La Corte Suprema de Estados Unidos puso fin este viernes a una sentencia que durante casi medio siglo garantizó el derecho de las mujeres al aborto, pero que nunca había sido aceptada por la derecha que predomina en la Corte.

Esta decisión no convierte en ilegales las interrupciones del embarazo, sino que hace retroceder a Estados Unidos a la situación vigente antes de la sentencia “Roe v. Wade” de 1973, cuando cada estado era libre de autorizarlas o no.

En un país muy dividido como Estados Unidos es probable que la mitad de los estados, especialmente en el sur y el centro más conservadores y religiosos, podrían prohibirlas en un plazo más o menos corto.

“La Constitución no hace ninguna referencia al aborto y ninguno de sus artículos protege implícitamente este derecho”, escribió el juez Samuel Alito, en nombre de la mayoría. Roe v. Wade “debe ser anulado”. “Es hora de devolver el tema del aborto a los representantes elegidos por el pueblo”, a los parlamentos locales, escribió.

Sus dichos muestran una formulación muy parecida al anteproyecto de sentencia que se había filtrado a principios de mayo, y que había provocando importantes manifestaciones en todo el país y una ola de indignación en la izquierda.

Desde entonces la situación era tensa en las inmediaciones del alto tribunal, acordonado por las fuerzas de seguridad para mantener a distancia a los manifestantes, que este viernes llegaron y han emprendido manifestaciones.

La decisión va en contra de la tendencia internacional de liberalizar el aborto, con avances en países donde la influencia de la iglesia católica sigue siendo fuerte, como Irlanda, Argentina, Colombia e incluso como México, donde en las últimas semanas más estados han legislado por los derechos de las mujeres.

Llega después de 50 años de lucha de la derecha, para la que representa una enorme victoria. También encaja con la política del expresidente Donald Trump quien, durante su mandato, remodeló profundamente la Corte Suprema incorporando a tres magistrados conservadores: Neil Gorsuch, Brett Kavanaugh y Amy Coney Barrett, que apoyan la sentencia.

Los tres magistrados progresistas discreparon con la mayoría que, según ellos, “pone en peligran otros derechos a la privacidad, como la anticoncepción y los matrimonios entre homosexuales” y “socava la legitimidad de la Corte”.

Al respecto, el presidente Joe Biden condenó el fallo por tomar un “camino extremo y peligroso”.

“Es un día triste para la corte y para el país”, dijo Biden en la Casa Blanca (…) El tribunal ha hecho lo que nunca antes había hecho: quitar expresamente un derecho constitucional que es tan fundamental para tantos estadounidenses”, agregó.

Facultar a los estados para prohibir el aborto convierte a Estados Unidos en un país atípico entre las naciones desarrolladas en cuanto a la protección de los derechos reproductivos, añadió el demócrata.

Biden instó al Congreso a aprobar una ley que proteja el derecho al aborto, una propuesta poco probable dadas las divisiones partidistas.

Dijo que su gobierno protegerá el acceso de las mujeres a los medicamentos aprobados por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos, incluidas las píldoras para la anticoncepción y el aborto con medicamentos, al tiempo que combatirá los esfuerzos para impedir que las mujeres viajen a otros estados para abortar.

Foto: Twitter @Nanisimo

Ana Paula Ordorica es una periodista establecida en la Ciudad de México. Se tituló como licenciada en relaciones internacionales en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y tiene estudios de maestría en historia, realizados en la Universidad Iberoamericana.



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