Tag

aceptación

Browsing

La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), que México preside, urgió este martes a los países del G20 aceptar todas las vacunas avaladas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en medio de las restricciones de viaje.

“(La Celac) hace un llamado urgente a la comunidad internacional, en especial a los países del G20, a aceptar, con fines de movilidad internacional y admisión a sus respectivos países, las vacunas contra COVID-19 que hayan sido aprobadas como seguras y efectivas por la OMS”, expuso en un comunicado.

Los países de Latinoamérica y el Caribe, una de las regiones más afectadas por la pandemia, con casi 46 millones de casos y más de 1.5 millones de muertes, se han unido en la Celac para reclamar igualdad en el acceso y reconocimiento de las vacunas.

En el breve posicionamiento, la Celac argumentó ser “consciente de la necesidad global de realizar acciones para contrarrestar el impacto sanitario, económico y social de la pandemia”.

Antes, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) de México informó que el canciller Marcelo Ebrard viajará a la Cumbre del G20 que se realizará en Roma el próximo 30 y 31 de octubre. Ebrard representará al presidente Andrés Manuel López Obrador, quien ha insistido en una distribución justa global de insumos médicos para combatir la pandemia.

La SRE recordó que México ya presentó al G20 una propuesta para “el reconocimiento universal, sin condicionamientos de ningún tipo” de todas las vacunas aprobadas por la OMS. Indicó que con dicha iniciativa, se busca eliminar la discriminación existente en el reconocimiento de vacunas, alcanzar la meta de vacunación universal y facilitar la movilidad internacional en las mismas condiciones para todas las personas.

El reclamo de Latinoamérica ocurre en medio de las restricciones de viaje que han impuesto países en la Unión Europea (UE), Reino Unido e incluso Estados Unidos, que no reconocen vacunas no aplicadas en sus territorios, como la rusa Sputnik V o la china CanSino.

Incluso, países como Reino Unido no aceptan los esquemas de vacunación de países en desarrollo aunque sea de marcas como AstraZeneca, Pfizer o Moderna.

Ante esta situación, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ha urgido a la OMS a validar estas vacunas, pues ha insistido, han demostrado su seguridad y efectividad para prevenir que se desarrolle la enfermedad de manera grave.

¿Qué debe hacer Claudia Sheinbaum? Gobernar la Ciudad de México nunca ha sido una tarea sencilla. Si alguien lo sabe es Andrés Manuel López Obrador quien ya ocupó la Jefatura de Gobierno que hoy ostenta Claudia. Pero a diferencia de él, que era Jefe de Gobierno cuando Vicente Fox llegó a la presidencia con el enorme bono democrático de ser el primer jefe del ejecutivo en ganarle al PRI, Sheinbaum llega a gobernar la Ciudad de México para compartir el espacio con el mismo partido, Morena. Esto no ocurría desde 1997 que Cuauhtémoc Cárdenas se convirtió en el primer Jefe de Gobierno con Ernesto Zedillo en Los Pinos.

Claudia Sheinbaum tiene actualmente un buen nivel de aceptación. De acuerdo con la más reciente encuesta de Consulta Mitofsky que hace un comparativo entre la aprobación de AMLO con la de los gobernadores y la Jefa de Gobierno, ella tenía un 50.3 por ciento de aprobación en noviembre del 2019 frente a AMLO que tenía 55.5 por ciento. Ahora la situación se ha volteado. AMLO tiene 57.6 por ciento de aprobación y Sheinbaum tiene más: 60.7 por ciento.

Estos números muestran que la Jefa de Gobierno está logrando un buen malabarismo en el dilema que enfrenta: acercarse demasiado al presidente López Obrador la aleja de buena parte de su electorado y tiene repercusiones negativas en los ciudadanos de la CDMX; alejarse de López Obrador le complica sus aspiraciones presidenciales hacia el 2021.

Para darle gusto al presidente en su manejo de la pandemia, Sheinbaum tendría que no utilizar cubrebocas; no hacer pruebas ni implementar el Código QR para intentar rastreo de contagios. Ese dilema explica parte de la razón para que estas medidas se apliquen tarde y tibiamente. Pero finalmente ha logrado que avancen. Aquí digamos que el dilema de Claudia se resuelve favorablemente.

Para darle gusto al presidente en su desprecio a los empresarios, Sheinbaum primero se peleó con varios en el ramo inmobiliario principalmente. El Cártel Inmobiliario, lo llamaron en la Jefatura de Gobierno. Bajo el argumento de combate a la corrupción, se paralizó prácticamente la construcción en la ciudad. Ahora, para intentar reactivar la economía de la CDMX se ha dado un acercamiento que a final de cuentas ni generó rendición de cuentas de ese cártel, pero sí provocó un boquete en la finanzas y en el desarrollo ordenado de la capital. Por ello, el dilema de Claudia de alejarse de los empresarios para darle gusto al presidente ha significado un costo para los ciudadanos de la CDMX.

En la agenda de género es quizás en donde más ha sorprendido la forma que ha decidido la Jefa de Gobierno para lidiar con las demandas feministas. Ante un presidente que, duele decirlo pero no hay de otra: es un misógino, Claudia Sheinbaum asumió las protestas para frenar la violencia de género como una afronta directa en su contra y no demandas legítimas. Con la llegada de Omar García Harfush a la Secretaría de Seguridad local, la situación ha mejorado en cuanto a la libertad de manifestación de las mujeres. Aquí el dilema está a flor de piel. Aun tiene que trabajarlo la Jefa de Gobierno.

Mucho se habla de cómo AMLO puede tener aprobación tan alta a pesar de los problemas que tiene el país, heredados unos y generados por él otros. En el caso de Claudia Sheinbaum vemos que la Jefa de Gobierno goza de mayor popularidad que el presidente. La gran duda será si Sheinbaum logra resolver cada vez mejor su dilema: tiene que malabarear con darle gusto al presidente o dejarle una mejor ciudad a los capitalinos.

 

Columna completa en El Universal

De acuerdo a la más reciente encuesta de Consulta Mitofsky para el diario El Economista, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ha crecido su aceptación entre los jóvenes del país, pero ha disminuido con los adultos, que, durante mucho tiempo fue la población que más le apoyó.

El llamado #AprobAMLOmetro de la firma, muestra que AMLO registró un aumento en su aceptación entre jóvenes de 18 a 29 años, que pasó del 71.1% que obtuvo en abril pasado al 75.4%.

En contraste, su nivel de aceptación cayó entre las personas de 30 a 49 años, pues pasó del 63.2% al 58.3%. Entre la población de 50 años y más, la disminución fue mínima, de 52.3% al 52.2%.

Otro de los datos que arroja la encuesta, es que López Orador es más aceptado en el norte y centro del país, donde obtuvo un 64.3% aceptación en el noroeste, mientras que en el noreste 62.2%. En el centro del país, uno de sus principales bastiones, su aceptación se colocó en 64.1%.

La zona noroeste la integran Baja California, Baja California Sur, Chihuahua, Durango, Sinaloa y Sonora; la zona noreste: Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas, y la región centro: la Ciudad de México, el Estado de México y Morelos.

En contraste, en el caso del occidente (Nayarit, Jalisco, Colima y Michoacán), la aceptación de AMLO pasó de 52.0% a 44.0%, y subió su desaprobación de 44.3% a 56.0%. En el sureste (Tabasco, Campeche, Quintana Roo y Yucatán), su aceptación también presentó una disminución al situarse en 61.7%.

Han estado circulando en estos días algunas encuestas que muestran que Andrés Manuel López Obrador pierde aceptación. En el mes de marzo dos de sus acciones generaron amplio rechazo. La primera fue el retiro de recursos a las Estancias Infantiles y la segunda fue la carta que envió al Rey Felipe VI pidiendo que ofrezca una disculpa histórica a los mexicanos por la conquista de hace 500 años.

En ambas, menos del 30 por ciento de los encuestados por Alejandro Moreno (El Financiero) apoyaron al presidente. Un presidente que, en otras acciones, sobre todo en las que tienen que ver con austeridad, genera aprobación cercana a un 90 por ciento.

Hay quienes han celebrado estas bajas en la aprobación de las acciones del presidente. Se merece el rechazo. Ya comienzan a arrepentirse quienes votaron por AMLO. La ineptitud del presidente le comienza a costar. Ésta y otras líneas celebratorias abundan en las “benditas redes sociales”.

Sin embargo, el escenario de un López Obrador que actualmente goza de legitimidad y aceptación, pero carece de institucionalidad puede volverse un desastre de acentuarse esta baja en la aceptación al presidente.

La apuesta para que la presidencia de López Obrador sea un éxito para México está en que él sea más institucional. Su problema es que desde hace décadas ha caminado en el límite entre lo que es institucional y lo que no es. Ahí ha estado cuando ha perdido elecciones, principalmente en el 2006, cuando tomó Avenida Reforma y se auto nombró presidente legítimo. Denostó a las instituciones electorales y se dedicó todo el sexenio a buscar sabotear las acciones del presidente que le ganó, Felipe Calderón.

Ahora que es presidente, cuando alguna ley, norma o institución le impide hacer lo que él quiere, actúa igual –en la línea delgada entre legalidad y la ilegalidad. Para muestra, dos ejemplos. El senado aprobó un dictamen para la creación de una Guardia Nacional con mando civil. López Obrador quiere que éste tenga mando militar. Y como parece confundir autoridad con autoritarismo, ya anunció que mañana nombrará a un militar en activo para encabezar a la Guardia Nacional. Esto claramente viola la Constitución, pero a AMLO no le importa. Los senadores de oposición confían en que se presentará una acción de inconstitucionalidad para revertir esta decisión del presidente. Veremos si Martí Batres, que es el encargado de enviar esta acción al ser el presidente del senado, lo hace.

Segundo ejemplo: el proceso para nombrar a los nuevos integrantes de la Comisión Reguladora de Energía. El artículo 6 de la Ley de Órganos Reguladores Coordinados en Materia Energética estipula que la selección de los comisionados la hace el senado de una terna que envía el ejecutivo. Si el senado no aprueba a ninguno de la terna, el ejecutivo debe enviar una NUEVA terna. Si en la segunda ronda tampoco es aprobado ninguno, entonces el presidente nombra directamente al comisionado. López Obrador envió unas ternas que no convencieron a los senadores, más que de ser sus alfiles. Por ello se los rechazaron una primera vez. Cuando en lugar de cumplir con la ley y enviar NUEVAS ternas, AMLO reenvió 11 de los 12 nombres iguales, las ternas fueron rechazadas una segunda vez. Es decir, no envió NUEVAS ternas. La ley le importó poco. Ahora serán comisionados cuatro de esas personas que no cumplieron con el proceso legal para su nombramiento.

Son dos ejemplos claros de que AMLO no es un presidente institucional, aun cuando sí tiene legitimidad y es popular. La apuesta para quienes queremos que México logre crecer, avanzar y desarrollarse no puede ser a que AMLO pierda legitimidad y popularidad. Es a que sea más institucional.

 

Columna completa en El Universal