La presidenta de Perú, Dina Boluarte, negocia este viernes la formación de un nuevo gobierno tras la destitución y detención de Pedro Castillo, mientras el descontento social crece con seguidores del exmandatario tomando las calles para exigir su liberación y convocar a nuevas elecciones.

Dos días después del fracaso de su intento de golpe de Estado, el expresidente se encuentra recluido en la misma prisión que el exmandatario Alberto Fujimori en la base de las fuerzas especiales de la policía, ubicada al este de Lima.

La fiscalía acusa a Castillo de rebelión y conspiración, por lo que un tribunal ordenó siete días de prisión preventiva en su contra.

Paralelamente, en las calles, las manifestaciones crecen y avivan la incertidumbre sobre la posibilidad de que Boluarte pueda concluir en 2026 su mandato, como ella misma anunció al asumir el poder.

En Lima, una protesta de cerca de un millar de personas marchó ayer hacia el Parlamento, donde fue dispersada por la policía con gases lacrimógenos y donde se produjo la detención de al menos tres manifestantes.

En otro punto, manifestantes bloquearon la carretera Panamericana Sur utilizando piedras, troncos y quemando neumáticos en demanda de elecciones generales y el cierre del Congreso.

En Ica, a unos 300 km de Lima, varias decenas de manifestantes paralizaron el transporte de pasajeros y vehículos de carga, según un reporte del canal Latina. En Arequipa, a 1,000 km al sur de Lima, también se produjeron bloqueos en la Panamericana sur.

Otras movilizaciones se reportaron en varios puntos al interior de Perú como Chota (Cajamarca, cuna de Castillo), Trujillo, Puno, Ayacucho, Huancavelica y Moquegua.

La Defensoría del Pueblo hizo un llamado a toda la ciudadanía a la “tranquilidad y la responsabilidad”. “El uso de medios violentos durante las movilizaciones de protesta están prohibidos”, indicó en un mensaje en Twitter.

Desde tempranas horas de hoy, se reportaron en la televisión local, en un tramo de la principal carretera de la costa peruana por parte de cientos de agricultores que demandan adelantar las elecciones.

Las manifestaciones llegaron este viernes a la ceremonia del Ejército peruano por el 198º aniversario de la Batalla de Ayacucho, en el que Boluarte estuvo presente. Los reflectores estuvieron centrados en dicho evento, pues la presidenta tenía que pronunciar un discurso ante los militares, que jugaron un rol clave en la caída de Castillo al no respaldar el régimen de excepción que propuso.

Recordemos que Castillo intentó disolver el legislativo y gobernar por decreto, pero sus órdenes fueron desacatadas por las Fuerzas Armadas y el Congreso.

Ayer durante las movilizaciones, los manifestantes exigieron la renuncia de la presidenta, la primera mujer en dirigir a Perú, y a quien algunos de los inconformes calificaron de “traidora” por haber asumido el cargo, cuando hace un año señalaba que si Castillo dejaba el gobierno, ella se iría con él.

Boluarte dijo este viernes que en los próximos días visitará a Castillo, al tiempo que “deja” en manos de México la posibilidad de que tanto él como su familia puede recibir el asilo político.

“En unos días más, si se me permite luego de la juramentación del nuevo gabinete, yo quisiera ir a saludar al presidente Pedro Castillo porque el hecho que haya suscitado de esta manera tan rápido y violenta, también me duele”, dijo la presidente.

“Lamento mucho que se haya dado esta situación inesperada”, añadió Boluarte, quien reveló que tanto ella como el resto de gabinete habían estado aconsejando hasta la última semana a Castillo acerca de que no mantuviera la confrontación con el Congreso.

En lo que respecta a la posibilidad de que Castillo y su familia puedan recibir un salvoconducto para que pueda recibir asilo político en México, tal y como se supo que solicitó cuando se hizo efectiva su destitución, Boluarte  expresó que ella siempre se ha movido por los marcos legales y que “lo que diga el derecho de asilo (…) eso lo tendrá que validar el gobierno mexicano”.

Durante su primera audiencia judicial, visiblemente nervioso, Castillo declinó hacer uso de su derecho a defensa para replicar las imputaciones, y cedió la palabra a sus abogados. “Resulta claro que acá no se ha configurado el delito de rebelión” porque este no se concretó, alegó su defensa.

De ser hallado culpable, el ahora expresidente podría enfrentar una condena de entre 10 y 20 años en prisión.

Pero, ¿qué hay detrás de la destitución de Pedro Castillo, y cuál ha sido el papel de México en este conflicto? En Broojula Ana Paula Ordorica conversa con Brenda Estefan, analista internacional, sobre las causas y consecuencias de la inestabilidad política en Perú.

Ana Paula Ordorica es una periodista establecida en la Ciudad de México. Se tituló como licenciada en relaciones internacionales en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y tiene estudios de maestría en historia, realizados en la Universidad Iberoamericana.



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