Este martes, la embajadora de Estados Unidos ante las Naciones Unidas, Nikki Haley, presentó su renuncia al presidente Donald Trump, quien la recibió hoy en la Oficina Oval de la Casa Blanca.
Trump señaló que Haley dejará el puesto a finales de año por deseo propio y afirmó que le había notificado su decisión desde hace seis meses cuando le dijo que “al cabo de un año o un período de dos años quería tomarse un tiempo libre“.
Aunque los motivos de su renuncia no han sido aclarados, la noticia fue acompaña de la esperanza de Trump porque Nikki Haley regrese en un tiempo con un cargo diferente.
Sarah Sanders, secretaria de Prensa de la administración Trump, había anunciado el encuentro a través de un mensaje en Twitter.
“El presidente Trump y la embajadora Nikki Haley se reunirán en la Oficina Oval a las 10:30 horas. Este evento estará abierto a los medios”, escribió.
President Trump and Ambassador Nikki Haley will meet in the Oval Office at 10:30am this morning. This event will be open to the pool.
— Sarah Sanders (@PressSec) October 9, 2018
De igual modo, Trump dijo también a través de twitter que tenía “un gran anuncio” con su “amiga la embajadora Nikki Haley en la Oficina Oval”.
Big announcement with my friend Ambassador Nikki Haley in the Oval Office at 10:30am.
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) October 9, 2018
Previo a asumir el cargo como embajadora en la ONU, Nikki Haley, fue gobernadora de Carolina del Sur de 2011 a 2017, y contaba con escasa experiencia internacional.
Sin embargo, una vez como representante de Estados Unidos en Naciones Unidas, la republicana se convirtió en una gran defensora de las políticas de Trump como la mudanza de la embajada estadounidense en Israel o el retiro de Washington de algunos organismos multilaterales, como el Consejo de Derechos Humanos o la UNESCO.
Tras el anuncio, Trump afirmó a un grupo de periodistas en el Despacho Oval de la Casa Blanca que Haley “ha hecho un trabajo fantástico. Hemos hecho un trabajo fantástico juntos”.
