El presidente Donald Trump presumió la noche de ayer sus promesas “cumplidas” en su discurso anual ante el Congreso, que tal como se esperaba, tuvo un con tono electoral.

Nueve meses antes de los comicios en que buscará la reelección, Trump resaltó una economía “rugiente” ante el pleno de los legisladores; prefirió no mencionar una sola palabra sobre su proceso de destitución, que se espera una absolución casi segura este miércoles en el Senado.

La polarización que se vive en la política estadounidense fue evidente: al llegar, Trump evitó darle la mano a Nancy Pelosi, la presidenta de la Cámara de Representantes y líder de la oposición demócrata, quien, en un gesto político que enloqueció las redes sociales, rompió en pedazos su copia del discurso sobre el Estado de la Unión apenas el mandatario terminó de hablar.

“A diferencia de muchos que vinieron antes que yo, cumplo mis promesas”, afirmó Trump, interrumpido incesantemente por las ovaciones de pie y los cánticos de “USA, USA, USA” y “¡Cuatro años más!” de los republicanos, mientras que los miembros de la oposición demócrata permanecían sentados y sin expresión alguna.

En el mismo recinto donde la Cámara de Representantes lo acusó de abuso de poder y obstrucción al Congreso, Trump repasó todos los temas de la campaña: su “poderoso muro” contra la inmigración, su intención de prohibir el aborto tardío, y las acusaciones contra los candidatos demócratas que según él propician “una toma socialista de nuestro sistema de salud”.

Pero sobre todo enfatizó “el gran éxito económico” de Estados Unidos. Afirmó que la estrategia que propuso para rescatar la economía de su país “funcionó”.

Al defender su política exterior, Venezuela cobró protagonismo. “Maduro es un gobernante ilegítimo, un tirano que brutaliza a su pueblo. Pero el dominio de la tiranía de Maduro será aplastado y roto”, dijo Trump al presentar a Guaidó, considerado presidente interino por Estados Unidos y unos 60 países, quien como invitado especial del presidente y su esposa Melania observaba desde la galería.

Trump pasó por alto su confrontación con Irán y su plan de paz israelo-palestino, antes de reafirmar su intención de “regresar a casa” a los soldados estadounidenses en Afganistán. “No es nuestra función ser la agencia de seguridad de otros países”, dijo.

Los invitados decían mucho del ánimo electoral. Además de Guaidó, Trump invitó al exjefe policial venezolano Iván Simonovis, quien el año pasado huyó de su país tras pasar 15 años preso y fue acogido por Estados Unidos. Además, estaban presentes un alto oficial de la patrulla fronteriza y una mujer cuyo hermano fue asesinado por un inmigrante ilegal en 2018.

En un guiño a su base, Trump anunció que el locutor de radio conservador Rush Limbaugh, que acaba de revelar que sufre de cáncer de pulmón, recibiría la “Medalla de la Libertad”, la cual le fue entregada en medio de aplausos por la primera dama.

En la réplica demócrata a Trump en español, la congresista por Texas Verónica Escobar acusó al mandatario de atizar el odio contra los latinos después de que el autor de la masacre de El Paso el año pasado dijera que su objetivo eran los mexicanos.

“Usó las mismas palabras de odio usadas por el presidente Trump para describir a los inmigrantes y latinos”, dijo.

Ana Paula Ordorica es una periodista establecida en la Ciudad de México. Se tituló como licenciada en relaciones internacionales en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y tiene estudios de maestría en historia, realizados en la Universidad Iberoamericana.



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