La farmacéutica estadounidense Pfizer y su socia alemana BioNTech anunciaron este jueves la firma de una carta de intención con una empresa brasileña para que fabrique millones de vacunas contra el COVID-19, las cuales se distribuirán exclusivamente en Latinoamérica.

En un comunicado conjunto, los laboratorios dijeron que se asociaban con la empresa biofarmacéutica Eurofarma Laboratórios SA para que produzca la vacuna contra el COVID-19 COMIRNATY, de tecnología ARN mensajero.

Se espera que a plena capacidad se fabriquen en Brasil más de 100 millones de dosis al año a partir de 2022, para que sean utilizadas en su totalidad en América Latina.

“Todo el mundo, independientemente de su condición económica, raza, religión o geografía, merece tener acceso a las vacunas para COVID-19, las cuales salvan vidas,” dijo el presidente de Pfizer, Albert Bourla. “Continuaremos explorando y buscando oportunidades como ésta para ayudar a garantizar que las vacunas estén disponibles para todos los que las necesiten”, añadió.

Según el acuerdo, la empresa de Brasil recibirá la materia prima desde las instalaciones de Pfizer en Estados Unidos. Las empresas no revelaron detalles económicos del acuerdo ni especificaron en qué mes de 2022 comenzarán a fabricarse las vacunas.

Previo al anuncio, la Organización Panamericana de la Salud reveló que está trabajando en una iniciativa para transferir la tecnología de las vacunas de ARN mensajero contra el coronavirus a Latinoamérica para que varios países puedan asociarse y fabricar juntos las dosis, reduciendo así la dependencia de suministros desde el exterior.

Hasta ahora unas 30 empresas e instituciones públicas y privadas de toda la región han expresado su interés en participar en la iniciativa y en septiembre la OPS anunciará las seleccionadas. Sin embargo, aclaró que el acuerdo con la farmacéutica brasileña y Pfizer-BioNTech no formaba parte de su iniciativa.

La nueva tecnología de ARN mensajero, conocida también como mRNA en inglés, es la utilizada en la fabricación de las vacunas de Pfizer y Moderna. Se trata una vacuna que no contiene ningún virus y no puede causar una infección accidental. En cambio, emplea parte del código genético para enseñar al sistema inmunitario a reconocer las proteínas presentes en la superficie del virus y lo prepara para atacarlo en caso de contagio.

Latinoamérica continúa siendo el epicentro de la pandemia, con más de 1.5 millones de casos y 20,000 muertes en la última semana. Siete de los 20 países con las tasas más altas de mortalidad de COVID-19 en el mundo están en la región, pero sólo el 23% de la población ha completado su vacunación.

Uno de los principales obstáculos ha sido la falta de disponibilidad de vacunas, principalmente porque las dosis llegan desde el exterior y han sido acaparadas por las naciones de mayores ingresos. Latinoamérica depende casi exclusivamente de otros lugares para fabricar materias primas farmacéuticas, medicinas y tecnología de salud. De acuerdo con la OPS, importa productos farmacéuticos a una tasa 10 veces mayor a la que produce.

Ana Paula Ordorica es una periodista establecida en la Ciudad de México. Se tituló como licenciada en relaciones internacionales en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y tiene estudios de maestría en historia, realizados en la Universidad Iberoamericana.



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