El G7, que agrupa a las siete principales potencias mundiales, advirtió este jueves a Rusia que seguirá aplicando sanciones hasta que sus tropas abandonen Ucrania y que los responsables de presuntos crímenes de guerra sean procesados.

Los ministros de Relaciones Exteriores del G7 prometieron hoy “mantener y aumentar la presión sobre Rusia al imponer medidas restrictivas adicionales coordinadas para frustrar efectivamente las capacidades rusas para continuar la agresión contra Ucrania”.

Y es que las naciones occidentales ya han impuesto varias rondas de sanciones a Rusia, incluyendo al presidente Vladimir Putin, su familia y asociados, aunque han sido cautelosos en afectar el sector energético del país, por la dependencia que muchos países europeos tienen.

Sin embargo, los ministros del G7 dijeron que están “tomando medidas adicionales para acelerar los planes para reducir nuestra dependencia de la energía rusa, y trabajar juntos para este fin”.

Tras las denuncias esta semana de posibles crímenes de guerra en la ciudad de Bucha, los ministros insisten en que “los responsables de estos actos atroces y atrocidades, incluidos los ataques contra civiles y la destrucción de infraestructura civil, rendirán cuentas y serán procesados”.

También repitieron advertencias sobre el uso de armas químicas, biológicas o nucleares, diciendo que cualquier uso por parte de Rusia de tales armas sería “inaceptable y tendría graves consecuencias”.

En respuesta, Rusia informó que tiene la intención de responder a las sanciones de Estados Unidos contra las hijas del presidente Vladímir Putin como mejor le parezca, advirtió el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov.

Ayer, Estados Unidos anunció sanciones a las dos hijas adultas de Putin como parte de un nuevo paquete de medidas contra los sistemas políticos y económicos rusos en represalia por sus presuntos crímenes de guerra en Ucrania.

Peskov dijo en una conferencia telefónica con reporteros que las sanciones “se suman a una línea completamente frenética de varias restricciones” y el hecho de que estas se dirijan a miembros de la familia “habla por sí mismo”. “Esto es algo que es difícil de entender y explicar. Pero, desafortunadamente, tenemos que lidiar con tales oponentes”, añadió Peskov.

Al respecto, el primer ministro ruso, Mijaíl Mishustin, aseguró que Moscú se enfrenta a su situación más difícil en tres décadas debido a las sanciones que se le han impuesto, y que dijo, no tienen precedentes; sin embargo indicó que  los intentos extranjeros de aislar a Rusia de la economía mundial fracasarán.

Las sanciones económicas impuestas buscan obligar a Rusia a poner fin a su operación militar en Ucrania y retirar sus fuerzas. Moscú califica sus acciones en Ucrania como una “operación especial” que, según dice, no está destinada a ocupar territorio, sino a destruir las capacidades militares de su vecino y capturar a los que considera como peligrosos nacionalistas.

“Sin duda, la situación actual podría calificarse como la más difícil en tres décadas para Rusia”, dijo Mishustin a la Duma, o Cámara baja del Parlamento. “Este tipo de sanciones no se utilizaron ni siquiera en los tiempos más oscuros de la Guerra Fría”.

Ana Paula Ordorica es una periodista establecida en la Ciudad de México. Se tituló como licenciada en relaciones internacionales en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y tiene estudios de maestría en historia, realizados en la Universidad Iberoamericana.



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