Recordar los nombres científicos de las variantes del COVID-19, por ejemplo B.1.617, B.1.1.7 o B.1.351, es muy difícil, por lo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) anunció que les asignará nombres de las letras griegas.

La idea es tener nombres fáciles de pronunciar y recordar, dijo la OMS, aunque también señaló que con ello se busca evitar que la comunidad internacional y la prensa utilice denominaciones que tienden a estigmatizar y discriminar a países donde se identificaron

Señaló que en Estados Unidos por ejemplo, los ataques contra las personas de origen asiático se incrementaron luego de que el entonces presidente Donald Trump, durante su gobierno y primer año de la pandemia, hizo todo lo posible para acusar a China, donde el nuevo coronavirus fue detectado por primera vez.

Recordó que Donald Trump se refería a menudo al “virus chino” o al “Kung Flu”, un juego de palabras sobre Kung Fu y flu, que significa gripe.

La OMS enfatizó que los nombres científicos seguirán existiendo pues suministran datos útiles a los expertos, pero no serán utilizado por la Organización en su comunicación diaria.

De esta forma, la variante B.1.1.7, identificada en Reino Unido, fue denominada Alpha; la B.1.351, identificada por primera vez en Sudáfrica, se convirtió en Beta; mientras que la variante P.1, detectada en Brasil, fue nombrada como Gamma.

La OMS dio también dos nombres diferentes a las subvariantes del B.1.617 que mantiene a la India en una profunda crisis: la B.1.617.2 fue llamado Delta y la B.1.617.1 Kappa.

Ana Paula Ordorica es una periodista establecida en la Ciudad de México. Se tituló como licenciada en relaciones internacionales en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y tiene estudios de maestría en historia, realizados en la Universidad Iberoamericana.



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