Tag

Afganistán

Browsing

Los talibanes adelantaron este miércoles que en cuestión de días esperan formar su gobierno “inclusivo”, al asegurar que tratarán de concluir este proceso antes del fin de la retirada de las tropas extranjeras de Afganistán, prevista para el 31 de agosto.

La nueva administración, en la que se espera que figuren los hombres más poderosos del movimiento fundamentalista, será decisiva para marcar el nuevo camino que va a seguir este país tras veinte años de guerra, donde además será clave la línea que siguen en asuntos como los derechos humanos para recibir un crucial apoyo internacional.

“Esperamos formar un gobierno inclusivo antes de la fecha límite de la retirada de las fuerzas estadounidenses de Afganistán”, dijo el principal portavoz talibán, Zabihulla Mujahid, desde su despacho en Kabul, en entrevista con la agencia Efe.

Desde la toma de la capital afgana el pasado 15 de agosto, tras consecutivas victorias en casi todas las provincias del país, Afganistán aún no ha formado gobierno y la mayoría de los puestos han quedado vacantes, por lo que los talibanes negocian un nuevo Ejecutivo que estará regido por la sharía o ley islámica.

Un grupo de líderes políticos afganos forma parte de esas conversaciones, pero aún se desconoce si alguna de las figuras de los gobiernos anteriores, que lucharon contra los insurgentes, tendrán cabida en la nueva conformación.

La ausencia de mujeres en las reuniones de los últimos diez días ha hecho dudar también si estas lograrán un lugar en el nuevo liderazgo.

El expresidente afgano Hamid Karzai, y el presidente del Consejo Superior para la Reconciliación Nacional, Abdullah Abdullah, que han estado reuniéndose con los talibanes desde hace varios días, recibieron hoy a mujeres activistas para debatir la realidad del país.

“Conocimos a representantes de organizaciones y redes de mujeres. Discutimos el desarrollo de la situación y enfatizamos la importancia del papel de la mujer en el futuro del país”, dijo Abdullah en Twitter junto a imágenes con una decena de mujeres, pero sin la presencia de los talibanes.

Con la inminente conformación de un gobierno, los islamistas insisten en que no están dispuestos a aceptar una extensión más allá del 31 de agosto para completar la retirada de las fuerzas internacionales y la evacuación de ciudadanos de Afganistán.

Ante ello, casi un centenar de aviones de la coalición internacional implicada en la guerra de Afganistán sacaron de Kabul a unas 19,000 personas este martes, elevando el total a 82,300 evacuados del país desde el pasado 14 de agosto, aseguró hoy Estados Unidos.

Solo en el día de ayer 11,200 personas volaron a bordo de 42 vuelos militares estadounidense, incluidos 37 del tipo C-17, mientras que otros 7,800 evacuados embarcaron en 48 aviones de países europeos y de otros miembros de la coalición de la OTAN.

México recibió este miércoles a un grupo de 124 personas conformado por reporteros que trabajaban en Afganistán y sus familiares, horas después de recibir también a cinco jóvenes afganas de un equipo de robótica premiado internacionalmente, todos evacuados tras la toma del poder por los talibanes.

“Se trata de quienes están arriesgando sus vidas por informar, por comunicar, que están comprometidos con la libertad de expresión, con la libertad y la independencia de la comunicación”, dijo el canciller Marcelo Ebrard durante un acto de bienvenida de los periodistas en el aeropuerto de Ciudad de México.

El grupo, conformado por trabajadores de diversos medios de comunicación que operan en Kabul, llegó a México tras 20 horas de vuelo desde Doha en un avión de la Fuerza Aérea de Catar, donde también viajaron niños, según imágenes difundidas por la Cancillería.

El grupo de periodistas pertenecen a The New York Times (NYT) y algunos de The Wall Street Journal, según confirmó el diario estadounidense. NYT resaltó el papel de las autoridades mexicanas ante la ayuda que “Estados Unidos fue incapaz de brindar”.

“Los funcionarios mexicanos, a diferencia de sus contrapartes en Estados Unidos, lograron vencer la burocracia de su sistema migratorio para proveer rápidamente los documentos que, a su vez, permitieron que los afganos volaran desde el asediado aeropuerto de Kabul con rumbo a Doha, Catar”, indica una nota publicada por el diario, en el que describe cómo fue el proceso para que el gobierno de la 4T les diera el sí a recibir a sus colaboradores.

La noche de ayer, el gobierno había recibido a cinco jóvenes afganas integrantes de un equipo de robótica conformado por unas 20 adolescentes.

Autoridades de la cancillería no las identificaron directamente por razones de seguridad. Sin embargo, cuatro de ellas ofrecieron una rueda de prensa.

“No solo salvaron nuestra vida sino también nuestros sueños, que buscamos se hagan realidad (…). Nuestra historia no terminará triste por los talibanes”, dijo una de las jóvenes en el mensaje que ofrecieron junto al canciller Marcelo Ebrard.

La chica dijo que el equipo de robótica femenino demostró que las mujeres también son capaces de hacer ciencia. “Ahora que los talibanes han tomado el poder, esto ya no está a nuestro favor (…) En este régimen las niñas nos vemos con dificultades (…) por eso agradecemos estar aquí”, añadió.

Las mujeres, detalló la cancillería, podrán acceder a una visa humanitaria hasta por 180 días con derecho a renovación o podrán elegir el estatuto que ellas prefieran. Se informó que también se dio refugio a la pareja de una de ellas.

“La protección de los valores han hecho que nos comprometamos para que ellas estén en México (…) Se los queremos decir de todo corazón: están en su casa”, dijo Ebrard.

Ebrard recordó que México tiene una larga tradición en pro del refugio, y apuntó que en México desde el siglo XIX estuvieron líderes como Garibaldi o José Martí, además de miles de refugiados después de la Guerra Civil española. Mientras que en la Segunda Guerra Mundial llegaron comunidades de muchos países perseguidos y después vinieron las dictaduras de América del Sur de las que llegaron miles de argentinos, chilenos, uruguayos, prácticamente de todos los países, y más recientemente de algunas naciones de África y Asia.

El refugió para las cinco jóvenes se otorgó gracias a la intervención de una organización civil. Los vuelos fueron pagados con donaciones y por una institución mexicana no identificada por motivos de seguridad, que les dará también hospedaje y alimentación de manera gratuita.

Recordemos que el gobierno federal anunció la semana pasada que había iniciado con el proceso de solicitudes de refugio de afganos, en especial de mujeres y niñas, luego de que los talibanes llegaron hasta Kabul tras la retirada de tropas estadounidenses.

La Casa Blanca y sus aliados han anunciado su intención de completar la evacuación de extranjeros y afganos vulnerables antes de que expire el plazo del 31 de agosto acordado con los talibanes.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo este viernes que no puede garantizar “el resultado final” de la operación de evacuación de Kabul, una de las “más difíciles de la historia” al final de una guerra de 20 años en Afganistán.

“Esta misión de evacuación es peligrosa. Implica riesgos para nuestras fuerzas armadas y se lleva a cabo en circunstancias difíciles”, dijo el mandatario en un mensaje ofrecido desde La Casa Blanca. “No puedo prometer cuál será el resultado final o que será sin riesgo de pérdida”, admitió. “Pero como comandante en jefe, puedo asegurarles que movilizaré todos los recursos necesarios”, prometió.

En el mensaje estuvo acompañado por la vicepresidenta, Kamala Harris, el secretario de Estado, Antony Blinken, el jefe del Pentágono, Lloyd Austin, y su principal asesor de seguridad, Jake Sullivan.

Sólo Estados Unidos es “capaz” de realizar con tanta precisión una operación de este tipo, entre las “más difíciles de la historia”, “al otro lado del mundo”, dijo el presidente.

Afirmó que Estados Unidos había evacuado a 13,000 personas de Afganistán desde el 14 de agosto y 18,000 desde julio, y que miles más fueron evacuadas en vuelos privados facilitados por el gobierno de Estados Unidos.

Biden ha sido criticado por caóticas escenas de evacuación en Kabul y relatos de afganos elegibles para abandonar el país que no pudieron llegar al aeropuerto debido a los controles talibanes.

“Estamos en contacto constante con los talibanes y estamos trabajando para garantizar que los civiles tengan un acceso seguro al aeropuerto”, sostuvo el presidente.

También aseguró que el caos de la retirada no afectó la credibilidad de Estados Unidos en el escenario internacional.
“No he visto ningún cuestionamiento sobre nuestra credibilidad de parte de nuestros aliados en todo el mundo”, dijo Biden. “Hablé con nuestros aliados de la OTAN”, agregó. “No he visto eso; de hecho, exactamente lo contrario”.

Y es que todas las potencias extranjeras intentan acelerar las evacuaciones de Afganistán el viernes después de reportes de represalias de los talibanes, entre ellas a personas que habían trabajado con las fuerzas lideradas por Estados Unidos o el anterior gobierno respaldado por Occidente.

La rapidez con la que los talibanes conquistaron Afganistán tras el retiro de las tropas estadounidenses y otras extranjeras sorprendió incluso a sus propios líderes y ha dejado vacíos de poder en muchos lugares.

Los talibanes instaron a la unidad antes de las oraciones del viernes, las primeras desde que tomaron el poder, y pidieron a los imanes que persuadieran a la gente a que no abandone Afganistán. Residentes de Kabul y en otras cuatro grandes ciudades dijeron que las oraciones parecían haber transcurrido sin incidentes, si bien la asistencia fue escasa.

Algunos afganos han informado que han sido golpeados y que sus casas han sido asaltadas, mientras que otros dicen que han recibido garantías de seguridad.

En el aeropuerto de Kabul y sus alrededores han muerto 12 personas desde el domingo, informaron funcionarios de la OTAN y los talibanes. Washington tiene unos 5,800 soldados controlando el aeropuerto, informó un funcionario estadounidense.

El presidente de Estados Unidos afirmó que, incluso con los talibanes en el poder en Afganistán, ve una mayor amenaza en los puestos de avanzada de Al Qaeda y sus grupos afiliados en otros países.

Joe Biden consideró que ya no era “racional” seguir concentrando el poder militar estadounidense en Afganistán.

“Deberíamos centrarnos en donde es mayor la amenaza”, dijo Biden en una entrevista que se transmitió este jueves en el programa “Good Morning America” de la cadena ABC.

“Y la idea de que podemos seguir gastando un billón de dólares, y tener decenas de miles de soldados estadounidenses en Afganistán, cuando tenemos el norte de África y el oeste de África. La idea de que podemos hacer eso e ignorar esos problemas inminentes, problemas crecientes, no es racional”.

El mandatario aseguró que el grupo Estado Islámico representa una “amenaza significativamente mayor” en Siria y África Oriental que en Afganistán, pues dijo que el grupo extremista “ha hecho metástasis” allí. La metástasis es un término médico que se refiere a la propagación de un foco canceroso en un órgano distinto del que se inició.

El presidente Biden dijo que, si bien Estados Unidos no tiene una presencia militar considerable en lugares como Siria, sí tiene una “capacidad en el horizonte para eliminarlos”.

Biden hizo sus comentarios mientras su gobierno enfrenta críticas fuertes por el momento y la dirección de la retirada de Afganistán, después de que los talibanes llegaron al poder más rápido de lo que pronosticaron las autoridades de su administración.

La rápida toma del poder por parte de los talibanes provocó escenas de caos y violencia cuando miles de afganos y estadounidenses intentaron huir del país.

En la entrevista, Biden aseguró que los talibanes se enfrentan a una elección “existencial” sobre cuál será la imagen que el mundo tendrá de ellos tras su contundente victoria militar en Afganistán.

“Creo que están atravesando una especie de crisis existencial sobre si quieren ser reconocidos por la comunidad internacional como un gobierno legítimo”, sostuvo el mandatario.

Afirmó que los talibanes se preocupan por si serán capaces o no de mantener unida a la sociedad, sobre si tendrán comida, ingresos o si podrán gestionar una economía.

Biden reconoció que muchas mujeres estaban tratando de salir de Afganistán a través de la evacuación de Estados Unidos en el aeropuerto de Kabul, y aseguró que ordenó que “las sacaran, que sacaran a sus familias”. “Deberíamos sacar a todas las que podamos”, dijo.

Los talibanes, deseosos de dar una imagen de moderación y cambio, se han comprometido a “dejar trabajar a las mujeres” pero “respetando los principios del islam”, sin dar más detalles sobre ello.

En caso de que grupos terroristas antiestadounidenses como Al Qaida vuelvan a establecerse en Afganistán, Estados Unidos conserva “la capacidad de combatirlos”, dijo Biden, refiriéndose a misiles y otros ataques militares a larga distancia.

El gobierno federal anunció este miércoles que ha empezado a tramitar las primeras solicitudes de refugio de ciudadanos afganos, tras la toma de control del país por los talibanes.

“Les informo que con la activa participación de Guillermo Puente Ordorica, embajador de México en Irán, hemos iniciado el procesamiento de las primeras solicitudes de refugio de ciudadanos(as) afganos(as), especialmente de mujeres y niñas que lo han así solicitado”, informó el canciller Marcelo Ebrard.

Posteriormente, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) indicó que, al tratarse de personas en peligro, no podía dar por el momento detalles del número de trámites en proceso, ni los plazos de los mismos.

Recordemos que los talibanes tomaron el domingo el control de Kabul, capital de Afganistán, después de que sus combatientes entraran en la ciudad sin encontrar resistencia y con casi todas las provincias bajo su control, lo que propició la huida del hasta presidente afgano, Ashraf Ghani.

La posición de las mujeres en el nuevo Afganistán ha generado enorme inquietud y alarma entre la comunidad internacional ya que durante el régimen talibán previo, entre 1996 y 2001, fueron recluidas en sus hogares y no se les permitía salir de casa sin la compañía de un hombre.

Estados Unidos expresó este miércoles su “profunda preocupación” por el futuro de las mujeres y las niñas en Afganistán, especialmente por sus derechos a la educación, trabajo y libertad de movimiento.

La noticia del regreso al poder de los talibanes en Afganistán deja a las mujeres de ese país en una vulnerabilidad indescriptible. Releí las 29 prohibiciones que la ley islámica, la Sharia, mandata para las mujeres de acuerdo con la interpretación de los talibanes. Vale la pena enumerarlas una a una para que no quede duda lo draconiana que es su visión.

  1. Prohibición del trabajo femenino fuera de sus hogares. Solo doctoras y enfermeras tienen permitido trabajar en algunos hospitales en Kabul.
  2. Prohibición de cualquier tipo de actividad fuera de casa a no ser que sea acompañadas de su mahram, que debe ser forzosamente un hombre que tenga un parentesco cercano como padre, hermano o marido.
  3. Prohibición de cerrar tratos con comerciantes hombres.
  4. Prohibición de ser revisadas por un médico hombre.
  5. Prohibición de estudiar en escuelas, universidades o cualquier otra institución educativa.
  6. Requerimiento de llevar nicab y burka para cubrirse de cabeza a pies.
  7. Azotes, palizas y abusos verbales contra las mujeres que no se vistan de acuerdo con las reglas talibán o contra las mujeres que no vayan acompañadas de su marido y guardián.
  8. Azotes en público por no cubrirse los tobillos.
  9. Lapidación pública contra las mujeres acusadas de mantener relaciones sexuales fuera del matrimonio.
  10. Prohibición del uso de cosméticos.
  11. Prohibición de hablar o darle la manos a hombres que no sean mahram.
  12. Prohibición de reír en voz alta.
  13. Se prohíbe a las mujeres llevar zapatos con tacones porque los hombres que no las conocen no pueden ni escucharlas caminar.
  14. Se prohíbe ir en taxi sin su mahram.
  15. Prohibición a las mujeres de tener presencia en la radio, la televisión o reuniones públicas de cualquier tipo.
  16. Prohibición de practicar deportes o de entrar en un club deportivo.
  17. Prohibición de subirse a una bicicleta o moto.
  18. Prohibición de vestirse con colores vistosos.
  19. Prohibición a las mujeres de reunirse con motivo de “Eids”, que son las fiestas más importantes para los musulmanes, con propósitos recreativos.
  20. Prohibición de lavar ropa en ríos o lugares públicos.
  21. Modificación de toda la nomenclatura de calles y plazas que incluyan la palabra mujer.
  22. Prohibición de asomarse de los balcones de sus casas.
  23. Opacidad obligatoria de todas las ventanas, para que las mujeres no puedan ser vistas desde fuera de sus hogares.
  24. Prohibición a los sastres de tomar medidas a las mujeres y coser ropa femenina.
  25. Prohibición de acceso a baños públicos.
  26. Prohibición de viajar en el mismo autobús en el que van hombres.
  27. Prohibición de usar pantalones acampanados, aunque vayan abajo del burka.
  28. Prohibición de fotografiar o filmar a mujeres. No pueden aparecer en fotografías y vídeos. No existen.
  29. Prohibición de publicar imágenes de mujeres impresas en revistas y libros, o colgadas en los muros de casas y tiendas.

Los talibanes han dicho que en esta ocasión aplicarán la ley islámica hacia las mujeres de una manera muy distinta a como ocurría cuando estuvieron al mando en los 90s. Sin embargo, hay algunas acciones que han ocurrido en estos días que ponen en duda estas declaraciones de los Talibanes.

Por ejemplo, en Herat, la tercera ciudad más grande de Afganistán que fue tomada el jueves pasado por los talibanes, se les ha prohibido la entrada a mujeres y niñas a escuelas y a la Universidad de Herat.

En la zona de Kandahar, Reuters ha reportado como los talibanes han obligado a ceder sus trabajos en bancos a hombres. Y en la provincia de Takhar, un grupo de niñas que iban en una bicitaxi el viernes pasado fueron detenidas y golpeadas con un látigo por usar sandalias muy reveladoras.

Muchos países, incluyendo México, tenemos retos de desigualdad y machismo. Pero lo que se perfila ocurrirá en Afganistán va más allá de cualquier horror.

Columna completa en El Universal

El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, coincidió con la postura expresada ayer por el presidente Joe Biden, al culpar a los políticos afganos y a su falta de “liderazgo” de la “tragedia” que supone que los talibanes se hayan hecho con el control del país.

Stoltenberg pidió a los insurgentes que permitan la salida de todos los ciudadanos que decidan huir de Afganistán.

“Parte de las fuerzas de seguridad afganas lucharon con valentía pero fueron incapaces de asegurar el país porque, en última instancia, el liderazgo político afgano fracasó en hacer frente a los talibanes y conseguir la solución pacífica que los afganos deseaban desesperadamente”, dijo el jefe de la OTAN.

Enfatizó que el fracaso en el liderazgo afgano llevó a la tragedia que hoy está viviendo el país y el mundo.

Stoltenberg aseguró que el “foco” de la Alianza Atlántica es ahora garantizar una salida segura del personal de la organización y de sus aliados, así como de la población afgana que ha trabajado o colaborado con la OTAN.

“Estamos comprometidos con la tarea de completar la evacuación lo antes posible. Los talibanes deben respetar y facilitar una salida segura de todas aquellas personas que quieran salir. El aeropuerto, las carreteras y los cruces fronterizos deben permanecer abiertos”, añadió el exprimer ministro noruego.

Stoltenberg ha subrayado también que la decisión de la OTAN de retirar las tropas de Afganistán fue “extremadamente difícil” porque cualquier decisión suponía una serie de “riesgos” de los que los aliados eran “conscientes”.

Dijo, al igual que el mensaje de Biden, que “no queríamos estar para siempre en Afganistán, indicando que el colapso militar y también político que se ha visto en los últimos días ha ocurrido a una velocidad que no había sido anticipada.

Remató señalando que el Afganistán de hoy no es el mismo que el de 2001, por lo que confió en que los cambios no serán fáciles de revertir. También dijo que se han invertido “miles de millones de dólares” en el país asiático y se han sacrificado muchas vidas de soldados aliados durante los años en los que la Alianza Atlántica ha estado presente en Afganistán.

Este martes se conformó que el mulá Baradar Akhund, jefe de la oficina política de los insurgentes en Catar, viajó a Afganistán tras declarar el fin de la guerra y la victoria talibán, en lo que supone aparentemente el primer viaje oficial de un líder talibán a Afganistán desde la caída del régimen insurgente en 2001.

“Liderados por el jefe de la oficina política de los talibanes, el mulá Baradar Akhund, los miembros de la oficina política de los talibanes abandonaron Catar con destino a la provincia afgana de Kandahar. Después de Kandahar viajarán a Kabul”, aseguró en Twitter Javid Afghan, miembro de la oficina de prensa de los talibanes.

En medio de dicho movimiento, el portavoz de la oficina política de los talibanes en Catar, Suhail Shaheen, aseguró que las niñas y mujeres podrán continuar asistiendo a las escuelas y acceder a la educación superior en Afganistán con el país bajo su control.

“Hemos anunciado esa política más de una vez, en conferencias internacionales como la de Moscú, en la conferencia de Doha. Nuestro líder lo ha mencionado en sus discursos. Así que esa es nuestra política”, dijo Shaheen. “En todas esas zonas que están cayendo de nuestro lado en Afganistán había miles de escuelas, escuelas de niñas, universidades. Todas ellas están operando”, aseguró.

El portavoz talibán subrayó que incluso se ha podido ver a una mujer presentando las noticias en Afganistán. “Ha regresado a su trabajo”, afirmó.

Cuestionado por si las mujeres podrán ocupar cargos políticos en Afganistán, Shaheen respondió: “Nuestra política está clara. Pueden acceder a la educación y al trabajo, eso es una cosa”. Detalló que ellas pueden tener cargos, pero pueden ocupar esos cargos en el contexto de la ley islámica, por lo que apuntó que “hay un marco general para ellas”.

Remarcó que las mujeres deben cubrirse de acuerdo a las “normas islámicas”, pero que sus prendas “no se limitan al burka”. El portavoz sostuvo asimismo que los países occidentales tienen la “obligación moral” de “ayudar a reconstruir Afganistán” para que el país comience “un nuevo capítulo”.

En tanto, el vicepresidente primero de Afganistán, Amrulá Salé, se ha reivindicado este martes como líder ‘de facto’ del país tras la salida de Ashraf Ghani, que el domingo abandonó territorio afgano tras la toma de la capital, Kabul, por parte de los talibanes.

Salé, en aras de la “claridad”, ha subrayado en Twitter que la Constitución establece que en ausencia del presidente corresponde a vicepresidente primero asumir de forma interina sus funciones. “Estoy actualmente dentro de mi país y soy el presidente en funciones legítimo”, ha subrayado.

El vicepresidente, que hace casi un año sobrevivió a un atentado con coche bomba, ya había advertido el domingo de que “nunca” y “bajo ninguna circunstancia” se rendiría ante los “terroristas”, dejando claro que tampoco aceptará ninguna negociacion. “No decepcionaré a los millones (de personas) que me escucharon. No me sentaré con los talibán bajo el mismo techo”, recalcó.

Por su parte, Estados Unidos informó que continuará con los vuelos de evacuación “durante las próximas semanas” desde el aeropuerto de Kabul de sus ciudadanos y colaboradores afganos “de manera segura y ordenada”.

El portavoz del Pentágono, John Kirby, indicó que “vamos a trabajar realmente duro en las próximas semanas para sacar del país a todos los que podamos”.

Recordemos que Estados Unidos reanudó este lunes los vuelos militares en el aeropuerto de Kabul, tras interrumpirlos por el caos desatado en las horas anteriores por la irrupción de centenares de afganos en las pistas en un intento de abordar los aviones destinados a evacuar a estadounidenses y sus aliados.

Kirby reiteró el compromiso del Pentágono de completar la retirada de “una manera segura y ordenada” e indicó que las tropas estadounidenses tienen capacidad para trasladar desde Afganistán entre 5,000 y 9,000 personas al día.

El Pentágono ha anunciado que los afganos evacuados serán trasladados a tres bases militares en Estados Unidos en los estados de Wisconsin, Virginia y Texas mientras se gestionan sus visados.

La Casa Blanca confirmó que actualmente hay 3,500 soldados estadounidenses destacados en la base aérea y subrayó que ayer evacuaron a más de 700 personas, entre ellas 150 estadounidenses.

El presidente, Joe Biden, defendió esta tarde su decisión de retirar las tropas estadounidenses de Afganistán, que nuevamente se encuentra bajo control talibán tras 20 años de intervención liderada por Washington.

“Estoy profundamente entristecido por los acontecimientos. Pero no me arrepiento de mi decisión de poner fin a la guerra de Estados Unidos en Afganistán”, dijo el mandatario en un mensaje televisado.

En su mensaje, el primero desde que los insurgentes tomaron control de Afganistán, Biden admitió que el avance talibán fue más acelerado de lo esperado.

Sin embargo, no escatimó críticas al gobierno afgano, respaldado por las potencias occidentales, al decir que sus tropas no podían defender a una nación cuyos líderes “se rindieron y huyeron”, como lo hizo el presidente Ashraf Ghani.

“Les dimos todas las oportunidades para determinar su propio futuro. No pudimos darles la voluntad de luchar por ese futuro”, señaló Biden, al advertir que no seguiría arriesgando la vida de soldados estadounidenses por otros 20 años.

El mandatario subrayó que la guerra más larga en la historia de Estados Unidos acaba con él, e insistió en que no pasaría el conflicto “a otro presidente”, en referencia a sus tres predecesores que han ocupado la Casa Blanca con tropas militares desplegadas en Afganistán desde 2001.

Biden recordó que la misión de EUA en Afganistán nunca fue crear “una democracia unificada y centralizada”, sino evitar los ataques terroristas contra suelo estadounidense. “Se supone que nuestra misión en Afganistán nunca fue construir una nación”, dijo Biden.

Por otro lado, advirtió de que su país defenderá a su gente con “fuerza devastadora” si los talibanes atacan a personal estadounidense o sabotean la evacuación de Afganistán.

Y es que Estados Unidos ha enviado 6,000 soldados en los últimos días y otros 1,000 van en camino para ayudar en la evacuación de civiles estadounidenses y sus aliados, después de la toma de Kabul por parte de los insurgentes.

Al menos dos personas armadas han muerto por disparos de las fuerzas de Estados Unidos en el Aeropuerto Internacional Hamid Karzai de Kabul, confirmó este lunes el portavoz del Pentágono, John Kirby.

En declaraciones a la prensa, Kirby explicó que los soldados estadounidenses “respondieron a amenazas hostiles, que resultaron en la muerte de dos individuos armados”, en dos incidentes separados en el aeropuerto, pero no precisó si los fallecidos tienen algún tipo de vinculación con los talibanes.

El asesor de Seguridad Nacional de La Casa Blanca, Jake Sullivan, aseguró este lunes que el presidente estadounidense, Joe Biden, no consideraba “inevitable” que los talibanes controlaran Kabul tras la retirada de las tropas de Estados Unidos, y culpó a las fuerzas afganas de no haber querido defender su país de los insurgentes.

En una entrevista con la cadena ABC, Sullivan hizo frente a las críticas que afronta el gobierno de EUA y el presidente Joe Biden por la abrupta caída de Afganistán bajo control talibán y las escenas de pánico en la capital, donde miles de personas buscan abandonar el país.

Sullivan acusó a las fuerzas afganas de “no dar un paso al frente” para defender Afganistán, pese a “los miles de millones de dólares” que Washington ha aportado en entrenamiento y equipamiento militar.

No obstante, subrayó que Biden sigue considerando la decisión de ordenar la retirada militar de Afganistán como la correcta tras más de 20 años de guerra.

“La cuestión que encaró el presidente en abril (…) es si deberíamos enviar a hombres y mujeres de Estados Unidos una guerra civil en otro país cuando su propio Ejército no lucha por defenderlos. Y la respuesta a esa pregunta es no”, afirmó Sullivan.

Las palabras del funcionario estadounidense coinciden con las informaciones sobre el caos en el aeropuerto de Kabul, con miles de personas que tratan de abandonar el país por avión y que ha dejado al menos seis muertos.

Sullivan indicó que Biden se dirigirá “pronto” al pueblo estadounidense para comentar los acontecimientos en Afganistán, aunque no dio más detalles al respecto. Más tarde, a través de sus redes sociales, el presidente Biden indicó que daría un mensaje esta tarde, a las 15:45 hora local (14:45 hora México).

Y es que Estados Unidos culminó el domingo el traslado al aeropuerto de Kabul de todo el personal de su embajada en Afganistán, horas después de iniciar una evacuación aérea desde ese complejo.

A última hora del domingo en Washington, cerca de las 6:00 horas de la mañana del lunes en Kabul, el Departamento de Estado confirmó que había “completado” el proceso para transportar al aeropuerto a los aproximadamente 4,000 empleados de su embajada en la capital afgana.

Por su parte, el Pentágono autorizó también este domingo el envío de 1,000 soldados más a Kabul, lo que significa que, en un plazo de 48 horas, habrá “aproximadamente 6,000” militares estadounidenses en el aeropuerto de la capital afgana.

Además, las fuerzas estadounidenses han “asumido” las riendas del control del tráfico aéreo en el aeropuerto de Kabul, para facilitar las evacuaciones de ciudadanos de Estados Unidos y las de sus aliados.

Se ha criticado fuertemente que el presidente de Estados Unidos guarde silencio en estos momentos. Fue el martes 10 de agosto que el presidente Biden habló por última vez en público, para decir que no “lamentaba” su decisión de retirar a los últimos soldados estadounidenses del país para el 31 de agosto.

El jueves y el viernes, mientras los talibanes tomaban el control de Afganistán a una velocidad asombrosa, la prioridad de La Casa Blanca seguía siendo resaltar el “plan Biden” relacionado con la recuperación económica del país.

La oposición republicana, hasta ahora callada porque la opinión pública estadounidense era mayoritariamente favorable a la retirada de las tropas, se precipitó contra la administración demócrata por lo que considera una humillación para el ejército estadounidense.

Contra Biden también se lanzó su antecesor, Donald Trump, pidiendo su renuncia a pesar de que el mismo había decidido el retiro definitivo de las tropas estadounidenses a partir del 1 de mayo de 2021, fecha límite aplazada hasta el 31 de agosto por el gobierno demócrata.

“El resultado en Afganistán, incluida la retirada, habría sido totalmente diferente si la Administración Trump hubiera estado a cargo. ¿Ante quién o ante qué se rendirá Joe Biden a continuación? Alguien debería preguntarle si pueden encontrarlo”, dijo el republicado en un comunicado.

El movimiento islamista palestino Hamás, que gobierna de facto en la Franja de Gaza, felicitó hoy a los talibanes por haber recuperado el control de Kabul y de gran parte de Afganistán, lo que calificó de “victoria” contra Estados Unidos tras dos décadas de guerra.

En un comunicado, Hamás “felicita al movimiento talibán y su valiente liderazgo por esta victoria, que fue la culminación de su larga yihad (guerra santa) durante los últimos veinte años” y desea “éxito al pueblo musulmán afgano y a su liderazgo en alcanzar unidad, estabilidad y prosperidad para Afganistán”, e hizo hincapié en que “la victoria solo proviene de Dios”.

La organización palestina, que controla Gaza desde 2007 y está vinculada a la corriente política de los Hermanos Musulmanes, no se ha asociado históricamente con grupos como los talibanes, quienes entraron ayer, domingo, en Kabul sin encontrar resistencia y con casi todas las provincias de Afganistán bajo su control.

El mulá Baradar Akhund, jefe de la oficina política de los talibanes en Catar, declaró hoy el fin de la guerra y su victoria, un logro inesperado por su rapidez, que ayer también culminó con la huida del presidente afgano, Ashraf Ghani.

En el primer día en Afganistán bajo control talibán desde la invasión de Estados Unidos en 2001, Baradar se refirió a este como “el momento de la prueba”, y Kabul amaneció hoy en manos insurgentes, que patrullan las calles y controlan el movimiento de las personas.

El colapso del país ocurrió en semanas, después de que en mayo las fuerzas de Estados Unidos y de la OTAN comenzaran la fase final de la retirada al entregar todas sus bases militares al entonces activo Ejército regular afgano.

El portavoz de los talibanes, Zabihulá Muyahid, ha informado este lunes sobre la detención de personas “involucradas” en actividades violentas registradas en Kabul. “No se permite a nadie entrar en las casas de los antiguos funcionarios, pedirles sus coches y amenazarles”, señaló, antes de advertir que este tipo de comportamientos se evaluarán “seriamente”.

Los talibanes lograron hacerse con el país en menos de dos semanas y, en su asalto final a Kabul, se esforzaron por lanzar mensajes en contra de la violencia. Así, cuando ya confirmaron oficialmente la entrada en la capital afgana dijeron que lo hacían para garantizar la seguridad y evitar un vacío de poder.

El grupo también ha ofrecido en estos últimos días teóricas garantías de seguridad para quienes podrían ser sus víctimas, planteando una amnistía para las personas que hubiesen podido ayudar al Ejecutivo de Ashraf Ghani o a los países con tropas desplegadas en Afganistán.

Asimismo, ha asegurado que no atacará objetivos diplomáticos, en plena desbandada de delegaciones oficiales.

Los talibanes tomaron Kabul después que el presidente Ashraf Ghani huyera del país, lo que según expertos marcó el fin de una costosa campaña de dos décadas de Estados Unidos. Las fuerzas de seguridad afganas, entrenadas por Occidente, se desplomaron en cuestión de días, incluso antes de la retirada de los últimos soldados estadounidenses.

Miles de afganos temerosos de un regreso del Talibán están tratando de escapar del país por el aeropuerto en Kabul.

Videos en redes sociales mostraron a centenares de personas corriendo por la pista mientras soldados estadounidenses hacían disparos al aire. Otros videos mostraban a la gente empujándose escalera arriba, tratando de abordar un avión, con algunas personas colgadas de las barandas.

La embajada estadounidense fue evacuada y la bandera arriada, con los diplomáticos trasladándose al aeropuerto para ayudar con la evacuación. Otros países occidentales también cerraron sus embajadas/misiones y estaban sacando del país a personal y civiles.

Medios internacionales reportaron que al menos seis personas murieron este lunes en el caos del aeropuerto de Kabul. No estaba claro cómo murieron las víctimas.

Un testigo, que llevaba más de 20 horas esperando un vuelo de salida, dijo que no estaba claro si las víctimas habían sido alcanzadas por los dispararon que realizaron las tropas estadounidenses, o si habían muerto en una estampida.

El presidente Joe Biden anunció este miércoles que es momento de “terminar la guerra más larga de Estados Unidos”, por lo que se procederá a la retirada de tropas de Afganistán, donde llevan dos décadas en un enfrentamiento contra los talibanes.

Apodada como la “guerra eterna”, la ofensiva del Ejército estadounidense en el país comenzó como respuesta a los atentados del 11 de septiembre de 2001.

Ahora, 20 años después, y con casi 2,400 soldados estadounidenses fallecidos y decenas de miles afganos muertos, Biden marcó el 11 de septiembre como plazo para que los últimos militares estadounidenses dejen el país.

Los países de la OTAN por su parte anunciaron que iniciarán su retirada el 1 de mayo e indicaron que esta operación debería completarse en “unos pocos meses”.

En un anuncio solemne transmitido en directo por la televisión, Biden indicó que ya se “cumplió” con la misión que originó la intervención, que fue evitar que Afganistán fuera usado como base para atacar a Estados Unidos.

El gobierno de Kabul, con apoyo internacional, controla solo algunas partes del país, mientras los talibanes se fortalecen. Cada vez más voces predicen que los insurgentes tratarán de hacerse con todo el poder en cuanto desaparezca la protección internacional.

Pero Biden destacó que hay que aceptar que no existe otra alternativa. “No podemos seguir el ciclo de extender o de expandir nuestra presencia militar en Afganistán esperando crear las condiciones ideales para una retirada”, afirmó.

“Soy el cuarto mandatario estadounidense que gobierna con la presencia de tropas en Afganistán”, dijo. “No le pasaré esta responsabilidad a un quinto”, sentenció.

La decisión no es una sorpresa. La guerra es muy impopular entre los votantes y su predecesor en la Casa Blanca, Donald Trump, ya se había comprometido a una salida incluso antes, estableciendo como plazo el 1 de mayo.

La decisión fue recibida con críticas de sectores que consideran que Washington está abandonando al gobierno afgano y fortaleciendo a los yihadistas. “Vamos a ayudar a nuestros adversarios a que celebren el aniversario de los atentados del 11 de septiembre, envolviendo el país para regalo”, lamentó el senador republicano Mitch McConnell.

Después de pronunciar su discurso, Biden visitó en el cementerio de Arlington las tumbas de los soldados fallecidos y dijo a la prensa que la decisión no fue difícil. “Estaba absolutamente claro”, afirmó.

El presidente afgano, Ashraf Ghani, insistió tras una conversación telefónica con Biden que sus fuerzas son “totalmente capaces” de defender al país.

Rusia, de su lado, estimó que retrasar hasta septiembre la retirada de las tropas estadounidenses de Afganistán podría provocar una “escalada”, ya que Washington estaría revocando su acuerdo con los talibanes.

El secretario de Defensa en funciones de Estados Unidos, Christopher C. Miller, anunció este martes oficialmente la retirada de tropas de su país en Afganistán hasta dejarlas en 2,500 efectivos el 15 de enero de 2021, y un número similar en Irak.

Miller explicó que la decisión no supone un cambio de política, además de que es coherente con los objetivos estratégicos de Estados Unidos.

Actualmente, Estados Unidos mantiene cerca de 4,500 militares en Afganistán y 3,000 en Irak.

La sustancial reducción de tropas ordenada por el presidente Donald Trump se producirá apenas unos días antes de la toma de posesión de su virtual sucesor, el demócrata Joe Biden.

Recordemos que Trump despidió el pasado 9 de noviembre el hasta entonces jefe del Pentágono, Mark Esper, una decisión esperada después de que el jefe militar se opuso al plan del mandatario de desplegar militares en la represión de las protestas contra la violencia policial que sacudieron el país.

A la par, y en el mismo mensaje a través de Twitter, el mandatario anunció la designación como nuevo secretario de Defensa en funciones de Miller, hasta entonces director de Contraterrorismo.

A finales de febrero, los talibanes y Estados Unidos firmaron un histórico acuerdo en Doha por el que los estadounidenses anunciaban la retirada de sus tropas en un periodo de 14 meses, al tiempo que los insurgentes se comprometían a evitar que el territorio afgano pudiera prestar apoyo alguno a actividades terroristas en el futuro.

Además, los talibanes se comprometieron a liberar a un millar de miembros de las fuerzas de seguridad afganas y Kabul debería hacer lo propio con otros 5,000 insurgentes, un proceso que tras sucesivos desacuerdos se completó en septiembre, lo que dio inicio ese mismo mes a las ansiadas conversaciones intraafganas en Doha.

Estados Unidos y los talibanes prevén firmar un acuerdo histórico que allanaría el camino para terminar con la guerra más larga en la que hayan estado implicados los estadounidenses, afirmaron ambas partes este viernes, después de que Kabul anunciara una tregua parcial en Afganistán a partir del fin de semana.

Aunque la llamaron “reducción de la violencia”, la tregua marcaría un giro importante en el conflicto y abre el camino para la firma de un acuerdo entre Estados Unidos y los talibanes sobre una retirada de las tropas estadounidenses de Afganistán tras más de 18 años en el país, a cambio de garantías de seguridad de los insurgentes.

Tanto el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, como los talibanes publicaron comunicados afirmando que habían acordado firmar un pacto el 29 de febrero en Doha, tras una semana de tregua parcial.

“Después de que comience a aplicarse correctamente este compromiso (de reducción de la violencia) se espera la firma del acuerdo entre Estados Unidos y los talibanes”, dijo Pompeo en un comunicado publicado tras una visita a Arabia Saudita, y señaló que las negociaciones entre los talibanes y el gobierno afgano “empezarían poco después”.

El portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de Afganistán, Javad Faisal, y fuentes talibanes, habían afirmado antes que la “reducción de la violencia” entre Estados Unidos, los talibanes y las fuerzas de seguridad afganas empezaría este sábado.

Por su parte, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, manifestó su satisfacción por el acuerdo en un comunicado y afirmó esperar que este sirva para alcanzar una paz duradera y garantizar que el país nunca más sea un refugio seguro para los terroristas.

Rusia también elogió el acuerdo, al que calificó de “acontecimiento importante” para la paz en Afganistán, según declaró a la agencia RIA Novosti el enviado ruso en ese país, Zamir Kabulov.

Estados Unidos lleva más de un año negociando con los talibanes para lograr un acuerdo de retirada de sus tropas a cambio de garantías para los talibanes y la promesa de que los insurgentes participen en diálogos de paz con el ejecutivo afgano.

Una disminución de la violencia podría mostrar que los talibanes son capaces de controlar a sus fuerzas y que actúan de buena fe de cara a firmar un acuerdo, que permitiría la retirada de la mitad de los entre 12,000 y 13,000 militares que Estados Unidos tiene desplegados en Afganistán.

En un comunicado, los talibanes afirmaron que ambas partes “crearían una situación de seguridad adecuada” antes de que se firme un eventual acuerdo.

Una fuente de los talibanes en Pakistán señaló que si el 29 de febrero se firma un acuerdo, las negociaciones entre los talibanes y el gobierno afgano, necesarias para alcanzar un pacto de paz más amplio, comenzarían el 10 de marzo.

El primer ministro saliente afgano, Abdulá Abdulá, principal rival del jefe del Estado Ashraf Ghani, se declaró triunfador lunes en las elecciones presidenciales que se llevaron a cabo el sábado pasado.

“Tenemos el mayor número de votos en estas elecciones”, dijo Abdulá durante una rueda de prensa en la que afirmó que “no habrá segunda vuelta”.

La Comisión Electoral Independiente (CEI) no ha anunciado todavía las cifras de la participación en estos comicios, cuyos resultados preliminares se publicarán el 19 de octubre.

Uno de los directivos de esta comisión, Habib Rahman Nang, reaccionó inmediatamente en televisión a las declaraciones de Abdulá para recordar que “ningún candidato tiene el derecho de proclamarse vencedor”.

“Según la ley es la Comisión Electoral Independiente la que decide quién es el vencedor”, afirmó el funcionario.

Abdulá Abdulá ya había impugnado los resultados de las elecciones de 2014, empañadas por irregularidades y que desembocaron en una grave crisis. Tras la intervención de Estados Unidos, se resolvió otorgándole el puesto de primer ministro a Abdulá.

La primera vuelta de las presidenciales se desarrolló sin demasiados incidentes pero con una baja participación. Numerosos observadores independientes estimaron que fueron más transparentes y mejor organizados que los comicios anteriores.

“Los resultados serán anunciado por la CEI pero nosotros obtuvimos el mayor número de votos”, afirmó por su parte Abdulá Abdulá.

El responsable de la comisión electoral recordó que la CEI anunciará primero los resultados preliminares el 19 de octubre, y después la comisión de quejas examinará las que se hayan presentado y los resultados definitivos serán anunciados el 7 de noviembre por la CEI.

Las autoridades elevaron a 179 el número de heridos, entre ellos un elevado número de niños, y a 12 los fallecidos en un ataque suicida reivindicado por los talibanes en Ghazni, en el sur de Afganistán, el mismo día que comenzó la reunión entre los insurgentes y una delegación afgana en Catar.

Doce personas han muerto y el número de heridos ha aumentado a 179.

“Todos los heridos han recibido atención médica, y un número de personas en estado crítico han sido evacuadas a Kabul para recibir más tratamiento”, afirmó en un comunicado el portavoz del ministerio de Salud Pública, Wahidullah Majroh.

Según la fuente, la mayor parte de los heridos son civiles “y particularmente niños”.

“El ataque tuvo lugar hoy por la mañana hacia las 8:30 horas (4:00 GMT) cerca de una base de la Dirección Nacional de Seguridad en la ciudad de Ghazni”, dijo el portavoz del gobernador provincial, Arif Noori.

Según la fuente, los insurgentes hicieron detonar un coche cargado de explosivos en un control de seguridad en la entrada de la base militar, acabando con la vida de 12 personas, 4 de ellas civiles, e hiriendo a muchas otras.

Al menos cinco niños murieron y 20 personas resultaron heridas después de que una bomba explotó en la provincia occidental de Herat, en Afganistán, reportaron fuentes oficiales.

El atentado se produjo luego de que un dispositivo explosivo conectado a una motocicleta fue activado a control remoto en las cercanías de un mercado en el distrito de Awba, informó la agencia afgana de noticias Pajhwok.

Según el portavoz del gobierno provincial, Jelani Farhad, entre los heridos se encuentra un jefe de distrito, quien podría haber sido el blanco del ataque.

En otro atentado, cinco personas, incluidos tres civiles, resultaron heridas cuando un hombre desconocido lanzó una granada de mano contra un puesto de control policial en el distrito de Kama, en la provincia de Kandahar, según dijo el portavoz provincial, Ataullah Khogyani.