Un total de 136 países acordaron este viernes un impuesto de sociedades del 15% a nivel mundial a partir de 2023, que busca limitar la optimización fiscal de las grandes multinacionales y la rivalidad entre países por sus impuestos.

El “histórico” pacto redistribuirá a países de todo el mundo más de 125,000 millones de dólares en beneficios de unas 100 de las multinacionales más grandes y rentables del mundo, anunció la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

Esta medida, promovida por la organización con sede en París, recibió un impulso decisivo con la llegada en enero de Joe Biden a La Casa Blanca, que se plasmó en un primer acuerdo a mediados de año que acabó de perfilarse este viernes.

“El acuerdo de hoy representa un logro único en una generación para la diplomacia económica. Hemos convertido las incansables negociaciones en décadas de mayor prosperidad”, dijo la secretaria del Tesoro estadounidense, Janet Yellen.

Solo cuatro de las 140 jurisdicciones involucradas en las conversaciones no se sumaron finalmente a la iniciativa: Kenia, Nigeria, Pakistán y Sri Lanka, pues al final sí se consiguieron los apoyos de Irlanda, Estonia y Hungría.

El visto bueno de Irlanda no es menor. Dublín acoge las sedes europeas de los gigantes norteamericanos de internet como Facebook, Google y Apple, ya que cuenta con uno de los impuestos de sociedades más bajo del mundo, del 12.5%.

“Todos los países del G20”, “todos los de la Unión Europea” y “todos los de la OCDE” han dado su visto bueno a la propuesta, que se presentará a finales de mes a los mandatarios del G20 en Roma, celebró el secretario general de la OCDE, Mathias Cormann.

La medida se estructura en dos pilares. Uno de ellos es un tipo impositivo mínimo del 15% para las empresas con más de 867 millones de dólares de facturación. Para lograr el apoyo de Irlanda, se eliminó la referencia a “al menos” un 15% de la propuesta inicial.

El otro pilar busca que los ingresos abonados por las grandes empresas lleguen a los países donde obtienen sus ingresos y no donde tienen su sede social, limitando así las controvertidas prácticas de optimización fiscal.

Esta medida se aplicará a las multinacionales cuya facturación mundial supere los 23,000 millones de dólares y cuya rentabilidad sea superior al 10%. Se gravarán así el 25% de los beneficios en este apartado.

“Pedir a las grandes empresas que paguen la cantidad correcta de impuestos no es sólo una cuestión de finanzas públicas. Es sobre todo una cuestión de equidad básica”, reaccionó la titular de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, que llamó a implementar el pacto.

Ana Paula Ordorica es una periodista establecida en la Ciudad de México. Se tituló como licenciada en relaciones internacionales en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y tiene estudios de maestría en historia, realizados en la Universidad Iberoamericana.



Escribe un comentario