El primer ministro francés, el conservador Michel Barnier, propuso a quienes serán sus ministros al presidente Emmanuel Macron, quien le encargó un “gobierno de unidad” para intentar lograr una mayoría estable en el Parlamento.
Barnier, quien se reunió previamente con sus futuros aliados de centro y derecha, presentó a Macron “un Gobierno listo para actuar al servicio de los franceses”, anunció su oficina.
En Francia, donde el presidente comparte el poder Ejecutivo con el gobierno, le corresponde al mandatario nombrar, “a propuesta del primer ministro”, a los miembros del gabinete.
Y aunque en inicio se esperaba conocer de manera oficial al nuevo Gobierno hoy vierNes, el anuncio del nuevo gobierno francés se aplazó al menos hasta el sábado “por unos últimos ajustes”.
Además de las verificaciones que tiene llevar a cabo la Alta Autoridad para la Transparencia de la Política, que indaga sobre la situación fiscal de los ministros y acerca de posibles conflictos de interés, existe malestar de parte de partidos centristas que, en teoría, ocuparán varias carteras importantes, como la de Exteriores, según informa por su parte la prensa francesa.
Se trata del partido Modem, uno de los socios históricos del macronismo y que debate en este momento si conviene entrar en un Ejecutivo con perfiles de derecha dura, como el de Bruno Retailleau, al que la medios locales lo ubican en el ministerio del Interior, o de la senadora Laurence Garnier, en la cartera de Familia.
A estos dos, del partido Los Republicanos, el mismo que el de Barnier, parte de los socios centristas y la izquierda, les acusa de tener posicionamientos radicales en asuntos como la inmigración, la libertad al aborto o la homosexualidad.
Garnier votó en 2024 en contra de la inscripción en la Constitución de la libertad de abortar y se opuso en 2021 a la creación de un delito en Francia que castigue a quienes practiquen terapias de “cura” de la homosexualidad.
Según ‘Le Monde’, Macron, encargado de nombrar a los ministros a propuesta de Barnier, “ha alertado” sobre estas circunstancias que rodean el nombramiento de Garnier.
A falta de la aprobación final del presidente, siete de los 16 ministros salen de las filas del macronismo, tres de Los Republicanos, dos del grupo centrista MoDem, uno del también centrista UDI y otro de Horizons, el grupo del exprimer ministro conservador Édouard Philippe.
Una de las pocas carteras que no se han filtrado es la de Economía y Finanzas, que ocupó Bruno Le Maire durante los últimos siete años.
El nuevo ministro de Economía y Finanzas tendrá uno de los grandes retos del Ejecutivo y de los más urgentes, como es la presentación del proyecto de presupuestos para 2025 en una situación muy delicada de las cuentas públicas francesas.
En el gabinete propuesto por Barnier, no hay representantes ni de la izquierda, primer bloque político en la Asamblea Nacional con 193 asientos, ni de la ultraderecha lepenista, el primero en porcentaje de votos con un 33%, lo que ha levantado dudas acerca de la representatividad del nuevo Ejecutivo.
De hecho, la izquierda se ha apresurado en criticar la lista de Barnier pues considera que no refleja el resultado de las urnas. La Francia Insumisa, formación líder del grupo progresista, ha convocado a una primera manifestación de protesta este mismo sábado.
Recordemos que Francia lleva sin gobierno desde el pasado junio, cuando Macron disolvió la Asamblea y convocó legislativas anticipadas por el descalabro de su partido en las europeas del 9 de junio.
Los comicios, sin embargo, brindaron una Asamblea Nacional dividida en tres grandes bloques (izquierda, centro macronista y ultraderecha lepenista), en principio irreconciliables entre ellos.