Esta tarde, desde la plataforma de lanzamiento 39A del centro espacial Kennedy, un cohete SpaceX con la nueva cápsula Crew Dragon enganchada despegará hacia la Estación Espacial Internacional (EEI). A bordo llevará a Bob Behnken y Doug Hurley, los dos hombres elegidos por la NASA para esta misión de demostración.

Space Exploration Technologies Corp., fundada en 2002 por Elon Musk, se ganó la confianza de la agencia espacial más grande del mundo.

SpaceX se convirtió en 2012 en la primera empresa privada en acoplar una cápsula de carga a la EEI. Dos años después, la NASA le pidió que adaptara la cápsula Crew Dragon para poder transportar astronautas. “SpaceX no estaría allí sin la NASA”, dijo Musk el año pasado, después de un ensayo general del viaje a la EEI sin tripulación.

La agencia espacial ha pagado más de 3.000 millones de dólares a SpaceX para diseñar, construir, probar y operar su cápsula y hacer seis viajes espaciales de ida y vuelta. El desarrollo experimentó retrasos, explosiones, problemas de paracaídas, pero SpaceX venció al gigante Boeing, al que la NASA también pagó para hacer una cápsula, la Starliner, que aún no tiene lista.

La inversión, autorizada durante las presidencias de George W. Bush para el envío de carga y Barack Obama para el de astronautas, se considera fructífera en comparación con las decenas de miles de millones que costaron los sistemas anteriores desarrollados por la NASA.

“Algunos han dicho que es inviable o imprudente trabajar con el sector privado de esta manera. No estoy de acuerdo”, dijo Obama en 2010. La decisión del expresidente se encontró con la hostilidad del Congreso y de la NASA.

Diez años después, Donald Trump asistirá al centro Kennedy para el lanzamiento. El republicano trata de reafirmar la dominación estadounidense del espacio y ha ordenado el regreso a la Luna en 2024.

Si la NASA pudiera confiar al sector privado las misiones más cercanas a la Tierra, dentro de la “órbita baja”, esto le permitiría destinar presupuesto para sus misiones más lejanas.

“Imaginamos un futuro en el que la órbita baja de la Tierra está completamente privatizada, donde la NASA es solo un cliente entre otros”, dijo Jim Bridenstine, administrador de la agencia. De lo contrario, “nunca iremos a la Luna ni a Marte”.

La lluvia ha caído con fuerza en los últimos días en Florida, y los pronosticadores dan un 40% de que siga en Cabo Cañaveral. En caso de precipitaciones, el vuelo se pospondrá hasta el sábado.

La Crew Dragon es una cápsula como la Apollo, pero del siglo XXI. Las pantallas táctiles han reemplazado los botones y los joysticks. “Esperamos un vuelo más suave pero más ruidoso”, dijo Bob Behken, quien al igual que su compañero de misión viajó dos veces en aquellos transbordadores.

La cápsula llegará a la estación espacial, situada a 400 kilómetros sobre el nivel del mar, el jueves y probablemente permanecerá acoplada allí hasta agosto.

Si cumple su misión, los estadounidenses ya no dependerán de los rusos para llegar al espacio. Pues, desde 2011, los Soyuz son los únicos vehículos espaciales que hacen este recorrido.

Foto: @elonmusk

Ana Paula Ordorica es una periodista establecida en la Ciudad de México. Se tituló como licenciada en relaciones internacionales en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y tiene estudios de maestría en historia, realizados en la Universidad Iberoamericana.



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