Las explosiones del martes pasado en el puerto de Beirut ha golpeado a un país, Líbano, “ya muy frágil, tras meses de crisis económica y de pandemia” de coronavirus, por lo que los efectos adversos de la catástrofe durarán mucho tiempo, advirtió hoy el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).

La organización, que trabaja sobre el terreno para atender a víctimas y afectados por el siniestro, que causó 137 muertos y dejó más de 5,000 heridos, subrayó que unas 250,000 personas se han quedado sin hogar debido a las explosiones, algunas de ellas se han visto obligadas a dejar la capital, y varios hospitales en la zona afectada han sufrido graves daños.

“Líbano seguirá sintiendo durante largo tiempo los efectos de la explosión, ya que, además de las pérdidas de vidas humanas y los heridos, se ha quedado mucha gente sin hogar y sin su modo de vida”, indicó la organización, al tiempo que reiteró su compromiso de “apoyar al Líbano en estos momentos difíciles”.

Cruz Roja subraya además que la destrucción del puerto de Beirut tendrá un efecto devastador, al reducir la capacidad importadora del Líbano y las posibilidades de recibir ayuda humanitaria tanto para esa nación como para la vecina Siria.

Asimismo, el CICR indicó que ha entregado ayuda médica a 12 centros médicos de Beirut y sus alrededores y recordó que desde 2016 colabora directamente en el Hospital Rafik Hariri, que es el principal centro de respuesta a la pandemia de COVID-19.

Topadoras del ejército libanés trabajaban este jueves entre los escombros para reabrir las carreteras en torno al puerto de Beirut, al día siguiente de que el gobierno prometiera investiga la devastadora explosión de esta semana y pusiera a los responsables del puerto bajo arresto domiciliario.

También podría haber acelerado los contagios de coronavirus en el país, ya que miles de personas llenaron los hospitales tras la detonación, advirtieron autoridades del país.

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, llegó este jueves al país, donde aseguró que “Líbano no está sola”. Hizo un llamado por ayuda urgente.

En la primera visita de un jefe de Estado al Líbano luego de la tragedia, Macron prometió ayudar a organizar la asistencia internacional pero dijo que el Gobierno local debe implementar reformas económicas y abordar la corrupción.

“Si no se llevan adelante reformas, el Líbano continuará hundiéndose”, dijo Macron luego de ser recibido en el aeropuerto por el presidente libanés, Michel Aoun. “Lo que también se necesita aquí es un cambio político. Esta explosión debería comenzar una nueva era”, sostuvo.

Vistiendo una corbata negra en señal de luto, Macron recorrió el lugar de la explosión y las calles destruidas de Beirut donde multitudes enardecidas exigían el final del “régimen” de la jerarquía política del Líbano, a la que acusan de corrupción y de provocar un desastre en el país.

Ana Paula Ordorica es una periodista establecida en la Ciudad de México. Se tituló como licenciada en relaciones internacionales en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y tiene estudios de maestría en historia, realizados en la Universidad Iberoamericana.



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