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El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) afirmó este miércoles que la economía del país ha crecido durante su administración por haber rechazado las recomendaciones que estaba acostumbrado a hacer del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM).

“Nosotros no seguimos las recomendaciones del Fondo Monetario Internacional porque nos llevaron a una profunda crisis económica y de bienestar social. Y, como no seguimos nosotros las recomendaciones del Fondo Monetario Internacional ni del Banco Mundial, la economía de México está creciendo”, expresó.

El mandatario hizo estas declaraciones en su conferencia matutina cuestionado por su opinión sobre el presidente de Argentina, Javier Milei, quien ha emprendido un severo ajuste fiscal para lograr un superávit en las cuentas públicas este año.

La directora del FMI, Kristalina Georgieva, destacó la semana pasada en la reunión de ministros de finanzas del G-20 en Brasil que “celebra y apoya las medidas y los resultados obtenidos” por el Gobierno del presidente argentino.

López Obrador, quien antes ha llamado “facho conservador” al líder argentino, argumentó ahora que no puede expresarse de lo que sucede en Argentina, porque se trata de un Gobierno electo de manera democrática.

“Fueron los argentinos los que decidieron tener ese Gobierno, fueron los argentinos los que eligieron al señor Milei”, reflexionó.

“Entonces, yo tengo que respetar eso. Tengo, lo he dicho, mi punto de vista en lo general, yo siento que el modelo neoliberal es un fracaso, que solo causa daño a la mayoría de los pueblos y beneficia a una minoría, que son los que impulsan ese modelo en el mundo”, añadió.

El mandatario, quien en enero pasado previó terminar su sexenio en octubre próximo con un crecimiento económico promedio del 1.3% anual, resaltó que en su gestión se ha controlado el desempleo, el salario mínimo ha subido en más del 100 % en términos reales y hay un récord de Inversión Extranjera Directa (IED).

“Hemos logrado reducir la pobreza, como no sucedía en décadas, y hemos logrado reducir la desigualdad social. Entonces sí funciona el no aplicar el llamado modelo neoliberal”, sostuvo.

El presidente del Banco Mundial (BM), Ajay Banga, aseguró que el crecimiento económico mundial se encuentra actualmente en el nivel más bajo en los últimos 35 o 40 años debido a las guerras de Gaza y Ucrania, además de las tensiones en el mar Rojo.

Las declaraciones de Banga  se dieron en el marco de la Cumbre Mundial de Gobiernos (WGS), un foro de autoridades políticas y económicas globales que comenzó este lunes en Dubái.

“Todos los retos de la inestabilidad por lo que está ocurriendo en la región, claramente con los sucesos en Gaza, pero también en Ucrania, estos dos factores juntos, además del mar Rojo” son variables de lo que ya resulta ser “probablemente el más bajo crecimiento de los últimos 35 o 40 años en el mundo”, detalló Banga.

Durante la primera jornada de la cumbre global, el presidente del Banco Mundial dijo que serán factores que “estaremos vigilando de cerca”. Apuntó que “sin un crecimiento económico real no se puede lograr la prosperidad ni la paz”.

Durante esta semana, en la nueva edición de la WGS, líderes políticos y económicos, incluidos una veintena de jefes de Estado y de Gobierno, abordarán una amplia agenda de temas relacionados con los retos del futuro en diversos sectores.

Según los organizadores, participan más de 85 organizaciones e instituciones internacionales y regionales, además de expertos políticos y especialistas económicos y financieros, así como especialistas, representantes de empresas multinacionales y gobernadores de bancos e instituciones financieras.

De acuerdo con la agenda, entre los participantes figuran, además de Banga, la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva; el secretario general de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), Haitham al Ghais, y el secretario general de la Organización de Aviación Civil, Juan Salazar, entre otros.

Foto: X @MTPE_Peru

El Banco Mundial (BM) advirtió este martes del riesgo de una “década de oportunidades desperdiciadas” para la economía global tras el peor crecimiento en los últimos cinco años en más de tres décadas.

La institución espera un crecimiento del 2.4% de la economía global para este año, es decir en descenso por tercer año consecutivo tras alcanzar el 2.6% en 2023, según su último informe de perspectivas.

Esto es 0.75 puntos porcentuales menos que el promedio observado desde principios de la década de 2000. Con la excepción de la fuerte recesión provocada por la pandemia de COVID-19 en 2020, este sería el crecimiento global más bajo en un año desde la crisis financiera de 2008.

Para la región de América Latina y el Caribe las perspectivas económicas “sugieren una recuperación gradual”, con un crecimiento del 2.3% en 2024 y del 2.5% en 2025.

Pero las proyecciones de crecimiento económico para este año son dispares en la región: Brasil (+1.5%), México (+2.6%), Argentina (+2.7%), Colombia (+1.8%), Chile (+1.8%) y Perú (+2.5%).

En el Caribe, con la excepción de Guyana, que experimenta un auge de sus recursos, se espera que las economías crezcan un 4.1% y América Central 3.7% debido sobre todo a un aumento moderado de las remesas.

Además la modesta expansión regional prevista está expuesta a múltiples riesgos, como una escalada de las tensiones geopolíticas, especialmente en Oriente Medio, que podría provocar un alza de los precios del petróleo, y los fenómenos meteorológicos extremos, que afectan sobre todo a la agricultura, la energía y la pesca.

Se advierten otros dos factores: la persistente inflación básica de las economías avanzadas y una desaceleración más abrupta de lo esperado en la economía china, que pasa de crecer 5.2% en 2023 a 4.5% este año y 4.3% en 2025.

En general las predicciones del Banco Mundial son poco optimistas aunque reconoce que “la economía mundial está en mejor situación que hace un año: el riesgo de una recesión mundial ha disminuido, en gran parte debido a la fortaleza de la economía de Estados Unidos”.

Más allá de las dificultades para la economía global, la organización financiera destaca que la recuperación poscovid ha sido muy desigual. La mayoría de las economías avanzadas han vuelto a niveles equivalentes o superiores a los de antes de la pandemia pero no es el caso de muchos países en desarrollo o emergentes.

El Banco Mundial (BM) anunció este miércoles que Latinoamérica crecerá más de lo esperado en 2023, aunque con tasas similares a las de hace una década, que no son suficientes para lograr los avances necesarios en materia de inclusión y reducción de la pobreza.

El informe presentado hoy estima que el PIB regional crecerá un 2% en 2023, seis décimas más que el 1.4% proyectado en junio pasado, pero “aún por debajo del crecimiento de todas las demás regiones del mundo”, apuntó el organismo.

Esta mejora está relacionada con el crecimiento más elevado que han registrado las grandes potencias del G7.

“Es cierto que los precios de las materias primas se han ido debilitando pero, por otro lado, el crecimiento del PIB de Estados Unidos fue mucho mayor de lo previsto y en general el G7 está funcionando un poco mejor de lo que pensábamos y eso está ayudando mucho a la región”, dijo William Maloney, economista jefe para la región de América Latina y el Caribe del Banco Mundial en entrevista con la agencia Efe.

Para 2024, se espera que la región crezca un 2.3%, tres décimas más de lo estimado en junio, y en 2025 lo haga en 2.6%.

El Banco Mundial ofreció también un desglose por países y, entre las principales economías, México crecerá el 3.2%; Brasil lo hará en 2.6%, Perú 0.8% y Colombia 1.5%, mientras que Argentina decrecerá 2.5% y Chile caerá 0.4%.

La inflación regional, excluyendo Argentina y Venezuela, se sitúa en el 4.4%, frente al 6.4% de los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y el 8.6% de Europa del Este, señala el banco.

Estas perspectivas de crecimiento, señala el BM, “siguen siendo bajas” en comparación con el potencial de la región y no son “un reflejo de las condiciones globales ni de los daños colaterales de la pandemia”, sino que “reflejan problemas estructurales que no se han abordado durante mucho tiempo”, afirma el informe.

El Banco Mundial aumentó su previsión de crecimiento para la economía global a 2.1% en 2023, cuatro décimas más que su anterior estimación, aunque redujo en tres décimas sus perspectivas de crecimiento para 2024, al ubicarlo en 2.4%.

El organismo advirtió, sin embargo, de la vulnerabilidad de las economías en desarrollo por los efectos de los aumentos de las tasas de interés para combatir la inflación.

En su nuevo informe de perspectivas globales, el banco dejó claro que la resiliencia que mostraron la mayoría de países a lo largo de 2022, cuando la economía global creció un 3.1% pese a la crisis energética y la guerra en Ucrania, se desvanecerá.

“Me temo que este es otro informe sombrío ya que esperamos que la desaceleración aguda y sincronizada del año pasado continúe durante este año”, apuntó en una llamada con medios el economista jefe del banco, Indermit Gill, quien destacó que el leve crecimiento será sincronizado porque dos de cada tres economías tendrán este año una tasa de crecimiento menor que la del año pasado.

Para 2024, el organismo proyecta que la economía global volverá a tomar algo de ritmo y crecerá un 2.4%, tres décimas menos de lo previsto anteriormente.

Además, el Banco Mundial espera que los efectos sobre el crecimiento de las tasas de interés alcanzarán su pico este año, aunque la inestabilidad bancaria continuará afectado el crédito.

Sobre América Latina y el Caribe, las proyecciones del Banco Mundial señalan que la región crecerá apenas un 1.5% durante este año, dos décimas más que lo antes estimado, aunque el destaca que en lo que va de 2023 la confianza de los consumidores se ha ido despejando y los precios de las materias primas se han recuperado.

Entre las principales economías de la región destaca nuestro país, que el Banco Mundial señala que crecerá un 2.5% este año y que se desacelerará hasta el 1.9% en 2024; en el caso de Brasil, se indicó que mantendrá unas cifras modestas los dos próximos años (1.2% en 2023 y 1.4% en 2024).

Sufrirán una contracción, sin embargo, Argentina (del 2%), lastrada por la grave sequía que ha afectado su producción agrícola, y Chile, que se contraerá un 0.8%. Ambas economías se recuperarán en 2024 y registrarán un crecimiento del 2.3% y del 1.8%, respectivamente.

El informe pone especial énfasis en la situación extremadamente vulnerable de los países de rentas bajas, donde las condiciones fiscales han empeorado durante la última década. Entre los principales problemas de estas economías está el aumento de la deuda pública, el riesgo cada vez más elevado de una suspensión de pagos y los efectos devastadores de la crisis climática.

Además, el organismo analiza las consecuencias de la política monetaria restrictiva de Estados Unidos en las economías emergentes, y concluye que está asociada a efectos negativos y podría incluso contribuir a que surja una crisis financiera en algunos países.

El Banco Mundial (BM) aumentó ligeramente sus perspectivas de crecimiento para Latinoamérica y el Caribe para este año, señalando que la región crecerá un 1.4%.

Según su nuevo informe de perspectivas regionales, publicado este martes, en 2024 y 2025, el crecimiento se mantendrá en el 2.4%, añadió la institución.

La cifra para este año es una décima superior que la del informe anterior, publicado en enero pasado, aunque sigue estando “por debajo de lo esperado”, apuntó el Banco Mundial.

Esto se debe, principalmente, a los efectos de los aumentos de las tasas de interés de los bancos centrales para luchar contra la inflación y a la disminución de los precios de las materias primas, explicó en una rueda de prensa el economista jefe del Banco Mundial para Latinoamérica y el Caribe, William Maloney.

A pesar de que la región prácticamente se ha recuperado de la crisis de la pandemia de la COVID-19, el crecimiento de los próximos años será demasiado bajo como para traer una reducción significativa de la pobreza, apuntó el experto.

América Latina ha sido capaz de resistir hasta ahora la incertidumbre económica actual, agravada por la invasión rusa de Ucrania; y la inflación, después de haber alcanzado cifras históricas en muchos países a lo largo de 2022, se ubicará en un 5 % en 2023 (a excepción de Argentina).

Según el Banco Mundial, la región se enfrenta a “la paradoja de la falta de integración”, es decir “ha alcanzado un nivel de estabilidad macroeconómica, por así decirlo, de normalidad, y eso debería atraer más inversiones y generar crecimiento, pero en general ocurre lo contrario”, añadió Maloney.

En el informe se apunta que en 2023, México crecerá 1.5%; Brasil 0.8%; Colombia 1.1%; Costa Rica 2.7%; Ecuador 3%; El Salvador 2.3%; Bolivia 2.7%; Guatemala 3.2%; Honduras 3.5%; Nicaragua 3%; Panamá 5.7%; Paraguay 4.8%; Perú 2.4%; República Dominicana 4.4% y Uruguay 1,8%.

En el casi de Argentina, se apuntó que el país no crecerá (0%) y dos economías se contraerán: Chile 0.7% y Haití un 1.1%.

El presidente del Banco Mundial (BM), David Malpass, informó este miércoles al Directorio Ejecutivo del organismo su intención de dejar el cargo a finales de junio próximo.

A través de un comunicado, el Banco Mundial confirmó la intención de su presidente, aunque no compartió las razones de su decisión.

“Tras pensarlo mucho, decidí buscar nuevos retos”, dijo Malpass. “Esta es una oportunidad para una transición de liderazgo fluida mientras el Grupo del Banco trabaja enfrentar los crecientes desafíos mundiales”, añadió.

Recordemos que Malpass fue propuesto por el expresidente Donald Trump y ocupaba el cargo desde abril de 2019. Su mandato era por un periodo de cinco años, por lo que se preveía que se mantuviera en el cargo hasta 2024.

Malpass agradeció el apoyo recibido de los directores ejecutivos, los funcionarios y el personal de las cinco instituciones que conforman el Banco Mundial.

Señaló que trabajó arduamente para reducir la pobreza, en aumentar el crecimiento económico, reducir la carga de la deuda del gobierno y en mejorar los estándares de vida. Enlistó algunos de los logros que dijo tuvo durante su periodo al frente del organismo internacional.

El hasta ahora presidente del BM finalizó indicando que tiene muchas ganas de trabajar en los múltiples desafíos que enfrentan la economía, los negocios, el desarrollo y las finanzas globales.

“Como lo he hecho a lo largo de mi carrera en el sector público, buscaré formas de mejorar la vida y el nivel de vida de las personas”, remató.

Después de Europa, América Latina es la región que menos crecerá en todo el mundo en 2023, de acuerdo con las nuevas previsiones del Banco Mundial (BM).

En su más reciente informe “Perspectivas económicas mundiales” difundido este martes, el BM prevé que la economía mundial crecerá un 1.7% este año y un 2.7% en 2024. Sin embargo, para Latinoamérica estima que el crecimiento se desacelere marcadamente a un 1.3% en 2023, menos de la mitad del 3.6% de 2022, para recuperarse al 2.4% el año próximo.

“La crisis que enfrenta el desarrollo se está intensificando a medida que las perspectivas de crecimiento mundial se deterioran”, dijo David Malpass, presidente del Grupo Banco Mundial. “Los países emergentes y en desarrollo se enfrentarán a varios años de crecimiento lento”, manifestó en un comunicado de prensa.

El Banco Mundial indicó que el crecimiento en Europa en 2023 y 2024 se verá lastrado por una contracción de la economía rusa y la importante recesión que ha sufrido Ucrania este año como consecuencia de la invasión.

Excluyendo a Rusia y a Ucrania, la región crecerá un 2.1%, según las nuevas perspectivas de crecimiento del banco.

Según los analistas, Rusia se contraerá un 3.3% en 2023, aunque volverá a crecer ligeramente en 2024, un 1.6%. En el caso de Ucrania, el organismo dijo que de mantenerse las cosas como hasta ahora, el país crecería un 3.3% este año.

Las previsiones se revelaron en momentos en que existe una elevada inflación, aumento de las tasas de interés, reducción de inversiones y un impacto por la invasión rusa en Ucrania.

En 2020, por el impacto de la pandemia de coronavirus, la economía latinoamericana retrocedió a niveles no vistos en más de un siglo, con una contracción de -6.2%. Para 2021, se recuperó y alcanzó un crecimiento de 6.8% que se redujo casi a la mitad en 2022.

En Oriente Medio y Norte de África el crecimiento retrocedería a 3.5% este año; en África subsahariana se desaceleraría a 3.6% en 2023; en Asia Oriental y el Pacífico caería a 4.3% y en Asia meridional a 5.5%.

El Banco Mundial espera que Brasil crezca un 0.8% en 2023, Argentina un 2%, Colombia un 1.3% y Perú un 2.6%. La economía de Chile, en tanto, se contraería un -0.9%. En el caso de México, el organismo vislumbra un crecimiento de 0.9%.

En América Central, por otra parte, se prevé que el crecimiento caerá a 3.2% en 2023 por el impacto de la desaceleración de la economía de Estados Unidos en las exportaciones y el ingreso de remesas.

La inflación ha impactado al mundo y aumentó de manera significativa en muchos países de la región en 2022, alcanzando niveles no vistos en décadas. El BM indicó que si bien parece haber llegado a su punto máximo en gran parte de los países, sigue siendo superior a las metas de los bancos centrales.

Las remesas a Latinoamérica y el Caribe ascendieron a 142,000 millones de dólares en los primeros nueve meses de 2022, un 9.3% más que en el mismo período del año pasado, dijo este miércoles el Banco Mundial (BM).

El mayor aumento se registró en las remesas enviadas a Nicaragua, con un 45% más, seguidas de las recibidas por Guatemala, con un 20%; México, con un 15%, y Colombia, con un 9%, indicó el BM en su más reciente reseña sobre migración y desarrollo.

Las remesas representan una fuente extra de ingresos para los hogares de bajos y medianos ingresos, ya que contribuyen a aliviar la pobreza, mejorar la alimentación y la matriculación escolar, entre otras cosas, apuntó el Banco.

El crecimiento de las remesas a Latinoamérica fue mayor que el registrado a nivel mundial a los países de ingreso bajo y medio, cuyo crecimiento fue del 5% hasta alcanzar los 626,000 millones de dólares.

Las economías de todo el mundo se vieron fuertemente afectadas por la pandemia de coronavirus, pero la reapertura se profundizó en 2022 y contribuyó con el empleo de los migrantes y su capacidad para ayudar con recursos a sus familias en el exterior.

“Las políticas inclusivas de protección social han ayudado a los trabajadores a capear las incertidumbres en materia de ingresos y empleo creadas por la pandemia de COVID-19”, expresó Michal Rutkowski, director global de la Práctica Global de Protección Social y Trabajo del BM.

El BM, sin embargo, pronosticó que en 2023 es probable que las remesas a la región tengan un crecimiento más moderado, de cerca del 4.3% debido a las perspectivas económicas menos favorables en Estados Unidos, Italia y España, los principales países desde donde los migrantes suelen enviar dinero a sus familiares latinoamericanos.

De acuerdo con el informe, el costo de enviar 200 dólares a la región también ascendió un promedio del 6% en el segundo trimestre de 2022 con respecto del 5.6% del mismo período de 2021.

En comparación con otras regiones el crecimiento de las remesas en América Latina y el Caribe fue el segundo más pronunciado. Europa y Asia central se ubicaron al frente de la lista, con un aumento del 10.3% hasta alcanzar los 72,000 millones de dólares.

A mediados de mes, durante una visita a Michoacán, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) habló sobre las remesas que llegan a México, y proyectó que este año se alcanzará un nuevo máximo histórico en recepción de remesas de 60 mil millones de dólares.

“Nos están ayudando nuestros paisanos migrantes. ¿Saben cuánto estimamos que van a mandar a sus familiares este año? Sesenta mil millones de dólares. Histórico. Y eso llega a 10 millones de familias, abajo; por eso resistimos la pandemia y todas las crisis”, destacó.

El desempeño económico de los países de América Latina ha mejorado en 2022 y ha regresado a los niveles previos a la pandemia de coronavirus. Sin embargo, el crecimiento regional se desacelerará y caerá casi la mitad en 2023, según las nuevas previsiones del Banco Mundial (BM).

En un su informe “Nuevos enfoques para cerrar la brecha fiscal”, el BM prevé que “los vientos favorables se conviertan en vientos en contra” y que el crecimiento de 3% pronosticado para 2022 retroceda a 1.6% el próximo año.

Se trata de niveles similares a los de la década de 2010, cuando la economía creció a un promedio de 2.2% anual.

Entre los principales factores que desacelerarían el desempeño económico el año próximo, aparecen un posible descenso de los precios de las materias primas, el impacto del aumento de las tasas de interés en Estados Unidos para contener la inflación, el debilitamiento de las economías de los países más desarrollados y la persistente recesión en China por los confinamientos que reducirá las exportaciones.

Entre los países con menores previsiones de crecimiento para 2023 aparecen Chile, con una caída de 0.5%, por debajo del 1.8% proyectado para 2022; Brasil, con 0.8% desde el 2.5% de este año; Colombia, con una pronunciada caída al 2.1% en comparación con el 7.1% de 2022.

En ese grupo se encuentra México, para quien el Banco Mundial México espera que crezca apenas un 1.5% en 2023 y un 1.8% este año.

De acuerdo con el BM, en la mayoría de los países de la región, el Producto Interno Bruto (PIB) y el nivel de empleo recuperaron en 2022 los niveles de 2019, aunque con tasas de crecimiento limitadas.

La cifras reveladas por el BM representan una revisión de las que había ofrecido en junio, cuando pronosticó que 2022 cerraría con un crecimiento regional de 2.5% y de 1.9% para 2023.En 2021, el año posterior al inicio de la pandemia, el repunte económico fue del 6.7%.

Entre las recomendaciones del organismo aparecen un análisis cuidadoso del gasto público y de la política tributaria que incluye una mejora en la eficiencia del gasto.

El mundo puede estar acercándose a una recesión global a medida que los bancos centrales aumentan simultáneamente las tasas de interés para combatir la inflación, advirtió este jueves el Banco Mundial (BM).

Las tres economías más grandes del mundo: Estados Unidos, China y la zona euro, se han desacelerado drásticamente, e incluso un “impacto moderado en la economía global durante el próximo año podría llevarla a una recesión”, afirmó el banco en un nuevo estudio.

El Banco Mundial dijo que la economía global ahora estaba en su desaceleración más pronunciada luego de una recuperación posterior a la recesión desde 1970, mientras que la confianza del consumidor cayó más drásicamente que en el período previo a las recesiones globales anteriores.

“El crecimiento global se está desacelerando bruscamente, y es probable que se desacelere aún más a medida que más países caigan en recesión”, dijo el presidente del Banco Mundial, David Malpass, y agregó su preocupación de que estas tendencias persistan, con consecuencias devastadoras para las economías de mercados emergentes y en desarrollo.

Es probable que los aumentos sincronizados de las tasas de interés en curso a nivel mundial y las medidas de políticas monetarias relacionadas continúen hasta entrado el próximo año, pero podrían no ser suficientes para hacer que la inflación vuelva a los niveles vistos antes de la pandemia de COVID-19, recalcó el banco.

A menos que disminuyan las interrupciones del lado de la oferta y las presiones del mercado laboral, la tasa de inflación subyacente mundial, sin incluir la energía, podría permanecer en alrededor del 5% en 2023, casi el doble del promedio de los cinco años antes de la pandemia.

Para reducir la inflación, es posible que los bancos centrales deban aumentar las tasas de interés en 2 puntos porcentuales más, además del aumento de 2 puntos porcentuales ya visto sobre el promedio de 2021, dijo.

Sin embargo, un aumento de ese tamaño, junto con la tensión en los mercados financieros, reduciría el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) mundial a 0.5% en 2023, o una contracción de 0.4% en términos per cápita, lo que cumpliría con la definición técnica de una recesión mundial, agregó.

Malpass dijo que las autoridades deberían cambiar su enfoque de reducir el consumo a impulsar la producción, incluidos los esfuerzos para generar inversiones adicionales y aumentos de productividad.

Los niveles de educación retrocedieron al menos una década en América Latina por el impacto de la pandemia y existe el riesgo de que se pierda una generación de estudiantes si los gobiernos no toman medidas urgentes para mantener a los niños en las escuelas, advirtió este jueves el Banco Mundial (BM),

Debido a la pandemia los puntajes en asignaturas fundamentales como lengua y matemáticas cayeron a niveles de más de 10 años atrás: cuatro de cinco niños de sexto grado (80%) no tendrían la capacidad de entender e interpretar un texto básico para su edad comparado con el 50% que tenían esa misma dificultad antes de la pandemia.

De acuerdo con el informe del BM “Dos años después: salvando a una generación”, millones de niños y adolescentes corren el riesgo de dejar la escuela por haberse quedado atrás en el aprendizaje, y alerta que esas pérdidas de aprendizaje se traducirían en un descenso del 12% en los ingresos durante toda su vida.

La pandemia ha dejado graves efectos en la región, que a pesar de albergar a sólo el 8% de la población mundial ha tenido el promedio más elevado de muertes globales. La economía regional ha sido también la más azotada, con una contracción de los ingresos per cápita a niveles de hace una década.

Las escuelas en Latinoamérica y el Caribe permanecieron cerradas o parcialmente cerradas durante 58 semanas, levemente por detrás del Sur de Asia y América del Norte. En la región, toda una generación de estudiantes, unos 170 millones, quedaron sin educación presencial durante aproximadamente uno de cada dos días escolares efectivos, según el informe del BM.

El reporte, que aclara que ya existía una crisis educativa en la región antes de la pandemia, destacó que hubo esfuerzos para ofrecer educación remota mientras las escuelas permanecieron cerradas, ya sea a través de plataformas en línea, televisión, programas radiales o por las redes sociales, e incluso a través de mensajes de texto por teléfonos celulares.

Sin embargo, la educación a distancia enfrentó numerosos desafíos, entre ellos los desequilibrios en el acceso a internet y a los dispositivos electrónicos.

El impacto ha sido más fuerte en los niños más pequeños, hasta el quinto grado, y en los de familias más vulnerables o con mayores dificultades socioeconómicas, según el informe.

Di Gropelo dijo que la educación fue impactada en todos los países, aunque algunos, como Uruguay, estaban mejor preparados tecnológicamente antes de la pandemia y tuvieron efectos más moderados. En otros, como los de Centroamérica, por ejemplo, el golpe fue mayor debido a la falta de acceso a internet y a la vulnerabilidad de buena parte de su población, explicó.

El estudio destacó dos grandes desafíos: la vuelta a la escolaridad para que todos los niños regresen a la escuela y permanezcan en ella y la recuperación del aprendizaje, que incluye una medición del nivel donde está cada niño, un enfoque en las áreas más importantes como la lectura y la matemática y la implementación de programas y estrategias para recuperar el nivel.

El Banco Mundial (BM) espera que el crecimiento mundial este año sea mucho más débil de lo previsto y advierte de los riesgos de un “período prolongado de bajo crecimiento y alta inflación”, especialmente para los países de bajos ingresos.

La institución con sede en Washington espera ahora que la economía mundial crezca 2.9%, frente al 4.1% previsto en enero pasado.

“Se espera que la economía mundial experimente su mayor desaceleración tras una recuperación (…) en más de 80 años”, dijo el Banco este martes al presentar su informe “Perspectivas de la economía mundial”.

Se alertó de que la guerra en Ucrania, los altos precios y los problemas en la cadena de suministros podrían derivar en una situación de estanflación: inflación elevada unida a un crecimiento muy flojo.

Sobre la guerra de Ucrania, que empezó a finales de febrero, alertó que está teniendo muchos efectos sobre la economía mundial: un aumento del precio de las materias primas, más problemas para la cadena de suministros y mayor incertidumbre, entre otros.

En el informe, bajó en una décima el porcentaje de crecimiento previsto para Latinoamérica y el Caribe, del 2.6% proyectado en enero al 2.5% actual. Y redujo significativamente la previsión para el próximo año, que en enero había situado en el 2.7% y ahora ha rebajado hasta únicamente el 1.9%.

El principal riesgo que el BM señaló para Latinoamérica y el Caribe fue un posible impacto en las exportaciones y de la inversión a causa de la caída del crecimiento en el resto del mundo, especialmente en países como China, principal destino comercial de los productos suramericanos, y Estados Unidos, con estrechos vínculos con las economías mexicana y centroamericanas.

Por países, el Banco Mundial prevé un crecimiento del 1.5% para la mayor economía de la región, Brasil; del 4.5% para Argentina y del 5.4% para Colombia. Se espera que Perú crezca un 3.1% este año; Ecuador, un 3.7%; Chile, un 1.7%; Uruguay, un 3.3%; Paraguay, un 0.7%; y Bolivia, un 3.9%.

En el caso de México, el Banco Mundial había estimado que la economía registrará un avance de 3% este año; en su nueva proyección, ajustó dicho crecimiento a casi la mitad, al situarlo en 1.7% en 2022, es decir, 1.3 puntos menos respecto a enero.

En Centroamérica y el Caribe, las proyecciones del BM son de un crecimiento del 3.4% para Costa Rica; del 5% para la República Dominicana; del 2.7% para El Salvador; del 3.1% para Honduras; del 3.4% para Guatemala; del 2.9% para Nicaragua; y del 6.3% para Panamá.

Arturo Herrera Gutiérrez, ex secretario de Hacienda, el segundo durante la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) fue nombrado director global de Gobierno del Banco Mundial (BM).

A través de sus redes sociales, el subgobernador de Banxico, Gerardo Esquivel, compartió la información sobre el nombramiento de Herrera y otro economista mexicano, en puestos de alta relevancia para el organismo financiero internacional.

“Es un gusto saber que hoy el Banco Mundial anunció el nombramiento de dos mexicanos como directores globales: Arturo Herrera, de Gobierno, y Luis Felipe López Calva, de Pobreza y Equidad”, escribió Esquivel. “Los dos son excelentes economistas y mejores personas. ¡Enhorabuena!”, añadió.

Recordemos que fue en julio de 2021 cuando Herrera dejó el cargo con la promesa del presidente López Obrador de ser propuesto para encabezar la Junta de Gobierno del Banco de México (Banxico), algo que nunca llegó, por lo que el economista se refugió en la academia.

Herrera asumió la titularidad de la Secretaría de Hacienda en julio de 2019, luego de la renuncia de Carlos Urzúa, quien inició la administración federal como responsable de las finanzas del país.

Herrera ya había colaborado en el Banco Mundial, como responsable de la Unidad de Gobernanza para el sudeste asiático.

El otro economista mexicano que se integra al Banco Mundial es Luis Felipe López-Calva, actual director regional para América Latina y el Caribe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), quien ahora se desempeñará como director de Pobreza y Equidad.

El Banco Mundial (BM) rebajó la proyección de crecimiento económico para Latinoamérica y el Caribe del 2.6% al 2.3% para este año, ante la incertidumbre por el coronavirus, la alta inflación y la guerra en Ucrania.

En su informe semianual para la región, publicado este jueves, la institución con sede en Washington también redujo la perspectiva de crecimiento para 2023, que pasó del 2.7% al 2.2%, y situó la de 2024 en el 2.4%.

Por países, el Banco Mundial prevé que en 2022 Brasil crezca el 0.7%; Argentina, 3.6%; Colombia, 4.4%; Perú, 3.4%; Ecuador, 4.3%; Chile, 1.9%; Bolivia, 3.9%; Uruguay, 3.3%; y Paraguay, 1.5%.

En Norteamérica, Centroamérica y el Caribe, la proyección es que nuestro país crezca 2.1%; Costa Rica, 3.4%; República Dominicana, 5%; El Salvador, 2.9%; Guatemala, 3.4%; Honduras, 3.1%; Nicaragua, 2.9%; y Panamá, 6.5%.

Según el BM, este desempeño del Producto Interno Bruto (PIB) permitirá a la mayoría de los países de la zona revertir las pérdidas que experimentaron en los dos últimos años por la crisis económica derivada de la pandemia de COVID-19.

Sin embargo, de confirmarse estas proyecciones, el crecimiento de Latinoamérica y el Caribe se situará entre los más bajos del mundo, a un nivel similar al de Oriente Medio y el Norte de África; y por debajo del África subsahariana, Europa y Asia.

“El crecimiento (previsto) no es suficiente para contribuir a paliar los niveles de pobreza en la región, y además es un retorno a las tasas de crecimiento de la década de 2010, cuando Latinoamérica y el Caribe crecían por debajo del resto del mundo”, indicó el economista jefe del BM para la región, William Maloney, en la presentación del informe.

Maloney dijo que se trata de un “problema estructural” más allá de las dificultades causadas por la pandemia y explicó que los retos que ya existían antes de 2020 están volviendo a salir a relucir, como el elevado porcentaje de empleo informal y los altos índices de pobreza.

Del lado positivo, el BM destacó que el proceso de vacunación se ha generalizado en la región, lo que ha llevado a que las empresas estén volviendo a contratar a trabajadores y a que las escuelas hayan reabierto sus puertas para a la enseñanza presencial.

El Banco Mundial (BM) alertó este miércoles del “lastre” del “estancamiento” de la productividad en México, que ha impactado en el crecimiento anual de la economía nacional en los últimos 30 años.

“La productividad del país ha crecido en cámara lenta, entre 1990 y 2019 ha sido negativa, por debajo de la de los países de la OCDE y en contraste con otros países similares de América Latina que han tenido un mejor desempeño”, declaró Mark R. Thomas, director del BM para México, Colombia y Venezuela.

Thomas presentó ante la Secretaría de Economía (SE) el informe “Crecimiento de la productividad en México” basado en datos de más de 20 millones de empresas encuestadas en los últimos seis censos económicos del país, de 1994 a 2019.

El estudio encontró que el PIB por trabajador solo ha crecido 0.1% en ese periodo, por debajo del promedio de 0.8% de Latinoamérica y del 1.1% de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

Por la baja productividad, el crecimiento económico de México promedió solo el 2.2% anual de 1990 a 2019, cuando a inicios de los años 80 del siglo pasado crecía con una media de 7% anual, indicó el informe.

“En México el principal lastre para el crecimiento de la economía del producto bruto, ergo del bienestar de las personas, es la productividad total de los factores”, añadió Eduardo Olaberria, economista sénior del Banco Mundial y responsable del reporte.

El PIB per cápita de México era 30% el de Estados Unidos en 1990, pero esa proporción ha caído a 20%, por debajo de economías como Corea del Sur, Malasia y Chile, que México antes superaba.

La economía de México no creció a su potencial por perder el nivel de productividad que tuvo durante la época del desarrollo estabilizador, de 1954 a 1970, lamentó Jorge Arreola, director general de Competitividad y Competencia de la SE.

“El producto interno bruto sería dos y media o tres veces más grande que el que hoy tenemos. Nuestra realidad sería totalmente otra”, manifestó el funcionario mexicano.

La llamada de alerta ocurre después del crecimiento de 4.8% del PIB de México en 2021, por debajo de la expectativa del 6% que esperaba el Gobierno.

Además de los contagios y muertes, la pandemia dejó en México una contracción histórica de 8.2% del PIB en 2020, una caída de la que el país no se ha recuperado. “El crecimiento sostenible e inclusivo del país no ha podido darse en toda su capacidad”, advirtió Thomas.

Entre las factores que limitan la productividad de las empresas, el BM destacó la falta de acceso al crédito privado de las empresas en México.

El crédito privado es solo 39% del PIB de México mientras que el promedio de Latinoamérica es 60%, indicó el reporte, que señaló como problema que solo tres bancos concentran el 50% de los activos.

También está la falta de empresas integradas a las cadenas globales, pues apenas el 25% del valor de las exportaciones son de insumos intermedios con origen nacional.

Mientras que los estados del norte tienen niveles de productividad similares a los de países como Corea del Sur, los estados del sur son más parecidos a las naciones de Centroamérica. Por ello, la secretaria de Economía, Tatiana Clouthier, aseguró que el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO9 aplica políticas como la subida del salario mínimo y proyectos de infraestructura en el sureste, como el corredor interocéanico que conectará el Pacífico con el Atlántico.

“Es curioso cuando vemos los números, son aproximadamente de ocho a 10 estados de la república que cargan al resto del país. No es una novedad y tampoco viene a ser sorpresa que el presidente de México esté volteando a ver a parte de esos estados que estaban en la cola de la gráfica”, manifestó.

Thomas urgió a las empresas y al Gobierno incrementar la inversión en innovación y desarrollo, que ahora es menor a la de Brasil.