El Rector de la UNAM, Enrique Graue, emitió un posicionamiento respecto a las agresiones que se registraron la tarde de ayer en la explanada de la Torre de Rectoría, donde un grupo de porros golpearon “de forma artera y brutal”, a estudiantes del CCH Azcapotzalco y otros planteles de la UNAM.
Informó que como resultado de la agresión, un grupo de estudiantes resultó con traumatismos menores y en dos casos con lesiones severas, mismos que fueron trasladados a una clínica del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) para su atención médica.
Dijo que en ambos casos las lesiones que les fueron infringidas ponen en riesgo su vida, y aunque ya han sido intervenidos y están estables, su estado es grave y se encuentran bajo observación médica.
Adelantó que las denuncias por los hechos de ayer ya fueron presentadas ante la Procuraduría de la Ciudad de México, y se procederá, “sin miramientos”, ante quienes resulten responsables. Aseguró que la UNAM cuenta con evidencias que apuntan a que entre los agresores se encuentran los grupos conocidos como “Treinta y dos”, del CCH Azcapotzalco; “3 de marzo”, del CCH Vallejo; la “Federación de Estudiantes de Naucalpan”, y otras organizaciones de vándalos conocidos como grupos porriles.
Reconoció que los llamados porros son grupos de provocadores que obedecen a intereses ajenos a la Universidad y que pretenden desestabilizarla creando un clima de inseguridad e incertidumbre.
“Como rector de la Universidad comparto el enojo, la indignación y el repudio a estos grupos, que ya se está expresando en asambleas y reuniones estudiantiles en los distintos recintos universitarios. Estoy claro, sin embargo, que no basta con reprobar enérgicamente los hechos ocurridos; es necesaria una acción definitiva que erradique para siempre estas oscuras y cobardes agresiones”, enfatizó Graue.
Añadió que la administración central de la Universidad se ha centrado en la tarea de identificar a los agresores, auxiliados de las imágenes de la prensa, de filmaciones presenciales recibidas y de las imágenes de vigilancia universitaria, lo que ha concluido en la firma de 18 expulsiones definitivas de individuos inscritos en la Universidad.
“No descansaremos hasta verlos desaparecer de nuestro entorno”, remató el Rector.
