El Ejército será el “propietario” del Tren Maya, proyecto insignia del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) reveló Rogelio Jiménez Pons, titular del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), organismo encargado de la obra.

En entrevista con El Financiero, Jiménez Pons reveló que todas las ganancias que genere el proyecto, que operará a partir de 2023, irán directo a las Fuerzas Armadas en vez de a la Secretaría de Hacienda.

“El propietario va a quedar, vamos a conceder todos (los tramos) al Ejército”, indicó el director general de Fonatur.

Recordemos que el Tren Maya es un proyecto prioritario de López Obrador, y que hasta ahora ha reportado una inversión de 6,294 millones de dólares para cerca de 1,554 kilómetros en los cincos estados por los que atraviesa: Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo.

El presidente había adelantado en diciembre pasado que una empresa del Ejército administraría tres tramos del tren, los que irían de Tulum, en Quintana Roo, a Palenque, en Chiapas, para pagar pensiones de militares. Pero Jiménez Pons fue más allá al calificar de “ganadores” a los soldados porque obtendrán de forma directa las ganancias que obtenga el ferrocarril con el transporte de carga, pasajeros de la región y turistas.

“Está perfecto que sea un premio a las Fuerzas Armadas. Si nosotros tenemos una visión nacionalista de largo plazo patrimonial, que esto sea un negocio, pero del Estado”, declaró.

El director de Fonatur replicó los argumentos del presidente al asegurar que entregar el ferrocarril a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) evitará su privatización en futuros gobiernos. También argumentó que la obra tiene un factor de “seguridad nacional” por situarse en la frontera sur, donde existen traficantes de migrantes y de drogas.

“Nosotros vamos a tratar de hacer que esto sea un negocio en beneficio del mayor número de mexicanos, qué mejor que el Ejército se encargue de este negocio, nos garantiza muchas cosas y particularmente que no se privatice”, expuso Jiménez Pons.

Las Fuerzas Armadas también se encargarán de construir el tramo 5 norte, el tramo 6 y el 7, además de que operarán los aeropuertos de Tulum y Chetumal; el de Palenque, y el Felipe Ángeles. José Yuste, columnista en Excelsior, indicó que Fonatur se quedará con las partes comerciales en las distintas estaciones del Tren Maya.

Tras revelarse la noticia de este martes, legisladores de oposición acusaron al Gobierno de fomentar la “militarización” y de usar la seguridad nacional como excusa para defender al Tren Maya de los cuestionamientos.

“El fondo no es otorgarle al Ejército ‘beneficios’ con el Tren Maya y aeropuertos, sino pasarse por alto las leyes que norman el presupuesto y los ingresos federales”, manifestó el diputado Carlos Morales, secretario de la Comisión de Desarrollo Metropolitano, Urbano, Ordenamiento Territorial y Movilidad.

Analistas como Alejandro Hope han expuesto que el otorgar el proyecto a las Fuerzas Armadas, ocasionaría mayores vínculos con actores económicos. “Cada una de esas interacciones multiplica las posibilidades de corrupción en el Ejército y la Marina, poniendo en riesgo la integridad de las Fuerzas Armadas”, indicó.

Explica que la opacidad en SEDENA es legendaria, por lo que ahora con el Tren Maya en su poder, se puede escudar, más que cualquier otra dependencia, en argumentos de seguridad nacional para limitar acceso a información pública.

La politóloga Denise Dresser lamentó que las ganancias del Tren Maya no sean para el pueblo de México; indicó que los recursos del proyectos no se destinarán a hospitales, escuelas, caminos, o programas de apoyo a mujeres. Irán directamente a las fuerzas armadas con quienes López Obrador “co-gobierna”.

Maite Azuela, colaboradora de El Universal, enfatizó que las ganancias económicas de los proyectos serán para los militares y no para los ciudadanos comunes y corrientes. “¿Para eso trabajó 18 años en convencer al pueblo de su liderazgo? trabaja para el monopolio militar”, cuestionó.

Ana Paula Ordorica es una periodista establecida en la Ciudad de México. Se tituló como licenciada en relaciones internacionales en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y tiene estudios de maestría en historia, realizados en la Universidad Iberoamericana.



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