir a tres partidos, la primera vez que esto ocurre desde los años 1950, debido a la fragmentación del voto.

Para un país acostumbrado a la estabilidad política tras 16 años bajo el liderazgo firme de Merkel, los próximos meses se perfilan como un período bastante atropellado.

Tanto Scholz, de 63 años, como Laschet, de 60, dijeron que pretenden tener un gobierno instalado antes de Navidad.

El lunes por la mañana Scholz puso toda la presión sobre los conservadores, y les dijo que su lugar está en la “oposición”. “La CDU y la CSU no solamente han perdido votos, también han recibido el mensaje de los ciudadanos de que ya no deberían estar en el gobierno sino en la oposición”, afirmó el líder socialdemócrata, que quiso tranquilizar a sus socios internacionales sobre la “estabilidad” de Alemania.

En las últimas elecciones, en 2017, Merkel necesitó más de seis meses para alcanzar un acuerdo y formar la actual gran coalición de conservadores y socialdemócratas.

Los resultados de estas elecciones ensombrecerán el fin del mandato de Merkel, quien pese a seguir siendo muy popular al término de cuatro legislaturas, parece haber sido incapaz de preparar su sucesión.

Durante sus 16 años en el cargo, Merkel fue vista en el extranjero no solo como la líder de Alemania, sino en muchos sentidos como la líder de Europa, dirigiendo a la Unión Europea a través de una serie de crisis financieras y políticas.

El resultado electoral en Alemania llega a alterar el tablero político del país de mayor peso político y demográfico de Europa.

Por su parte el candidato de La Unión, Armin Laschet, sostuvo este lunes que ningún partido ha recibido el apoyo suficiente como para formar por su cuenta un gobierno de coalición.

“Ninguno de los partidos principales ha recibido un claro mandato de gobierno”, declaró en una rueda de prensa. “La única persona que puede convertirse en canciller es aquella que logre alinear a las partes opuestas”.

Laschet manifestó que la CDU/CSU está de acuerdo en “entablar conversaciones para una llamada coalición Jamaica”, conocida así por los colores representativos de los partidos que la integrarían (CDU/CSU, Los Verdes, Partido Liberal).

A su vez, pidió humildad a su principal rival, el socialdémocrata Olaf Scholz, ya que los grandes partidos que antaño obtenían un apoyo en torno al 30 por ciento del electorado ahora deben adoptar una nueva actitud ante la realidad. “Olaf Scholz y yo estamos, creo, llamados a la misma humildad”, añadió.

Ana Paula Ordorica es una periodista establecida en la Ciudad de México. Se tituló como licenciada en relaciones internacionales en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y tiene estudios de maestría en historia, realizados en la Universidad Iberoamericana.



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