Dice el presidente López Obrador que todo está en orden en la construcción del Tren Maya. Todo menos un pequeño detalle que confirmó que falta la Secretaria de Medio Ambiente, María Luisa Albores: la manifestación de impacto ambiental, mejor conocida como la MIA. Como no se tiene la MIA, están avanzando en la obra con permisos ambientales provisionales y esto es un problema muy grave.

La MIA no es un mero trámite. Es un documento que determina la viabilidad o no de que lo que dañe un proyecto de construcción pueda ser reparado y, de ser así, en dónde. En este caso, en el tramo 5 del Tren Maya, que va de Cancún a Tulum, la obra requiere talar 300 mil árboles. Algunos ya han sido retirados y por eso tenemos las fotografías de la selva verde, tupida de vegetación, pero partida por una línea café que es la zona en la que ya no hay árboles, una recta por donde se pretende que pase el Tren.

Cuando el presidente dice que no nos preocupemos por lo que están talando porque en otra parte están sembrando más árboles, o nos está queriendo dar atole con el dedo o no entiende qué es la MIA.

Sin este documento la viabilidad ambiental no solo del Tren Maya, también del proyecto para reparar el daño que ocasiona su construcción no están avalados. La MIA no es un documento engorroso que se otorga a todos los proyectos de infraestructura. Sin viabilidad ambiental, no hay MIA y sin MIA no debe haber obra de infraestructura. Es así de sencillo.

Pero el presidente buscó darle la vuelta a este trámite con la publicación de su decreto que cataloga a ciertas obras como prioritarias y para ellas hay “fast track” o documentación provisional. ¿Qué pasa si ahora la MIA es negada porque se determina que el Tren Maya es un proyecto que no logra ni prevenir, ni mitigar, ni restaurar los daños al ambiente? Los 300 mil árboles ya fueron talados. ¿Cómo van a reparar ese daño que causaron con el permiso provisional?

Las respuestas del gobierno hasta ahora son de espanto. Lejos de calmar las legítimas preocupaciones sobre el impacto ambiental del Tren, las enardecen.

El Coordinador de Comunicación Social de la presidencia, Jesús Ramírez Cuevas, subió un video en Twitter de otro desarrollo turístico en la zona, de Xcaret, con el siguiente mensaje “La devastación por el Gpo. Xcaret en el parque Xibalbá, Yuc. es un ecocidio. La empresa perforó cenotes, desvío ríos subterráneos y creó canales artificiales. Lástima q esa destrucción no la vean los ambientalistas q protestan vs el Tren Maya. No al desarrollo turístico depredador.”

En el mismo sentido, la Secretaria del Medio Ambiente, María Luisa Albores, se presentó en la conferencia mañanera con un mapa para mostrar los avances en la construcción del Tren Maya y para defender la obra de los reclamos y preocupaciones medioambientales dijo que “solo es un cachito” en el que no se ha obtenido la MIA. Agregó que en esa zona hay muchas empresas que han construido grandes desarrollos sin estudios ambientales.

Supongamos que tanto Xcaret como otros desarrolladores de la zona en efecto causaron daños ambientales y lo hicieron sin los estudios requeridos, ¿eso es razón suficiente para justificar que el gobierno también pueda talar árboles y construir un Tren que afecte la zona?

El titular del Sistema Público de Radiodifusión de México, Jenaro Villamil, parece pensar que sí. Subió a redes el video de la secretaria Albores con el mismo mensaje: Grupo Xcaret nunca ha presentado una manifestación de impacto ambiental en sus proyectos en la zona.

¿Y? ¿Eso qué tiene que ver con que el Tren Maya se esté construyendo sin la MIA? Si otros desarrollos no cumplen con la normatividad, ellos son la autoridad encargada de hacerlos cumplir. Increíble que en lugar de encargarse de ser los primeros en hacer cumplir la ley, justifiquen que dañan el medio ambiente porque otros también lo hacen.

Columna completa en El Universal

Ana Paula Ordorica es una periodista establecida en la Ciudad de México. Se tituló como licenciada en relaciones internacionales en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y tiene estudios de maestría en historia, realizados en la Universidad Iberoamericana.



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