Con las fotografías de sus hijos en sus pechos, familiares de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos en 2014 participaron este lunes en la enésima marcha para exigir justicia.

Poco después de las 16:00 horas, tal como estaba anunciado, partió el contingente que se dio cita en la glorieta del Ángel de la Independencia, sobre Paseo de la Reforma

Ahí se reunieron los padres de los desaparecidos, y diversos activistas que participarían en la que han llamado la Jornada Nacional de Lucha a 8 años de los hechos.

El contingente, que fue nutriéndose conforme avanzaba, hizo paradas en puntos estratégicos como el antimonumento a los 43 que se ubica en el cruce con Bucareli y Avenida Juárez. Algunos de los grupos que se fueron uniendo provenían de distintas escuelas de la UNAM, como facultades de Ciudad Universoitaria o preparatorias y CCH’s.

En su avance, se escuchaban consignas como “vivos se los llevaron, vivos los queremos”, “presentación con vida”, “castigo a los culpables”, “fue el Ejército”, entre otras.

Otra de las paradas fue en la glorieta de los desparecidos, casi en el cruce con Insurgentes.

Paralelamente, en la plancha del Zócalo se seguían acomodando las vallas metálicas que protegen Palacio Nacional, pues será el punto donde la marcha finalice. En redes sociales se difundieron imágenes de cómo las autoridades volvieron a resguardar la residencia del Presidente., quien por la mañana pidió a quienes saldrían a las calles hacerlo en paz y no recurrir a la violencia.

Como suele suceder, un grupo de encapuchados que se ubican en la cola del contingente, comenzaron a realizar pintas en monumentos y edificios sobre Reforma.

Finalmente, el contingente llegó a la plancha del Zócalo, donde realizaron un mitin para exigir justicia y reiterar el llamado a las autoridades para que se esclarezcan los hechos, pidiendo que no se proteja a nadie, en referencia al Ejército.

Ese fue uno de los planteamientos que se hicieron desde la plancha del Zócalo. “Cuando se llegó al punto de tocar al Ejército, ahí todo se vino para abajo, todos se echaron la bola”, indicaron los familiares.

Mientras tanto y separándose de las protestas violentas, las familias insistieron en que lo que les ha dado fuerza en estos años es la gente.

En las últimas semanas, la Comisión de la Verdad, una entidad oficial creada en la actual administración, calificó el caso de “crimen de Estado” porque según indicó autoridades de todos los niveles de gobierno estuvieron involucradas en las desapariciones y su encubriento y ofreció nuevos datos que confirmaban la participación del ejército en los hechos.

También hubo detenciones importantes de tres militares, entre ellos un mando en la zona y ahora general retirado, y la del ex procurador general Jesús Murillo Karam, acusado de inventar una verdad paralela a base de torturas y manipulación de evidencias.

Pero algunas sentencias absolutorias, la filtración al diario Reforma de datos del informe de la Comisión que no se dieron a conocer a las familias o la anulación de 21 órdenes de captura, 16 de ellas de militares, por parte de la Fiscalía General de la República (FGR), ha indignado a los padres.

Al respecto, el Centro Prodh, ONG de derechos humanos encargada de representar legalmente a las familias de los estudiantes, calificó ese tipo de actuaciones como muy inusuales y preocupantes.

El punto más delicado sigue siendo el Ejército, la institución contra la que los padres arremetieron desde hace ocho años.

Ana Paula Ordorica es una periodista establecida en la Ciudad de México. Se tituló como licenciada en relaciones internacionales en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y tiene estudios de maestría en historia, realizados en la Universidad Iberoamericana.



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