Para retrasar el día de la jornada electoral de Estados Unidos, tal y como lo sugirió esta mañana el presidente Donald Trump, el mandatario debería contar con el apoyo del Congreso para modificar una ley federal de 1845 que establece el primer martes, después del primer lunes de noviembre, como el día para celebrar la jornada de elecciones legislativas, que corren en paralelo al proceso de elección del presidente cada cuatro años.

Los demócratas controlan la Cámara baja del Congreso y sería necesario, por tanto, que la oposición se alineara con el presidente, lo cual resulta imposible.

“Seamos claros: Trump no tiene la capacidad de retrasar las elecciones. Nuestras elecciones están consagradas en la
Constitución. La Constitución dice que si la fecha de las elecciones cambia, deberá hacerlo el Congreso”, señaló el presidente del Comité Judicial de la Cámara de Representantes, el demócrata Jerry Nadler.

Los legisladores republicanos también se opusieron a un retraso, con el líder de la mayoría conservadora del senado, Mitch McConell, a la cabeza, quien aseguró en una entrevista con una emisora de Kentucky que la fecha electoral está “grabada en piedra”.

“Nunca en la historia de nuestro país, ni en guerras, depresiones o en la guerra civil, no hemos celebrado una elección federal programada en su tiempo y encontraremos la manera que así sea de nuevo”, afirmó McConell.

En una audiencia en el Senado, el secretario de Estado, Mike Pompeo, no fue tan tajante y dijo que las elecciones se deben llevar a cabo de manera “legal”, pero destacó que es importante que sean comicios “en los que todo el mundo confíe”.

El tuit de Trump apareció en la red social solo 15 minutos después de que el Departamento de Comercio anunciara que el Producto Interno Bruto (PIB) de Estados Unidos se desplomó en el segundo trimestre a una tasa anual de un 32.9% (9.5% interanual), lo que supone un descalabro histórico debido a la pandemia de Covid-19.

Otras importantes voces del Partido Republicano se han pronunciando en contra del posible retraso electoral.

El jefe de la Comisión Judicial  de la cámara alta, Lindsey Graham, declaró que “no creo que se una buena idea”, retrasar las elecciones de noviembre próximo.

“Vamos a tener una elección, va a ser legítima y va a ser creíble”, ha apostillado el  senador republicano por Florida Marco Rubio.

Aún más contundente ha sido Rodney Davis, el más alto cargo republicano en la comisión que se encarga de cuestiones electorales en la Cámara de Representantes. “No va a haber ningún retraso en las elecciones de 2020. El Congreso ha fijado la fecha y no debería haber cambios. Se celebrarán el 3 de noviembre, como está previsto y exige
la ley”, ha declarado en Twitter.

Desde las filas de los demócratas, la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, se ha limitado a recordar el texto constitucional: “El Congreso determinará (…) el día en el que los electores deben emitir sus votos, que debe ser el mismo en todo Estados Unidos”.

Al respecto, el Comité Nacional Demócrata reaccionó y dijo que “la amenaza” de Trump no es más que un intento desesperado de distraer de las devastadoras cifras económicas actuales que dejan en claro que su respuesta fallida al coronavirus ha hundido la economía de Estados Unidos.

“Trump puede tuitear todo lo que quiera, pero la realidad es que no puede retrasar las elecciones, y en noviembre, los votantes lo responsabilizarán” por la situación, agregó el Comité a través de un comunicado.

Ana Paula Ordorica es una periodista establecida en la Ciudad de México. Se tituló como licenciada en relaciones internacionales en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y tiene estudios de maestría en historia, realizados en la Universidad Iberoamericana.



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