El primer ministro británico Boris Johnson inauguró la conferencia climática mundial de Glasgow este lunes, advirtiendo que el mundo está al borde de un cataclismo.

Johnson comparó la situación del planeta con la de James Bond amarrado a una bomba de tiempo, tratando desesperadamente de desactivarla. “Estamos en una situación similar”, aunque en el caso del planeta se trata de algo real y no de ficción, expresó el mandatario británico.

La amenaza es el cambio climático detonado por el consumo de carbón, petróleo y gas natural, y Johnson señaló que todo inició en Glasgow con el motor de vapor de James Watt propulsado por carbón.

La cumbre busca un acuerdo en que los países se puedan comprometer a reducir las emisiones de gases a fin de mantener el calentamiento mundial a 1.5 grados centígrados por encima de lo que era antes de la era industrial.

Y es que el planeta de antemano se calentó 1.1 grados centígrados; los pronósticos actuales basados en las las reducciones de emisiones planeadas a lo largo de la próxima década son que llegue a 2.7 grados para el año 2100.

Johnson dijo en la cumbre que la humanidad ha agotado el reloj en cuanto al cambio climático y es momento de actuar. Indicó que los más de 130 líderes mundiales congregados tienen una edad promedio superior a los 60 años, y las generaciones que resultarán más afectadas por el cambio climático aún no han nacido.

La COP26 empezó en Glasgow un día después de que los países del G-20 no lograron comprometerse con el objetivo de frenar las emisiones netas de carbono para 2050, una fecha límite ampliamente citada como necesaria para prevenir el calentamiento global más extremo.

En su lugar, sus conversaciones en Roma solo reconocieron “la relevancia clave” de detener las emisiones netas “para mediados de siglo o alrededor de esa fecha”; no fijaron un calendario para eliminar el carbón a nivel local y suavizaron las promesas de reducir las emisiones de metano, un gas de efecto invernadero mucho más potente que el dióxido de carbono.

Su compromiso de reducir de forma gradual los subsidios a los combustibles fósiles “a mediano plazo” se asemejó a las palabras usadas por el G-20 en una cumbre celebrada en Pittsburgh en 2009.

Mientras Johnson hablaba este lunes, la activista sueca Greta Thunberg retuiteó una petición para que sus millones de seguidores firmen una carta abierta acusando a los líderes de traición. “Esto no es un simulacro. Es un código rojo para la Tierra”, indicó la carta. “Millones sufrirán mientras nuestro planeta es devastado, un futuro aterrador que será creado o evitado por las decisiones que tomes. Tienes el poder de decidir”.

Y es que las diferencias entre algunos de los mayores emisores sobre cómo reducir el consumo de carbón, petróleo y gas, y ayudar a los países más pobres a adaptarse al calentamiento global no facilitará la tarea.

En el G20, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, señaló a China y Rusia, ninguno de los cuales estarán presentes en Glasgow, por no llevar propuestas a la mesa.

El presidente chino, Xi Jinping, cuyo país es por mucho el mayor emisor de gases de efecto invernadero, por delante de Estados Unidos, se dirigirá a la conferencia el lunes en una declaración escrita, según el programa oficial. El ruso Vladimir Putin, uno de los tres mayores productores de petróleo del mundo junto con Estados Unidos y Arabia Saudita, abandonó sus planes de participar en conversaciones en vivo por enlace de video, dijo el Kremlin.

Con un retraso de un año por la pandemia del COVID-19, la COP26 tiene como objetivo, además de mantener el objetivo del calentamiento global máximo, asegurar compromisos más ambiciosos para reducir las emisiones, asegurar miles de millones en financiamiento relacionado con el clima para los países en desarrollo y finalizar las reglas para implementar el Acuerdo de París de 2015, firmado por casi 200 países.

Ana Paula Ordorica es una periodista establecida en la Ciudad de México. Se tituló como licenciada en relaciones internacionales en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y tiene estudios de maestría en historia, realizados en la Universidad Iberoamericana.



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